Filosofía en español 
Filosofía en español

Hilario Abad de Aparicio  183_-1922

Traductor al español, por vez primera, directamente del latín, de la Suma teológica de Santo Tomás de Aquino (Madrid 1880-1883, 5 tomos); suscriptor a las Obras completas de Leibniz (n° 115 de 201) puestas en español por Patricio de Azcárate en 1878; uno de los 27 “colaboradores” que se mantuvieron en la mancheta de La Raza Latina en todos los números publicados desde 1874 a 1884; uno de los mayores contribuyentes del Ayuntamiento de Madrid en 1910 (n° 109 de 200), Caballero comendador de la Orden de San Gregorio Magno y de número de la Orden de Carlos III, hermano de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, &c.

Nacido en el seno de una familia acomodada asentada en Madrid, procedente de Valgañón (“villa pequeña de la provincia de Logroño, partido de Santo Domingo de la Calzada”), hijo de Manuela de Aparicio García (†1888) y de Lorenzo Abad y Martínez (caballero del Cuerpo Colegiado de Caballeros hijos-dalgo de la Nobleza de Madrid, socio y representante en 1850 de las fábricas de fundición y loza de Sargadelos, nombrado consul de Buenos Aires en Madrid en 1854, &c., había mandado construir en 1846, en la céntrica calle Príncipe, número 10, el edificio familiar en el que Hilario Abad de Aparicio había de morir en 1922), hermano de Silvestre, Manuela y Lorenzo Abad de Aparicio, tras obtener el grado de bachiller en Administración cursa la licenciatura en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de España –expediente académico 1854-1862, ahn universidades 3513, exp. 1–, donde es compañero de Rafael Coronel y Ortiz, natural de Guntín (Orense) –expediente académico 1855-1862, ahn universidades 3848, exp. 4–.

La Biblioteca Nacional de España conserva un manuscrito del joven Hilario Abad de Aparicio: “Los dos Primos. Comedia nueva en un acto y en verso original de Hilario Abad de Aparicio”, fechado en Madrid el 3 de mayo de 1857.

1860 «Con el mayor gusto damos cabida a la siguiente comunicación: “En el día 8 del actual varios alumnos de diferentes facultades dieron forma a la idea que germinaba en la mente de todos, de hacer una demostración solemne de patriotismo con motivo de los faustos acontecimientos que llenan de júbilo todos los corazones españoles, redactando una proposición que tendía a este fin, y que fue aceptada por todos cuantos la mañana de ese día se encontraban en la Universidad Central, conviniéndose en provocar una reunión de estudiantes de todas las facultades e institutos, tan numerosa como posible fuera, que, previo permiso del Excmo. Sr. Rector, tendría efecto el día siguiente 9 en uno de los locales de la Universidad. Vamos a hacer una reseña de la entusiasta sesión escolástica que este día ha tenido lugar en el salón de grados de la Universidad Central. Una numerosa y escogida concurrencia poblaba sus dilatados escaños. Allí estaban representadas todas las facultades e institutos: los alumnos de Derecho y Medicina, los de Teología y Farmacia, todos eran amigos, todos hermanos, y a todos dominaba un solo sentimiento: el amor a la patria, a esta patria querida, que después de un ligero letargo, vuelve en sí decidida a continuar su heroica y brillante historia. A las once de la mañana se dio principio a la sesión, leyéndose por el Sr. Giménez Serrano la proposición a que nos hemos referido, que fue aceptada, nombrándose seguidamente una comisión provisional compuesta de un individuo de cada una de las facultades e institutos. Sentimos no recordar sino los nombres de los Sres. D. Hilario Abad, representante de Derecho, y Giménez Serrano, presidente de la comisión, Diose segunda lectura a la proposición, aprobándose con muestras de entusiasmo la apertura de la suscrición, y que la recaudación se llevase a efecto en la forma que se acostumbra en las Conferencias de San Vicente de Paul. Acordose seguidamente, y por unanimidad, después de un ligero debate en que tomaron parte los ilustrados y entusiastas jóvenes Sres. Correa, Ayllón, Falero y algún otro cuyo nombre no recordamos, que la manifestación fuese religiosa, y que en atención a que una alta corporación universitaria tenía determinado celebrar un solemne Te Deum en acción de gracias al Todopoderoso por las victorias concedidas a las armas españolas, y que a esta función habían de asistir comisiones de todas las facultades, se hiciesen solo sufragios por las almas de los héroes que han sucumbido en nuestra gloriosa lucha con el imperio marroquí, que era el tercer punto de la proposición. Pasando a la discusión del cuarto, que marcaba un acto de admiración y reconocimiento al ejército de África, dando una serenata a SS. MM. y al general Zavala, fue aprobado sin discutirlo, e igualmente lo fue el quinto, que dedicaba el remanente de los fondos de la suscrición al socorro de los inutilizados en la guerra de África, levantándose la sesión a la una. La manifestación de los escolares de la primera Universidad del reino, después de haber paseado triunfantes las banderas de Orán, creemos no puede ser ni más tierna ni más elevada: recuerda a los que murieron, tiene presente a los que viven, y, entre estos, mira con marcada predilección a los que menos felices que sus hermanos, que sucumbieron, han quedado inútiles. Felicitemos, pues, a la Universidad Central, digna depositaría del espíritu de Cisneros; felicitemos a nuestros amigos y compañeros de todas las facultades, y felicitémonos a nosotros mismos por la parte que hayamos podido tomar en esta alta demostración patriótica. Madrid 9 de febrero de 1860.– Federico Salido Baydes.”» (La Esperanza, Madrid 14 febrero 1860, pág. 4.)

