Filosofía en español 
Filosofía en español

Estética

Estética

(Del griego: “aisthetike”, percepción.) La estética es la doctrina filosófica del arte. Ya desde la antigüedad, el carácter de las doctrinas estéticas fue determinado como hasta ahora por las posiciones que en la lucha entre el materialismo y el idealismo ocupan los teóricos del arte. Concibiendo lo bello como una forma particular del ser, la estética antigua no ha podido explicar por qué lo bello es apreciado por diversos hombres de diversa manera, de acuerdo con las condiciones de la época, de las diferencias de clases sociales, del nivel de cultura, &c. En los tiempos modernos, algunos filósofos de la sociedad burguesa (Kant y otros) comenzaron a enseñar que lo bello existe sólo como una apreciación del sujeto, o como resultado de la facultad estética del juicio. Y aunque la apreciación estética en Kant muestra la pretensión sobre un valor universal, esta universalidad queda en los límites del subjetivismo, y lo bello es definido como algo que gusta únicamente por su forma, sin relación con el interés práctico. A diferencia de Kant, Hegel trató de reunir la concepción de la estética antigua con la explicación histórica, que demostraría la manera cómo lo bello se había manifestado en formas que históricamente fueron substituyéndose una a otra: arte “simbólico”, “clásico” y “romántico”, que representan tres posibles modos de la relación de la idea frente a la forma y al material. Este propósito de Hegel quedó sin solución, en parte, y no sólo porque Hegel interpretaba lo bello con el espíritu del idealismo, como una idea bella que aparece en las imágenes del arte, sino también porque el curso del desarrollo social era reducido por Hegel al desarrollo dialéctico único de la conciencia. Sólo la doctrina filosófica del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, creada por Marx y Engels y desarrollada en las obras de Lenin y Stalin, ha explicado por vez primera, por qué, por ejemplo, la belleza del cielo estrellado, de un paisaje, de una figura o de un rostro humano, no es descubierta con la misma necesidad y de la misma manera por la conciencia de todos los hombres, sino que frecuentemente tiene una apreciación diversa, según quiénes sean los hombres, de qué clase, en qué época histórica, y bajo qué circunstancias históricas emiten su juicio estético sobre el objeto de la Naturaleza o del arte. La estética marxista-leninista supera no sólo el subjetivismo de las teorías burguesas modernas de lo bello, sino también el objetivismo intuitivo de las concepciones antiguas. Restableciendo el pensamiento sobre la existencia objetiva de lo bello, es decir, sobre la presencia de un fundamento existente en el propio objeto para nuestras apreciaciones estéticas, la estética marxista-leninista señala los únicos principios científicos, con cuya guía puede comprenderse el curso del desarrollo histórico del arte. La estética marxista-leninista representa una fase superior también en el desarrollo de la teoría del realismo artístico. El realismo antiguo era un realismo intuitivo. El realismo del arte creado por el desarrollo de la sociedad burguesa, era, según palabras de M. Gorki, un realismo, ante todo, y primordialmente crítico. El arte del realismo crítico ponía al desnudo las ilusiones sobre la naturaleza de las relaciones burguesas, quebrantaba el optimismo del mundo burgués, sembrando la duda con respecto a la inmutabilidad e inmovilidad de los fundamentos del régimen burgués. La estética marxista-leninista elevó el realismo artístico a una fase nueva, a la del realismo socialista. El arte del realismo socialista, hostil a la falta de principios y falta de ideal de un naturalismo que se limita a copiar servilmente cualquier fenómeno, no menos hostil al recurso formalista, representa los “trabajos y los días” de los hombres del trabajo nuevo, socialista, la heroicidad de las batallas históricas que resuelven el triunfo de la revolución socialista, la heroicidad de la lucha por el socialismo y el comunismo.

Diccionario filosófico marxista · 1946:105-106

Estética

Ciencia que estudia las leyes del desarrollo del arte, la actitud del arte hacia la realidad, su papel social, y las formas y métodos de la creación artística.

