La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Inocencio María Riesco Le-Grand

Tratado de Embriología Sagrada
Parte Primera
/ Capítulo segundo

§. III
Del germen, embrión, y feto


Por los ensayos, y experimentos hechos por muchos [70] fisiólogos, relativamente al fenómeno de la concepción, se sabe que conducido el semen por la trompa al ovario se pone en contacto con una, dos, o más vejiguillas, que existen en este, y que hinchadas se dislaceran sus membranas, de las cuales, se desprende un cuerpecillo que se ha llamado huevo que es el rudimento del nuevo ser.

En la antigüedad se conocía el producto de la concepción, con el nombre de genitura, durante los seis primeros días, y con el del germen durante los nueve siguientes. Pero en la actualidad llamamos germen, al nuevo ser cuando es enteramente ámorfeo: cuando tiene ya una forma determinada se llama embrión; y cuando se distinguen fácilmente los órganos y las diversas partes que le componen, recibe la denominación de feto, reservándose la palabra niño, para cuando sale fuera del claustro materno, y presenta todas las condiciones necesarias para poder vivir por sí mismo.

El embrión se parece a una pequeña masa gelatinosa oblonga, hinchada al medio, obtusa en una extremidad, y terminada en punta obtusa en la otra. Esta masa, blanquecina, semitrasparente, casi sin consistencia, se disuelve enteramente en el agua. Quince o veinte días después de la concepción, se principia a distinguir bien la cabeza, y los perfiles de la cara. Los ojos se presentan bajo la forma de dos pequeños puntos negros, dos pequeños agujeros indican el sitio de las orejas; y la nariz se presenta bajo la forma de una línea saliente. Los primeros rudimentos de sus miembros son unos tubérculos redondos. [71]

Al mes, el volumen del embrión es igual a el de una gruesa hormiga. Recurvo sobre su parte anterior, ofrece una gruesa extremidad, y otra muy pequeña; la primera que es la cabeza, forma casi la mitad del volumen de este cuerpo. Se distinguen los latidos del corazón. La extremidad inferior de la columna vertebral se presenta bajo la forma de una cola recurva por delante, y en alto. Los brazos, y las piernas, los pies y las manos son aparentes, los órganos sexuales se pintan, y la masa total del feto iguala al grueso de una abeja.

A los cuarenta y cinco días, el embrión tiene de doce a quince líneas de longitud, todas las partes están bien manifiestas, se ve la cabeza bastante voluminosa separada del cuello por una pequeña depresión; se distinguen con ella unos puntos negros que son los ojos, y una abertura triangular que es la boca; cuatro apéndices en forma de paletas que son las manos y los pies.

A los dos meses está formada la nariz por una eminencia encima del labio superior, y tiene dos pulgadas de largo el embrión: los dedos se encuentran, separados, se perciben los hombros, y caderas en bosquejo; el ano que no se halla todavía perforado forma una pequeña eminencia de un color amarillo.

A los tres meses, el feto tiene tres pulgadas y media de longitud, y su peso es de cerca de tres onzas, ejecutando ya, movimientos sensibles.

A los cuatro meses, la longitud del feto es de cuatro a cinco pulgadas. Los miembros inferiores, que hasta que habían estado más cortos que los superiores [72] principian a ponerse en proporción de extensión con ellos.

A los cinco meses la longitud del feto es de siete pulgadas a siete y media.

A los seis meses es de doce a catorce pulgadas, su peso de una libra, los párpados están aglutinados, existe la membrana pupilar, los testículos empiezan a descender al escroto.

A los siete meses la longitud del feto es de cerca de once pulgadas, y su peso de tres libras.

A los ocho meses, el feto tiene catorce o quince pulgadas de longitud; desaparece la membrana pupilar y los testículos descienden al escroto.

A los nueve meses, la longitud del feto, o del niño recién nacido, es de cerca de diez y ocho pulgadas; los hay de diez y seis pulgadas, y otros de veinte y más pulgadas.

El peso ordinario de un niño próximo a nacer es de seis a siete libras. Los hay de cuatro libras, y a veces de trece, catorce, y aun veinte y cinco libras.

Cuando el niño está en termino, cualquiera que sea su longitud, la mitad de este termina en el ombligo.

Para medirle, se le extiende sobre un plano recto, como una tabla, y se le prolongan sus miembros inferiores, midiéndole con un hilo, desde el talón hasta lo alto de la cabeza. Doblando después el hilo, en dos partes iguales, se le mide con este hilo doblado o cortado, con una parte desde el talón hasta el ombligo, donde deberá terminar el hilo, si el niño es de tiempo.

El punto medio de la longitud del cuerpo se acerca tanto más al esternón, cuanto el niño está más distante [73] del término del nacimiento. Si la preñez se prolonga, es decir; si la mujer no pare hasta cerca de los diez meses, de embarazo el punto medio de la longitud del niño, se halla exactamente más abajo del ombligo.

A los nueve meses, los huesos del cráneo, aunque movibles, se tocan aun por sus bordes; los cabellos son largos, espesos, y colorados: la cara no ofrece ya el carácter de la vejez: el bello ha desaparecido, o no ofrece ya el mismo brillo; las uñas están sólidas, y a veces sobrepasan de las extremidades, de los dedos; la piel es rojiza, el pecho corto, redondeado, y elevado; el bajo vientre es dilatado, redondo y saliente hacia la parte del ombligo; el escroto arrugado y lleno por los testículos; el clítoris oculto entre los grandes labios.

Se observa generalmente que los infantes que nacen antes de los nueve meses no son de tanta magnitud, ni tan robustos, como los que nacen a su debido tiempo; los de ocho meses son más robustos que los de nueve; los de diez más que los de nueve, y se les conoce porque su voz es mas clara, sus cabellos son más largos, y suele divisárseles las raíces de los dientes. Algunos atribuyen el nacer antes, o después de los nueve meses a la disposición de la madre afirmando que cuando el feto esta muy robusto y crecido, se agita al sentir la violencia y compresión de la séptima revolución mensual, y provoca el parto.

Buffon es de opinión, que los partos suceden regularmente desde los ocho meses y catorce días hasta los nueve meses y cuatro días, y que es muy raro el que llega a los diez meses. [74]

Los partos pueden verificarse en el término de los diez meses, y vivir las criaturas, mas se han experimentado casos de fetos que han permanecido muertos en el útero por espacio de muchos años. En la historia de la Academia Real de ciencias de París, se hace mención de una señora que había tenido en el útero un feto por espacio de treinta y un años. Esta señora estuvo para parir a su debido tiempo padeciendo muchísimo más no pudo verificarlo, después de lo cual se puso enteramente buena. Después de su muerte se la encontró el esqueleto del feto con dos dientes, lo que hace presumir que la criatura vivió algún tiempo después del día en que debió parirla su madre. Sobre esto se hallan en autores por otra parte muy respetables, bastantes fábulas, sin embargo hay algunos casos raros, que deben tenerse presentes.


<<< Diferentes especies de preñez / De las razas >>>
Inocencio María Riesco Le-Grand, Tratado de Embriología Sagrada (1848)
Proyecto Filosofía en español ~ filosofia.org