La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Antonio de Guevara 1480-1545

Libro áureo de Marco Aurelio

Capítulo XXII
Cómo en tiempo de Marco Emperador vinieron los mauritanos con una flota a conquistar la Gran Bretaña, que agora es Ingalaterra.


En el año cinqüenta y quatro de la edad de Marco Emperador, y décimo año de la electión de su Emperio, en el mes de quíntilis, estando en la çiudad de Partínoples y no bien dispuesto de salud porque le fatigava la gota en los pies, vínole un centurión a manera de tabellario con gran furia, diziéndole cómo en la Gran Bretaña repentinamente avía venido una armada. Preguntado el centurión, dixo que venían en ella çiento y treinta naos del reyno de los mauritanos, y la quantidad era veinte mill de pie y dos mill cavalleros. Y dixo más: que venía por capitán general un hermano del rey de los mauritanos por nombre Asclipio, y que avía tomado tierra en un puerto de la isla que se llamava Arpino, y que para resistir tan gran potençia avía poca gente de guarniçión en la isla.

El noble Emperador, oýda la embaxada, puesto que de dentro lo sintiese como hombre, pero defuera lo dissimuló como discreto, mostrando serenidad en el rostro y reposo en las palabras. Viendo, pues, que el negoçio no suffría dilaçión, dixo estas palabras: «Yo me veo con poca gente y con ningún dinero, pero haré lo que pudiere, y luego, porque más vale el mediano socorro que se embía con tiempo que el muy complido si acude tarde.» Pues luego el buen Emperador proveyó que todos los de su palaçio partiesen para Bretaña, sin quedar alguno para su serviçio.

Era costumbre que los emperadores romanos tales hombres [94] tuviesen en su casa, que fuesen para embiarlos a qualquiera afrenta de guerra. Pues ya que estavan embarcados, llegó un vergantín de Bretaña, el qual dixo cómo los mauritanos eran tornados y que podían estar seguros que no avía hombre en la isla. Como el buen Emperador traxese su casa tan conçertada, y poca occasión abaste al derramado para derramarse, andavan todos los suyos muy sueltos, que por occasión de la guerra algunos hazían no buena vida. Visto por el Emperador la dissoluçión de su corte y el atrevimiento de los officiales de su casa, porque no afloxasen más en la virtud y creçiesen en la malicia, acordó un día llamarlos a todos en secreto, y díxoles estas palabras. [95]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Libro áureo de Marco Aurelio (1528). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo I, páginas 1-333, Madrid 1994, ISBN 84-7506-404-3.}

<<< Capítulo 21 / Capítulo 23 >>>


Edición digital de las obras de
Antonio de Guevara
La versión del Libro áureo de Marco Aurelio, preparada por Emilio Blanco, ha sido publicada en papel en 1994 por la Biblioteca Castro, y se utiliza con autorización expresa de su editor y propietario, la Fundación José Antonio de Castro (Alcalá 109 / 28009 Madrid / Tel 914 310 043 / Fax 914 358 362).
© 1999 Fundación Gustavo Bueno (España)
Proyecto Filosofía en español ~ www.filosofia.org