Aristóteles· La gran moral

Libro I· II

Patricio de Azcárate· Obras de Aristóteles· volumen 2· Madrid 1873

Biblioteca Filosófica. Aristóteles. Moral, tomo segundo. Obras filosóficas de Aristóteles. Obras de Aristóteles, puestas en lengua castellana por D. Patricio de Azcárate, socio correspondiente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas y de la Academia de la Historia. Madrid [1874], Medina y Navarro, Editores. Calle del Rubio, núm. 25. (Imprenta de la Biblioteca de Instrucción y Recreo, Rubio 25, Madrid.) 261 páginas.

Índice y sumario

La gran moral

Libro primero

Capítulo primero. De la naturaleza de la moral.

Forma parte de la política. – Debe estudiarse la virtud bajo un punto de vista práctico a fin de conocerla y adquirirla. – Trabajos anteriores; Pitágoras, Sócrates, Platón; defectos de sus teorías. El autor procurará completarlas. – Principios generales sobre el bien. La política, que es la primera de las artes, debe estudiar el bien con aplicación al hombre. De la idea del bien. Del bien real y común en las cosas. – Papel de la definición y de la inducción en este estudio. – La política y la moral no tienen que ocuparse de la idea absoluta del bien. El bien está en todas las categorías y cada bien especial os objeto de un arte especial. – Error de Sócrates que consideraba la virtud como una ciencia, 7

Capítulo II. División de los bienes.

Bienes estimables y honrosos; bienes laudables; bienes que sólo existen en potencia; bienes conservadores; bienes deseables en todas partes y siempre; bienes que son fines; bienes que no son fines. – Del método que debe seguirse para estudiar el bien supremo. – Dificultad e incertidumbre de esta indagación, 13

Capítulo III. Otra división de los bienes.

Bienes del alma; bienes del cuerpo; bienes exteriores. – El fin siempre es doble. – El uso y la simple posesión. – El acto es superior a la facultad, 15

Capítulo IV. De la felicidad.

La virtud está en el alma y el alma es la que constituye al hombre esencialmente. – Definición de la felicidad. Sus condiciones necesarias, en sí misma y en los seres que pueden poseerla. – La felicidad consiste sobre todo en el acto. – Digresión sobre las diversas facultades del alma, y especialmente sobre la facultad nutritiva, 16

Capítulo V. División del alma en dos partes.

La una racional; la otra irracional. Virtudes de la una y de la otra. – El exceso, sea en más sea en menos, destruye la virtud. Ejemplos diversos. Ejemplo especial del valor, 18

Capítulo VI. De la influencia del placer y del dolor sobre la virtud.

De la influencia del hábito. – La moral toma su nombre del hábito en la lengua griega, 20

Capítulo VII. De los diversos fenómenos del alma.

Las afecciones, las facultades y las disposiciones. – Definición de estas tres cosas. – La buena disposición está igualmente distante del exceso y del defecto. – Diversos ejemplos, 20

Capítulo VIII. De las disposiciones.

Buenas, están en una especie de medio; malas, están en el exceso o en el defecto. – Objeciones a los bienes que no están ni en el defecto ni en el exceso. – Refutación de esta objeción, 21

Capítulo IX. El defecto y el exceso son lo contrario del término medio en que consiste la virtud.

Diversos ejemplos. – Los dos extremos pueden ser contrarios al medio.-Dos métodos para distinguir lo contrario: ver cuál es el contrario más lejano; atender a las tendencias naturales. – Dificultad y mérito de la virtud, 22

Capítulo X. La virtud y el vicio dependen del hombre y son voluntarios.

Error de Sócrates. – Las legislaciones y la estimación y el desprecio de los hombres prueban que la virtud depende de nuestro libre albedrío. – Otras pruebas en apoyo de esta teoría. – El hombre, como el resto de la naturaleza, tiene la fuerza de producir ciertas cosas y ciertos actos. Estos actos cambian, y con ellos cambian también los principios mediante los que el hombre los produce: la voluntad, la determinación. – La libertad en el hombre es incontestable, 24

Capítulo XI. Teoría de la libertad en el hombre.

