El anarquismo en Guipúzcoa y las Diputaciones liberales, San Sebastián 1911
El anarquismo
en Guipúzcoa
y las
Diputaciones liberales

 
Sensacionales revelaciones que vieron la luz en el periódico «La Constancia» de San Sebastián, y que prueban muchas cosas.

 
Se coleccionan a petición del público por haberse agotado las ediciones de los números del periódico en que se publicaron.

 
Imprenta de «La Constancia»
San Sebastián 1911

 


Índice

Prólogo, III
Fuera caretas, 3
Ahí van datos, 5
Aún más datos, 9
Desbrozando el camino, 12
Nuevas revelaciones, 17
Una pregunta, 21
El Ferrerismo hambriento en Irún, 22
Afonismo, 25
Aún más revelaciones, 26
Setenas para La Voz, 29
Bomba final, 32
Comentarios sabrosos, 34
Cuadros al natural. Acto II, 37
Cuadros al natural. Acto III, 44
Epílogo, 51

Prólogo

Honda y profunda fué la impresión producida en Guipúzcoa por las revelaciones que en los artículos que hoy se dan coleccionados, vieron la luz pública en el periódico La Constancia, de esta ciudad.

La provincia entera se conmovió como herida por una descarga eléctrica, al enterarse de que hijos espúreos conspiraban en la sombra, para hacer de Guipúzcoa una segunda edición de la semana roja de Barcelona, sin que pudieran desfruncir su ceño airado los forzados y olímpicos silencios de La Voz, aquila non capit muscas; ni las habladurías de algunos espíritus fuertes, que nos tildaban de «malos cristianos», por exhibir sin duda las cosas malas de ellos y de sus amigos.

No; la única satisfacción posible para tranquilizar a la opinión alarmada, hubiera sido el probar que esas delaciones eran falsas, infundadas, pura invención de la maldad integrista. Pero esto ni se ha hecho, ni puede hacerse, ni se hará, porque es imposible; y su solo intento constituiría un nuevo y sonado triunfo para nosotros.

Demás está el consignar que ni el aura popular nos atrae, ni las críticas y censuras nos atrasan, cuando se trate de cumplir lo que estimamos ser un deber.

Y deber nuestro era señalar ese cáncer social; que las llagas no se curan con tapujos y ceratos simples, sino descubriéndolas para aplicar sin compasión el cauterio a la raíz.

Tal ha sido nuestra labor, y no habremos contribuído poco a extirpar esa hedionda plaga que pretendía germinar en Guipúzcoa.

Tenemos, pues, la convicción de haber hecho un bien; de haber prestado un señalado servicio a la causa de Dios, de nuestras tradiciones y de nuestra querida provincia. Con esto nos basta, y nos damos por bien pagados. ¿A qué otra cosa puede aspirar una publicación católica y guipuzcoana?

Agotadas las ediciones de nuestro periódico, y sin poder servir los insistentes pedidos que se nos hacían, ofrecimos dar a la estampa un folleto con los artículos solicitados; y hoy cumplimos nuestra promesa, satisfaciendo así el público anhelo, que diría con verdad Canalejas, si su público no fuese de paniaguados, y los anhelos de éstos, otros que las concupiscencias del Poder.

Sea nuestra última palabra para la Excma. y Católica Diputación Provincial. Reciba esta Corporación, con la expresión de nuestro cariño, un aplauso sincero y entusiasta por su afortunada gestión administrativa, con el testimonio de nuestra admiración, por el tacto y tino con que ordenando y moralizando todos los servicios, está haciendo de Guipúzcoa la provincia envidiada, la provincia modelo, no sólo de España sino del extranjero.

La Redacción. [3]

Fuera caretas

Ayer comenzaba La Voz de Guipúzcoa su artículo de fondo, que era una diatriba tan injusta cuanto llena de hiel contra la Exma. Diputación, con el siguiente párrafo.

«Ha llegado la hora de que rompamos con ciertos repestos que, en fuerza de ser rendidos, se han hecho ya perjudiciales. Ha llegado el momento de hablar con la debida energía, para poner en todo su insólito relieve una serie de abusos que rayarían en lo escandaloso si no los inspirase la torpeza.»

Y en efecto, decimos nosotros; ha llegado la hora de recoger todos esos retos necios, indignos y osados, tal vez nacidos al calor de nuestra magnanimidad y desprecio, y de colocar a La Voz y los suyos en el lugar que les corresponde; por lo que rogamos a la prensa imparcial de la localidad, tenga a bien reproducir los datos que comenzando desde hoy vamos a publicar, para que la opinión imparcial deduzca las consecuencias que se desprendan, haciendo constar que quien un día y otro viene citando, hostigando y maltratando gratuitamente a nuestos amigos es La Voz, y que, por lo tanto, a ella exclusivamente deben de imputársele las molestias y contrariedades que habrán de experimentar sus amigos.

Es evidente que una de las cosas que más le ha sacado de quicio es la reforma, tan importante como acertada, que se viene llevando a cabo por la Excma. Diputación, entre otros centros, en la Caja de Ahorros Provincial, que de un sanedrin, de un club anticlerical, de un centro electoral o una agencia anarquista que era, se está convirtiendo en una oficina de labor, propia del fin para que fué creada.

Protesta La Voz de que la Corporación Provincial, en uso de un derecho que le reconoce, hubiera nombrado Director de la misma a D. Ramón Esquivias, que lo era de la Sucursal del Banco de España en Burgos, persona de competencia y honorabilidad absoluta; y se desespera porque esa breva no haya caído en la boca de alguno de sus amigos, calificando el nombramiento de escopetazo y no sabemos cuántas tonterías más.

Pero ignora La Voz, por lo visto, que en ese nombramiento no ha hecho la Excma. Diputación otra cosa que ajustarse a las teorías del Sr. Balbás, que dice que quien debe responder de una empresa necesita libertad absoluta para colocar al frente de ella personal de su completa confianza.

Y que si fuéramos a practicar lo que ella aconseja, debiera haber comenzado esta Diputación dejando puertas afuera con toda pudibundez, ponemos por caso y limitándonos a la Caja de Ahorros, a los Sres. D. Sebastián Abonz, Agente General que fué de la misma, que de un escopetazo saltó de cesante de la casa de Brunet a esa prebenda.

A D. Juan Azpiazu, que otro escopetazo lo llevó a Cajero de la Caja de Ahorros.

A D. José Segurola, que de escribiente del abogado D. Ricardo Bermingham, no bien murió éste, el mismo día del entierro, un afortunado disparo lo empotró en una agencia general de retiros creada en la Caja de Ahorros a su medida y semejanza, para pasar de otro salto a Secretario de la Caja.

A D. Lino Galdós, que en cuanto no tuvo que fumar en la Tabacalera, otra descarga a quemarropa le hizo Contador de la Caja, cargo para el cual tuvo que irse preparando después de tomar posesión del mismo.

Sólo así, y preparada una oficina de ese modo, cabe que una alta personalidad de la Caja, el aciago día en que fueron asesinados por la Revolución el Rey y el Príncipe heredero de Portugal, entrara en ella con cara placentera y frotándose las manos de gusto pronunciando esta sangrienta frase:

Hoy es un gran día para la libertad.

Y esta persona derramaría lágrimas como puños, si viera matar un conejo o desplumar una gallina.

Comenzó ya la fiesta. Ha llegado la hora de que rompamos con ciertos respetos. [5]

Ahí van datos

Es menester que el público, que la opinión sensata se percate e imponga de lo que han sido las Diputaciones liberales; del fanatismo sectario en que se han inspirado todos sus actos, hasta el punto de convertir la Caja de Ahorros en un Consejo supremo de rabadanes.

No creemos que ninguna oficina pública pudiera hacerse la apología del crimen, con la frescura y el cinismo con que lo han visto nuestros lectores.

Era un gran día para la libertad el día en que fueron asesinados el rey y el príncipe de Portugal.

Ese fué el saludo del rabadán mayor al entrar en quel Centro. ¡Si habría confianza en la cuadrilla!

