Democracia
(Del griego: “demos” – pueblo; “crato” - poder). Democracia significa Poder del pueblo. En la sociedad dividida en oprimidos y opresores, en una clase de explotados y otro de explotadores en el Poder, jamás puede haber un auténtico Poder del pueblo, y la democracia siempre tiene un carácter clasista. Particularmente, en la sociedad burguesa, la democracia constituye la forma de dominación de clase de la burguesía. Hasta cierto momento la burguesía está interesada en la democracia como medio de su dominación política. Elabora una Constitución, crea un Parlamento y otras instituciones representativas, establece el “derecho al sufragio universal” y la libertad política formal. Sin embargo, la posibilidad de hacer uso de tales derechos y de las instituciones democráticas por parte de las extensas masas trabajadoras es disminuida por todos los medios, y, en su conjunto, el aparato democrático de la República burguesa está adaptado para que pueda paralizar la actividad política de las masas y apartar a los trabajadores de su participación en la vida política. “La democracia burguesa, escribía Lenin, aún cuando constituye un gran progreso histórico en comparación con el medioevo, sigue siendo siempre –y bajo el capitalismo no puede dejar de serlo– estrecha castrada, falsificada, hipócrita; un paraíso para los ricos y una trampa y un engaño para los explotados, para los pobres”. El parlamento, “lugar de charlatanería”, es una pantalla para encubrir la política secreta interior y exterior antipopular que se elabora en un estrecho círculo de banqueros, empresarios y políticos profesionales, y se realiza con la ayuda del aparato ejecutivo del Poder estatal, independientemente del Parlamento, que también, dicho sea de paso, es generalmente un órgano obediente de la burguesía. El llamado “derecho al sufragio universal” se reduce, en realidad –como ya lo dijo Marx– “a que una vez cada tres o seis años se le dé al elector la posibilidad de decidir qué miembros de la clase dominante han de representar y aplastar al pueblo en el Parlamento”. Cuando hay una crisis o una guerra, cuando el Poder de la burguesía está amenazado, se dejan de lado las pantallas democráticas y aparece en escena la dictadura militar abierta de la burguesía. Durante la época del imperialismo en los Estados burgueses se efectúa “el viraje desde la democracia hacia la reacción política” (Lenin). Los oportunistas del campo de la Segunda Internacional revisaron la teoría marxista sobre el Estado y la democracia. Lanzaron la falsa y traidora teoría de la “democracia pura” por encima de las clases. Esta teoría pretende que el proletariado no debe romper la vieja máquina de Estado de la burguesía, sino perfeccionarla, reformarla y obtener la transformación pacífica del capitalismo en socialismo. “La democracia pura, escribía Lenin, es una frase hipócrita del liberal que se mofa de los obreros. La Historia conoce la democracia burguesa que sustituye al feudalismo, y la democracia proletaria que sustituye a la burguesa”. La democracia proletaria es una forma nueva, superior, de democracia; una democracia auténtica, efectiva, para la mayoría del pueblo, para las amplias masas laboriosas. La Constitución staliniana del Estado socialista de obreros y campesinos es la única Constitución en el mundo verdaderamente democrática. En la U. R. S. S., todo el Poder del Estado pertenece a los trabajadores de la ciudad y del campo representados por los Soviets de Diputados de Trabajadores. Por vez primera en la historia de la humanidad se manifiesta en la U. R. S. S. el efectivo derecho al sufragio universal, directo, igual y secreto, sin ninguna de las restricciones que aparecen en cualquier Constitución, aún en las de los Estados burgueses más “democráticos”. Todos los ciudadanos de la U. R. S. S., independientemente de su sexo, nacionalidad o raza, gozan de iguales derechos en la vida política, económica y cultural del país del socialismo, participan de igual manera en la dirección del Estado. Así se realiza en la Unión Soviética el auténtico Poder del pueblo, la verdadera democracia.
Diccionario filosófico marxista · 1946:70-72
Democracia
(Literalmente: poder del pueblo). Régimen político en que el poder pertenece al pueblo. La democracia siempre tiene un carácter de clase y no es otra cosa que la forma política de la dictadura de las clases dominantes.