La estética anterior al marxismo no era homogénea. En su seno se desarrollaba la lucha entre las tendencias materialista e idealistas. La estética idealista se basa en la separación del arte de la realidad, en la explicación del carácter del arte como creación “pura”, como “el arte por el arte”, qua no está ligado a la vida social, a la lucha de clases, a los intereses materiales de los hombres. Estos son los rasgos más característicos de la estética burguesa contemporánea, que trata de transformar el arte en un entretenimiento vacuo, en un medio de satisfacción de los gustos deformados de la élite de la sociedad capitalista. Las teorías materialistas en la estética desempeñaron un gran papel en la formación de un punto de vista correcto sobre la esencia del arte y sus leyes. En el desarrollo de la estética materialista son grandes los méritos de los demócratas revolucionarios rusos Belinski, Dobroliúbov y Chernishevski. Ellos consideraban que el arte tiene que ayudar a los hombres a conocer correctamente la realidad, las necesidades del desarrollo de la sociedad a los efectos de su transformación revolucionaria. Sin embargo, los demócratas revolucionarios rusos no pudieron elevarse hasta la comprensión materialista científica de las leyes de la vida social.

Sólo en base al materialismo histórico se construye la teoría realmente científica del arte. La estética marxista-leninista considera el arte como una de las formas de la conciencia social, como la forma específicamente artística de comprensión de la realidad. En cada época histórica el arte es determinado por las relaciones dominantes en la sociedad dada, por su base económica. Este concepto sobre el arte permite establecer las leyes de su desarrollo, las causas de la sustitución de algunas de sus formas y tendencias por otras.

Al descubrir la esencia del arte, la estética marxista estableció también los criterios científicos para juzgar las obras de arte. Estos criterios consisten en la correspondencia de la obra de arte con la verdad de la vida, en las tendencias progresivas, así como en la correspondencia de la forma de la obra con su contenido. La estética marxista considera decisivo para la apreciación de tal o cual obra artística la conjugación de su contenido ideológico con el elevado nivel artístico, la capacidad del artista de captar lo nuevo en la vida, de ponerse de parte de esto nuevo y apoyarlo activamente con su arte.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:173-174

