Ciencia de la Lógica
Título de la principal obra del gran filósofo alemán Hegel (ver), aparecida en 1812-1816. La importancia de Ciencia de la Lógica de Hegel radica en haber proclamado la teoría dialéctica del desarrollo como la única teoría auténtica, en cuyas categorías y conceptos, según palabras de Lenin, fue genialmente descubierta “la idea del movimiento y del cambio universales... hasta su aplicación a la vida y a la sociedad”. Con ello, Ciencia de la Lógica marcó una nueva época en el desarrollo del pensamiento científico. Como todo el sistema filosófico hegeliano, Ciencia de la Lógica, es extraordinariamente contradictoria. Hegel era idealista; concebía la variedad múltiple de la Naturaleza y de la Sociedad humana como la manifestación de cierta idea absoluta que existe independientemente de la Naturaleza. El carácter idealista de la filosofía de Hegel no podía evitar la contradicción con la teoría dialéctica del desarrollo que proclamaba. Hegel era un dialéctico idealista, por lo que precisamente se explican las contradicciones de su Ciencia de la Lógica, el absurdo y falta de sentido de muchas de sus tesis. Ciencia de la Lógica ocupa lugar especial en el sistema filosófico hegeliano; precede a aquellas partes de su sistema en que se determinan las leyes de la Naturaleza, de la Sociedad y del espíritu humano y donde se destacan las formas concretas de manifestación de la idea absoluta. En la lógica se examina el movimiento y el desarrollo de la idea pura, es decir, la idea en su forma abstracta, no concreta. Se presenta allí el supuesto esqueleto lógico de toda la estructura del universo. Según las palabras del propio Hegel, la lógica es el reino del pensamiento puro. “Este reino es la verdad, tal como es, sin tapujos, en sí y para sí misma” tal como es “en su esencia eterna hasta la creación de la Naturaleza y de cualquier espíritu finito”. Por eso, los “personajes” que actúan en Ciencia de la Lógica no son la Naturaleza y el mundo objetivo, sino los pensamientos, los conceptos y las categorías lógicas puras. Estos conceptos y categorías están dotados de una capacidad de existencia y desarrollo autónomos. Al desarrollarse, un concepto se convierte en otro más rico y más sustancial, y esta transformación de las categorías constituye precisamente la esencia del desarrollo de la verdad, “tal como es, sin tapujos”. Así, la calidad se transforma en cantidad y su síntesis da un nuevo concepto: la medida, &c. El desarrollo de la lógica va en Hegel de los conceptos que reflejan lo directamente sensible, hacia los conceptos cada vez más complejos que reflejan la esencia, las conexiones ocultas, no visibles, de los fenómenos. El orden de disposición de las categorías lógicas en la Ciencia de la Lógica hegeliana es el de los peldaños de una gran escalera por la que trepa la idea absoluta. En los peldaños superiores, la idea absoluta manifiesta cada vez más amplia y profundamente sus definiciones, se cubre de nuevas y más ricas propiedades y se aproxima cada vez más a su plena revelación y descubrimiento. El último peldaño es, a la vez, la idea absoluta. Allí culmina el desarrollo de la “verdad pura”. Ya Feuerbach demostró que todas estas ideas absolutas, conceptos y categorías creadoras de vida, son una mística y un absurdo reaccionarios. Sin embargo, es evidente que bajo esta forma mística, idealista, Hegel supo descubrir las leyes por las cuales se rige el desarrollo del mundo objetivo, real, que existe independientemente de la idea. Lenin señaló con profundidad este aspecto de Ciencia de la Lógica: “Hegel ha adivinado genialmente en el cambio, en la interdependencia de todas las ideas, en la identidad de los contrarios, en los tránsitos de un concepto a otro, en el cambio y desarrollo eternos de los conceptos, la misma relación de las cosas, de la Naturaleza”. La idea central de Ciencia de la Lógica radica en la teoría hegeliana de la unidad y lucha de los contrarios. Hegel demuestra que las contradicciones, la lucha entre los contrarios internos, de los cuales se compone cada fenómeno, son la fuente del desarrollo. “La contradicción es la raíz de todo movimiento y de toda vida, porque sólo cuando una cosa tiene contradicción en sí misma, adquiere impulso y actividad”, escribe Hegel. Al movimiento de las ideas y de las