Lógica
Ciencia de las formas y de las leyes del pensamiento. En lógica como en toda la filosofía, la lucha entre las corrientes materialista e idealista ha proseguido siempre y prosigue todavía. La lógica idealista separa las formas y las leyes del pensamiento, del mundo objetivo, que existe independientemente de la conciencia humana. De acuerdo con esta falsa concepción, el hombre, apoyándose en ignoradas propiedades innatas, establece arbitrariamente las reglas y las leyes del pensamiento sin preocuparse de si se halla de acuerdo con la realidad objetiva. De ese modo, la lógica idealista no reúne al hombre y a la naturaleza, sino que los separa y opone. La lógica materialista, marxista, considera las formas y las leyes del pensamiento como un reflejo de la realidad objetiva. El conocimiento humano tiene por objeto reflejar fielmente la naturaleza, penetrar sus leyes, sin lo cual no sería posible ninguna actividad práctica consciente. Lejos de levantar una barrera entre el hombre y la naturaleza, la lógica materialista, la única verdaderamente científica, reúne a ambos y ayuda al hombre a conocer las leyes objetivas, a utilizarlas en su interés.
En sus Cuadernos filosóficos (ver), Lenin ofrece una profunda definición materialista de la lógica: “La lógica es la ciencia que estudia no las formas exteriores del pensamiento, sino las leyes del desarrollo de ‘todas las cosas materiales, naturales y espirituales’, es decir, las leyes que rigen el devenir de todo el contenido concreto y el conocimiento del universo; ella representa el balance, la suma, la conclusión de la historia del conocimiento del mundo” (Ed. rusa). Las leyes de la lógica son los reflejos del mundo objetivo en la conciencia subjetiva del hombre.
La lucha entre el materialismo y el idealismo impregna toda la historia del desarrollo de la lógica. En la Grecia antigua, esa ciencia era ya un método para polemizar, que oponía dos opiniones contrarias. Los filósofos materialistas griegos consideraban la naturaleza como un proceso en desarrollo. Por lo tanto, su lógica tenía un carácter dialéctico. En la filosofía de Heráclito (ver) los gérmenes de la lógica dialéctica aparecieron con más brillo. El mérito de haber formulado los principios de la lógica corresponde a Aristóteles, creador de la lógica formal (ver). Fue él quien primero estudió sistemáticamente el pensamiento y sus leyes, clasificó los juicios, fundó la teoría de los razonamientos, &c. A pesar de su tendencia idealista, la lógica de Aristóteles no separa las formas del pensamiento del ser. “En Aristóteles”, escribe Lenin, “se ve en todas partes confundirse la lógica objetiva con la lógica subjetiva, pero de modo tal que la lógica objetiva sobresale en todas partes” (Cuadernos filosóficos, Ed. rusa). En la lógica aristotélica se alían importantes elementos dialécticos al curso metafísico. Aristóteles se alza contra la teoría de la contradicción de las cosas, enseñada por Heráclito. Su lógica fue ampliamente utilizada por la filosofía medieval: los escolásticos la habían transformado en medio para demostrar “verdades” teológicas.
En los tiempos modernos, la lógica recibió nuevos adelantos gracias al desarrollo de las ciencias experimentales. A este respecto, es preciso reseñar muy particularmente el papel de F. Bacon (ver). Contrariamente a Aristóteles, que estudió principalmente la lógica deductiva, Bacon es el creador de la lógica inductiva, es decir, de un sistema de reglas y procedimientos que permiten llegar a lo general a partir de los hechos particulares. Posteriormente, la lógica tomó un carácter cada vez más formal. La ruptura entre la lógica y la naturaleza, entre las formas del pensamiento y su contenido objetivo, alcanza su punto culminante en la filosofía de Kant (ver). Su lógica, formalista y metafísica, se funda en la oposición entre la realidad considerada alógica, es decir, desprovista de toda lógica objetiva, y el pensamiento lógico propio del hombre, a priori, independientemente de la experiencia del mundo exterior. La teoría de Kant fue criticada por Hegel (ver), creador de un sistema de lógica dialéctica que señaló un progreso importante en el desarrollo de las doctrinas lógicas. Pero la lógica de Hegel es también idealista. A la ruptura kantiana entre la lógica y la naturaleza, Hegel opone el principio de identidad del ser y del pensamiento. De acuerdo con esta filosofía, la lógica del pensamiento, de las ideas, de los conceptos, sería la fuente y la base del desarrollo del mundo material. En su lucha contra la lógica metafísica, Hegel creó la lógica dialéctica, pero en su conjunto, su lógica idealista no podía servir de instrumento del conocimiento.
Hacia mediados del siglo XIX, la filosofía materialista rusa de vanguardia aportó una contribución importante al progreso de la lógica. Belinski (ver), Herzen (ver), Chernishevski (ver), criticaron la lógica idealista de Hegel y la reestructuraron en el espíritu del materialismo filosófico. Sin embargo, sólo el marxismo colocó la lógica sobre un sólido terreno científico.