Y tanta; como que allí no se hacía más que conspirar contra la Diputación, sin siquiera tratar de ocultar las intenciones. Véase la clase:

Folio 216 del copiador número 26 de cartas.
«16 Diciembre 1908.
Sr. D. Tomás Balbás. -Villa Marie Isabelle. -Gelos. -Pau.
Respetable D. Tomás...
Ayer estuve en Beasain, en donde se celebraba la subasta de Obligaciones de su Deuda. Tuve que asistir a ella por disposición del señor Vicepresidente, a quien instaron para que tomara tal medida los Sres. Lizasoain, Laffitte y Castañeda, ante el temor de que dicho Ayuntamiento simulase que se cubría la totalidad de la emisión.
Sospecho que en este asunto no es ajena la cuestión política.
José Segurola.»

Folio 365 del copiador de cartas número 26.
«Sr. D. Tomás Balbás. -Pau, 8 Enero 1909.
Respetable Sr. D. Tomás...
Ayer se reunió la Diputación y nada decidió a juzgar por el extracto de los periódicos, sobre la sustitución de Vocales en la Junta de Gobierno.
Tarda en parir y quizá sea el parto de los montes. Me lo temo.
José Segurola.»

Folio 441 del copiador de cartas número 26.
«Sr. D. Tomás Balbás, etc., Pau, 18 Enero 1909
Respetable D. Tomás...
La Diputación ha terminado las sesiones con la consabida fórmula de “avisará a domicilio”, sin haber procedido al nombramiento de Vocales para la Junta de Gobierno. Ellos sabrán el por qué de la demora, pues no ha sido ocasionada por no habérsela recordado.
José Segurola.»

Bastan y sobran los datos copiados, para deducir la clase de correspondencia que mediaba entre el Sr. Balbás y el Sr. Segurola, y se considerarían ellos invulnerables, cuando no tenían reparo en llevar ciertas cartas a los copiadores oficiales, que ahí están a disposición de su Junta de gobierno, que si los ojea un poco, podrá dar con buen número de gazapos más.

Naturalmente, si las esferas superiores se mecían así, las inferiores andarían como lo van a ver en seguida nuestros lectores.

Adjunta una prueba del modo en que empleaban el tiempo durante las horas de oficina, y que da la medida de la organización interna de la Caja, llevada a cabo por los pudibundos diputados liberales, de las liberales Diputaciones que precedieron a la actual.

«San Sebastián 10-2-910.
Sr. Director de La Voz de Guipúzcoa.
Presente.
Muy señor nuestro: Agradeceríamos a usted tuviera la atención de insertar en las columnas del popular diario de su digna dirección, y en los números correspondientes a los días 11 y 12 del actual, viernes y sábado próximo, el sueltecito que tenemos el atrevimiento de adjuntarle.
Anticipándole las gracias, quedan a sus órdenes sus humildes servidores.
Echezarreta.»

Vean ahora el sueltecito, que es de oro.

«Centro Obrero
En los salones del mismo tendrá lugar el sábado 12 del actual, a las nueve de la noche, la primera conferencia de la serie que tiene en proyecto un grupo de Amantes de la Enseñanza Moderna, de esta ciudad.
La velada, que correrá a cargo de los ilustres profesores de la Escuela Irunesa, D. Federico Forcada y D.ª María Mafé, se sujetará al programa siguiente:
1.º Escuelas laicas y racionalismo científico. Por D.ª María Mafé.
2.º Los métodos racionales de enseñanza aplicados a la educación moderna. Por D. Federico Forcada.
Se ruega encarecidamente a los amantes de la Educación Popular, asistan a este acto encaminado a la difusión del nuevo método educativo, que está llamado a realizar la Gran Revolución Cerebral.
El grupo organizador.»

Y para que la opinión pública vaya formando juicio de lo que venía siendo ese antro de perdición llamado Caja de Ahorros Provincial, formado a imagen y semejanza de las Diputaciones liberales, como lo hemos hecho constar, permítasenos que por una sola vez y aun poniéndose roja la tinta con que escribimos, demos una lista de las publicaciones que en aquella oficina vendía y distribuía D. Ramón Irazusta, para que otro no pierda, escribiente de la Caja:

«La Acracia. —Tierra y Libertad. —Salud y fuerza. —Los grandes libertinos y célebres prostitutas. —Huelga de vientres. —La mujer esclava. —Crónicas demoledoras. —Los crímenes de Dios. —La peste religiosa. —Libros de texto de las escuelas ferreristas de Barcelona. —Boletines de adhesión a la Liga Racionalista.»

O todo esto se hacía con anuencia de los jefes y directores, o sin que ellos se dieran cuenta. En ambos casos están juzgados y la indignación de toda persona decente caiga sobre sus cabezas.

Vea Guipúzcoa, vea el catolicismo y cristiano solar vasco, las víboras y lobeznos que se crían y amamantan a los pechos de las Diputaciones liberales, y medite si puede tolerar ni consentir que vengan de nuevo a clavar traidoramente el puñal asesino en la fe y moralidad euskara.

¿Van comprendiendo nuestros lectores y el público, el por qué de los desplantes de La Voz, cuando una Diputación católica honrada y moral pone mano en estas llagas para extirparlas, con nombramiento de personal de probidad, honradez y moralidad intachables?

Continuemos con estas interesantes revelaciones. Sólo debemos advertir, que obran en nuestro poder los borradores originales de cuanto transcribimos, o sus copias fehacientes o los medios de comprobación indubitable. [9]

Aún más datos

«Se ha de averiguar quiénes son los infames miserables que han hecho estas delaciones. Esto no puede quedar así. Esto ha de traer cola. Es inaguantable esta campaña personal.» (El Brujo.)

Estos o parecidos comentarios se hacían en un centro que nosotros sabemos, después de leernos.

Nos conta que están desesperados; pero péguenla contra La Voz de Guipúzcoa; mejor dicho, contra sí mismos los de la Caja de Ahorros, inspiradores de aquellos intolerables artículos, haciendo la campaña más hipócrita y artera contra nuestros diputados provinciales, prevaliéndose de la necesidad en que se veía la Excma. Corporación provincial de reforzar los ingresos, aumentando consiguientemente los tributos. También sobre todo esto tenemos que hablar.

Ya nos dispensará el diario republicano que demos de mano a su artículo de fondo para poder seguir nuestra campaña moralizadora. Después de todo le negamos beligerancia para discutir ciertos nombramientos, mientras no nos explique, entre otros, los de los Sres. Abonz, Azpiazu, Segurola, Galdós, de la Caja de Ahorros. Delaire, de Fraisoro. Navarro, del Puerto de Pasajes, &c., &c., &c., que cuando menos aceptará como antecedentes no recusables, por serlo de sus amigos; y por lo tanto buenos y dignos de imitación.

Pero dejémonos de digresiones y vamos al grano.

Nabucodonosor II por su soberbia fué castigado por Dios degradándole a bestia, y así vivió durante siete años.

Este parece que es el castigo con que Dios azota al liberalismo, que no es más que la rebelión, en todos los órdenes, del hombre contra Dios, elevada a la categoría de principio, sistema y ciencia.

Ya han visto nuestros lectores el término de ese progreso liberal en la inmunda lista, donde la bestia humana se revuelca.

Y esto es lógico; huyendo de las cristalinas aguas de la Iglesia, el hombre se sumerge en el hediondo piélago de sus pasiones animales.

Todos aquellos folletones corrían por la Caja de Ahorros sin cortapisa alguna.

En cambio, el mes de Octubre de 1907, llegó a Secretaría un ejemplar de la revista financiera La Paz Social.

Al punto el Secretario Sr. Segurola le puso los puntos, y preguntó al empleado que la llevaba si era católica.

Al contestarle aquél que así lo parecía a juzgar por las personas que colaboraban en ella, la recogió diciendo que ya cuidaría de entregarla en manos de D. Tomás Balbás.