Definición del acto voluntario y libre. – Tres especies de apetito. – El placer es el resultado de todo lo que se hace por deseo; el dolor, de todo lo que se hace por necesidad. – Objeción a esta teoría. – La intemperancia, se dice, es involuntaria. Refutación de esta teoría, 26

Capítulo XII. Continuación de la refutación precedente.

Otra objeción para probar que la intemperancia es voluntaria. Esta objeción se aplica a los actos de la cólera y a los de la voluntad, como a los del deseo. – Refutación de esta segunda objeción. El desprecio, que inspira el intemperante, prueba que obra voluntariamente, 27

Capítulo XIII. Definición de la fuerza o violencia.

Puede obrar sobre los seres animados, como sobre los seres inanimados. Hay violencia siempre que la causa que obliga a obrar es exterior a los seres que mueve. No hay violencia cuando la causa está en los seres mismos, 28

Capítulo XIV. Definición de las ideas de necesidad y de lo necesario.

Diversos ejemplos, 29

Capítulo XV. Del acto voluntario.

De la intención depende toda su importancia. – Ejemplo de la mujer que emponzoña a su amante con un filtro, queriendo hacerse amar, 29

Capítulo XVI. De la preferencia reflexiva.

No se confunde ni con el apetito, ni con la voluntad, ni tampoco con el pensamiento. Es la combinación de muchas facultades. – Definición de la preferencia; sólo se aplica a los medios y no al fin; supone una deliberación anterior de la inteligencia. – El acto voluntario debe distinguirse del acto en que consisten la preferencia y la premeditación. – Ejemplo de algunos legisladores que han hecho esta distinción. – No hay preferencia posible sino en las cosas en que el hombre obra. La preferencia no tiene puesto alguno en la ciencia. Tiene lugar en la acción, porque el hombre puede engañarse en dos sentidos, por exceso o por defecto, 30

Capítulo XVII. Continuación de la teoría precedente.

La sensibilidad no delibera, porque todos sus actos son especiales y determinados. – Del objeto que busca la virtud: es el objeto mismo, y no los medios que pueden conducir a él, 33

Capítulo XVIII. El verdadero fin de la virtud es el bien.

El bien práctico y real. – Sólo se puede juzgar a los hombres por sus actos y no por sus intenciones. – Teoría de los medios en las pasiones, 34

Capítulo XIX. Del valor.

Se refiere al temor, o a la sangre fría en ciertos casos. – Retrato del hombre valiente. No puede decirse que los soldados sean valientes: por hábito desprecian el peligro mediante ciertas condiciones. – Error de Sócrates que hace consistir el valor en una ciencia. – No es uno valiente cuando la firmeza que muestra nace de la ignorancia del peligro o de una pasión que le arrastra. – Del valor social: cita de Homero. – Sólo es verdadero valer el que nace de la esperanza y del deseo. – Definición del verdadero valor, 35

Capítulo XX. De la templanza.

Definición; es el medio entre la licencia y la insensibilidad en los placeres de dos sentidos, del tacto y del gusto exclusivamente. – Sólo el hombre puede ser templado, porque es el único ser que está dotado de razón, 37

Capítulo XXI. De la dulzura.

Es el medio entre la irascibilidad y la indiferencia que permanece impasible. – Los dos extremos son igualmente reprensibles.-Sólo el medio merece alabanzas, 38

Capítulo XXII. De la liberalidad.

Es el medio entre la prodigalidad y la avaricia. Estos dos excesos son reprensibles; sólo el medio es digno de alabanza. – Diversas especies de avaricia. El hombre liberal no debe ocuparse de amontonar dinero y de hacer fortuna, 39

Capítulo XXIII. De la grandeza de alma.