1861 «Noticias generales. Ayer a las doce de la mañana, según anunciamos que sucedería, han recibido en la Universidad central la investidura de licenciados en la facultad de derecho, sección de derecho civil y canónico, los Sres. D. Pedro Calderón y Herze, D. Enrique de Tordesillas y O'Donnell, D. Leopoldo Suit, D. Benito Pasarón y Lastra, D. Antonio Hernández, D. Julián García de Olalla, don Alejandro Mon, D. Justo Hernández, D. José María Llorente, D. Valeriano de Levenfeld, don José Ceruelo, D. Serafín Calderón y Livermore, D. Andrés Blas, D. Vicente García Ontiveros, D. Pantaleón Muntión, D. Francisco Rivas y Urtiaga, D. Antonio Villalta y Uribe, D. Fabián Folgado, D. Eduardo Arantave, D. Toribio Hurtado, D. Hilario Abad y Aparici, D. Rafael Vaillant; y en la sección de derecho administrativo los Sres. D. Enrique Irigoyen y D. Maximino de la Rosa.» (La Época, Madrid 27 junio 1861, pág. 3.)

1862 «Pero sigamos oyendo a El Constitucional, que dice en otra parte: “Dentro de breves días saldrá a luz en esta corte la famosa obra titulada El Deber, escrita en francés por el distinguido profesor de la facultad de filosofía en la universidad de París, M. Julio Simón, conocido por otros libros de gran mérito que andan en manos de todos los literatos y filósofos notables. Dicha obra, de la que se han agotado en poco más de un año seis ediciones muy numerosas en la capital del vecino imperio, tiene cierto interés de actualidad en las presentes circunstancias, cuando los hombres y los partidos, aun los más reaccionarios, hablan continuamente de sus derechos, y poco o nada de sus deberes. Divídese en cuatro partes, a saber: La Libertad, La Pasión, la Idea y la Acción. Las tres primeras preparan el conocimiento y la noción del deber, al paso que la última pone de relieve los medios de realizarle en la práctica. Los traductores autorizados expresamente por el autor y los editores, son nuestros amigos D. Rafael Coronel y Ortiz y D. Hilario Abad de Aparicio, que han sido estimulados para dar cima a tan laudable empresa por los elogios que a la obra en cuestión han consagrado notables publicistas, oradores de conocido mérito y distinguidos catedráticos. Creemos fundadamente que El Deber obtendrá un éxito favorable, a pesar de la poca afición a esta clase de estudios en nuestro país.” Julio Simón es un impío enemigo declarado de la Iglesia: todas las obras de Julio Simón están en el Índice, o estarán si aún no figuran en él. No tenemos más que decir.» (La Esperanza, Madrid 29 abril 1862, pág. 1.)

El “Prólogo de los traductores” de Le devoir (1854), del filósofo francés Julio Simón (1814-1896), el sucesor de Víctor Cousin en la Sorbona, según la sexta edición francesa, va firmado en Madrid el 12 de abril de 1862: El Deber (Imprenta de Santiago Aguado, Madrid 1862, iii-viii [“Prólogo de los traductores”] + 415 páginas).

Dos meses después los dos traductores fechan el mismo día, 14 de junio de 1862, el texto impreso del discurso de investidura con el que podrán transformarse en doctores de la Facultad de Derecho (Sección de Derecho Civil y Canónico): Hilario Abad sobre “Origen de la familia: principales derechos y deberes consiguientes a esta Institución”, Rafael Coronel sobre “Derechos fundamentales de los Estados. Origen y fundamento del asilo extranjero”, y quince días tiene lugar la ceremonia en la que el rector confiere la investidura a los nuevos doctores:

«Grados. El Ilmo. señor rector de la Universidad central conferirá la investidura de doctores en la facultad de derecho, sección de derecho civil y canónico a los licenciados D. Hilario Abad de Aparicio y D. Rafael Coronel y Ortiz, hoy a las doce de la mañana. Serán padrinos D. Manuel María Menéndez y don Emilio Castelar.» (La Discusión, Madrid, sábado 28 junio 1862, pág. 4.)

«Grado de doctor. Ayer se celebraron en la Universidad tres grados de doctor, dos en jurisprudencia, que recibieron los Sres. D. Hilario Abad Aparicio y D. Rafael Coronel y Ortiz, y otro en medicina por D. Manuel Cruz Martínez. De los dos últimos fue padrino el Sr. D. Emilio Castelar. El primero de los graduandos, Sr. Aparicio, leyó un razonado y erudito discurso sobre la familia. El señor D. Rafael Coronel y Ortiz leyó un discurso muy elegante en las formas, muy sentido, lleno de generosas ideas, y que revelaba su claro talento. La materia que trataba era derecho internacional, y lo trató a toda la altura del asunto. El Sr. Cruz Martínez leyó también un notabilísimo discurso en que trataba de la higiene con toda profundidad. Del discurso de nuestro amigo el Sr. Castelar, dice La Época: “El discurso del Sr. Castelar, esmaltado en las más ricas flores de su admirable fantasía, ha sido uno de los más notables que ha pronunciado en aquel sitio este distinguido orador. Nos felicitamos de haber tenido ocasión de presenciar esta solemnidad inolvidable.” La concurrencia era numerosísima y distinguida, y el acto estuvo muy lucido.» (La Discusión, Madrid, domingo 29 junio 1862, pág. 4.)