Y en efecto; ya no se volvió a ver ni a oir hablar de la expresa revista; y sin duda para sustituirla dignamente se suscribió pocos meses después la Caja de Ahorros, desde 1º de Enero de 1908, a la titulada Les documents du Progrès, en la que colaboran los principales propagandistas del socialismo, anarquismo y libre pensamiento. Véase la carta instancia:

«San Sebastián 18 de Febrero de 1908.
Mr. Blacque Belari
4 rue Favart, Paris.
Monsieur:
Je viens vous prier de renouvellernos souscriptions, en recommandant de mettre l'adresse "Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa -San Sebastián -Espagne" aux publications suivantes pour l'année 1908... et nous souscrire a la nouvelle revue "Les documents du Progrés," chez Mr. Félix Alcan.
...Je vous prie d'envoyer votre facture, comme d'habitude, à la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa.
En vous remerciant d'avance veuillez, Monsieur, agréer l'assurance de toute ma considération.
El Presidente de la Comisión Directiva
Tomás Balbás.»
(Folio 22 del copiador número 23.)

Tenemos en nuestro poder un ejemplar de la citada revista, por si alguien pusiera en duda su significación.

¿Cómo extrañar que alrededor de dicha Caja de Ahorros se fuera creando un ambiente de recelo y suspicacia enormes?

¿Cómo extrañar que la gente honrada se preguntara estupefacta, cómo en la más católica de las provincias de España se consentía un antro así, ya que a la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa venía consignada toda la basura que se ha exhibido. En la Dirección de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa, con fajas parecidas a la siguiente de El Motín, que la tenemos delante. «D. Ramón Irazusta. Caja de Ahorros Provincial. San Sebastián.» Y desde la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa se escribían artículos en anarquista y bufo a La Voz del Cantero, de Valladolid, autorizados con el sello de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa y firmados por Casa vieja, pseudónimo de Echezarreta, empleado de la Caja, y lo demás que irán viendo nuestros lectores más adelante.

Deduzca por ahí Guipúzcoa, adonde le llevaban las Diputaciones liberales, si no hubiera despertado a tiempo; y alégrese al ver el despecho y rabia con que combaten a la Diputación católica, desde La Voz abajo, todos los liberales; por ser esta la mejor prueba de su impotencia y deseperación.

¿Teníamos o no razón al llamar agencia anarquista a parte de esas oficinas?

Antes de terminar este artículo, damos las gracias a cuantos nos favorecen con sus datos y descubrimientos, algunos de los cuales son interesantísimos; y si bien todos no encajan en la cuestión actual, nos servirán para otras polémicas.

Tengan para su garantía todos la seguridad de que el secreto será riguroso y absoluto, y que nosotros respondemos de cuanto se publique. [12]

Desbrozando el camino

Antes de comenzar esta tarea, vamos a desembarazarnos de los obstáculos con que La Voz trata de entorpecer nuestro camino.

Primero intentó la huída, remontando el vuelo; y nos dijo que nosotros descendíamos al terreno de los personalismos.

Después ya fué aterrizando; y agregó, que eso de acusar a la Caja de Ahorros Provincial de club anticlerical o una agencia anarquista, eran insidias de cuatro alcahuetes despreciables (reconocidos les quedarán los amigos a La Voz) que suponían agencias ácratas donde no existían.

Por último, ayer se soterró, declarando que se trataba de un infame robo de documentos que se habían puesto a disposición del diario integrista.

Luego cuanto hasta el presente hemos dicho y afirmado, es cierto, es positivo, es innegable. La Voz, a despecho suyo, tiene que reconocerlo así; toda esa campaña se hacía en la Caja de Ahorros Provincial.

Todos esos documentos existían en la Caja de Ahorros; se fraguaban en la Caja de Ahorros; se redactaban en la Caja de Ahorros; «si bien La Constancia se ha enterado de ellos porque un infame ladrón le ha puesto en posesión del secreto». ¡Magnífico, soberbio!

Conste una vez más esta explícita declaración y confesión de La Voz. No somos calumniadores. Es cierto que la Caja de Ahorros Provincial se había convertido, por obra y gracia de las Diputaciones liberales que padecimos, en un club anticlerical, en una agencia anarquista, y aun añadimos en nuestro primer artículo, en un centro político, y a su tiempo lo probaremos.

Ahora, como vulgarmente se dice, «que se la ate al dedo» el diario republicano.

Es muy fácil y sobre todo muy desahogado acusar al prójimo de defectos propios; muy canalla, cometer los desafueros de que fué testigo en la semana trágica de la ciudad de Barcelona, y luego atribuirlos a las mismas víctimas. Esto será muy ácrata, muy anarquista, muy liberal, pero intolerable, inaguantable e insufrible. Y reconozca La Voz de Guipúzcoa, mal que le pese, que «ha llegado el momento de hablar con la debida energía, para poner en todo su insólito relieve UNA SERIE DE ABUSOS QUE RAYABAN EN LO ESCANDALOSO...» Pues si ella se creía en ese derecho, no puede negarlo a los demás.

¿En qué moral ha estudiado La Voz el que se puede acusar de abusos, sin concretar la acusación, haciendo tal vez que la sospecha venga a mancillar el buen nombre y respetabilidad de personas católicas, enemigas irreconciliables de esos desórdenes y demasías?

Eso es lo que no es normal, ni digno, ni caballeroso, máxime cuando después de todo, el que tiene fe y convicción en sus principios, en sus doctrinas, en sus procedimientos, los mantiene, los confiesa en público y en privado, los defiende, se hace solidario y responde de ellos.

Lástima de tiempo el que tenemos que perder dando lecciones al que ignora lo que ha menester, por lo menos para escribir en público.

¿Sabe La Voz de Guipúzcoa lo que es robo?

Ciertamente que no. Pues ahora se lo vamos a enseñar con el Código penal.

Son reos del delito de robo, dice el art. 515, los que con ánimo de lucrarse, se poderan de las cosas muebles ajenas con violencia e intimidación en las personas, o empleando fuerza en las cosas.

Como ella ha afirmado lo del robo, viene obligada a probarlo, si se estima en lo que debe estimarse, y no quiere quedar ante la opinión como Dios nos libre que quedemos jamás nosotros.

Con que a probar, señora Voz, que ha habido apoderamiento de cosas muebles ajenas con violencia e intimidación en las personas o empleando fuerza en las cosas, y con ánimno de lucro, por añadidura.

Que nosotros en el entretanto seguimos nuestra labor. No en vano se nos retó a singular combate, adoptando gallarda postura, con aquel «ha llegado la hora de que rompamos con ciertos respetos». –Sí, señora; pues a romperlos.

Suponemos que La Voz, a pesar de su ignorancia en leyes, no estimará robo la transcripción de aquella sangrienta frase con que un día aciago para la monarquía de Portugal, saludó públicamente uno de los más conspicuos de la Caja de Ahorros al personal subalterno. ¿Robo recoger una frase lanzada al público en aire de triunfo?

Tampoco calificará de tal robo la transcripción de parte de las cartas obrantes en la Caja de Ahorros y copiador oficial 26, págs. 216, 365, 441, y copiador 23, folio 22. Ni el anuncio de la velada Ferrer-racionalista, que publicó La Voz en la fecha que le indicamos y obra en su colección, ni el poseer un ejemplar de la revista Les Documents du Progrés, para certificar de sus orientaciones; ni el tener en nuestro poder una colección de impresiones infames repartidas en aquel Centro con el falso título de «Hojitas Piadosas» y el engañoso de «Hojitas Ignacianas» simulando en tamaño, tipos y composición a las de propaganda católica, con lo subtítulos de «Abajo las escuelas laicas», «La mujer en la iglesia», «¿Por qué no te confiesas?», «Los escapularios», «Católicos, alerta con las hojas», «La santa misión», «La Comunión», «Acción anticlerical», «Clero secular, a defenderse», «¡Muera Satán». Y las Ignacianas con los epígrafes de «Espíritu de San Ignacio de Loyola», «Los dolores y gozos de San Ignacio», «La dirección espiritual».

