Filosofía en español 
Filosofía en español

Luis Araquistain, El peligro yanqui, Madrid 1921, páginas 35-38

La evolución económica · I

La riqueza nacional

Una interpretación económica, ciertamente, no agota todo el contenido de la Historia. Un hecho económico puede engendrar hechos de índole tan espiritual, tan antieconómica, que a su vez transformen la propia economía. El medio económico es como una variante del medio natural: impone ciertas determinaciones al hombre; pero al mismo tiempo el hombre reacciona sobre él y le transmuta. La historia no es pura economía, y otro sería su desarrollo si el fenómeno económico no despertara en el hombre ideas y sentimientos de justicia que fijan su valor moral y motivan el cambio. La diferencia entre una sociedad de animales y una sociedad de hombres consiste justamente en que, sólo en la segunda, la determinación económica va mezclada a una determinación ética. Un estado económico, injusto, podría persistir perpetuamente si no surgiera una conciencia moral para definir su injusticia y proponer su mutación. Pero a su vez no podrá tenerse clara idea del conjunto de fuerzas morales de un pueblo, incluyendo especialmente la política interior y exterior, si antes no se sondea su realidad económica. Por lo tanto, para saber lo que significa la política de los Estados Unidos, como relación entre sus habitantes y como relación con los otros pueblos, será conveniente primero averiguar cuál es el estado de su economía. Hay dos ángulos de visión para examinar la riqueza de un país. Desde uno se tiene la riqueza total, que hace que un país sea pobre o rico. Desde otro se tiene la riqueza de cada individuo. Un país puede ser muy rico y, en cambio, muy pobre la mayoría de sus habitantes, si la riqueza está mal distribuida, y al contrario. Por consiguiente, si se quiere tener una idea un poco exacta de la realidad económica de un país, será menester adquirir noción de su riqueza total y luego de esa riqueza tal como está distribuida.

Hay un libro excelente, que va a ayudarnos en esta previa tarea de información económica, titulado The wealth and income of the people of the United States, del Profesor de Estadística Willford Isbell King, en la Universidad de Wisconsin. Para no embarazar al lector con excesivos guarismos, transcribiré sólo un extracto esencial de las tablas estadísticas de esa obra, estrictamente el necesario para demostrar las siguientes proposiciones, que han de ser el tema general de estos trabajos y la explicación de la política actual y venidera de los Estados Unidos.

Relativamente disminuye la agricultura y aumenta la industria. Consecuencia: disminuye el número de personas que de obreros pueden convertirse en propietarios y aumenta el número de los que se proletarizan. Consecuencia: la clase obrera se torna cada vez más inquieta y la clase capitalista más severa. Disminuyen los recursos naturales y aumenta el capital disponible. Consecuencia: la explotación económica es cada vez más difícil. Consecuencia: se quieren cerrar las puertas a la inmigración humana, al trabajo extranjero y, en cambio, quiere emigrar y emigra el capital indígena. Consecuencia: una política de expansión económica en toda América y en parte de Asia, rozamientos con Méjico, con el Japón...

La Agricultura pierde terreno. En 1850 la población agrícola de los Estados Unidos representaba el 40,6 por 100 de la total; en 1910, el 34,6 por 100. En 1850 la gente que vivía en pueblos menores de 8.000 habitantes, era el 46,9 por 100 de la población total, y en ciudades mayores de 100.000 habitantes, el 6 por 100; en 1910 las proporciones son, respectivamente, de 26,5 y 22,1. La gran ciudad se está tragando a la aldea; la industria, a la agricultura. Pero la emancipación económica estaba en el campo. La tierra se daba gratis. Era una tierra fértil, rodeada además de caza y pastos, que hacía aún más productivo el trabajo del labrador. La agricultura daba al individuo holgura, muchas veces prosperidad, a menudo opulencia. Eso se acabó. Ya no hay tierra gratis, y la tierra disponible es cada vez peor, y además está acotada por otras propiedades. Al hombre pobre le es más difícil cada día elevarse a rango de propietario. En 1850 correspondían a cada habitante, 12,66 acres de tierra de labranza, y a cada labrador, 31,17 acres; en 1910 correspondían 9,55 y 27,63 acres, respectivamente. Disminuye la cantidad de tierra disponible y empeora la calidad. El hombre pobre se ve compelido ya a quedarse en las ciudades, carne de industria, sin esperanza de redención económica. Esto transforma la psicología social del obrero norteamericano, como hemos de ver más adelante.

Paralelamente, la riqueza mineral, si no llega aún a un punto de escasez, ofrece de día en día mayores dificultades a la extracción, y el capital, más impaciente, busca campos más fáciles en países extranjeros próximos. La extracción de minerales ha seguido una escala de incremento enorme. En 1850 se extraían seis millones de toneladas de carbón; en 1912, 477 millones; 564.000 toneladas de hierro en 1850; 29.727.000 en 1912; 700 de cobre, en 1850; 558.000 en 1912; 211.000 de fosfato, en 1880; 2.973.000 en 1912; 21 millones de galones de petróleo en 1860; 9.329 millones en 1912; por valor de 19 millones de dólares de gas natural, en 1890; 71 millones en 1910. No hay peligro, sin embargo, de que la inmensa riqueza mineral de los Estados Unidos se agote en poco tiempo. Si se sigue extrayendo el carbón conforme al aumento proporcional que ha regido hasta ahora, los depósitos naturales se agotarían en siglo y medio, pero si no se consumiera en el porvenir más que en la fecha, habría reservas para unos siete siglos. La cantidad total de carbón que hay en los yacimientos se calculó en 1908 en 3.135.708 millones. El mineral de hierro existente se calcula en toneladas 4.784.930.000 de buena calidad, que probablemente se consumirán entre cincuenta y cien años; entonces será necesario recurrir al de calidad inferior. El cobre y el fosfato se están consumiendo rápidamente. Pero la substancia más próxima a agotarse es el petróleo. Se calcula que aún quedan 13.000 millones de barriles de 42 galones; sólo en 1912 se extrajeron 200 millones. Dada la utilidad del petróleo, éste es uno de los problemas económicos más serios de los Estados Unidos y una de las causas de su política en Méjico, por la riqueza petrolera de este país.

En suma: disminuye rápidamente la cantidad de tierra disponible, el más apto instrumento de emancipación para los desheredados. Esto significa que aumenta la proletarización de las clases pobres, o sea su incorporación a un régimen de salarios del cual es punto menos que imposible elevarse a categoría de capitalista. El incremento de la industria a expensas de la agricultura es tal, que las exportaciones de carnes y granos están disminuyendo aceleradamente, y hoy los Estados Unidos importan ya esos productos en grandes cantidades de la Argentina. Por otra parte, el capital americano busca recursos naturales de más fácil explotación en los países jóvenes del resto de América, singularmente en Méjico y en otros del centro. De este modo la evolución de su economía está transformando su política interior y exterior. Pero para que se comprenda mejor lo primero será menester dar antes algunos datos sobre la distribución de la riqueza.