«Varios periódicos de provincia, entre los que se cuentan el Diario Mercantil de Valencia y El Eco burgalés, encomian sobre manera la obra de Mr. Julio Simón, que con el título de El Deber salió a luz hace poco tiempo en Madrid, traducida por nuestros amigos D. Rafael Coronel y Ortiz, y D. Hilario Abad de Aparicio. Aun cuando varias de las ideas contenidas en esta obra no se ajustan mucho a nuestro modo de pensar, siendo sobre todo muy débiles, y sobrado especiosas las razones que aduce para combatir el sufragio universal, que entre otros resultados memorables ha producido en nuestros días la resurrección de Italia, recomendamos, sin embargo, su lectura por contener preceptos de la más sana moral, y sobre todo por los profundos y vigorosos raciocinios con que el autor demuestra plenamente la existencia de la libertad. Felicitamos a los jóvenes y aprovechados traductores por su excelente trabajo.» (La Discusión, Madrid, jueves 30 octubre 1862, págs. 1-2.)

Cinco meses después de doctorarse firman en Madrid, el 27 de noviembre de 1862, ya como doctores y abogados del Colegio de Madrid, el “Prólogo” a su obra recopilatoria Constituciones vigentes de los principales estados de Europa y América (Madrid 1863, dos tomos de 445+4 y 524+4 páginas, que contienen la parte correspondiente a Europa).

1863 «Libros. Estudios sobre derecho político. Constituciones vigentes de los principales estados de Europa y América, precedidas de una reseña histórica de los mismos por D. Rafael Coronel y D. Hilario Abad. Cada cuaderno contiene una constitución y la reseña histórico-política correspondiente. Estos cuadernos se venden sueltos con el aumento de 2 rs. para los no suscritores. Se suscribe en casa de Baylli-Bailliere, Cuesta, Durán, Hurtado, Publicidad, Villaverde, Leocadio López y Gaspar y Roig, donde se dan gratis los prospectos. Se ha publicado la constitución belga y saldrán en este mes, la francesa, portuguesa e inglesa; y en los siguientes las de Holanda, Prusia, Italia, Suiza, &c. Las personas que se suscriban a la presente obra, adquirirán si gustan la obra de Julio Simón, El Deber, por 14 rs., precio del original francés.» (Diario oficial de avisos de Madrid, 9 marzo 1863, pág. 3.)

Hilario Abad de Aparicio ya tiene abierto en 1863 despacho como abogado en su domicilio, calle del Príncipe, número 10, principal, el mismo domicilio que sesenta años después, el 13 de diciembre de 1922, dirá su esquela fue “casa mortuoria”.

«A voluntad de su dueño se vende la magnífica posesión del monasterio de Oña, con su cercado, que tiene próximamente una legua de circunferencia, jardines, viñedos, tierras de pan llevar y dos estanques con agua propia, que sirven para el regadío de la mitad de la posesión. Las personas que deseen enterarse de las condiciones de la venta y ver los planos de los edificios y demás tierras, pueden avistarse con don Hilario Abad de Aparicio, abogado del ilustre colegio de esta corte, que vive calle del Príncipe, núm. 10, piso principal, todos los días no feriados desde las nueve hasta las once de la mañana y de cuatro a cinco de la tarde.» (Diario oficial de avisos de Madrid, 24 octubre 1863, pág. 1.)

1864 «Entre las obras de texto cuya lista publica la Gaceta de ayer para el trienio que principia en el presente año, figura la importante Colección de Constituciones vigentes de los principales Estados de Europa, por D. Hilario Abad de Aparicio y D. Rafael Coronel y Ortiz, abogados del ilustre colegio de esta corte. Esta obra, que anunciamos oportunamente cuando comenzó a publicarse por cuadernos, contiene las Constituciones de Francia, Inglaterra, Austria, Prusia, Italia, Confederación Germánica, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega, Dinamarca, Suiza y Portugal. Respecto a España, contiene no solo la Constitución de 1845, hoy vigente, sino todas las leyes fundamentales que han regido en nuestro país desde 1812 hasta nuestros días. A cada Constitución precede una reseña histórico-política del país a que corresponde, manifestando las vicisitudes por que hubo de pasar hasta ver planteada dicha Constitución tal como rige en la actualidad. La parte correspondiente a Europa, que es la declarada de texto a propuesta del real Consejo de instrucción pública, consta de dos tomos. El tercero, que contiene las Constituciones vigentes de los principales Estados de América, está en prensa y saldrá a luz a la mayor brevedad.» (La Correspondencia de España, Madrid, 5 septiembre 1864, pág. 2.)

1865 «Ha salido de esta corte, con dirección a Sevilla, donde permanecerá la presente Semana Santa, pasando inmediatamente después a Roma, Nápoles, Florencia y otras ciudades de la hermosa península italiana, el apreciable abogado y escritor D. Hilario Abad de Aparicio. Los que se honran con el cariñoso afecto de tan apreciable joven, tienen motivos muy fundados para creer que este viaje de estudio y recreo no será estéril para la literatura.» (La Correspondencia de España, Madrid, 16 abril 1865, pág. 2.)

1867 «Corredores. En id. Aprobando la cesión hecha por D. Lorenzo Abad y Martínez en favor de su hijo D. Lorenzo Abad de Aparicio de un oficio de Corredor de cambios que le pertenece en esta corte, y mandando expedir al segundo la correspondiente Real cédula.» (Boletín de la Revista General de Legislación y Jurisprudencia, Madrid, mayo 1867, pág. 672.)

«Dirección General del Tesoro Público. Relación nominal de las suscriciones admitidas con arreglo a lo dispuesto en Real Orden de esta fecha para la negociación de billetes hipotecarios abierta por el Real decreto de 21 de Octubre último. Madrid (continuación). […] Números 619 y 723. D. Hilario Abad de Aparicio: número de billetes: 260. Su importe en escudos: 52.000.» (Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres, 30 noviembre 1867, pág. 2.)