En la sociedad capitalista la democracia representa la forma del dominio de clase de la burguesía, bajo cuya vigencia se declara la igualdad de los ciudadanos ante la ley, se proclaman los derechos de la personalidad y las libertades democráticas: libertad de palabra, de prensa, de reunión, &c. Sin embargo, estas libertades tienen un carácter limitado, porque no puede haber igualdad verdadera entre los explotadores y los explotados, entre los capitalistas y los obreros. El aparato estatal de la democracia burguesa defiende los intereses de los propietarios, que se valen de miles de artimañas para apartar a los trabajadores de la participación en la dirección y dificultar su acceso al órgano representativo superior del estado burgués, el parlamento.
La implantación de la democracia burguesa, a pesar de su carácter limitado, tuvo un significado progresista, porque condujo a la liquidación del régimen de servidumbre y contribuyó al crecimiento de las fuerzas productivas.
A medida que el capitalismo se desarrolla, la burguesía afianzada en el poder renuncia a las conquistas democráticas de la revolución burguesa y se convierte en una fuerza que frena el progreso ulterior de la sociedad.
En la época del imperialismo, en la superestructura política de la sociedad capitalista tiene lugar un viraje de la democracia hacia la reacción política. La burguesía emprende la ofensiva contra los derechos democráticos de los trabajadores. Sin embargo, esta política de los imperialistas es rechazada por el proletariado de los países capitalistas, encabezado por los Partidos Comunistas y Obreros. La lucha por la democracia es la escuela en la que se educan la conciencia y la unidad del proletariado y su madurez política. Lenin decía que si la clase obrera no se educa en la lucha por la democracia, no es capaz de realizar la revolución económica, de tomar en sus manos el poder estatal. En las condiciones actuales, a consecuencia de los grandes cambios a favor del socialismo en una serie de países capitalistas, la clase obrera, que encabeza al campesinado trabajador y a todas las fuerzas patrióticas tiene la posibilidad de conquistar una mayoría sólida en el parlamento y transformarlo de órgano de la democracia burguesa en instrumento de la auténtica voluntad popular.
Un tipo nuevo, históricamente superior de la democracia es la democracia proletaria socialista. La dictadura del proletariado (ver), que constituye el contenido político fundamental del período de transición del capitalismo al socialismo, es en su esencia el poder del pueblo, para el pueblo y en interés del pueblo. Al ejercer la dirección estatal de la sociedad, la clase obrera y su Partido Comunista atraen a todos los trabajadores a la dirección del Estado, crean las condiciones para el desarrollo de la iniciativa económica y política de las masas en aras de la construcción del socialismo y el comunismo.
En el Estado Socialista las amplias masas populares participan directamente en la resolución de los asuntos estatales mediante el sistema de los órganos de trabajo representativos del poder. El aparato del Estado Socialista se construye de acuerdo con el principio del centralismo democrático. Los órganos del Poder Ejecutivo son responsables ante los órganos electivos correspondientes; el control por las masas de la actividad del aparato estatal es asegurado asimismo por el carácter electivo de los jueces y asesores populares, por su responsabilidad ante los electores.
De brillante ejemplo del democratismo de la sociedad socialista puede servir la discusión por todo el pueblo de los problemas del perfeccionamiento ulterior de la dirección de la industria y la construcción que tuvo lugar en la URSS en 1957. En las empresas y obras de construcción, en las organizaciones científicas y oficinas, en los koljoses, estaciones de máquinas y tractores y sovjoses, en las unidades del Ejército Soviético y en los establecimientos de enseñanza se realizaron más de 514 mil asambleas, a las que asistieron más de 40.800.000 trabajadores, de los cuales 2.300.000 intervinieron en la discusión con sus observaciones y proposiciones. En los órganos de prensa centrales y locales fueron publicadas las proposiciones de más de 68.000 personas.