Es el medio entre la insolencia y la bajeza. – El magnánimo sólo ambiciona la estimación y consideración de los hombres. – Definición del magnánimo, 40

Capítulo XXIV. De la magnificencia.

Es un medio entre la ostentación y la mezquindad. Se refiere a la manera de gastar convenientemente según los tiempos, los lugares y las cosas. – El fausto. – La mezquindad. – Definición de la verdadera magnificencia, 41

Capítulo XXV. De la indignación que inspira el sentimiento de la justicia.

Ocupa el medio entre la envidia, que se desconsuela de la felicidad ajena, y la malevolencia que se regocija con los males de los demás, 42

Capítulo XXVI. De la dignidad y del respeto de sí mismo en las relaciones sociales.

Ocupa el medio entre la arrogancia, que sólo está contenta de sí misma, y la complacencia que gusta de todo el mundo, 42

Capítulo XXVII. De la modestia.

Ocupa el medio entre la impudencia, que se atreve a todo, y la timidez que se siente por todo embarazada, 43

Capítulo XXVIII. De la amabilidad.

Es el medio entre la bufonería, que se burla de todo habitualmente, y la rusticidad que jamás se burla y que se ofende fácilmente, 43

Capítulo XXIX. De la amistad.

Es el medio entre la adulación y la hostilidad. La adulación exagera las cosas; la hostilidad las disminuye. La amistad benévola las dice tales como son, 44

Capítulo XXX. De la veracidad.

Es el medio entre la fanfarronería y la disimulación. – Carácter del hombre verídico, 44

Capítulo XXXI. De la justicia.

Hay muchas especies de justicia: lo justo según la ley, y lo justo según la naturaleza; lo justo que sólo se refiere al individuo; lo justo que se refiere á los demás. Lo justo relativo a los de mas es un medio, puesto que consiste en la igualdad. – La igualdad, para ser racional, debe ser proporcional; Platón. La igualdad proporcional es la que mantiene las sociedades regulando los intereses. – Digresión sobre la intervención y el papel necesario de la moneda en las transacciones sociales. – Límites del talión. Error de los Pitagóricos. – La justicia política es la que principalmente debe estudiarse aquí. No hay relación de justicia de los hijos al padre; del esclavo al dueño. – Sociedad conyugal: la mujer es casi igual al marido. – Lo justo según la ley y lo justo según la naturaleza no deben confundirse jamás. Lo justo por naturaleza no cambia como lo justo según la ley. – Carácter esencial de la injusticia; participación necesaria de una voluntad ilustrada; ignorancia inocente; ignorancia culpable. – ¿Puede hacerse uno injusticia a sí mismo? Argumentos en pro y en contra. – No se puede ser culpable para consigo mismo. – El intemperante. Explicación de esta contradicción aparente. Hay muchas partes en el alma, mejores o peores; y la una puede ser injusta respecto de la otra, 45

Capítulo XXXII. De la razón.

Debe decirse precisamente lo que es, para hacer útiles y prácticas todas las teorías y los consejos sobre la virtud. – Análisis de las diversas partes del alma. – Análisis de las diversas facultades que nos descubren la verdad: ciencia, prudencia, entendimiento, sabiduría y conjetura. Caracteres diferentes de estas facultades. – Comparación de la prudencia y de la sabiduría. – La prudencia y la sabiduría son ambas virtudes. – De la habilidad. Es una parte de la prudencia. – De la destreza. Objeto especial de la destreza. – La naturaleza tiene su parte en la virtud; nos conduce instintivamente a ejecutar actos estimables, y en general, al bien. – La razón tiene también su parte en la virtud. – Sócrates se ha equivocado al confundir la virtud y la razón. Para que la virtud sea completa, es preciso reunir la naturaleza a la razón. – Relación de la prudencia con las demás virtudes y con las diversas partes del alma, 54

Libro segundo

Capítulo primero. De la moderación.