Estética

Ciencia que trata de las leyes a que está sujeta la aprehensión estética del mundo por parte del hombre, de la esencia del arte, de las leyes de su desarrollo, del papel socialmente transformador del arte como forma especial de dicha aprehensión. La estética surgió hace unos dos milenios y medio, durante la época de la sociedad esclavista, en Egipto, Babilonia. India y China. Alcanzó gran desarrollo en la Grecia antigua –trabajos de Heráclito, Demócrito, Sócrates, Platón, Aristóteles y otros– y en la antigua Roma –obras de Lucrecio Caro, Horacio y otros–. En lucha con las doctrinas místicas del medioevo occidental sobre la “belleza divina” (Agustín, Tomás de Aquino), se desarrollaron las tendencias realistas y humanistas de los pensadores del Renacimiento (Petrarca, León Battista Alberti, Leonardo da Vinci, Durero, Giordano Bruno, Montaigne y otros). Superando las ideas reaccionarias de la estética aristocrática, los teóricos de la ilustración afirman el nexo del arte con la vida real (Edmund Burke, William Hogarth, Diderot, Rousseau, Winckelmann, Lessing, Herder y otros) así como quienes prosiguieron sus tradiciones, Schiller y Goethe. A pesar de que los clásicos de la filosofía alemana de fines del siglo XVIII y principios del XX, Kant, Schelling y Hegel, lograron obtener ciertos éxitos en sus tentativas de dar una interpretación dialéctica a varios importantes problemas de estética, sus teorías idealistas poseen un carácter profundamente contradictorio. Dicho carácter contradictorio se supera, respecto a diversas cuestiones, en los trabajos de Belinski, Herzen, Chernishevski y Dobroliúbov. La elaboración que la estética democrática revolucionaria hizo de las leyes del arte realista, de los principios concernientes al contenido ideológico y al carácter popular del arte, así como la lucha de tal estética contra la teoría del “arte puro” sirvieron de base teórica al método artístico del realismo crítico. Resulta, pues, que el decurso todo de la historia de la estética constituye una lucha entre materialismo e idealismo, lucha que refleja la sostenida entre las clases y fuerzas progresivas y reaccionarias en cada etapa histórica del desarrollo de la sociedad. Los idealistas consideraban los fenómenos estéticos como frutos del espíritu; los materialistas, en cambio, buscaban los fundamentos objetivos de lo estético en la naturaleza y en la vida del hombre; ahora bien, ni siquiera el materialismo premarxista, dado su carácter contemplativo, pudo crear una estética científica. Con la aparición del marxismo, en la estética se produjo un cambio revolucionario, se hicieron extensivas a la esfera de las investigaciones estéticas la concepción materialista de las leyes del desenvolvimiento histórico y la gnoseología materialista dialéctica. Ello constituyó la base teórica para la elaboración, desde todos los puntos de vista, de los problemas estéticos cardinales, para la lucha contra las tergiversaciones burguesas y revisionistas en el campo de la estética. La problemática y los objetivos de la estética marxista-leninista están determinados, sobre todo, por el hecho de que su objeto específico –la aprehensión estética del mundo por parte del hombre– consta de tres partes indisolublemente, ligadas entre sí: 1) lo estético en la realidad objetiva; 2) lo subjetivamente estético (la conciencia estética); 3) el arte. La estética estudia la esencia, las leyes y las manifestaciones concretas de todas estas partes en su unidad dialéctica. En contraposición a las teorías idealistas y del materialismo vulgar, la estética marxista-leninista define la base objetiva de la aprehensión estética del mundo como actividad creadora del ser humano orientada prácticamente hacia un determinado fin; actividad en que se ponen de manifiesto de manera libre, multilateral y armónica la esencia social y las fuerzas creadoras del hombre orientadas hacia la transformación de la naturaleza y de la sociedad. Las categorías estéticas capitales –lo bello y lo feo, lo elevado y lo bajo, lo trágico y lo cómico, lo heroico y lo trivial– aparecen como peculiar manifestación de la aprehensión estética del mundo en cada una de las esferas de la existencia social, de la vida humana, en el trabajo y en la actividad político-social, en la actitud ante la naturaleza, en la cultura y en la vida cotidiana, &c. La parte subjetiva de la aprehensión estética –sentimientos estéticos, valoraciones, vivencias, ideas, ideales– es considerado por la estética marxista-leninista como forma específica del reflejo y de la encarnación de los procesos y relaciones estéticos objetivos. La estética investiga de qué modo surgen en el ser humano las múltiples vivencias estéticas: el goce estético debido a los magníficos frutos del hacer humano creador, la alegría de la lucha por los elevados fines de libertad y felicidad del pueblo, la repulsión provocada por los aspectos deformes y vulgares de las condiciones que lo esclavizan, &c. La estética marxistaleninista sirve de fundamento teórico a la actividad práctica del P.C.U.S. para la educación estética del pueblo soviético, tanto en lo que concierne a la formación de desarrollados sentimientos y gustos estéticos de vanguardia como en lo tocante a la lucha contra todo influjo de las supervivencias burguesas en la esfera de la sensibilidad estética. El arte, la creación artística, entran en el objeto de la estética como su parte más esencial. Considerando el arte como una unidad de creación según las leyes de lo bello, de la conciencia y del reflejo artísticos, la estética marxista-leninista lo caracteriza como forma especial de la aprehensión del mundo. Por investigar la esencia del arte y de sus sujeciones a ley, la estética se halla estrechamente vinculada a todas las ciencias especiales, teóricas e históricas, que tratan del arte. Pero la estética es una ciencia filosófica. Estudia las leyes generales de las relaciones estéticas del hombre con la realidad (incluido el arte), mientras que las demás ciencias aludidas se interesan precisamente por el arte y sólo por el arte. Siendo como la filosofía una ciencia ideológica, la estética sitúa en el centro de su problemática el problema de la relación de la conciencia estética y del arte con el ser social, con la vida humana. Guiándose por la solución materialista de dicho problema, la estética marxista-leninista descubre científicamente las distintas facetas de la naturaleza del arte y del proceso de la creación artística: el origen del arte, su esencia y sus vínculos con otras formas de la conciencia social, el espíritu de partido y el carácter popular del arte, sus leyes históricas, las peculiaridades de la imagen artística, la interconexión entre contenido y forma en arte, el método artístico y el estilo, los principios fundamentales del realismo socialista, su significado socialmente transformador en la edificación del comunismo, &c. La tarea principal de la estética marxista-leninista radica en el profundo análisis científico y en la generalización de los procesos estéticos de la época actual, en la participación activa en la empresa de resolver la tarea, formulada por el XXII Congreso del P.C.U.S., de formar la personalidad armónica, desarrollada en todos sentidos, de la sociedad comunista.

