Filosofía en español
Concepto que expresa la noción religiosa e idealista de una fuerza sobrenatural que predetermina todos los acontecimientos en la vida de las personas. Según la mitología de la antigua Grecia, la suerte de las personas e incluso de los dioses depende de las deidades del destino, moiras (para los romanos, parcas). Con el tiempo, se empezó a representar el destino como justicia suprema, rectora del mundo (Diké, Némesis, entre los griegos). En el cristianismo, el destino aparece como providencia divina, del ser supremo. La idea del destino como predeterminación divina es inherente a todas las religiones contemporáneas. En el protestantismo, presenta un carácter fatalista claramente expresado (Fatalismo). Algunas corrientes religiosas (por ejemplo, el catolicismo, la religión ortodoxa) intentan aminorar el fatalismo de las representaciones sobre el destino combinando eclécticamente la idea de la predeterminación divina con la del libre albedrío del individuo. En un sentido no filosófico, el concepto de destino también se usa para expresar la conjunción de circunstancias en la vida de un individuo o de un pueblo entero.
Diccionario filosófico · 1965:116
Concepto que expresa la representación idealista religiosa sobre una fuerza sobrenatural que determina de antemano todos los acontecimientos en la vida de los hombres. En la mitología antigua griega, la suerte de los hombres y hasta de los dioses depende de las diosas del destino. Posteriormente se pasó a representar el destino como justicia suprema que gobierna el mundo. En el cristianismo, el destino es providencia divina, fuerza superior. La noción del destino como predeterminación divina es propia de todas las religiones contemporáneas (Fatalismo). Algunas corrientes religiosas (por ejemplo, catolicismo, ortodoxia) procuran debilitar el fatalismo de las representaciones sobre el destino recurriendo a la combinación ecléctica de la idea de la predeterminación divina y el libre albedrío del hombre. En el sentido no filosófico, el concepto de destino se usa también para expresar la concurrencia de las circunstancias en la vida del hombre y hasta de un pueblo entero.
Diccionario de filosofía · 1984:114