La teoría marxista-leninista enseña que cada nación, al realizar la revolución socialista, aportará algo peculiar a tal o cual forma de la democracia proletaria, a tal o cual variedad de la dictadura del proletariado. En la Unión Soviética el democratismo socialista encontró su expresión en la práctica de la construcción del Estado Soviético y adquirió su forma legal en la Constitución de la URSS. En los países de Democracia Popular el democratismo proletario se realiza en forma de Democracia Popular (ver).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:119-120
Democracia
(del griego δῆμος: pueblo, y κράτος: fuerza, poder). Una de las formas de poder; se caracteriza por proclamar oficialmente el principio de la subordinación de la minoría a la mayoría y el reconocimiento de la libertad y de la igualdad de derechos de los ciudadanos. En la ciencia burguesa, al caracterizarse la democracia por lo común no se va más allá de aducir esos rasgos formales al margen de las condiciones económico-sociales de la vida de la sociedad y del estado real de las cosas. Surge, como resultado, la idea de la denominada democracia “pura”, compartida por oportunistas y reformistas. La realidad es, no obstante, que toda democracia, como forma de organización política de la sociedad «sirve, en última instancia, a la producción y está determinada, en último término, por las relaciones de producción de la sociedad dada» (Lenin, t. XXXII, pág. 60). Ello hace que sea necesario tener en cuenta el desarrollo histórico de la democracia, su dependencia directa del cambio de las formaciones económico-sociales, del carácter y dureza de la lucha de clases. En las formaciones clasistas, la democracia aparece como forma de la dictadura de la clase dominante; posee, en consecuencia, un carácter de clase y de hecho existe sólo para los miembros de aquella clase. Así, en la sociedad burguesa, la democracia constituye la forma del dominio de clase de la burguesía. Durante cierto tiempo, la burguesía está interesada en la democracia como instrumento de su dominio político. Elabora una constitución, establece un parlamento y otras instituciones representativas, introduce (bajo la presión de las masas) el derecho general al voto y las libertades políticas formales. No obstante, las posibilidades de utilizar todos estos derechos democráticos e instituciones, se reducen por todos los medios para las amplias masas de trabajadores; todo el aparato democrático de la república burguesa está estructurado de modo que pueda paralizar la actividad política de las masas y desplazar a los trabajadores de toda intervención en la vida política. Por otra parte, nada hay que garantice la vigencia de los derechos políticos formalmente proclamados, y las instituciones representativas sirven sobre todo para encubrir los objetivos reales de la política que la clase dominante lleva a cabo. Es un rasgo característico de la democracia burguesa la existencia del parlamentarismo, o sea, la división del poder legislativo y del poder ejecutivo, con una manifiesta tendencia a aumentar el papel de este último. En la época imperialista, se produce en los estados burgueses un giro de la democracia a la reacción política. La democracia socialista constituye la forma más elevada de democracia, es la auténtica democracia para la mayoría del pueblo, para las amplias masas trabajadoras. Su base económica radica en la propiedad colectiva de los medios de producción. En la U.R.S.S., por primera vez en la historia de la humanidad, se ha establecido el sufragio efectivamente universal, directo e igual (con votación secreta), sin las limitaciones de toda clase que existen en las constituciones incluso, de los estados burgueses más «democráticos». Todos los ciudadanos de la U.R.S.S., independientemente del sexo, de la nacionalidad y de la raza, gozan de los mismos derechos en la vida política, económica y cultural del país del socialismo, participan en condiciones de igualdad en la dirección del Estado. La democracia socialista asegura con garantías materiales los derechos de los ciudadanos en el orden legislativo. Así, en la sociedad socialista, el derecho al trabajo no sólo se proclama, sino que, además, se consolida mediante la ley y se asegura realmente gracias a que se ha liquidado la explotación, se ha acabado con el paro forzoso, se han abolido las crisis de producción, &c. En eso estriba la diferencia radical entre el democratismo de la democracia socialista y el de la burguesa. El ulterior desarrollo del democratismo socialista se halla vinculado al surgimiento en la U.R.S.S. del Estado de todo el pueblo. El programa del P.C.U.S. establece que en el período en que la sociedad socialista se va convirtiendo en comunista, seguirá desarrollándose en todos sentidos la democracia socialista, la cual, con el tiempo, conducirá a la sustitución del Estado por la autogestión social comunista.
