Obras completas de Platón | Madrid 1871-1872 |
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Obras completas de Platón, tomo 1, Medina y Navarro, Madrid 1871, págs. XXXIII-XLV.
No es cuestión fácil de resolver la relativa al orden que debe seguirse en la colocación de los Diálogos de Platón.{1} No es esta una dificultad nueva, sino que data de la más remota antigüedad; así Diógenes Laercio cita cuatro sistemas de clasificación, que hacía ya mucho tiempo se disputaban la opinión de los sabios.{2}
Unos dividían los Diálogos en dos grandes clases, según sus caracteres intrínsecos: los diálogos didácticos, que tienen por objeto la enseñanza de la verdad, y los diálogos zetéticos, que tienen por asunto el arte de descubrirla. Se dividían los primeros en teóricos y prácticos; los segundos en gimnásticos y agonísticos, y cada una de estas categorías comprendía nuevas subdivisiones.
Otros considerando la forma de los diálogos más que el fondo, los clasificaban en tres series; diálogos dramáticos, diálogos narrativos, diálogos mixtos.
Una tercera clasificación, atribuida por Trasilo a Platón mismo, agrupaba los diálogos en nueve [XXXIV] tetralogías. «Es sabido, dice Diógenes Laercio, que en los concursos poéticos, en las Panateneas, en las Dionisiadas, y en otras fiestas de Baco, debían presentarse tres tragedias y un drama satírico, y que estas cuatro piezas reunidas formaban lo que se llama una tetralogía. Este ejemplo de los trágicos es el que quiso imitar Platón según Trasilo.
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{1} Ajustándonos, según queda dicho, en la colocación de los diálogos al método seguido por Chauvet y Saisset, nos ha parecido conveniente publicar las observaciones que estos escritores hacen para demostrar la procedencia de este orden.
{2} Diógenes Laercio, libro III.
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Observaciones sobre el orden de los Diálogos, en texto