Filosofía en español 
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Calidad y cantidad

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

Calidad y cantidad

Categorías de la dialéctica materialista que reflejan aspectos importantes de los objetos y de los procesos. La calidad es una determinación esencial del objeto, determinación de sus rasgos y caracteres inherentes, en virtud de la cual, es lo que es y no otra cosa, y la que lo distingue de otros objetos. En la naturaleza y en la sociedad, todo está en movimiento y desarrollo continuos: constantemente, alguna cosa perece o nace. Pero no se infiere por ello que los objetos y los fenómenos no tengan contenido determinado, forma determinada de existencia, o que sean inestables. Su determinación cualitativa es precisamente lo que los convierte en estables, lo que limita los objetos y crea la diversidad concreta de la naturaleza. La dialéctica marxista se alza resueltamente contra las teorías mecanicistas que niegan la calidad como determinación objetiva de los objetos, y que reducen la diversidad del mundo a diferencias puramente cuantitativas. Semejante concepción destruye la particularidad cualitativa de los objetos y conduce a concepciones anticientíficas según las cuales el desarrollo no sería más que una modificación puramente cuantitativa sin contener saltos ni formas de lucha revolucionarias contra lo viejo, &c. Tal es, sobre todo, la posición de los reformistas que pretenden que sólo el cambio cuantitativo del capitalismo por medio de reformas menudas, de modificaciones en la legislación, sin cambio cualitativo radical, sin revolución ni instauración de la dictadura del proletariado, podrá culminar “un buen día” en el advenimiento del socialismo. En realidad, el capitalismo y el socialismo, como modos de producción sociales, son diametralmente opuestos entre sí por su determinación cualitativa. Se hallan regidos por leyes de desarrollo diferentes y, al ser diametralmente opuestos por su calidad, la transición del uno al otro, del capitalismo al socialismo, sólo es posible por medio de la destrucción radical del régimen capitalista caduco, por su abolición revolucionaria, y por la instauración de un régimen nuevo, socialista.

El concepto de la calidad reviste por consiguiente, un inmenso alcance teórico. El conocimiento científico debe comenzar por determinar cualitativamente los fenómenos estudiados, vale decir, destacar las particularidades que les son inherentes, que los distinguen de los otros fenómenos. Mientras no se haya determinado la calidad de los objetos, no es posible establecer las leyes de su desarrollo. Si se desconoce la determinación cualitativa de las cosas y de los fenómenos, se desemboca en la afirmación idealista subjetivista según la cual, toda la diversidad del mundo no es más que el fruto de las sensaciones. Tal es por ejemplo, la teoría de las cualidades primarias y secundarias, en virtud de las cuales, sólo la extensión, el volumen, la configuración de los objetos, son objetivos, mientras que el color, el olor, el sonido, el gusto, &c., serían sensaciones subjetivas. Esa opinión es absolutamente contraria a la realidad.

La calidad de las cosas y de los fenómenos no es eterna, sino que está sujeta a cambios. El metafísico se representa el desarrollo como un movimiento que se cumple siempre en los límites de las propias cualidades, y que excluye toda aparición de lo nuevo y toda desaparición de lo viejo. Tales son por ejemplo, las concepciones “weismanistas-morganistas” sobre la evolución de la naturaleza viva, las ideas de los “virchovianos” sobre la célula, &c. Por el contrario, el método dialéctico estima que el proceso de desarrollo debe ser encarado no como un movimiento circular, sino como una progresión, una transición de un estado cualitativo viejo a un estado cualitativo nuevo, un desarrollo que va de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior. El nuevo estado cualitativo nace a consecuencia de un salto, de una transición brusca de un estado a otro. Y no nace accidentalmente, sino conforme a leyes, a consecuencia de la acumulación de cambios cuantitativos imperceptibles y graduales. El materialismo dialéctico considera pues, el problema de la transición de un estado cualitativo a otro en conexión estrecha con el de las modificaciones cuantitativas de los objetos y de los procesos. La calidad del objeto no existe fuera de su determinación cuantitativa. Los aspectos cualitativos y cuantitativos del objeto constituyen una unidad.