Hojas editadas todas ellas en Madrid, imprenta de Domingo Blanco (Libertad, 31), y de las que no se puede hacer más que mención, pues tiznan y manchan por ser la obra impía de curas apóstatas, religiosos renegados y sacerdotes sacrílegos que en tanto llegan a ser apóstoles y corifeos del liberalismo, republicanismo y acratismo, en cuanto dejando de ser ángeles en carne humana por la fidelidad a su vocación, se convierten en esclavos de sus más bajas pasiones, al estilo perruno o gatuno. ¡Qué honra para la familia y para los que autorizan y amparan tales propagandas!

Ni el haber recibido procedente de la Caja un malvado pliego marcado A, primero de una serie cuya cabeza dice «La Teoría y la Práctica». Conteniendo 15 cuadritos orlados, fácilmente recortables y preparados para pegarlos en cualquier parte, con máximas que con el título de granitos de oro, derraman el corrosivo más activo contra la Iglesia y su disciplina.

Pero ya que no pruebe La Voz de Guipúzcoa lo del robo, niegue, si a tanto llega, que no fuera todo esto un género de alcahuetería para sonsacar y arrancar la fe de las almas, encubriendo con las apariencias piadosas, la inmoralidad e ilicitud de las hojas. Mas sigamos con las famosas insidias de La Voz, que esta vez queremos colmar sus deseos y dejarla harta.

Se trata de una tarjeta postal que dice así: «Casa editorial de Salud y Fuerza, revista mensual de la Liga de Regeneración humana. Tapinería, 27 y 19, pral., Barcelona», y se halla dirigida a D. Ramón Irazusta, CAJA DE AHORROS PROVINCIAL DE GUIPÚZCOA.

«Compañero Irazusta: Salud.
Te remito los cinco ejemplares del folleto que pedías en tu postal 10 del corriente.
La Revista se está terminando ya, y saldrá uno de estos días. Su atraso es debido a los efectos de la semana revolucionaria, que no ha entrado un céntimo en Caja desde aquella fecha.
Te ruego gestiones entre los compañeros una pequeña suscripción de cinco pesetas mensuales, durante dos o tres meses, para ayuda de la publicación de Salud y Fuerza, y dicha cantidad en concepto de donativo por el grupo de esa.
Entre todos a ver si regularizamos la salida de la Revista, y la ponemos en marcha otra vez.
Las grandes prostitutas, saldrá ahora el tomo segundo, constará de unos ocho tomos.
Luis Bulffi.
19-11-09.»

Probablemente a consecuencia de esta tarjeta, se redactó en la misma Caja de Ahorros la Circular que a continuación reproducimos; pero sin afirmar su relación directa con la tarjeta, porque le falta la fecha del mes. Si nos sobrase el tiempo también daríamos con ella; pero como queda mucho campo que recorrer, no podemos detenernos. La Circular estaba concebida en estos términos:

«Estimado amigo: Ruego a V. Se sirva asistir a la reunión de la Junta Directiva, que se celebrará mañana jueves, 19 del corriente, a las nueve y media de la noche, en el local del Círculo Republicano, para tratar de asuntos que interesan a la Liga Racionalista.
Ruega a Vd. la más puntual asistencia su afmo. Compañero que le desea saludo,
El Secretario.»

Y tomemos algún respiro, porque nos esperan otros datos vivitos y coleando. [17]

Nuevas revelaciones

Ya ha visto el curioso lector cómo el ácrata Luis Bulffi, de Barcelona, instaba recursos a «La Liga Internacional Racionalista» de esta capital, para continuar con la revista Salud y Fuerza, y cómo ni cortos ni perezosos los de esta capital, citaban a una reunión en el Círculo Republicano a los afiliados, para tratar de asuntos que interesaban a la «Liga Racionalista».

Es de tener en cuenta que el arma fundamental del desgraciado Francisco Ferrer para descristianizar, descatolizar a España y preparar la revolución social en que soñaba, y de la que fué una pálida sombra la semana trágica de Barcelona, era precisamente la «Liga Internacional de la Infancia».

Ahora daremos una lista de los afiliados en San Sebastián a esa Liga, y de las cantidades con que aparecen suscribiéndose algunos.

¿Esta suscripción respondía a las peticiones de Bulffi? ¿Tenían algún otro objeto?

Hasta ahí no llega nuestra ciencia; pero estos son detalles que no tienen importancia. Lo importantísimo es conocer la lista y sus afiliados; para que venga luego diciendo La Voz que estas son insidias y alcahueterías.

Lista de afiliados a la Liga Internacional Racionalista de San Sebastián.
Sr. D. Felipe Barragán, 1 pta.; D. Antonio Montesi, 1 pta.; D. Marcial Calatayud, 1 pta.; D. Gabino García, D. Juan Echezarreta, 1 pta.; D. Julián Pena, 1 pta.; D. Benito B. Galarreta, 1 pta.; D. Miguel Galarreta, 1 pta.; D. Robustiano Sopelarte, 1 pta.; D. Domingo Vázquez, D. Remigio Peña, 1 pta.; D. Miguel Echart, 1 pta.; D. José Gamboa, 0,25; D. Antonio Aloy, D. Cayetano Moreno, D. Federico Echeverría, D. Lorenzo Istúriz, D. José García, D. Toribio Pérez, 1 pta.; D. Dámaso Castrillo, 0,50; D Salustiano Latorre, D. Policarpo Goñi, 1 peseta; D. Angel Imaz, D. Leandro Arruz, D. Silverio Gabarain, D. Luis Arín, D. Ramón Meque, D. Leopoldo Doucloux, 1,50; D. Ramón Salvador, 0,50; D. Lucas Zulaica, D. Miguel Ramos, 0,50; D. Manuel Adarraga, D. José Miranda, 0,50; don Martín Magadan, D. Pío Bizcarrondo, 1,50; D. Tomás Teresa García, 0,50; D. Justo Molina, D. Bautista Dorronsoro, D. Pedro Insausti, D. Domingo Andonegui, 0,25; D. Calixto Bernedo, D. Juan Echepare, D. Francisco Ferreres, 0,25; D. Eugenio Ferreres, 0,25; D. Bernardo Ferreres, 0,25; D. Eduardo Fernández, D. Ramón Mijánguez, 0,25; D. Juan Orduña, D. Manuel Palacián{1}, D. Hilario Obejero, D. Manuel Palomeque, D. Ramón Irazusta, 1 pta.; D. Justo Pastor, D. Elíseo Argandeña, 1 pta.; D. Gil Garmendia, 1 pta.; D. Raimundo Menéndez Orra, 1 pta.; D. Enrique Mora, 1 pta.; D. Perfecto Alonso, 1 pta.; D. N. Echeverría, 0,50; D. N. González Morato, 0,50; D. Javier Agesta, 1 pta.; D. Félix Salazar, D. Vicente Puente.

Si estos dineros fueron a Bulffi o no, nos tiene muy sin cuidado. Pero lo cierto es que el repetido Bulffi se encontraba muy satisfecho de sus compañeros de San Sebastián, cuando escribía el 25 de Abril de 1910 al compañero Irazusta lo siguiente, dirigido a la Caja de Ahorros, por supuesto:

«Salud.
Voy notando que en esa se va extendiendo la propaganda, así es que nuestra labor poco a poco va floreciendo aunque despacio, pero sólidamente. Es verdad que esta labor no se puede apreciar en seguida, pero a medida que pasa el tiempo se ve el fruto madurar y no tardarán en verse los efectos. Esos efectos la burguesía ha tiempo que los ha vislumbrado, mucho antes de que los ácratas se den cuenta del arma poderosa e invisible que tienen entre sus manos, pero que la desprecian porque no saben o no quieren servirse de ella. ¡Cuesta tanto despojarse de un prejuicio!
El «creced y multiplicaos» para hacer rebeldes, que en realidad resultan esclavos sumisos, privará aún mucho tiempo entre los proletarios que nada hacen por arrojar lejos de sí ese nombre despreciable que equivale a fabricante de carne de cañón.
No obstante, ya, hoy en día, va arreciando la corriente, cada vez con mayor intensidad, hacia la procreación razonada. Felicitémonos por el venidero triunfo.
Luis Bulffi

Toda esa semilla la teníamos en Guipúzcoa, y se cultivaba con esmero en la Caja de Ahorros Provincial, a ciencia, paciencia y presencia de sus jefes y directores; a pesar de ser la semilla del saqueo, del incendio; del robo y del asesinato, por lo mismo que era la obra de Ferrer, la revolución de Ferrer, la anarquía internacional de Ferrer, que incendió y abrasó a Barcelona y profanó todo lo sagrado y santo, glorificando todo lo podrido y hediondo.

