Filosofía en español
Diccionario filosófico · 1965
Percepción ilusoria de la realidad, condicionada en cada momento concreto por el carácter limitado de la práctica socio-histórica. El extravío hay que diferenciarlo de la mentira, o sea, de la deformación consciente de la verdad, y de los errores en virtud de las acciones incorrectas del individuo. Una u otra comprensión del extravío está ligada con los principios de partida de la teoría del conocimiento. El carácter contemplativo de la filosofía premarxista, por ejemplo, llevaba a la identificación del extravío con el error engendrado por la imperfección de las capacidades cognoscitivas del hombre. Las conjeturas acerca de la naturaleza del extravío y de la correlación entre la verdad y el extravío sólo surgen a medida de que se va formando el enfoque dialéctico del conocimiento. Así, Hegel, al examinar la verdad como proceso, considera que el extravío no es su contrario abstracto, sino tan sólo su momento, forma históricamente limitada (“finita”) del avance de la conciencia hacia la verdad. La filosofía marxista aborda el extravío como resultado de la limitación de la práctica o de su intelección, lo cual aparece en el curso real del conocimiento como la absolutización de los resultados de la asimilación de aspectos aislados de la realidad, de momentos de la verdad. Por eso, el extravío no es una mera ilusión, pues fija lo que está en la superficie de los fenómenos; las características históricamente limitadas de los mismos se convierten en “naturales” y, por tanto, en eternas y absolutas. En este caso, siendo el fundamento de la conducta de los individuos incorporados a las formas históricamente limitadas de actividad práctica, el extravío se consolida, tornándose un prejuicio. Todo ello obstaculiza la intelección crítica de la realidad, y en las ciencias sociales interviene como modo de conciliación con lo existente. Para superar tales extravíos es necesario cambiar las condiciones sociales que los engendran, lo cual presupone un enfoque crítico de lo existente desde las posiciones de la práctica tomada en su desarrollo histórico, en sus tendencias y perspectivas.
Diccionario de filosofía · 1984:161