De la honradez u hombría de bien. Consiste sobre todo en no usar de sus derechos legales en toda su extensión. – La hombría de bien debe suplir en los casos particulares a la impotencia del legislador, que sólo dicta disposiciones generales, 61

Capítulo II. De la equidad.

La equidad juzga sanamente de los derechos que la ley no ha podido regular. Relación de la equidad con la hombría de bien, 61

Capítulo III. Del buen sentido.

Es inseparable de la prudencia. – Cuando se obtiene un buen éxito, sin que la razón haya presidido al hecho, no es obra del buen sentido y sí sólo de la fortuna, 62

Capítulo IV.

Digresión sobre los deberes de cortesía y su relación con la justicia, 62

Capítulo V. Cuestiones diversas.

¿El hombre injusto sabe discernir realmente el bien y el mal? Sólo conoce el bien de una manera general; no conoce su bien particular. – ¿Es posible la injusticia contra el hombre malo? ¿No es hacerle un servicio despojarle de los bienes que emplea mal? Ejemplos de los legisladores, que no conceden a todos los ciudadanos sin distinción los derechos políticos. – ¿Debe preferirse el valor a la injusticia? ¿O debe hacerse lo contrario? – Teoría general del instinto del bien y de la virtud reflexiva. – ¿El exceso de virtud puede ser dañoso al hombre?, 63

Capítulo VI. Nuevas teorías sobre la templanza.

Indicación de las nuevas teorías sobre la templanza y la intemperancia, y sobre la brutalidad, 66

Capítulo VII. De la brutalidad.

Es extraña á la humanidad, como su nombre lo indica. – La virtud que es lo opuesto a ella, no tiene nombre, porque no pertenece al hombre y es digna de los héroes o de los dioses, 67

Capítulo VIII. De la templanza.

Teorías anteriores. – Error de Sócrates. – Diversas cuestiones. – ¿El intemperante sabe lo que hace? – El sabio que no tiene malos deseos, es realmente templado? ¿A qué orden de cosas se refieren especialmente la templanza y la intemperancia? – Solución de estas cuestiones. – Heráclito. – El intemperante tiene la ciencia general del mal que hace; pero no tiene la ciencia particular. – Confirmación tomada del silogismo y de los Analíticos. La intemperancia en los placeres del cuerpo, se refiere sobre todo al tacto y al gusto. – Otras intemperancias; de la cólera, de las riquezas, de los honores. – Comparación de la paciencia y de la intemperancia. – Del incontinente y del intemperante. – De la intemperancia y de la brutalidad. – De la intemperancia espontánea y de la intemperancia reflexiva. – Del templado y del prudente, 67

Capítulo IX. Del placer.

El estudio del placer está estrechamente relacionando con el de la felicidad. – Teorías diversas que niegan que el placer sea un bien. Enumeración de los argumentos en que se apoyan estas teorías. Refutación de estos argumentos. – El placer no es una generación. – No debe condenarse el placer de una manera absoluta, porque haya placeres malos. Sólo debe concluirse de aquí que hay placeres de diferentes especies. El placer no es un mal, puesto que todos los seres lo buscan. – El placer, lejos de ser un obstáculo á la actividad, la procura por lo contrario muchas veces. – El placer no es el bien supremo; pero no deja de ser un bien. – La razón no es la única para guiarnos por el camino la virtud; lo que al pronto nos arrastra hacia ella es una fuerza instintiva. La razón sólo entra en segundo lugar para aclarar é ilustrar el impulso natural que nos inclina al bien, 77

Capítulo X. De la fortuna o prosperidad.

Esta cuestión se relaciona con la de la felicidad. – Definición de la fortuna que se confunde con el azar; es completamente distinta de la inteligencia, de la razón y de la ciencia; no es la obra de Dios ni un efecto de su benevolencia; es el efecto de una naturaleza privada de razón. – La fortuna contribuye sin embargo a la felicidad, porque es la que dispone de los bienes exteriores, 84

Capítulo XI. Resumen de las teorías particulares sobre cada una de las virtudes especiales.