Eran hijuelos de Ferrer éstos y el grupo de Irún; y la escuela racionalista de Forcada, también en Irún, y el espiritismo de la Maffé, y con Ferrer se entendían y a Ferrer escribían y de Ferrer recibían inspiraciones y alientos.

Y para que La Voz no vuelva a hablar de insidias, le regalamos la siguente carta del auténtico D. Francisco Ferrer.

A qué nombre viniera no hace al caso; pero sí que estaba dirigida a la Caja de Ahorros Provincial.

«Más germinal.
Mongat (Barcelona), 22-6-1909.
Muy señor mío: Me ha causado inmensa satisfacción el recibo de su atenta del 12 y de la circular que la acompañaba. Siempre nos es grato a todos el venir en conocimiento de que existen nuevos luchadores en pro de la emancipación humana; pero lo es más todavía cuando esos luchadores se hallan en un ambiente tan contrario cual lo es esa hermosa ciudad.
Hagan ustedes prosélitos numerosos y continúen relacionándose con el grupo de Barcelona, mientras que con nuestros amigos del exterior laboremos para establecer un método de enseñanza racional que trataría de implantar donde sea posible, por medio de la Liga Internacional de la Infancia, así que nuestra organización haya llegado a su natural madurez.
Un abrazo fraternal para usted y todos los amigos del grupo donostiarra, de su afectísimo y seguro servidor.
F. Ferrer.» [21]

Una pregunta

¿Es que La Voz de Guipúzcoa era encubridora de todo esto?

¿Es que La Voz de Guipúzcoa ignoraba cuanto venimos descubriendo y constituye el tema del día en San Sebastián y la provincia entera, que jamás sospechó albergar en su seno tales peligros y que no vuelve de su asombro al enterarse de nuestras revelaciones?

Dadas sus aficiones públicamente exteriorizadas a Ferrer y luego a Lerroux, primo hermano de Ferrer, puesto que éste no hizo otra cosa que aplicar en Barcelona el programa del actual jefe de los radicales, lanzado poco tiempo antes de la semana sangrienta, parecía que La Voz podía figurar dignamente entre el número de los iniciados, y ésta sería una explicación congruente a su despechada actitud y a sus inconcebibles desplantes, en cuanto se empezó a poner buena mano por nuestra Excma. Diputación en ese organismo de la Caja de Ahorros, tan necesitado de profunda reforma.

¿Era realmente La Voz encubridora de tan indigna labor? Mal papel el de La Voz.

¿Ignoraba cuanto ocurría en la Caja de Ahorros La Voz? ¿Y qué le quedará al diablo si le quitan la condición de listo?

Lo que importa es, que el pueblo guipuzcoano se entere del abismo a que le conducían estos apóstoles de nuevo cuño; periódicos como el republicano de la localidad; diputaciones y autoridades como las que patrocina La Voz de Guipúzcoa; y despierte y se levante como un solo hombre, dispuesto a barrer de sus lares tan corrosivo exotismo; a raer de su suelo la cizaña de la impiedad Ferrerista. [22]

El Ferrerismo hambriento en Irún

Este había extendido también sus raíces a la villa inmediata de Irún. Hemos visto y público era que allí había logrado implantar Ferrer una de sus apetecidas escuelas racionalistas, patrocinada por «La Liga Racionalista de la Infancia», encargando de su dirección a D. Federico Forcada, que no encontró local mejor donde instalarla que la misma Casa Consistorial; ni Ayuntamiento más tolerante que la mayoría de aquel Concejo.

En aquella villa existía también organizada la «Liga Internacional Racionalista», cuya Junta la componían los señores siguientes:

«D. León Iruretagoyena, presidente.
D. Blas Echegoyen, vicepresidente.
Sr. Linzasoro, tesorero.
D. José Lombarra, vocal.
D. León S. Emeterio, vocal.
D. R. Merino, vocal.
D. José Ramón Eguiazábal, vocal.
D. Federico Forcada, secretario.»

Pero ocurrieron los sucesos revolucionarios de Barcelona, que tan torpemente sorprendieron al gabinete Maura-Lacierva; fué detenido Ferrer, y su rebaño se dispersó y entró la gindama, y todo el mundo trató de eludir compromisos y responsabilidades, haciéndose la vida del ferrerismo asaz precaria. Oigámoslo a uno de sus corifeos principales:

«Como prometí, he procurado avisarme con algunos individuos para reconstituir aquí (en San Sebastián) el grupo que hablamos; pero el caso es que parece que con los sucesos de Barcelona, están que no les llega la camisa al cuerpo como vulgarmente suele decirse; pero en fin, aunque pocos, hemos podido constituir un pequeño grupo, compuesto de los individuos siguientes:
Dámaso Castrillo, Juan Echezarreta, Julián Pena, Hilario Obejero, Marcial Calatayud y este cura (el títulado cura era el ya conocido oficial de la Caja de Ahorros Ramón Irazusta), los cuales están dispuestos a contribuir con la ínfima cantidad de seis pesetas al mes, a labor de propaganda que trata de realizar el Comité de París...»

En todas partes se dejaba sentir el hambre; y la Escuela Forcada de Irún, que, gracias a Dios, nunca pudo arraigar en la fronteriza villa, se moría de inanición; desterrado y huído el maestro, se venía abajo y todo era pedir y más pedir.

D. Castor Sanz, del grupo de Irún, se dirigió con una lacrimosa y latísima carta al grupo de San Sebastián, rogándole aflojase el bolsillo; pero éste, que lo tenía ya muy apretado, contestó con otra, diciendo que el bolsillo estaba duro de pelar. Pero vamos a transcribir la carta misma, porque no deja de ser curioso ver los sudores por los que pasa su autor para dar una negativa{2}.

«Sr. D. Castor Sanz (ya han visto nuestros lectores que este señor era vocal de la Junta de la Liga internacional de Irún.) Irún.
Muy señor mío: Recibí su estimada carta en la cual, después de hacerme extensa relación de la precaria situación en que ha quedado la Escuela Irunesa, hace V. un llamamiento al Grupo Racionalista por mí representado, a fin de que contribuyendo con una suma mensual, pueda cooperar a la empresa de salvar a la misma de la desesperada situación en la que la ha colocado la malhadada intransigencia de quienes preciándose gobernantes, no hacen en realidad más que atropellar los que debieran ser inviolables derechos del ciudadano.
Como era natural, he expuesto el caso a la consideración de mis queridos compañeros de Junta, y he de decirle en honor a la verdad, que examinado con el deternimiento que se merece, hemos establecido unánimemente la siguiente conclusión: «que para la poca consolidación de que puede vanagloriarse este grupo, que como quien dice acaba de nacer, sería alarde de fuerzas de que en realidad se halla muy distanciado de poseer, el acudir en auxilio de una Institución que en el ánimo de todos nosotros aparecía como definitivamente consolidada; y que por lo tanto de ninguna manera puede accederse a lo propuesto por la Administradora de la Escuela Irunesa
Por otra parte, estimamos que nada dice en beneficio de ustedes (¡chúpate esa!) que titulándose esforzados campeones del Progreso, se ven en el triste caso de tener que recurrir a personas extrañas a la localidad, para solventar asuntos que en puridad de intención (¡y vuelve por otra!) jamás debieran de trascender de los límites que la recta conciencia señala.
Cúmpleme, pues, estimado amigo, el enojoso trance de, rindiendo (esto resulta ovejero) cultó a la verdad, que jamás debe revestirse de eufemismos, trasmitirle el unánime pensar de la Junta Directiva de este grupo, en lo concerniente al asunto en cuestión.
En la seguridad de que nuestra decisión no influirá para nada en lo tocante a nuestras cordiales relaciones, queda a sus órdenes su siempre humilde amigo que le desea salud.
El Presidente, H. Obejero.»

