Filosofía en español 
Filosofía en español

Biblioteca Científica Internacional  1886

Biblioteca Científica Internacional

La Biblioteca Científica Internacional, “publicada bajo la dirección de D. Manuel Antón y Ferrándiz, Profesor Auxiliar de la Facultad y Museo de Ciencias Naturales de Madrid”, comienza a publicarse en Madrid en 1886, Imprenta de Fortanet, con la traducción al español, que el propio Manuel Antón realiza, a partir de la tercera edición inglesa, del libro de George J. Romanes, La inteligencia animal (parte primera, invertebrados), 369 págs. Aunque al año siguiente, en 1887, llega a aparecer una segunda edición de esta primera entrega, parece ser que el proyecto de Manuel Antón y del editor Fortanet no tuvo continuidad, quedando la Biblioteca Científica Internacional en español constituida por un solo título. En el Prefacio (págs. 5-9) a este único volumen de la BCI escribe Manuel Antón:

«La Biblioteca Científica Internacional, cuya aparición viene a cubrir una brecha de nuestra cultura científica y responde a una exigencia de nuestro público, tributario de extranjeros idiomas que dificultan la inteligencia y la propagación de las ciencias y nos introducen los fermentos que destruyen y corrompen la clásica y genuina composición literaria de la hermosa lengua castellana, al inaugurar la serie de sus volúmenes con la obra de Romanes, muestra, a nuestro entender, el mejor acierto en su elección, que debe ser siempre muy esmerada si ha de responder al objeto que se propone.»

Para propagar la existencia de la nueva colección se dispuso y difundió un humilde prospecto (de tres páginas de texto, con pie de imprenta: “Madrid. Imprenta de Fortanet, Calle de la Libertad, núm. 29”) cuyo texto íntegro es el siguiente:

Biblioteca Científica Internacional

publicada bajo la dirección de
D. Manuel Antón y Ferrándiz,
Profesor Auxiliar de la Facultad y Museo de Ciencias Naturales de Madrid

Uno de los más famosos filósofos contemporáneos ha dicho que vivimos en el siglo de las ciencias naturales.

Imposible, por lo menos, negar que el espíritu y el método de estas ciencias anima y vivifica en nuestros días así la historia como la filosofía de casi todas las otras.

El conocimiento de la prodigiosa Naturaleza, en cuyo seno se desenvuelve el proceso de la vida, es el más trascendental, el más interesante de cuantos se presentan a la insaciable curiosidad del entendimiento, y se hace indispensable, no solo al naturalista de profesión, sino a todo el que pretenda una ilustración que pueda alimentar la vida y sostener la higiene necesaria a la salud del espíritu.

A cumplir este fin en forma breve y completa, amena y científica, propia del naturalista, pero accesible al que, sin serlo, posea las nociones más elementales de las cosas, responden las bibliotecas que con título análogo a esta se publican ha ya muchos años con extraordinario éxito en inglés, alemán, francés, italiano y ruso.

En nuestro país es todavía más necesaria, más imprescindible una publicación semejante. Los científicos, y también las personas ilustradas, apartadas por su profesión o por sus aficiones inmediatas del cultivo directo de las ciencias naturales, claman continuamente por libros adecuados a sus propósitos y escritos en español.

Satisfacer esta necesidad, que ya va siendo pública y general, y, sobre todo, contribuir a la propagación de las ciencias positivas en España, es nuestro propósito al emprender esta Biblioteca, que, a la manera de sus análogas de otros países, publicará traducciones de los libros extranjeros más notables, y obras originales de autores españoles, no solo de ciencias naturales, sino también de aquellas ciencias sociales y filosóficas que con ellas mantienen íntimas relaciones de parentesco.

La inauguramos con una versión directa hecha por el Sr. Antón del celebrado libro La Inteligencia animal, publicado en inglés por el famoso secretario de la Sociedad Linneana, Sir George Romanes, y de la que se han agotado tres ediciones de fabuloso número de ejemplares en poco más de un año.

En esta obra, que tan inmensa sensación ha producido en el mundo ilustrado, el autor expone ordenadamente y con enlace adecuado, una serie de hechos verídicos y científicos, en donde cuenta las curiosas y maravillosas costumbres de los animales. Con ella inaugura y cimienta el propósito de completar la obra de su maestro Darwin, demostrando la evolución del reino animal en el orden psíquico, así como este se propuso probarla en el orgánico.