1868 «3 por 100 diferido. Número 467 de la carpeta, de renta del 3 por 100 diferido en inscripciones nominales, convertida en títulos, presentada por Don Hilario Abad y Aparicio, apoderado de los herederos de Doña Victoria de Zuloaga; importe nominal rs. vn. 504.000 recogido por el apoderado.» (Boletín Oficial de la Provincia de Logroño, 1 mayo 1868, pág. 2.)

En 1871 publica el folleto Proyecto de unas bases para la unificación y amortización de la deuda pública de España (24 páginas), cuya presentación firma en Madrid, 10 de Marzo de 1871.

«D. Hilario Abad de Aparicio, doctor en derecho y abogado del ilustre colegio de Madrid, ha tenido la bondad de favorecernos con un ejemplar del folleto que ha publicado recientemente bajo el título de “Proyecto de unas bases para la unificación y amortización de la deuda pública de España.”. El estado lastimoso de nuestra hacienda presta grandísima importancia a los estudios especiales que sobre ella se escriben de tarde en tarde, y bajo este concepto creemos ya muy digno de encomio el opúsculo redactado por el Sr. Abad de Aparicio. Además la elevación de miras, la buena fe y el espíritu práctico que resplandecen en la citada publicación la avaloran singularmente y no dudamos de que con el tiempo, si no todas, algunas de sus ideas capitales servirán de base y punto de partida para que se acometa y lleve a cabo seriamente la importante obra de nuestra regeneración financiera. Descuella en el folleto del Sr. Abad la mira de nivelar el presupuesto y normalizar las entradas y salidas del Erario, cerrando la era de los empréstitos y nuevas emisiones, y para ello se funda en el que llama axioma mercantil incontrovertible de que “se llega a la ruina total de los capitales, pidiendo prestado a un interés crecido para amortizar otros valores de más pequeños réditos.” Por último, al abordar el examen de las varias reformas que el estado actual de la hacienda pueda hacer necesarias, recomienda el Sr. Abad que los sacrificios del país se limiten a la esfera de lo puramente necesario, respetando el interés de los capitales comprometidos y el mismo principio de amortización, cuyo propósito condensa bajo la fórmula de que unificando la deuda, no tanto interesa dirigirse a la cuestión de fondo, como a la forma y a los intereses. Sentimos que la falta de espacio nos impida dar a conocer en sus pormenores y accidentes este nuevo ensayo sobre la unificación y amortización de la deuda pública española.» (La Época, Madrid, 22 abril 1871, págs. 2-3.)

En 1872 publican una segunda edición de Constituciones vigentes… “notablemente aumentada y corregida con las modificaciones introducidas en el orden político de Europa desde 1863”, edición de la que ya se retira del título la mención a América, que había ignorado la primera, y se reordenan los contenidos de cada tomo. En esta segunda edición el nombre de Hilario figura en primer lugar. El “Prólogo” (págs. 3-7 del tomo 1) va fechado en Madrid, 29 de Agosto de 1872. Rafael Coronel y Ortiz se muere en Madrid el 16 de diciembre de 1873.

Hilario Abad “y” Aparicio figura desde el primer número, 15 de enero de 1874, en la mancheta de La Raza Latina, en la relación de “Colaboradores” –ordenada por orden alfabético de apellidos–, y se mantiene en esa posición en todos los números que publica hasta 1884.

En 1878 es uno de los 201 suscriptores (el n° 115) a las Obras completas de Leibniz puestas en español por Patricio de Azárate.

1880 «Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica traducida directamente del latín, con presencia de las más correctas ediciones, por D. Hilario Abad de Aparicio, doctor en derecho civil y canónico, bajo la dirección de los RR. PP. Escolapios, Manuel Mendía y Pompilio Díaz, encargados respectivamente de la revisión y anotaciones, precedida de un prólogo del M. R. P. Ramón Martínez Vigil, procurador general de los RR. PP. Dominicos en Madrid. Publicada con aprobación y permiso de la autoridad eclesiástica. Se publica en Madrid por cuadernos de 160 páginas, a dos columnas en 4.° mayor, hermoso papel y bella y correcta impresión. Los cuadernos que pasen de treinta se darán gratis a los suscritores, y habrán de aparecer con la necesaria frecuencia para que la obra termine antes que el próximo año 1881. Cada cuaderno costará diez reales en Madrid y once en provincias. Los suscritores que abonen antes de la aparición del cuaderno octavo la cantidad de doscientos sesenta o doscientos noventa reales respectivamente, en Madrid o provincias, tendrán satisfecho con ella el importe total de la obra. Moya y Plaza, editores. Carretas, 8, Madrid. Se ha publicado el primer cuaderno.» (El Amigo, Madrid, 14 marzo 1880, pág. 4.)

«Se ha publicado el 4.° cuaderno de la primera traducción española de la gran Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, que han empezado a dar a luz los reputados editores Sres. Moya y Plaza, de Madrid. La traducción está hecha directa y esmeradísimamente del latín por don Hilario Abad de Aparicio, con la revisión atenta e ilustradas antaciones de los muy competentes escolapios Sres. D. Manuel Mendía y D. Pompilio Díaz. La obra va precedida de un castizo prólogo, escrito por D. Ramón Martínez Vigil, de la orden de predicadores; cuyo prólogo no sólo está dedicado a la biografía de Santo Tomás, sino y que muy principalmente a dar idea general de la Suma. Ésta se publica por cuadernos de 160 páginas, a dos columnas, al precio de 10 reales en Madrid, pagados al tiempo de recibir cada uno de ellos, y 11 en provincias, satisfechos por adelantado. Suscribiéndose antes de aparecer el 8.° cuaderno, abonando doscientos sesenta reales en Madrid y doscientos noventa en provincias, se tiene derecho a recibir toda la obra, cualquiera que llegue a ser el número de sus cuadernos.» (El Amigo, Madrid, 19 septiembre 1880, pág. 4.)