Y dicen las crónicas, que al enterarse de este contenido el Sanz y la Maffé y los Forcaditas de la escuela, prorrumpieron en un prolongado ¡Beeeeee! De estómago afligido. [25]

Afonismo

Suspendemos hoy nuestras revelacione para dar resuello a La Voz, no sea que se prive con algún accidente.

Por de pronto ha quedado sin habla, y lleva tres días que ni que estuviera difunta.

¿Dónde han quedado aquellas gallardías, aquel citar a descomunal batalla, aquel amenazar con romper el silencio? Pues cuando quiera, es hora.

Y aun esperamos las pruebas del robo infame de documentos; de las insidias famosas; de los cuentos de cuatro alcahuetes (estilo de La Voz) y de todo aquel bramar con que parecía nos iba a deshacer en pública flagelación.

Sólo que las cañas se volvieron lanzas; y lanzas que pinchan y dan en el corazón.

En fin, tranquilícese La Voz.

Mañana, nuevas y sorprendentes revelaciones. [26]

Aún más revelaciones

Tras de los sucesos revolucionarios de la semana roja de Barcelona, vino la detención del desgraciado Ferrer, su procesamiento y, por último, su ejecución.

Y por el pronto ya nadie quiso pasar plaza de anarquista y ferrerista. A más de uno le pesó cien veces el haberse afiliado a la «Liga Internacional». El nombre del ministro La Cierva producía el pánico más horroroso en la troupe; era el terror de los que soñaban con la muerte, el incendio, la dinamita y la anarquía en los demás. Sin embargo, en todo hay grados; y ya hemos visto cómo los más animosos comenzaron a reorganizarse fundando un nuevo grupo compuesto de Dámaso Castrillo, Juan Echezarreta, Julián Pena, Hilario Obejero, Marcial Calatayud y Ramón Irazusta.

Y conste desde ahora para en adelante, y a título de aclaración, que al dar nosotros lista de nombres, no aseguramos que en la actualidad continúen afiliados a esas revolucionarias asociaciones, sino que lo habían estado; o por lo menos que sus nombres aparecían en las listas que dentro de la «Liga Internacional» figuraban como auténticas, y que indudablemente lo eran, en la época a la cual se retrotraen nuestras revelaciones.

Y si esto no fuese verdad, péguenla contra los hacedores de las listas que tal abuso de confianza cometieron con ellos.

El anterior grupito engrosó algún tanto después, según la adjunta hoja que nos han facilitado y que por orden numérico dice así:

«Lista de los afiliados al grupo de la Liga Internacional de la Educación racionalista de la Infancia, de San Sebastián.
1 Don Manuel Adarraga, Fuenterrabía, 16.
2 Antonio Bueno.
3 Felipe Barragán, Droguería Echeverría.
4 Marcial Calatayud, Narrica, 7 primero.
5 Dámaso Castrillo, Atocha, 67.
6 Juan Echezarreta, Echaide.
7 Román Salvador
8 Castro Torre, Churruca, 6
9 Ramón Irazusta, Mayor, 5, primero. (Cambió su domicilio a Vergara, 15, entresuelo){3}
10 Hilario Obejero, Avenida, 4, cuarto.
11 Miguel Echart, Guetaria, 13, tercero.
12 Antonio Montes, Santa Catalina, 4.
13 Félix Salazar.
14 Juan Ciordia.
15 Aquilino Urrutia.»

Inicióse la protesta del extranjero con motivo de la ejecución de Ferrer, y todas las logias del mundo acudieron en auxilio de sus compañeros de España, desalentadas y maltrechos; se hizo cuestión de granujería y golfería mundial, aquella justísima sentencia, con la cual nunca satisfizo Ferrer las iniquidades por sí y sus adeptos cometidas, y comenzaron éstos a reaccionar, al observar en las alturas corrientes de simpatia que auguraban feliz impunidad a sus demasías.

Uno de los medios de exteriorizarse estos arrestos, fueron el dirigir un homenaje a la hembra de Ferrer, dándole el pésame por la ejecución de su hombre. Y los más animosos del grupo de San Sebastián se lanzaron a escribir la siguiente carta a Soledad Villafranca, redactada en la Caja de Ahorros Provincial:

«San Sebastián, Diciembre 1909.
Sra. D.ª Soledad Villafranca.
Muy estimada señora nuestra y de nuestra más distinguida consideración y aprecio: Tenemos el honor de dirigirnos a usted para manifestarle que nos hacemos eco del común sentir de todos los compañeros del grupo «Donostiarra» de la «Liga Internacional para la Educación Racionalista de la Infancia», fundada por el insigne bienhechor de la Humanidad y moderno mártir Francisco Ferrer, con quien ha tenido usted la honra de compartir las penalidades y dulzuras anejas a su hermoso e inapreciado apostolado en pro de la inmediata y completa manumisión de esta en la actualidad desventurada especie humana; le ruegan se digne admitir su humilde pero enérgica protesta por el incalificable asesinato cometido en la persona del que fué su dignísimo compañero en el último y accidentado período de su preciosa existencia.
Saben los que tienen el atrevimiento de molestarla que su dolor es insufrible y por lo tanto incapaz de hallar amortiguación alguna; pero no se les oculta al mismo tiempo, que aunque en pequeña proporción, podrá contribuir esta humilde protesta a hacerle más llevadera su angustiosa situación, por todo lo cual le suplican encarecidamente se digne acogerla con la firme convicción de que es fruto del pleno conocimiento del cumplimiento de un sacratísimo e ineludible deber.
Satisfecho su deseo y cumplido su deber, la saludan efusivamente y deseándola resignación, en espera de una justísima reivindicación, quedan a sus órdenes humildes servidores q. s. p. b.,
Juan Echezarreta. -Ramón Irazusta. -Marcial Calatayud.»

Las opiniones están encontradas, sobre si esta carta obtuvo o no contestación.

A nosotros nos la prometieron; pero lo cierto es que hasta ahora no la hemos recibido, y dudamos poder dar con ella. De todos modos esto nada significa, pues creemos haber cumplido con exceso cuanto prometimos, y aun queda, como vulgarmente se dice, el rabo por desollar. [29]

Setenas para La Voz

Y decía La Voz de Guipúzcoa que, para atacarla, nos inspirábamos en el indigno chismorreo de cuatro alcahuetes despreciables.

¿Era quizás alusión a las relaciones ocultas del Sr. Segurola con el Sr. Balbás, acreditadas en los libros copiadores oficiales de la Caja de Ahorros Provincial, de que dimos cuenta hace días?

Y agregaba el mismo periódico: «Que no quería mezclar su independencia de juicio con esas critiquillas de café y con esas agencias ácratas que no existen.»

¿Cómo? ¿qué? ¿Aún no se ha convencido La Voz de que vivían en el limbo, haciéndole mucho favor, y de que esas agencias eran agencias; y esas critiquillas no eran critiquillas, sino verdaderas censuras razonadas y fundadas; y que a ese estado se había llegado por haber adjudicado sus amigos los diputados provinciales liberales empleos sin otra norma que la del antojo y el favoritismo político y sectario con deplorable olvido de la rectitud de costumbre, que imperaban cuando en la casa dominaban las Diputaciones antiliberales?

¿Aun quiere más La Voz y no da su brazo a torcer? Pues adelante. Ahí van por de pronto esas critiquillas tomadas literalmente de un documento hasta el presente inédito, concebido y redactado en la Caja de Ahorros:

«Recibí su atenta del 28 del pasado, la cual nos ha llenado de satisfacción, pues ya puede suponerse el alegrón que hemos recibido con su ansiada cuanto cariñosa epístola (dispénseme que haga uso de un término empleado por la araña negra)...
¡Cuántas veces echo de menos aquellas horas tan agradables que pasábamos al lado de la chimenea del comedor, al amor de aquel calorcillo tan vivificante, y durante las cuales derrocábamos monarquías... tronos y altares; deshaciéndonos en elogios ante los representantes del Vaticano, y de los clericales, tan mansos, tan caritativos, y sobre todo tan pobres! Al sólo hablar de ellos siento náuseas y se me revuelve el estómago; parece mentira que se aguante y se tolere semejante podredumbre. ¡Cuántas canalla!»

