La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Antonio de Guevara 1480-1545

Libro áureo de Marco Aurelio

Capítulo XXVII
Cómo en el mes de diziembre cada año visitavan a todos los vezinos de Roma para saber cómo vivían, y de lo que accusaron a un romano.


A la sazón que esto en la isla acontesció, estava en aquella çiudad, ya vezino y morador, un romano por nombre Antígono, varón de nobles patricios en sangre y algo entrado en edad. Avía dos años, poco más o menos, que estava desterrado de Roma él y su muger con una hija, que los hijos no fueron desterrados, y fue la occasión ésta. Era muy noble costumbre y muy antigua, dende Quinto Cincinato dictador, en el mes de diziembre dos senadores los más ancianos, iunctamente con el censor nuevo y censorino viejo, visitar toda Roma de esta manera: llamavan a cada romano por sí aparte, y amonestávanle con las doze tablas de sus leyes y las pragmáticas particulares de su Senado, y preguntávanle si en su barrio sabía quién las huviese quebrantado, lo qual hecho davan aquella pesquisa al Senado, y iunctamente allí todos ordenavan las penas según la diversidad de las culpas. No podían a alguno castigar por culpas que huviese cometido en el presente año, sino avisarle se emendase para el año advenidero. El que fue amonestado en la otra visitaçión y no hallaron en él emienda, este tal era gravemente punido y algunas vezes desterrado. Eran éstas palabras de la ley en la quinta tabla en el obello terçero: «Ordena el Sacro Senado, consiente el venturoso Pueblo, reçíbenlo las antiguas colonías, que si los hombres por ser hombres en un año pecaren, los hombres como hombres por ese año lo dissimulen. Mas si los malos como malos no se emendaren, los buenos como buenos [111] gravemente los castiguen.» Dezía más la ley: «Los primeros males çúffranse porque los cometen con flaca ignorancia, mas si los continuaren, castíguenlos porque ya no es sino por pereza o malicia.» Esta inquisiçión se hazía en el mes de diziembre, a causa que luego en el mes de Jano, que es enero, se avían de repartir los offiçios en Roma, y era razón supiesen a quién se avían de dar o negar las dignidades, porque no fuesen elegidos malos por buenos o buenos por malos.

El caso particular porque los desterraron a marido y muger fue éste. El segundo Emperador de Roma, Augusto, ordenó que ningún romano fuese osado de orinar a las puertas de los templos, y Calígula, quarto Emperador, mandó que ninguna muger diese çédulas para traer en la garganta con que se quitasen las quartanas. Y Cathón Censorino hizo una ley que ningún moço con moça, ni moça con moço fuesen osados hablar ni estar iunctos a las fuentes do cogían agua, ni en los ríos do lavan paños, ni en los ornos do cozían pan, porque toda la iuventud romana acudía allí como milanos a buytrera.

Acontesçió que, visitando los çensores y los cónsules en Roma un barrio por nombre Monte Çelio, fue acusado un vezino que se llamava Antígono que le vieron orinar en las paredes del templo Mars. Assimesmo, fue acusada su propria muger que dava y vendía çédulas para las quartanas. Por semejante fue vista una hija suya en las fuentes, ríos y ornos platicar y reír con los mançebos romanos, la qual cosa era gran infamia en las donzellas romanas. Pues visto por los çensores el mal recaudo que en la casa de Antígono avían hallado en los registros, como ya de aquellas cosas avían sido avisados, desterráronlos a la isla de Çiçilia por quanto fuese la voluntad del Senado. Y como en los edifiçios famosos de que hazen sentimiento nunca cae piedra sin que dexe movida otra piedra, por semejante son tan varios los acaescimientos de los hombres, que jamás viene una desdicha sin que dexe emplazada otra. Esto se dize porque Antígono, este romano, no sólo perdió la honra y hazienda en su patria, mas aun en el destierro la invidiosa fortuna con el terremoto del monstruo [112] se le cayó una casa y le mató una su muy querida hija. En todo este tiempo que esto passó en Roma y lo del monstruo acontesçió en Çiçilia, Marco el Emperador estava en la guerra contra los argonautas, el qual venido, como le diesen una carta de Antígono, en la qual relatava su destierro, al buen Emperador tomóle gran compassión y para consolarle tornóle a rescrevir otra. [113]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Libro áureo de Marco Aurelio (1528). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo I, páginas 1-333, Madrid 1994, ISBN 84-7506-404-3.}

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Antonio de Guevara
La versión del Libro áureo de Marco Aurelio, preparada por Emilio Blanco, ha sido publicada en papel en 1994 por la Biblioteca Castro, y se utiliza con autorización expresa de su editor y propietario, la Fundación José Antonio de Castro (Alcalá 109 / 28009 Madrid / Tel 914 310 043 / Fax 914 358 362).
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