1884 «Bibliografía. Obra terminada. Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino. Traducida directamente del latín por D. Hilario Abad de Aparicio, doctor en derecho civil y canónico, revisada y anotada por los RR. PP. Manuel Mendía y Pompilio Díaz, y precedida de una extensa introducción del M. R. P. Ramón Martínez Vigil, procurador de los RR. PP. Dominicos. Publicada con aprobación y permiso de la autoridad eclesiástica. Forma esta importantísima obra –vertida por primera vez al español– cinco volúmenes en 4.° mayor, que suman más de 4.600 páginas, de excelenete papel y bella impresión a dos columnas, con un magnífico retrato del Santo, grabado en acero y se vende al precio de 80 pesetas en Madrid y 85 si se ha de remitir a Provincias, en la librería de su editor, Nicolás Moya, calle de Carretas núm. 8, Madrid. A fin de facilitar su adquisición a los que, deseando poseer esta obra, no puedan o no quieran hacer el desembolso de una vez, queda abierta por ahora suscripción permanente, sirviendo un tomo cada dos meses al precio de 16 pesetas en Madrid y 17 en provincias. Los ejemplares encuadernados en excelente pasta española cuestan diez pesetas más.» (Boletín Eclesiástico del Obispado de Astorga, 2 enero 1884, págs. 7-8.)

1885 «El 21 del actual a las nueve de la mañana, se verificará en la Iglesia de los P.P. Escolapios de San Fernando en Madrid, la solemne consagración del Ilustrísimo señor D. Fray Gregorio Aguirre y García, de la Orden de San Francisco, Obispo, preconizado de Lugo. Será prelado consagrante el Excmo. Sr. Arzobispo de Heráclea, Nuncio Apostólico de Su Santidad en España, y padrino de la expresada ceremonia religiosa nuestro excelente amigo Dr. D. Hilario Abad de Aparicio, Comendador de la Real Orden de Carlos III y de la Pontificia de San Gregorio Magno. Nuestra humilde y cordial enhorabuena al nuevo Sr. Obispo y al distinguido publicista católico. El Ilustrísimo Sr. Aguirre ha sido Superior del Convento de Franciscanos en Pastrana, siendo dignamente estimado por sus virtudes y apostólico celo.» (El Ateneo Escolar Caracense, Guadalajara, 5 julio 1885, pág. 8.)

1886 «Según habíamos anunciado, ha tenido efecto esta mañana, en la iglesia de las Descalzas Reales, el solemne acto de la consagración del obispo preconizado de Cebú (islas Filipinas) Fr. Martín García Alcocer, del orden de San Francisco de misiones de Ultramar. El nuncio de Su Santidad, Mons. Rampolla, ha sido consagrante, siendo asistentes al acto el señor arzobispo preconizado de Burgos y el señor obispo de Lugo, asistiendo también el vicario eclesiástico de esta diócesis, Sr. Pando. El padrino, representante del Sr. Roces, Sr. D. Hilario Abad, vestía de frac, con las insignias de comendador de San Gregorio el Magno, y ocupaba un sillón en el presbiterio, viéndose asimismo allí en sitiales en el lado del evangelio el señor auditor de la nunciatura, que vestía el traje de prelado doméstico del Papa, y Mons. de la Chiessa, que ha regresado de Roma esta mañana mismo, el cual usaba las insignias de camarero secreto de Su Santidad.» (La Correspondencia de España, Madrid 26 septiembre 1886, págs. 3.)

«El domingo 26 del actual, a las nueve de la mañana, se verificó en la iglesia de Señoras Descalzas Reales, la pública consagración del Sr. D. Fray Martín García y Alcocer, de la orden de San Francisco, como obispo preconizado de Cebú (Filipinas). Le apadrinó en tan solemne acto el señor D. Alejandro Roces, del comercio de aquellas islas y ex alcalde de Manila, al que representó D. Hilario Abad, y fue prelado consagrante el señor arzobispo de Heráclea, nuncio apostólico de Su Santidad en España, y asistentes el señor obispo de Madrid-Alcalá y el de Lugo.» (La Cruz de la Victoria, diario político tradicionalista, Oviedo, martes 28 de setiembre de 1886, pág. 2)

1888 «† La señora doña Manuela de Aparicio y García, viuda de Abad, ha fallecido a las tres menos cuarto de la mañana del 17 de los corrientes mes y año, habiendo recibido los Santos Sacramentos. R. I. P. Sus desconsolados hijos doña Manuela, D. Lorenzo y D. Hilario Abad de Aparicio; primos, sobrinos y demás parientes, suplican a sus amigos se sirvan encomendarla a Dios. No se hace invitación ni se reparten esquelas para la condución del cadáver por expresa y terminante disposición de la finada.» (La Correspondencia de España, Madrid, 17 diciembre 1888, pág. 4.)

1896 «Nueve días dedicados a Nuestro Señor Jesucristo, presente en el augusto Sacramento de la Eucaristía, por H. A. de A. (con permiso de la autoridad eclesiástica).– Madrid, imprenta de Nicolás Moya. Entre los libros religiosos publicados en estos últimos tiempos, pocos pueden compararse en unción, en ardiente fe y mística piedad al libro cuyo título acabamos de copiar. D. Hilario Abad, que este es el nombre del autor, modestamente oculto tras de las iniciales de su nombre y apellidos, ha cumplido con la publicación un acto meritorio a los ojos de Dios, acto que le agradecerán de seguro todos los fieles. Los productos de la venta de esta obra se destinan a un fin piadoso.» (La Época, Madrid, 12 marzo 1896, pág. 4.)