La lógica dialéctica, poderoso instrumento del conocimiento humano, es estudiada profundamente en los trabajos de los clásicos del marxismo-leninismo. Estos comenzaron por establecer en términos precisos el lugar y el alcance de la lógica formal, tradicional, y las relaciones entre esta lógica elemental y la lógica dialéctica. Lejos de negar la necesidad de la lógica formal, una vez eliminadas las deformaciones idealistas y escolásticas, el marxismo destaca su papel en el establecimiento de las reglas elementales del pensamiento científico. Pero la lógica formal no es más que el grado inferior de la lógica, comparable, como lo dice Engels, a las matemáticas elementales. La lógica formal enfoca los fenómenos y los objetos al margen de sus correlaciones y de sus interdependencias, como si fueran inmóviles e inmutables. No tiene en cuenta el desarrollo, los cambios, las contradicciones de las cosas, &c. Las leyes del pensamiento que establece la lógica formal, reflejan los objetos independientemente de los procesos que se desarrollan en su seno. Esta manera de abordar la naturaleza era históricamente necesaria. “Había que investigar las cosas antes de poder investigar los procesos. Había que saber lo que era tal o cual objeto, antes de pulsar los cambios que en él se operaban” (Engels, “Ludwig Feuerbach y...”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 362, Ed. esp., Moscú, 1952). La lógica formal no es menos indispensable cuando se trata del desarrollo mental del individuo. Por ejemplo, un niño es incapaz de concebir los objetos como procesos antes de haberlos conocido como estables e invariables. Además, en su vida cotidiana, el hombre tiene que tratar con cosas y relaciones simples para cuyo conocimiento, las reglas elementales de la lógica son perfectamente suficientes. Pero lo que es suficiente para comprender las cosas y las relaciones simples, es insuficiente para el conocimiento científico de fenómenos y relaciones complejas. En ese sentido, la lógica formal tiene sus límites, más allá de los cuales, es inoperante. La lógica formal, indica Lenin, “recurre a definiciones formales, se ocupa de lo que es más habitual, o de lo que salta a la vista, y no puede ir más lejos... La lógica dialéctica exige que hagamos algo más. Para conocer realmente un objeto, es preciso estudiar todos sus aspectos, todos los vínculos y los eslabones intermedios. No llegaremos jamás a hacerlo de una manera completa, pero esta exigencia de universalidad nos pondrá al abrigo de los errores y del dogmatismo. Primer punto. En segundo lugar, la lógica dialéctica exige que el objeto sea considerado en su devenir, desde el ángulo de su ‘automovimiento’ (como dice Hegel a veces), de su cambio” (Obras, Ed. rusa). Por eso, la lógica dialéctica pone en manos del hombre de ciencia un instrumento fiel y por lo tanto poderoso, de conocimiento del mundo objetivo en toda su complejidad, en su desarrollo y en su cambio, capaz de tener en cuenta el pasaje de una forma a otra, &c.
El marxismo puso término a esa ruptura característica de la filosofía burguesa entre la teoría del ser y la teoría del conocimiento, de las leyes del pensamiento. Lenin subraya que la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento, representan una sola y misma cosa, pues la lógica no puede crear leyes del pensamiento que no concuerden con las leyes del propio ser. La dialéctica materialista que pone en claro las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza y de la sociedad, es al mismo tiempo, la lógica superior del pensamiento. Las leyes de la dialéctica son también las leyes del pensamiento; la dialéctica subjetiva expresa la dialéctica objetiva. Por eso la lógica dialéctica establece como principio esencial que los conceptos y las categorías no son creaciones del hombre, sino reflejos de las leyes objetivas del desarrollo de la naturaleza y la sociedad.
Lejos de permanecer inmóviles y rígidos, los conceptos y las categorías de la lógica son flexibles, movedizos, son reflejos adecuados de los procesos que se desenvuelven en el mundo objetivo. La lógica dialéctica exige que los conceptos y las categorías estén ligados entre sí, estén en acción recíproca como los fenómenos objetivos que reflejan. Lenin subraya que la dialéctica de los conceptos es la conexión e interdependencia de todos los conceptos sin excepción y las transiciones mutuas entre ellos.
El carácter distintivo capital de la lógica dialéctica marxista, en relación con todas las teorías lógicas idealistas y metafísicas, es la integración de la práctica en la lógica. Los conceptos y las categorías lógicas no pueden surgir sino en el terreno de la actividad práctica que los engendra, y sólo la práctica establece su validez. Lenin indica que “la actividad práctica del hombre tuvo que llevar a la conciencia humana a repetir millares de veces las diferentes figuras lógicas para que estas últimas pudieran convenirse en axiomas” (Cuadernos filosóficos, Ed. rusa). La lógica dialéctica es irrefutable, porque ella expresa la lógica objetiva del desarrollo de la vida misma. La filosofía burguesa actual se alza contra la lógica científica, se ingenia en desfigurar esta lógica objetiva de la vida porque ésta desemboca necesariamente en la substitución revolucionaria del capitalismo por el socialismo. Lo que caracteriza a las tendencias y a las escuelas de la filosofía burguesa reaccionaria, es la defensa del alogismo, del irracionalismo, del intuicionismo, la substitución del pensamiento lógico por el caos de las impresiones y de las pasiones subjetivas, el culto de la espontaneidad, &c. La filosofía marxista denuncia como enemigos del conocimiento humano a todos esos bravucones de última hora que pretenden liquidar la lógica científica. (ver igualmente Dialéctica; Método dialéctico marxista).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:296-299