Filosofía en español
Escritor ruso, uno de los representantes preeminentes del realismo crítico. Perteneciente por su posición social a la intelectualidad ajena a la nobleza, Dostoievski tenía, en la década de 1840, ideas afines a las de Belinski y veía con simpatía las ideas del socialismo utópico. Por formar parte del círculo de los petrashevtsi fue condenado a la pena de muerte, que le fue conmutada por trabajos forzados y el subsiguiente servicio militar como soldado raso (1849-59). En sus primeras obras, Dostoievski se manifestó como artista humanista, defensor de los “humillados y ofendidos”. Los rasgos determinantes de toda la obra del escritor son el amor hacia el hombre sencillo, el odio hacia la rapacidad y el amoralismo burgueses. La concepción que del mundo tenía Dostoievski era contradictoria. La derrota de la revolución de 1848 en Europa y su grave drama personal quebrantaron espiritualmente al escritor. En la teoría que desarrolló después de 1860, mantenía (en el espíritu de los neoeslavófilos) la idea de una predestinación religiosa especial del pueblo ruso como salvador de la humanidad e indicador del camino que había de conducir al establecimiento del “reino de los cielos” en la tierra. En este período, Dostoievski critica el materialismo y el ateísmo, se manifiesta contra los demócratas revolucionarios y contra el socialismo (al que se imaginaba como socialismo nivelador pequeñoburgués). Centra su atención en los problemas éticos. Habiendo circunscrito el humanismo a la preocupación por la liberación espiritual del individuo, Dostoievski no supo elevarse, en sus concepciones, más allá de la idea de autoperfeccionamiento moral individual. Un talento enorme y su sentido por la verdad artística, le permitieron ofrecer un implacable análisis crítico de la vida rusa, mostrar la tragedia de las capas sociales bajas en el régimen de autocracia y de explotación capitalista (“Pobre gente” “Humillados y ofendidos” “Los hermanos Karamázov”, &c.). En esto, como ha indicado la crítica marxista (Gorki, Lunacharski, &c.) estriba el significado objetivo de la obra del escritor. Constituye una burda tergiversación de la herencia de Dostoievski el presentarlo exclusivamente como místico religioso, personalista, existencialista, &c., cosa que han intentado hacer los filósofos burgueses (Berdiáiev, Lossky, A. Masein, I. Bogatiek y otros).
Diccionario filosófico · 1965:127-128
Escritor realista y pensador ruso. En su primera novela –Pobres gentes (1846)– se presenta ya como humanista, y el principal rasgo de sus opiniones es el “dolor por el hombre” (Dobroliúbov). Una alta apreciación a dicha novela (”primer intento en Rusia de novela social”) la dio Belinski, bajo la influencia de cuyas ideas se encontraba a la sazón Dostoievski. En 1847, Dostoievski ingresó en el círculo de Petrashevski y se sumó a su ala radical, encabezada por N. Spéshnev. En 1849 fue detenido y condenado a fusilamiento, sustituido después por cuatro años de trabajos forzados. En Siberia evolucionaron los criterios de Dostoievski, que llegó a la negación de los métodos revolucionarios de lucha contra la desigualdad social, a la idea de los destinos contrarios de Rusia y Occidente, del nexo, en la conciencia del pueblo, entre la idea de la autocracia y la religión, &c. Ahora bien, siguió siendo fiel a los ideales humanitarios de la fraternidad de los pueblos, la armonía social, basada en la perfección y la felicidad de cada individuo. Estos puntos de vista de Dostoievski hallaron su reflejo unilateral en el llamado “apego al suelo natal”, cercano al eslavofilismo (con rasgos de occidentalismo), concepción que, al regresar a San Petersburgo (1859), desarrolla conjuntamente con M. Dostoievski, N. Strájov y A. Grigóriev. Dostoievski opone al socialismo y la revolución la unificación pacífica de los sectores superiores de la sociedad con el “suelo”, o sea, el pueblo ruso. Desde el punto de vista de Dostoievski, este último gracias a que conservó el ideal cristiano de la “conciliación con todo” y el “carácter humano general”, es capaz de asimilar los resultados de la civilización europea, evitando la enemistad entre los estamentos, propia de las sociedades occidentales. Dostoievski consideraba que la realización universal de semejante ideal era la misión histórica del pueblo ruso. Son evidentes el conservadurismo y el utopismo de tal plan de eliminación de los antagonismos sociales. En sus obras artísticas, Dostoievski critica “el egoísmo, el cinismo, la esclavitud, la desunión y la venalidad” de la civilización burguesa y sufre penosamente la “ruina ética” (Lunacharski), que reina en la Rusia posterior a la reforma. En su obra domina la problemática vinculada con las búsquedas morales y espirituales del individuo (sentido de la vida, libertad y responsabilidad, hombre y Dios, bien y mal, pasión y deber, raciocinio y moral, &c.). Viendo en el hombre no el objeto de manipulación, sino una personalidad que posee libre albedrío y es responsable por las acciones que realiza, Dostoievski exige que en toda situación de la vida cada uno se guíe por el principio ético elevado y riguroso de “ser hombre entre los hombres y seguirlo siendo siempre”. A juicio de Dostoievski, la libertad del individuo no es sólo fuente del bien, sino, también, del mal. La libertad ilimitada o un motín individualista contra las relaciones establecidas conducen al despotismo, a la desunión de los hombres, a la destrucción moral del individuo y hasta a su muerte. Según Dostoievski, la vía hacia la armonización y la sociedad perfecta pasa a través de la resignación y el sufrimiento, que ayudan al hombre a superar la crisis moral y elegir libremente el ideal de la unión en Cristo, el ideal de la humanidad divina (de otro modo triunfará la norma de “todo está permitido” y la sociedad se sumirá en el caos). Dostoievski confiaba en que su ideal religioso era viable, pero la realidad lo conducía a otras conclusiones, engendrando en su conciencia contradicciones insolubles. La antinomia de la mundividencia de Dostoievski se expresa en su enfoque tanto de los problemas religiosos como de los ético-sociales, históricos y estéticos, pero para él lo determinante era el planteamiento humanitario. Por boca de su protagonista decía que no quiere ni puede creer que el mal sea el estado normal de los hombres. La obra de Dostoievski es entrañable para la humanidad progresista por su humanismo, compasión por los “humillados y ofendidos” y por el odio a la opresión social y espiritual de la personalidad. Su obra, que constituye una etapa en el desarrollo del realismo, ejerció considerable influencia sobre la literatura mundial y sobre los criterios de muchos filósofos. Sus puntos de vista han sido tergiversados en extremo por los ideólogos burgueses modernos (sobre todo en el existencialismo, el personalismo y el freudismo). Para el esclarecimiento de los puntos de vista de Dostoievski tienen gran importancia (además de las novelas: Crimen y castigo, 1866; El idiota, 1868; Los demonios, 1871-72; El adolescente, 1875, y Los hermanos Karamázov, (1879-80), también sus cartas y Diario de un escritor.
Diccionario de filosofía · 1984:124-125