«19.125. Nueve días dedicados a Nuestro Señor Jesucristo, presente en el augusto Sacramento de la Eucaristía, por H. A. de A. (Hilario Abad de Aparicio).- Madrid.- Imp . de Nicolás Moya.- 1895.- 8.° con 210 pgs. y 23 de oraciones y erratas.» (Boletín Oficial de la Propiedad Intelectual e Industrial, Madrid, 1 abril 1896, pág. 6.)

1909 «Bibliografía. Meditaciones piadosas en forma de coloquios, por H. A. de A., Burgos, 1909. Y es verdad que lo son y mucho todas y cada una de las Meditaciones o Coloquios con sus correspondientes respuestas, escritas por la piadosa pluma de nuestro buen amigo D. Hilario Abad, de todos conocido aquí en la corte y fuera de ella, singularmente desde que regaló a España la Suma Teológica de Santo Tomás en idioma castellano, con notas aclaratorias de gran valor y mérito científico, filosófico y teológico, vulgarizando así el saber indecible, encerrado en las cuestiones y los artículos de tan incomparable obra.» (El Siglo Futuro, Madrid, 21 diciembre 1909, pág. 2.)

1910 «Grandes capitalistas. Los primeros contribuyentes de Madrid. En el último Boletín del Ayuntamiento de Madrid ha aparecido una lista de los doscientos mayores contribuyentes de este Municipio, que reproducimos a título de curiosidad. Hay que tener en cuenta que se trata de contribuyentes sólo “en el Municipio de Madrid”. Así se explica que algunos de ellos, que por sus propiedades en el resto de España podrían figurar como primeros capitalistas de la nación, figuren aquí en lugar secundario. Los doscientos contribuyentes primeros de Madrid son, por orden de importancia de la cuota de territorial o industrial que abonan, los siguientes: 1. D. Manuel Rebollo Orta, que paga pesetas anuales 102.207,07; 2. Señor conde de Romanones, 45.032,75; 3. D. Lucas Urquijo Urrutia, 44.082,13; 4. D. Juan Manuel Urquijo, 39.741,56; 5. D. Cándido Lara Ortal, 28.100,39 […] 108. D. Juan Ángel Sáinz de Baranda, 5.512,50; 109. D. Hilario Abad Aparicio, 5.395,87 […] 200. D. Emilio Meneses, 3.669,33.» (El Imparcial, Madrid, 4 abril 1910, pág. 4.)

1922 «† El señor Don Hilario Abad de Aparicio, abogado del ilustre Colegio de Madrid, Caballero comendador de la Orden de San Gregorio Magno y de número de la Orden de Carlos III, hermano de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, ha fallecido el día 13 de diciembre de 1922, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad. R. I. P. Sus parientes y testamentarios, Suplican a sus amigos encomienden su alma a Dios y asistan a la conducción del cadáver, que tendrá lugar hoy jueves, día 14, a las tres de la tarde, desde la casa mortuoria, calle del Príncipe, núm. 10, a la Sacramental de Santos Justo y Pastor, por lo que recibirán especial favor.» (El Imparcial, Madrid, 14 diciembre 1922, pág. 4.)

«Funerales. El 29 y 30, a las once, se celebrarán solemnes exequias en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes por las almas de los hermanos del Santo Refugio don Luis Pando y Pedrosa y don Hilario Abad de Aparicio.» (El Debate, Madrid 25 diciembre 1922, pág. 4.)

Parece que Hilario Abad de Aparicio, sin descendientes para su patrimonio y el heredado familiarmente, dispuso en su testamento que sus bienes se convirtiesen en líquido para que sus albaceas lo repartiesen en beneficencia. Lope Corral y Altuzarra (Valgañón 1865-Madrid 1933, Subcajero de valores del Banco de España) e Isidro Pérez Oliva (Salamanca 1864-Madrid 1929, abogado del Estado, director general de Comercio, fiscal del Tribunal de Cuentas, diputado y senador) fueron dos de sus tres albaceas testamentarios.

1926 «Seis mil pesetas para los huérfanos del Magisterio. El presidente del Consejo de administración del colegio de “La Sagrada Familia” para huérfanos del Magisterio, don Manuel F. Navamuel, ha recibido un legado de 6.000 pesetas de don Isidoro Pérez Oliva, como albacea testamentario de don Hilario Abad.» (El Debate, Madrid 15 abril 1926, pág. 4.)

«Colegio de Huérfanos. Por el Ministerio de Instrucción Pública se ha concedido una subvención al Colegio de “La Sagrada Familia”, para huérfanos del profesorado, establecido en Cuenca, y que funciona ya durante el tercer curso. El señor Presidente del Consejo de administración del dicho centro, D. Manuel F. Navamuel, ha recibido un legado de 6.000 pesetas de D. Isidoro Pérez Oliva, como albacea testamentario de D. Hilario Abad Aparicio (que en paz descanse), para sostenimiento de los huérfanos.» (La Orientación, Guadalajara, 16 abril 1926, pág. 6.)

