Filosofía en español
(del latín “auctoritas”: prestigio, fuerza, poder.) Importancia e influencia de que goza en el reconocimiento general de las personas un individuo, un sistema de opiniones o una organización, en virtud de determinadas cualidades y méritos. Según sea la esfera de influencia, se distingue una autoridad política, moral, científica, &c. Un sistema de autoridad es condición necesaria para el desarrollo histórico-social del hacer práctico. La autoridad desempeña un importante papel en la edificación socialista, cuando las amplias masas de trabajadores se incorporan activamente a la obra común. El abuso de autoridad puede llevar, en último término, a que desaparezca la fe en ella o a la ciega subordinación que se convierte en culto a la personalidad. El XXII Congreso del P.C.U.S. hizo hincapié en la diferencia que existe entre la autoridad de los dirigentes y el culto a la personalidad, e indicó que la autoridad ha de conquistarse a través de un desinteresado servicio al pueblo, al Partido, a través de un trabajo tenaz y de un conocimiento profundo de la obra que se realice. Para conservar la autoridad, es necesario tener en cuenta la opinión pública, no alejarse de las masas, basarse en la experiencia de éstas. La crítica y la autocrítica son la condición que evita la transformación de la autoridad en culto a la personalidad.
Diccionario filosófico · 1965:33
(latín autoritas: dignidad, fuerza, poder.) Importancia e influencia generalmente reconocidas de una persona, sistema de opiniones u organización, en virtud de determinadas cualidades y méritos. En dependencia de la esfera y el modo de influencia se distinguen la autoridad política, moral, científica, &c. En la sociedad dividida en clases, el papel principal corresponde a la autoridad política y jurídica del Estado. En las condiciones de la construcción socialista, cuando las grandes masas trabajadoras participan activamente en los asuntos de la sociedad, aumenta el papel de la autoridad moral. En la filosofía burguesa contemporánea existen dos tendencias opuestas en la interpretación de la autoridad: el autoritarismo (prédica de la absoluta infalibilidad del portador de la autoridad), que se manifestó en sus formas extremas en la ideología del fascismo (culto al führer), o la negación nihilista de toda autoridad, la prédica de la “libertad absoluta del individuo”. Reconociendo la importancia de la autoridad de distinto géneros el marxismo considera que la autoridad debe ser conquistada como resultado del servicio desinteresado al pueblo y al partido, del trabajo abnegado y de un profundo conocimiento del oficio o profesión. La autoridad no tiene nada que ver con el culto a la personalidad. La base de la noción de autoridad es la doctrina marxista-leninista acerca del papel de las masas populares y del individuo en la historia.
Diccionario de filosofía · 1984:32