La categoría de la cantidad traduce aquel aspecto del objeto que caracteriza al grado, al nivel de su desarrollo, a su composición cuantitativa. La calidad del objeto está estrechamente ligada a su aspecto cuantitativo, del que depende. Así es como los elementos químicos diferentes se distinguen por su composición cuantitativa: por ejemplo, el núcleo del átomo de hidrógeno se compone de un protón, y alrededor de ese núcleo gira un electrón: el núcleo del átomo de uranio se compone de 92 protones y de 146 neutrones, y alrededor del núcleo giran 92 electrones. La vida social nos ofrece igualmente ejemplos de la dependencia de la calidad con respecto a la cantidad. El nivel de la productividad del trabajo y del desarrollo de las fuerzas productivas determina en última instancia, el advenimiento de tal o cual formación económica y social. El régimen de la comuna primitiva tenía por base un bajo nivel de productividad de trabajo y de las fuerzas productivas. El crecimiento de la producción y de la productividad de trabajo hizo estallar ese régimen, engendró la división social del trabajo, la propiedad privada y las clases: una nueva formación social y económica vio la luz. La victoria del comunismo está en función de un nivel de la productividad del trabajo superior al del capitalismo.

Así como no hay que separar el aspecto cualitativo del aspecto cuantitativo, tampoco hay que considerar los cambios cuantitativos separadamente de los cambios cualitativos, como lo hacen los metafísicos, para quienes el desarrollo es una simple evolución cuantitativa. El método metafísico aplicado a la historia fue característico sobre todo de los populistas (ver Populismo) según los cuales, eran los campesinos y no los obreros los que debían acometer la revolución socialista en Rusia, pues en la década del ochenta del siglo pasado, se contaban en el país decenas de millones de campesinos mientras que los obreros eran poco numerosos. Los populistas comparaban la cantidad de campesinos a la de los obreros, despreciando completamente la naturaleza social, cualitativa de esas dos clases, sin tener en cuenta las leyes del proceso histórico. Ahora bien, el campesinado como clase se disgregaba, mientras que el proletariado se desarrollaba para convertirse en una inmensa fuerza histórica y política.

Así pues, el método marxista exige que se consideren los aspectos y los cambios cuantitativos y cualitativos de los objetos y de los fenómenos desde el punto de vista de su vinculación estrecha y de su acción recíproca. La dialéctica de su interacción es de una gran importancia para la concepción científica del desarrollo (ver igualmente Salto; Transformación de cambios cuantitativos en cambios cualitativos; Evolución y revolución; Medida).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:54-55

Calidad y cantidad

Categorías de la filosofía que reflejan importantes aspectos de la realidad objetiva. El mundo no consta de cosas preparadas y acabadas, sino que constituye un conjunto de procesos en los cuales las cosas se modifican constantemente, surgen y se destruyen. Pero de esto no se sigue que las cosas carezcan de determinada forma de existencia, que sean absolutamente inestables e indiferenciables entre sí (véase relativismo). Por más que cambie un objeto, hasta cierto tiempo sigue siendo precisamente este objeto, cualitativamente determinado, y no otro. La determinación cualitativa de los objetos y fenómenos es lo que los hace estables, lo que los delimita y lo que crea la diversidad infinita del mundo. La calidad es la determinación esencial del objeto, gracias a la cual el objeto es el objeto dado y no otro, se distingue de otros objetos. La calidad del objeto no se reduce a sus propiedades singulares. Se halla vinculada al objeto como un todo, lo abarca plenamente y es inseparable de él. Esta es la razón de que el concepto de calidad se enlace con el ser del objeto. El objeto, sin dejar de ser lo que es, no puede perder su calidad. Mas, cada objeto se halla unido por miles de hilos a otros objetos, se encuentra con ellos en polifacéticas relaciones, constituye la unidad de lo singular, de lo particular y de lo universal. Aparte de determinación cualitativa, todos los objetos poseen también determinación cuantitativa: magnitud, número, extensión, ritmo en que los procesos transcurren, grado de desarrollo de las propiedades, &c. La cantidad es una determinación de la cosa gracias a la cual ésta puede dividirse (real o mentalmente) en partes homogéneas, y las partes se pueden reunir en una unidad. La homogeneidad (semejanza, parecido) de las partes u objetos constituye un rasgo distintivo de la cantidad. Las diferencias entre objetos no semejantes unos a otros tienen un carácter cualitativo; las diferencias entre objetos análogos, poseen un carácter cuantitativo. A diferencia de la calidad, la cantidad no se halla tan estrechamente ligada al ser del objeto. Las transformaciones cuantitativas no llevan de golpe al aniquilamiento o a la modificación esencial del objeto. Únicamente después de haber alcanzado un límite específico para cada objeto, los cambios cuantitativos dan origen a cambios cualitativos. En este sentido, las relaciones cuantitativas, a diferencia de las cualitativas, se caracterizan por la relación externa respecto a la naturaleza de los objetos. De ahí que en el proceso de la cognición (por ejemplo, en matemáticas) tales relaciones puedan ser separadas de su contenido como de algo indiferente para el caso. El que las teorías matemáticas puedan aplicarse en tan amplia medida en distintas esferas –por su contenido– de la ciencia natural y de la técnica, se explica por el hecho de que la matemática estudia las relaciones cuantitativas. La calidad no puede ser reducida a la cantidad, como intentan hacer los metafísicos. No existe un solo objeto que sólo posea un aspecto o cualitativo o cuantitativo. Cada objeto representa una unidad de determinada calidad y cantidad (Medida). El quebrantamiento de la medida provoca el cambio del objeto o del fenómeno dado, lo transforma en otro objeto o fenómeno (Transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos).