Diccionario filosófico · 1965:109-110
Democracia
(gr. demos: pueblo, y kratos: fuerza, poder): forma de poder que se caracteriza por la proclamación oficial del principio de la subordinación de la minoría a la mayoría y el reconocimiento de la libertad y la igualdad de derechos de los ciudadanos. Al caracterizar la democracia, la ciencia burguesa se limita generalmente sólo a estos rasgos formales, considerados al margen de las condiciones socioeconómicas de vida de la sociedad y del estado real de las cosas. A consecuencia de ello surge la noción acerca de la denominada democracia “pura”, compartida por los oportunistas y los reformistas. Pero en realidad, toda democracia, como forma de organización política de la sociedad, se determina, en última instancia, por las relaciones de producción de la sociedad dada. En virtud de ello, es necesario tener en cuenta el desarrollo histórico de la democracia y su dependencia directa de la sustitución de las formaciones socio-económicas y el carácter y la agudeza de la lucha de clases. En las formaciones divididas en clases antagónicas, la democracia existe de hecho sólo para los representantes de la clase dominante. Así, la democracia en la sociedad burguesa es la forma de dominación de la dictadura de la burguesía. En comparación con el régimen feudal, la democracia burguesa fue una etapa históricamente progresista de desarrollo de la sociedad. Hasta cierto grado, la burguesía está interesada en la democracia como medio de su dominación política. Redacta la constitución, crea el Parlamento y otras instituciones representativas, implanta (bajo la presión de las masas) el sufragio universal y las libertades políticas formales. Sin embargo, las posibilidades de que las grandes masas trabajadoras disfruten de estos derechos e instituciones democráticas se restringen por todos los medios, mientras que todo el aparato democrático de la república burguesa está dirigido a paralizar de hecho la actividad política de las masas y a apartar a los trabajadores de la participación en la vida política. Los derechos políticos formales proclamados no están garantizados por nada, y las instituciones representativas constituyen las más de las veces un instrumento de la política de la clase dominante. En la época del imperialismo, bajo la presión del capital monopolista, en los Estados burgueses se produce un viraje de la democracia a la reacción política, en virtud de lo cual la lucha de las masas trabajadoras y de todas las fuerzas progresistas por la democracia y por los derechos democráticos adquiere gran importancia como condición y eslabón sustanciales de la lucha de clase del proletariado por la transformación socialista de la sociedad. La democracia socialista es la forma superior de democracia, una verdadera democracia para la mayoría del pueblo, para las grandes masas trabajadoras. Su base económica es la propiedad social sobre los medios de producción. En los países socialistas se realiza el auténtico sufragio universal, directo, igual y secreto. Todos los ciudadanos, independientemente del sexo, nación y raza, gozan de derechos iguales en la vida política, económica y cultural. La principal particularidad de la democracia socialista es la incorporación de las masas a la administración del Estado y de todos los asuntos sociales. En el sistema de la democracia socialista un importante lugar corresponde a los organismos de control popular, en la labor de los cuales toman parte millones de trabajadores. La Constitución de la URSS refrenda en forma legislativa toda la plenitud de los derechos y libertades de los ciudadanos, los cuales se aseguran con garantías materiales. Así, en la sociedad socialista, el derecho al trabajo no sólo está fijado legislativamente, sino, también, asegurado realmente gracias a la supresión de la explotación y el desempleo, la ausencia de las crisis en el desarrollo de la producción, &c. En ello consiste la diferencia cardinal entre la democracia socialista y la democracia burguesa. El múltiple desarrollo de la democracia socialista, que se realiza en el proceso de la edificación del comunismo, es la principal orientación del desarrollo del Estado de todo el pueblo y de todo el sistema político del socialismo. Con el tiempo, este desarrollo llevará a la sustitución del Estado por la autogestión social comunista.
Diccionario de filosofía · 1984:107