Nosotros la publicamos dividida en dos partes, para acomodarla a las condiciones económicas de nuestra Biblioteca; pero casa una de ellas forma un libro aparte e independiente. En la primera, que está a la venta, se describen las costumbres, los instintos y la inteligencia de los animales Invertebrados y muy especialmente de las Hormigas, las Abejas y las Arañas, cuya vida social y psíquica pudiera parecer fabulosa, si no estuviese comprobada por tantos y tan exactos observadores.

Esta parte, que forma un libro completo y acabado, constituye el primer tomo de nuestra Biblioteca, de cerca de 400 páginas iguales a las de este prospecto, elegantemente encuadernadas a la inglesa y de condiciones tipográficas análogas o superiores a sus similares del extranjero. Para este milagro hemos hecho verdaderos sacrificios, que esperamos ha de apreciar el público que habla la hermosa lengua castellana.

Esto no obstante, cada tomo se vende al precio de 6 pesetas, igual al de la «Bibliothèque Scientifique Internationale».

Los señores libreros, asi de España como de América, obtendrán rebajas proporcionadas a los pedidos, y deben dirigirse a D. Francisco Arredondo, Leganitos, 56, segundo izquierda.

Se remiten tomos a provincias, en paquetes certificados, a todo el que los pida acompañando una libranza de 7 pesetas por cada uno.

En efecto, la Biblioteca Científica Internacional española se correspondía con similares series de éxito publicadas de manera coordinada en otros países y lenguas: The International Scientific Series (por D. Appleton & Company, en Nueva York), The International Scientific Series (por Kegan Paul & Trench, en Londres), Internationale Wissenschaftliche Bibliothek (en Leipzig), Bibliothèque Scientifique Internationale (por F. Alcan, en París). La versión francesa, como es natural, la más conocida en España: esto escribía, por ejemplo, Emilia Pardo Bazán varios años antes del inicio del efímero proyecto del profesor Manuel Antón y el editor Fortanet:

«Que existe esta íntima relación entre las novelas de Zola y las teorías y opiniones científicas propias de nuestro siglo, no puede dudarse, por más que hartos críticos afirmen que Zola carece de cultura filosófica y técnica, siendo muchísimo lo que ignora y bien poco lo que sabe. En primer lugar, esta ignorancia de Zola es relativa, pues se refiere únicamente al pormenor y al detalle, no impidiendo a su inteligencia abarcar la síntesis y el conjunto de tales doctrinas, para lo cual no hay necesidad de quemarse las cejas, y sobra con leer algunos artículos de revista y hasta una docena de libros de la Biblioteca científica internacional. Cabalmente distingue al artista –y Zola lo es– la intuición rápida y segura que le permite reflejar y encarnar en sus obras, por sorprendente manera, lo que apenas entrevió. Además, los miasmas de ciencia novelesca, que pudiéramos llamar leyendas de lo positivo, flotan en la atmósfera como los gérmenes estudiados por Pasteur, y se filtran insensiblemente en las creaciones del arte. Apuntemos en el capítulo de cargos contra Zola el fundarse, para sus trabajos realistas, en lo incierto y oscuro de la ciencia, y olvidando sus ideas filosóficas, estudiemos sus procedimientos artísticos y retórica especial.» (Emilia Pardo Bazán, La cuestión palpitante, 1882, XIV Zola, sus tendencias)

Manuel Antón Ferrándiz (1849-1929), doctor en ciencias naturales, licenciado en Físicas, Profesor Auxiliar de la Facultad y Museo de Ciencias Naturales de Madrid, Catedrático desde 1893 de «Antropología» en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid, donde tuvo también acumulada la cátedra de «Psicología experimental» (ambas debían cursarse en la licenciatura de Filosofía), Profesor de Antropología de España en la Escuela de Estudios Superiores del Ateneo de Madrid, Vicepresidente de la Sociedad española de Historia natural, Vicepresidente del Ateneo de Madrid...

La Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana recordaba en 1909, en la entrada dedicada a Manuel Antón (5:826): «Organizó conferencias científicas, inició la publicación de la Biblioteca internacional científica, realizando toda clase de esfuerzos para que esta ciencia se colocase a gran altura en España.» Nombre trastocado del rótulo de la incontinuada colección que se repite, por ejemplo, en la Enciclopedia de la Cultura Española (1963, 1:374): «Representante de España en varios Congresos, inicia la publicación de la Biblioteca Internacional Científica

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