Hasta aquí el documento.

¿No le parece a La Voz de Guipúzcoa que eran demasiadas critiquillas esas para tenidas desde la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa?

Pues con la misma evidencia le redemostraremos, y valga la frase en gracia a la dureza de casco de la supradicha, lo de las agencias ácratas.

La acción vuelve a desarrollarse en las oficinas de la Caja de Ahorros Provincial, mientras los altos empleados entretienen sus ratos de ocio saturándose de Motín, La Voz, El Radical, España Nueva y otros autores ascéticos similares.

«Recibí tu atenta postal, la cual no te puedes hacer idea de lo que te agredezco.
Las señas correspondientes a la Secretaría de la Liga Internacional para la Educación Racional de la Infancia son:
Sta. Henriette Meyer.
Boulevard, Saint-Martin, 21, Paris.
Te presentas a dicha señorita y haces el favor de saludarla en nombre del grupo de ésta adherido a la Liga Internacional y le dices que haga el favor de comunicarme qué es lo que podemos hacer con los fondos que tiene este grupo: para este objeto puedes facilitarle mis señas.
Te agradeceré me remitas todas las semanas Tierra y Libertad, que se vende en el kiosko 295, Boulevard Poissonière, 18, así como cualquier otra cosa o periódicos que se refieran a esta materia.
En la redacción del Humanité venden unas tarjetas postales con un sinfín de figuras simbólicas, simulando la cabeza de Ferrer. Te agradecerías me mandaras un ejemplar de las que haya respecto a dicho individuo.
Al mismo tiempo y dispensa si con estas cosas te origino cincuenta mil molestias, haz el favor de mandarme tarjetas postales de Soledad Villafranca y Ferrer y del fusilamiento. Diez de cada clase, de las que se venden en la redacción de Le Libertaire. El importe de dichas tarjetas (haces constar que son para ponerlas a la venta en España), te lo remitiré en la forma que estimes conveniente.»

Y como llegasen los periódicos, pero no llegasen las tarjetas, se insta e insiste de nuevo en esta forma.

«Un millón de gracias en nombre de Juanito y mío por los periódicos.
Ahora un ruego: ¿no podríais remitirnos cuatro tarjetas postales (abonándose su importe, por supuesto) de Ferrer y Soledad Villafranca que anuncia Le Libertaire? Te lo agradeceríamos en el alma.
Un cariñoso abrazo libertario a Dinamita... y tú recibe cuantos abrazos quieras de vuestro eterno compañero, que os desea salud y anarquía,
Ramón.»

Pitiplum, pitiplam, pitiplom

Líbrenos Dios de pensar que en la Caja de Ahorros hubiese alcahuetes.

Pero de nada de esto se enteraban los superiores ni el director, hombres bonachones en exceso, colocados en sus puestos a escopetazo limpio, como ya lo vimos, e incapaces de pensar mal de nadie.

No ocurría otro tanto, sin embargo, con el ministro de la Gobernación Sr. La Cierva, que demostrando tener mejores narices, denunciaba a la sazón, en un telegrama cifrado dirigido a la primera autoridad de la Provincia, la existencia de un centro ácrata y libertario de acción en Guipúzcoa, y dentro de Guipúzcoa en la Diputación, y dentro de la Diputación en la Caja de Ahorros Provincial, designando los afiliados por sus nombres y apellidos, y aun los pseudónimos con que hacían sus campañas libertarias.

Y ahora juzgue la opinión sensata, la opinión que piensa y discurre, juzgue la conducta de La Voz, que negaba la existencia de esos centros y esas agencias.

Y sepa La Voz, por si replica, que aun nos quedamos con lo mejor.

¿Quiere hacer uso de la palabra? [32]

Bomba final

Nos consta que, a consecuencia de nuestras revelaciones, muchos documentos, folletos y libros han sido pasto de las llamas, y aun se han esparcido sus cenizas, para que no cayeran en nuestras manos, temiendo que de las mismas cenizas resucitáramos el texto. Y no les faltaba razón.

Mucho se ha destruído, pero no tanto que no hayamos dado con un documento que vivamente nos interesaba y el cual lo hemos logrado, en prensa ya este folleto.

Por él se prueba la solidaridad anarquista. La influencia extranjera antipatriótica, criminal, canalla y cobarde que ejercía en estos anarquistas y ferreristas de aquí, todos miembros de una misma «internacional obrera.»

Se trata de un manifiesto redactado en francés que la «Confederación del Trabajo» dirigía a los anarquistas españoles, y que en la Caja de Ahorros Provincial se traducía, sacándose copia en sus máquinas para la propaganda.

Dice así:

«Confederación General del Trabajo
Manifiesto
A nuestros hermanos de España:
En un noble sentimiento de fraternidad, en un movimiento de admiración y de emoción, el proletariado organizado de Francia envía a sus hermanos de España sus más sinceros votos por su triunfo en la lucha heroica contra la guerra.
Comprendemos demasiado bien nosotros, obreros franceses, la importancia de tan hermosa revolución, para que nos alegremos del éxito del movimiento obrero de Cataluña. Aplaudimos los actos de insubordinación militar. ¡Honor a los que se negaron a ser asesinos y a los jóvenes de España que impidieron la marcha de los hombres a la carnicería de Marruecos! Aplaudimos de todo corazón los actos revolucionarios ejecutados al otro lado de los Pirineos.
La huelga general proclamada por el mundo obrero de los Centros industriales de España, fué seguida de un enérgico sabotage de líneas telegráficas y telefónicas, así como de los trenes.
Estos hechos constituyen en suma los votos hechos en Francia en nuestros Congresos obreros.
No tenemos otros medios en nuestro poder para impedir que los explotadores de todos los países rieguen con la sangre del pueblo los territorios que avarician como favorables a sus operaciones financieras.
Antes la insurrección que la guerra, han proclamado los socialistas en el Parlamento francés.
A la declaración de la guerra contestemos con la huelga general, han dicho los obreros de Francia en sus Congresos nacionales.
Nuestros amigos, nuestros hermanos de España, ponen en práctica lo que nosotros hemos puesto en resolución. Nuestros más calurosos deseos les acompañan, y si salen vencedores, toda la Internacional obrera querrá imitar pronto su ejemplo; si son vencidos, su valor, su heroísmo no habrán sido inútiles. La sangre derramada no lo habrá sido en vano, fecundarán como siempre las ideas de rebeldía, creadoras de bienestar y de libertad.
Cualquiera que sea el resultado de la lucha encarnizada de los obreros españoles, una enseñanza importante se desprende de la misma para el proletariado universal.
Para vosotros, valientes camaradas que luchaís, en una experiencia que dará sus frutos.
Hermanos de España, valor.
Los trabajadores organizados de Francia están con vosotros.
Firmado: El Comité Confederal.»

Asinus asinum fricat. [34]

Comentarios sabrosos

No vamos a reproducir aquí los que estos días se han hecho con motivo de nuestra campaña.

No se recuerda en los fastos periodísticos, al decir de los ya entrados en años, «carrera en pelo», «paliza igual» a la arrimada por La Constancia a su colega La Voz de Guipúzcoa, con la agravante de ser La Voz quien salió al camino cerrándonos el paso, lo que nos trae a la pluma aquellos versos del desafío de Tarfe.

...
Si respondes en presencia
Como en ausencia te alabas,
Sal a ver si te defiendes
Como en el Alhambra agravias.

¿Pero qué ha de defenderse, si ha perdido hasta el habla?

Y no porque le falte quien le azuce a que tire por la calle del medio. Pero es que el instinto de conservación le aconseja mejor, y le dice: «Cállate, hazte la muerta y deja pasar el huracán sobre la cabeza, defendiéndola con el arma del silencio, única posible en casos tales.» ¡Y no le falta razón! Como que ha llegado a inspirar lástima y pena a sus mismos enemigos, que casi nos piden indulgencia.