«De Cabra. Don Francisco Belda y M. de San Julián. Aunque hiriendo la natural modestia de este caballero, la pluma no puede sustraerse a publicar rasgos piadosos ejecutados por el procer ilustre, cuyo nombre encabezan estos mal escritos renglones. El señor Belda es de los que practican el bien “por el placer de hacerlo”. “La religión es un vaso místico, cuyos perfumes embriagan el alma de seráficos consuelos”. Es todo cuanto habrá dicho, este cristiano práctico, por lo cual no es extraño verle, después de una semana de trabajo en su cargo oficial del Banco de España, no es extraño, repito, verle con frecuencia en los arrabales madrileños, socorriendo al necesitado en aquello que le hace falta, como prendas de vestir, limosnas en metálico, &c. &c. Obras de caridad que practica en silencio ocultando su nombre y que demuestran la grandeza de corazón y espíritu de bondad que posee el señor Belda, tan difícil de encontrar en los tiempos modernos. Este señor que vela por los intereses de Cabra, a la que quiere con singular cariño, pudo conseguir con su trabajo que D. Lope Corral, testamentario del filántropo caballero don Hilario Abad de Aparicio (que en paz descanse) destine 6.000 pesetas para mandas piadosas en nuestra querida ciudad. Dicha cantidad ha sido distribuida por el virtuoso párroco de Santo Domingo, don Antonio Povedano Roldán, en la siguiente forma: Escuela del Ave María, 2.000 pesetas; Escuela del Niño Jesús, 1.250; para las obras del Santuario de la Sierra, 1.000; para el Asilo de Ancianos, 1.000; Conferencia de San Vicente, 500; Conferencia de Señoras, 250. D. Francisco Belda, a quien de abolengo vienen los preciados títulos que le tributamos, es merecedor de las justas alabanzas de gratitud que el pueblo de Cabra le dispensa, a cuyas alabanzas une las suyas tan sinceras como expresivas el Corresponsal.» (El Defensor de Córdoba, 27 abril 1926, pág. 2.)

«Subvención y legado. Por el Ministerio de Instrucción Pública se ha concedido una subvención al Colegio de “La Sagrada Familia”, para huérfanos del profesorado, establecido en Cuenca y que funciona ya en tercer curso. El Presidente del Consejo de Administración del mismo Centro, don Manuel F. Navamuel, ha recibido un legado de seis mil pesetas, de don Isidoro Pérez Oliva, como albacea testamentario de don Hilario Abad y Aparicio (que en paz descanse), para el sostenimiento de los huérfanos de referencia.» (La Región, Santander, 6 mayo 1926, pág. 2.)

«Donativos de una testamentaría. Nuestro querido amigo el exsubsecretario de Hacienda, don Isidro Pérez Oliva, ha dado una nueva y elocuente prueba de su acendrado salmantinismo, que le ha hecho merecer la estimación y el afecto de todos nosotros. Encargado como albacea testamentario del vecino de Madrid, don Hilario Abad, de la distribución de importantes cantidades para asociaciones de carácter benéfico, ha hecho la siguiente: Reverenda madre superiora de las Hermanitas de los pobres, 10.000 pesetas. Reverenda madre superiora de las Adoratrices, 4.000. Reverenda madre superiora de las Siervas de San José (escuela de niñas de Santa Teresa), 4.000. Señora presidenta del asilo de niñas mendicantes, 2.000. Reverenda madre superiora de las Siervas de María (San Millán), 1.000. Señor director de la escuela parroquial de San José (Sancti-Spíritus), 500. Señor director de las escuelas parroquiales de San Juan Bautista, 500. Total, 22.000 pesetas.» (El Adelanto, Salamanca, martes 18 mayo 1926, pág. 1.)

«Briviesca. Procedente de un legado de don Hilario Abad Aparicio, ha conseguido don Martín Manso para la escuela de párvulos de la Beneficencia, la cantidad de 500 pesetas. Dios se lo pague. […] El corresponsal. Briviesca 21-7-26.» (El Castellano, Burgos 22 julio 1926, pág. 4.)

«Briviesca. De Beneficencia. Merced a los desvelos de la infatigable Junta de la Casa de Beneficencia de nuestra ciudad, y con las acertadísimas gestiones de los ilustres briviescanos señores don Alberto Alcocer, don Martín Manso y don Pedro Barcina, residentes en Madrid, se han podido obtener 500 pesetas del legado del ilustre filántropo don Hilario Abad.» (Diario de Burgos, 22 julio 1926, pág. 6.)

1950 «Abad de Aparicio (Hilario). Doctor en Derecho civil y canónico; como abogado, perteneció al Colegio de Madrid. Tradujo del latín, directamente, la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, que, previa revisión por los PP. Escolapios Manuel Mendía y Pompilio Díaz y con su prólogo del P. Martínez Vigil, dio a la imprenta en 1880. También es de interés la obra Constituciones vigentes, que escribió en colaboración con Rafael Coronel y Ortiz, publicada en 1863.» (Enciclopedia de la Religión Católica, Dalmau y Jover S. A., Barcelona 1950, tomo 1, pág. 14.)

2017 «La finca donde estaba ubicado [el antiguo edificio del Ayuntamiento de Valgañón, demolido en 1989], acogía varios edificios y una huerta anexa con una superficie total de 1.643 m². Antes de convertirse en Casa Consistorial, era propiedad de don Daniel Agustín Apestegui y su esposa doña Inocenta Sancho Corral. Lo habían adquirido el día 2 de febrero de 1924 de don Hilario Abad de Aparicio, que, a su vez, lo había heredado de su hermana doña Manuela. Don Hilario Abad de Aparicio, hijo de don Lorenzo Abad Martínez y doña Manuela Aparicio García, ambos naturales de Valgañón, había fallecido en Madrid el día 13 de diciembre de 1922 sin herederos directos. Era una persona adinerada y piadosa por lo que todo su capital lo donó a instituciones religiosas especificando su destino: Construcción de la Catedral de la Almudena, ayuda a colegios católicos y de huérfanos, asilos, &c. En su testamento nombró tres albaceas, siendo uno de ellos, don Lope Corral Altuzarra (en la foto) con orígenes familiares también en Valgañón. Para la mejor distribución de sus bienes, dispuso que después de su fallecimiento, se procediese a subastar muebles, ropas, alhajas, inmuebles, &c., convirtiendo todo a metálico. Refiriéndonos a la finca que nos ocupa, la adquirió don Daniel Agustín Apestegui como mejor postor, ofreciendo ocho mil pesetas por la misma y mil cuatrocientas veintitrés pesetas por los muebles y efectos, o sea, una cantidad total de nueve mil cuatrocientas veintitrés pesetas. La vivienda la usaban los hermanos Abad de Aparicio como casa de veraneo. En Valgañón se les conocía como “los madrileños”. Hasta el año 1926, la Casa Consistorial ocupaba un edificio de la misma superficie que el actual, ubicado en el mismo lugar. Ese año, pasó a ocupar el edificio de la calle Real, n° 1 y el de la plaza, se convirtió en escuela municipal con aulas separadas para niñas y niños. La inauguración de las escuelas, tuvo lugar en el mes de junio de 1926 siendo alcalde don Facundo Corral Yerro.» (Rafael Torres Sancho, “Retazos de historia”, Revista Villa de Valgañón 2017, págs. 49-50.)