Diccionario filosófico · 1965:154-156

Estética

(griego aisthetikos: sensible.) Ciencia sobre las regularidades de la asimilación estética del mundo por el hombre, sobre la esencia y las formas de creación según las leyes de la belleza. La estética surgió hace cerca de 2500 años, en la época de la sociedad esclavista: en Egipto, Babilonia, India y China. Se desarrolló ampliamente en la Grecia y la Roma Antigua. Siguieron la tendencia materialista en sus obras Demócrito, Aristóteles, Epicuro, Lucrecio Caro y otros filósofos que afianzaban la base objetiva de lo bello, viéndola en las propiedades materiales, concatenaciones, relaciones y regularidades de la realidad, a despecho de la doctrina idealista de Platón, según la cual lo bello es una idea suprasensorial absoluta, eterna e inmutable, mientras que las cosas sensibles reproducidas por el arte no constituyen más que un reflejo de esta idea. En la lucha contra las doctrinas místicas del medievo occidental sobre la “belleza divina” (Agustín, Tomás de Aquino) se fueron desplegando las tendencias realistas humanitarias en las obras de los pensadores, escritores y artistas de la época del Renacimiento. Superando las ideas de la estética aristocrática, afirman el nexo del arte con la vida real los teóricos de la Ilustración (W. Hogarth, Diderot, Rousseau, Winckelmann, Lessing, Herder), así como los continuadores de sus tradiciones Schiller y Goethe. Al oponer la belleza a la utilidad, y la perfección de la forma artística al contenido ideológico, Kant ejerció influencia sobre el desarrollo de la estética formalista. Hegel basa la explicación de la actividad estética en los principios del historicismo y la contradicción, lo cual le permite confrontar la actividad estética con el carácter contradictorio de la producción capitalista y esclarecer el significado del trabajo en la comprensión de la esencia de lo estético. Sin embargo, siendo idealista objetivo, Hegel define el arte como forma primera e imperfecta del espíritu absoluto. Feuerbach trató de deducir la belleza directamente de las propiedades físicas de los objetos y fenómenos, y los sentimientos y gustos estéticos, de las regularidades biológicas, de la “naturaleza” del hombre. La estética materialista premarxista recibió su mayor desarrollo en las obras de los demócratas revolucionarios rusos Belinski, Chernishevski, Dobroliúbov (formulación de las regularidades del arte realista, de los principios del carácter ideológico y popular del arte, &c.). Un viraje cardinal en la historia de la estética está asociado a la aplicación en su esfera del método marxista de investigación: el materialismo dialéctico e histórico. Esto constituyó la base teórica para estudiar exhaustivamente los problemas estéticos cardinales y luchar contra las tergiversaciones burguesas, revisionistas y dogmáticas en la esfera de la estética. A diferencia de las teorías idealistas y materialistas vulgares, la estética marxista-leninista define la base objetiva de la asimilación estética del mundo como actividad creadora y prácticamente consciente de los hombres, en la que se esclarecen su esencia social y sus fuerzas creadoras orientadas a la transformación de la naturaleza y la sociedad. Las categorías estéticas fundamentales –lo bello y lo feo, lo sublime y lo vil, el dramatismo, lo trágico y lo cómico, lo heroico– se ponen de manifiesto como original expresión de la asimilación estética del mundo en cada una de las esferas del ser social y de la vida humana: la actividad laboral productiva y sociopolítica, la actitud hacia la naturaleza, la cultura y la vida cotidiana, &c. La estética marxista-leninista considera el aspecto subjetivo de la asimilación estética –sentimientos, gustos, valoraciones, vivencias, ideas e ideales estéticos– una forma específica de reflejo y plasmación de los procesos y relaciones vitales objetivos. La estética marxista-leninista constituye la base teórica de la educación estética de los miembros de la sociedad socialista, de la formación de sentimientos y gustos estéticos desarrollados avanzados y de la lucha contra los influjos de las supervivencias burguesas en el campo de la conciencia estética. El arte, la creación artística forman parte del objeto de la estética como su aspecto esencial. Al investigar la esencia del arte y sus regularidades, la estética está ligada estrechamente con todas las ciencias especiales teóricas e históricas y con las ciencias sobre el arte. Pero la estética es una ciencia filosófica. Estudia las regularidades generales de las relaciones estéticas del hombre con la realidad (comprendido el arte), mientras que las ciencias sobre el arte se interesan por la especificidad del arte como tal. Siendo, lo mismo que la filosofía, una ciencia conceptual, la estética marxista-leninista esclarece científicamente los diversos aspectos de la naturaleza del arte y del proceso de creación artística: el origen del arte, su esencia y nexo con otras formas de la conciencia social, el partidismo y el carácter popular del arte, sus regularidades históricas, las peculiaridades de la imagen artística, la interconexión de forma y contenido en el arte, el método artístico y el estilo, los principios básicos del realismo socialista, su papel social transformador en la edificación del comunismo, &c. La estética marxista-leninista aspira a analizar a fondo y sintetizar científicamente los procesos estéticos de nuestra época y participar activamente en la solución del problema de formar al hombre desarrollado armónica e integralmente de la sociedad comunista.

Diccionario de filosofía · 1984:148-149