La hombría de bien unida á la bondad, la belleza moral, resume en general todas las virtudes. Retrato del hombre virtuoso, honesto y bueno; sabe usar de todos los bienes sin abusar jamás de ninguno, 87

Capítulo XII. Nuevo examen de algunas de las teorías anteriormente expuestas.

Nueva definición de la recta razón. – Las pasiones concurren a la actividad de la razón, lejos de ponerle obstáculo. – La ciencia moral, lo mismo que cualquiera otra ciencia, no asegura la posesión directa de su objeto propio; sólo da la facultad de procurársela; y el objeto de la ciencia moral es la felicidad que depende esencialmente del uso personal que se hace de las cosas, 88

Capítulo XIII. De la amistad.

Enumeración de las diversas cuestiones que esta materia suscita. – Definición preliminar de la amistad. Citas de Empédocles. – Sólo puede existir entre seres que pueden comunicarse una afección recíproca. ¿El hombre de bien puede ser amigo del hombre malo? – Relaciones y diferencias entre las tres especies de amistad: por virtud, por interés, por placer. La primera especie de amistad es la única durable. – De los malos amigos: cita de Eurípides. Las más veces debe uno achacarse a sí mismo los disgustos que pueden experimentarse en la amistad. – La amistad puede nacer igualmente entre seres iguales y seres desiguales: cita de Eurípides. En general el superior se deja amar por el inferior más que él le ama. – ¿Puede uno amarse a sí mismo? Discusión de esta cuestión. – La amistad consiste muchas veces en la igualdad proporcional, 89

Capítulo XIV. De los lazos de la sangre. – De la benevolencia y de la concordia.

Relaciones del padre al hijo; es la afección más tierna; el padre ama al hijo más que el hijo ama al padre. Explicación de esta diferencia. – De la benevolencia y de la concordia; no constituyen en absoluto la amistad, 98

Capítulo XV. Del egoísmo.

Sólo el hombre malo es egoísta; el hombre de bien no puede serlo, 100

Capítulo XVI. Del egoísmo del hombre de bien.

Cede todos los bienes exteriores a su amigo; pero no puede cederle nada en punto á virtud. – El hombre malo se ama únicamente por él y sin otro motivo; el hombre de bien se ama porque es bueno, 101

Capítulo XVII. De la independencia.

Por independiente que sea el hombre siempre necesita la amistad. – No puede compararse la existencia de Dios con la del hombre, cuya independencia es necesariamente incompleta. Por mucha independencia que se tenga, siempre se necesitan amigos, para tener alguien a quien hacer el bien, para vivir en sociedad, y además para conocerse á sí mismo, 102

Capítulo XVIII. Del número de amigos que se debe tener.

No deben extenderse ni limitarse demasiado las afecciones. Es preciso tener el número de amigos que buenamente sea posible amar, 104

Capítulo XIX. Del modo de conducirse con el amigo de quien haya motivo para quejarse.

Hay relaciones en la amistad en que los cargos y las quejas no son posibles, y es en aquellas en que uno de los dos es inferior al otro, 105


Nota sobre esta edición digital (octubre de 2005)

Esta edición del texto en español de La gran moral de Aristóteles, en versión de Patricio de Azcárate, que ofrece libremente por internet el Proyecto Filosofía en español, se ha realizado directamente a partir de un ejemplar de la edición impresa, Madrid 1873. Se hace figurar entre corchetes el número y el lugar donde continúa el texto en cada página de esa edición impresa. Se han renumerado correlativamente las 19 notas puestas al texto de Aristóteles (que en la versión impresa van referidas a cada página). Se reproduce con la mayor fidelidad el texto ofrecido por Azcárate.


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  Patricio de Azcárate · Obras de Aristóteles
Madrid 1873, tomo 2, portada y páginas 247-254