Diccionario filosófico · 1965:55-56

Calidad y cantidad

Categorías de la filosofía que reflejan importantes aspectos de la realidad objetiva. El mundo no está constituido por cosas preparadas, acabadas, sino que es un conjunto de procesos en los que las cosas constantemente surgen, se cambian y destruyen. Pero esto no significa que las cosas no tengan una forma determinada de existencia, sean absolutamente inestables e indistinguibles entre sí. (cfs. Relativismo). El objeto, por mucho que cambie, sigue siendo hasta algún tiempo precisamente éste y no otro objeto cualitativamente determinado. La determinación cualitativa de los objetos y fenómenos es lo que los hace estables, los deslinda y crea la diversidad ilimitada del mundo. La calidad es la determinación del objeto, en virtud de la cual éste es precisamente el objeto dado y no otro, y se diferencia de otros objetos. La calidad del objeto no se reduce a algunas de sus propiedades. Está enlazada con todo el objeto, lo engloba por completo y es inseparable de él. Por eso, el concepto de calidad se vincula con el ser del objeto, que, siendo el mismo, no puede perder su calidad. En las relaciones de un objeto con otros se manifiestan sus distintas propiedades o grupos de propiedades; en este sentido puede hablarse que los objetos y fenómenos poseen muchas calidad. Además de la determinación cualitativa, todos los objetos tienen también la determinación cuantitativa: magnitud, número, volumen, ritmo de los procesos, grado de desarrollo de las propiedades, &c. La cantidad es la determinación de la cosa, gracias a la cual se la puede dividir (de modo real o mental) en partes homogéneas y unir estas partes en un todo. La homogeneidad (semejanza, coincidencia) de las partes u objetos es rasgo distintivo de la cantidad. Las diferencias entre los objetos no semejantes unos a otros revisten un carácter cualitativo, y las existentes entre los objetos semejantes, cuantitativo. A diferencia de la calidad, la cantidad no está enlazada tan estrechamente con el ser del objeto; los cambios cuantitativos no conducen de inmediato a la destrucción o al cambio esencial del objeto. Únicamente al llegar a un límite determinado para cada objeto, los cambios cuantitativos provocan los cualitativos. En este sentido, la determinación cuantitativa se caracteriza, a diferencia de la cualitativa, por la relación exterior con la naturaleza de los objetos y por eso no puede ser separada en el proceso del conocimiento (por ejemplo, en las matemáticas) del contenido como de algo poco importante para el asunto. La aplicabilidad excepcionalmente amplia de las teorías matemáticas en las esferas de las ciencias naturales y la técnica, distintas por su contenido concreto, se explica con que las matemáticas estudian por excelencia las relaciones cuantitativas. La calidad no puede ser reducida a la cantidad, como tratan de hacer los metafísicos. Ningún objeto posee sólo el aspecto cualitativo o sólo el aspecto cuantitativo. Cada objeto es la unidad de determinadas calidad y cantidad (Medida); es una magnitud cualitativa (cantidad) y calidad cuantitativamente determinada. La infracción de la medida conduce al cambio del objeto o fenómeno dado y a su transformación en otro objeto o fenómeno (Transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos).

Diccionario de filosofía · 1984:52-53