categorías lógicas, Hegel aplica el principio de la lucha de los contrarios como fuente de desarrollo. Unos conceptos se convierten en otros, según Hegel, precisamente en virtud de su contradicción interna. Pero en el mundo objetivo, los conceptos por sí mismos no existen. Sólo son el reflejo del mundo real de las cosas y de los fenómenos en la conciencia del hombre. También de igual manera lo contradictorio de los conceptos lógicos, su conexión mutua, &c., son sólo el reflejo de lo contradictorio y de las conexiones mutuas de las propias cosas objetivas. Como idealista, Hegel disimuló, negó el vínculo de los conceptos con el mundo real, mistificó la dialéctica del mundo real, imaginándosela como la dialéctica del pensamiento puro. Pero, contrariamente a su propio idealismo, Hegel extrajo de la Naturaleza objetiva, real, las leyes del movimiento. Lo mismo ocurre con los demás principios importantes de Ciencia de la Lógica. Hegel da una teoría de contenido sustancial, sobre el desarrollo. Demuestra la nulidad de la teoría metafísica del desarrollo, ridiculiza irónica y mordazmente lo vacío y sin contenido de la lógica formal. Su teoría del trueque de cantidad en calidad, del desarrollo a saltos, de las conexiones universales, multilaterales de los fenómenos, de la negación de la negación, de la flexibilidad y movilidad de los conceptos lógicos, &c., constituye la representación más profunda del desarrollo; todo ello está elaborado con una plenitud y proporción enciclopédicas. Lenin escribía que Marx y Engels veían en la dialéctica de Hegel la doctrina más completa, más fecunda y más profunda de la evolución, reconociéndola como la adquisición más grande de la filosofía clásica alemana. “Cualquiera otra formulación del principio del desenrollo, de la evolución, les parecía estrecho, pobre, mutiladora y desfiguradora de la marcha real de la evolución (marcada a veces con saltos, catástrofes, revoluciones), en la Naturaleza y en la Sociedad” (Lenin). El gran valor de esta obra de Hegel, Lenin lo señalaba precisamente en el hecho de que en Ciencia de la Lógica se da una doctrina de desarrollo enormemente más profunda y más rica que todas las triviales teorías sobre la evolución. Pero, puesto que Hegel puso de cabeza el mundo real y las leyes de su desarrollo, desfigurándolo de una manera idealista, debía salvarse todo lo precioso y qenial que había en Ciencia de la Lógica, debía descubrirse lo que estaba debajo de la gruesa capa de corteza idealista, depurarlo del idealismo y reelaborarlo de una manera materialista. Esto lo hicieron los fundadores del marxismo-leninismo. Lenin extractó cuidadosamente Ciencia de la Lógica, junto a observaciones que ponen al descubierto el profundo sentido de la obra de Hegel y dan un modelo de la reelaboración materialista de su filosofía. Lenin penetra con el mayor vigor en el sentido racional de Ciencia de la Lógica de Hegel, pone en claro las páginas más complicadas de este difícil libro, separa lo fundamental de lo secundario, lo genial de lo absurdo y da un modelo para los materialistas de la lectura de Hegel. “Trato, en general, de leer a Hegel en materialista: Hegel es el materialismo puesto cabeza abajo (según Engels), y yo elimino la mayor parte de la divinidad, lo absoluto, la idea pura, etcétera”. El siguiente ejemplo demuestra la manera que tenía Lenin de leer y descubrir el sentido racional de Ciencia de la Lógica. Hegel escribe: “No hay nada, ni en el cielo, ni en la Naturaleza, ni en el espíritu, ni en ninguna otra parte, que no contenga juntos lo inmediato como lo mediato.” Ante estas palabras, Lenin observa: “1) El cielo –la naturaleza– el espíritu. Rechazado el cielo: materialismo. 2) Todo es mediato = inmediato, relacionado en uno, relacionado por tránsitos. Rechazado el cielo - sea una conexión con arreglo a leyes de todo (el proceso) del mundo”. Así, a lo largo de todo su extracto, Lenin pone al descubierto la contradicción más profunda de Ciencia de la Lógica de Hegel, deja al desnudo, implacablemente, sus lados débiles y reaccionarios, y con la pasión de un revolucionario proletario recalca todo lo positivo, lo progresista, lo auténticamente científico que hay en esta obra que constituye toda una época en la ciencia filosófica.
Diccionario filosófico marxista · 1946:42-44