Bibliografía de Hilario Abad de Aparicio

1857 Los dos Primos. Comedia nueva en un acto y en verso original de Hilario Abad de Aparicio (manuscrito conservado en la BNE MSS/14128/4, 32 h., 22×16 cm, fechado el 3 de mayo de 1857, y publicado en facsímil por la Biblioteca Digital Hispánica).

1862 El deber, obra escrita en francés por Julio Simón, y traducida de la sexta edición por D. Hilario Abad de Aparicio y D. Rafael Coronel y Ortiz, Licenciados en Derecho civil y canónico e individuos de varias corporaciones científicas y literarias, Imprenta de Santiago Aguado, Madrid 1862, viii [“Prólogo de los traductores”] + 415 págs.

Origen de la familia: principales derechos y deberes consiguientes a esta Institución”. Discurso leído en la Universidad Central por el licenciado D. Hilario Abad de Aparicio, en el acto solemne de recibir la investidura de doctor en la Facultad de Derecho (Sección de Derecho Civil y Canónico), Madrid 1862, 29 páginas (texto firmado y fechado en Madrid, 14 de junio de 1862).

1863 Estudios sobre derecho político. Constituciones vigentes de los principales estados de Europa y América, precedidas de una reseña histórica de los mismos, por D. Rafael Coronel y Ortiz y D. Hilario Abad de Aparicio, doctores en derecho civil y canónico, Abogados del Iltre. Colegio de Madrid e individuos de varias corporaciones científicas y literarias; tomo I: Europa [Reino de Bélgica, Imperio Francés, Reino de Portugal, Reino de Holanda, Reino de Suecia y Noruega, Reino de Prusia, Confederación Suiza, Italia] (Madrid 1863, 445+4 páginas), tomo II: Europa [Imperio de Austria, Inglaterra, Reino de Dinamarca, Confederación Germánica, Reino de España] (Madrid 1863, 524+3 páginas y mapas: “Fin del tomo segundo y de la parte correspondiente a Europa.”).

1871 Proyecto de unas bases para la unificación y amortización de la deuda pública de España, Moya y Plaza, Madrid 1871, 24 págs.

1872 Estudios sobre derecho político. Constituciones vigentes de los principales estados de Europa, precedidas de una reseña histórica de los mismos, por D. Hilario Abad de Aparicio y D. Rafael Coronel y Ortiz, doctores en derecho civil y canónico, Abogados del Iltre. Colegio de Madrid e individuos de varias corporaciones científicas y literarias; segunda edición, notablemente aumentada y corregida con las modificaciones introducidas en el orden político de Europa desde 1863. Esta obra fue declarada de texto para las Universidades del Reino a propuesta del Real Consejo de Instrucción pública, en 1864 y 1867. Tomo I: Inglaterra, Reino de Suecia y Noruega, Reino de Dinamarca, Imperio de Austria, Reino de Prusia, Reino de Bélgica, Reino de Holanda o de los Países Bajos (Madrid 1872, 595 páginas), tomo II: España, Reino de Portugal, Reino de Italia, Reino de Grecia, Confederación Suiza, República Francesa, Imperio de Alemania (Madrid 1872, 780 páginas).

1880 Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, traducida directamente del latín con presencia de las más correctas ediciones por D. Hilario Abad de Aparicio, Doctor en Derecho civil y canónico, Abogado del Ilustre Colegio de Madrid, revisada y anotada por el R. P. Manuel Mendía, con la colaboración del R. P. Pompilio Díaz, profesores de ciencias matemáticas, filosóficas y naturles de las Escuelas Pías, precedida de un prólogo del M. R. P. Ramón Martínez Vigil, Procurador general de los RR. PP. Dominicos de Madrid. Publicada con aprobación y permiso de la autoridad eclesiástica. Tomo 1, Moya y Plaza, editores, Madrid 1880, xliv+955 págs.; Tomo 2, Moya y Plaza, editores, Madrid 1881, 869 págs.; Tomo 2, Moya y Plaza, editores, Madrid 1882, 1020 págs.; Tomo 4, Moya y Plaza, editores, Madrid 1883, 976 págs.; Tomo 5, Moya y Plaza, editores, Madrid 1883, viii+749 págs.

1895 Nueve días dedicados a Nuestro Señor Jesucristo, presente en el augusto sacramento de la eucaristía por H. A. de A. con permiso de la Autoridad Eclesiástica. Imprenta de Nicolás Moya, Madrid 1895, 210 págs.

1909 Meditaciones piadosas en forma de coloquios, por H. A. de A. Con censura eclesiástica, Tipografía de El Monte Carmelo, Burgos 1909, 225 págs.

Textos de Hilario Abad de Aparicio en filosofía en español

1862 Origen de la familia: principales derechos y deberes consiguientes a esta Institución.

gbs