Ello prueba que hemos demostrado con creces cuanto afirmamos en nuestro primer artículo, o sea que gracias a las Diputaciones liberales que padecimos, se había convertido la Caja de Ahorros Provincial en un club anticlerical, en una agencia anarquista.

Y no basta echarse las manos a la cabeza exclamando ¡qué horror! ¡quién lo había de creer! ¿Cómo nos habíamos de figurar que en un San Sebastián, en una Caja de Ahorros, existieran tales agencias; se autorizaran tales propagandas; se repartieran tales hojas; se suscribieran a tales libros; se llevase tal correspondencia, y estuviésemos expuestos a que un día explotase la mina reproduciéndose las escenas de sangre, incendio, vergüenza y barbarie de la semana roja de Barcelona?

Pues es preciso creerlo; porque de eso ya no cabe dudar; y darnos por enterados del peligro en que vivimos, dejándonos de lamentaciones vanas propias de eunucos, y preparándonos como hombres a poner la segur a la raíz. Hay que decidirse con voluntad firme y entera, a no consentir ni tolerar que en Guipúzcoa anide el terrorismo, ni eche raíces la «Educación Racionalista de la Infancia», ni envenenen nuestros hogares La Acracia, Tierra y Libertad, ni Los grandes libertinos y Célebres prostitutas, ni los Crímenes de Dios, cuyo solo título es una blasfemia, ni todas aquellas nefandas obras en que se satura la impiedad ácrata y obscena.

Hay que impedir a toda costa que vuelvan Diputaciones liberales a entregar la Provincia en manos de los enemigos de Dios y de nuestras venerandas Instituciones, que no pueden convivir con la anarquía y el escepticismo.

Loor a las Diputaciones católicas, que a una labor fecunda y honrada como pocas, han sabido poner el sello de Dios a sus obras, cegando con acierto los manantiales de iniquidad.

En vuestra mano tenéis el remedio, guipuzcoanos. El voto es el que ha de decidir la suerte futura de concejales católicos, celosos y honrados; de diputados provinciales intachables en su moralidad católico-política; de representantes en Cortes que al igual de los tradicionalistas, sepan defender los derechos de la Provincia y de la Iglesia hasta el heroísmo, como lo han hecho con la Ley del Candado, seguirá siendo este rinconcito de España la envidia de propios y extraños, el refugio de cuantos aspiren al sosiego, a la paz y a la tranquilidad, el lugar del bienestar material y moral.

Si por el contrario, queréis seguir las doctrinas de los nuevos falsos apóstoles, formados al calor del liberalismo, y depositar en ellos vuestra confianza, nada más tenemos que decir sino que os acordéis de Barcelona. Las mismas causas producen siempre los mismos efectos.

Y aquí daríamos fin a esta campaña, tranquilos por haber cumplido con un deber; y satisfechos creyendo haber prestado un señaladísimo servicio a nuestros paisanos, si no fuese porque nos sobra vergüenza periodística.

Sostuvimos que la Caja de Ahorros Provincial, además de un club anticlerical, de una agencia anarquista, era un centro electoral, de política liberal, por supuesto. Y con esta segunda parte emprendemos ya, que a todo esto nos obliga el respeto que nos merece el público y el favor que nos dispensa.

O es muy envidiable el que lee La Voz, cuando a estas horas no le ha exigido el que demuestre lo del infame robo.

En todo hay clases.

Cuadros al natural

Acto Segundo

La Caja de Ahorros, Comité o Centro electoral.

PERSONAJES

D. TOMÁS BALBÁS, Presidente de la Junta Directiva.- SEGUROLA (D. José), Secretario de la Caja. -PERSONAJES SUBALTERNOS, Auxiliares, escribientes de la Caja y empleados de la Gota de leche. (La acción se desarrolla el año 1907, con ocasión de la elección de Diputados Provinciales.)

ESCENA 1

BALBÁS (entrando en la Secretaría de la Caja, absorto y hablando solo). La verdad es que este Segurola es una Providencia; es mi brazo derecho. Sin él me vería yo negro. Sirve para todo. No hay que dudarlo. A él con el cuento, que es hombre de recursos (toca el timbre).

EMPLEADO (abriendo la puerta). ¿Se le ofrecía algo, don Tomás?

BALBÁS Haga usted el favor de decir al Sr. Segurola que se pase un momento por Secretaría.

(Vase el empleado.)

SEGUROLA (Entrando en Secretaría). ¿Me llamaba usted, don Tomás?

BALBÁS Sí, señor; siéntese usted (indicándole una silla). Es el caso que se nos están echando las elecciones provinciales encima; las derechas se presentan unidas, y me temo nos den un soberano disgusto. El partido liberal no acaba de entenderse, ni consigo mismo, ni con los republicanos. Los republicanos autonomistas parece que se deciden por fin a presentar candidatura, y van a comprometer seriamente la de coalición republicana; no hay otra solución sino hacer un esfuerzo; a grandes males remedios heroicos. Es necesario que todo el personal de la Caja y de la Gota de Leche, vote por la candidatura de unión liberal-republicana, cueste lo que cueste; respetando como es consiguiente la libertad de pensar... ¿Usted me entiende?... y sin comprometerme a mí para nada, a fin de evitar el que se ocupe de ello la prensa, a la que le tengo horror.

SEGUROLA Descuide Usted. La cosa es muy sencilla; si usted me autoriza a tomar su nombre...

BALBÁS Eso es muy delicado, Segurola. Ante todo prudencia.

SEGUROLA No tenga usted miedo, D. Tomás. Yo cogeré a todos uno por uno. Si con mi indicación basta, no le mento a usted para nada; y al solo caso de que se me resistan, sacaré el Cristo. Como no habrá testigos, no podrán en ningún caso probar su denuncia; y ésta se guardarán muy bien de hacerla, por lo mucho que les pudiera ir en ella.

BALBÁS (sonriéndose placenteramente). La verdad que no había yo caído en la cuenta; y la cosa no está mal trazada; está visto que yo no he nacido para estos enredos. Confío en usted, Segurola.

SEGUROLA Vaya usted completamente tranquilo, D. Tomás.

BALBÁS (vase murmurando). Este Segurola es mi mano derecha.

SEGUROLA (hojeando papeles). Con mi mano izquierda soy dueño de este hombre.

ESCENA II

Esta escena se repite con cada empleado de la Caja de Ahorros y Gota de Leche.

SEGUROLA Fulano, cuento con su voto de usted.

FULANO Perdone, D. José, todavía no tengo voto.

SEGUROLA ¡Cómo lo siento! le creí a usted más viejo. (Vase el Fulano.)

SEGUROLA Perengano, le he llamado para ver si tenía comprometido el voto.

PERENGANO Sí, señor. Me lo han pedido los republicanos autonomistas, y se lo he ofrecido al Sr. Luzuriaga.

SEGUROLA No va usted mal orientado; las dos candidaturas de izquierda son anticlericales; ambas representan parecidos ideales; pero la autonomista tiene pocas probabilidades de triunfo, y en desmembrándose los votos, pudiera comprometer la de los liberales y republicanos unionistas; y hoy no hay más remedio que favorecer el bloqueo. Don Tomás se ha empeñado esta vez como nunca; y me ha dicho a mí que cuenta con usted.

PERENGANO Yo a D. Tomás no le puedo faltar. (Se retira.)

SEGUROLA Don N., ya sé que a usted nada hay que advertirle. El día de la elección, aquí a primera hora, a recoger su papeleta y la de los empleados de la Gota de Leche. Se las reparte usted en propia mano, advirtiéndoles que anden muy derechos, pues tengo amigos de toda confianza que intervienen las mesas, y al cuarto de hora sabré como han votado.

DON N. Está bien, D. José. ¿Ocurre algo más?

SEGUROLA Por ahora, no. Puede usted retirarse.

DON N. (Vase, murmurando entre dientes) ¡Y luego dicen que los clericales son déspotas...! ¡Serviles, más que serviles!

Y en esta o parecida forma, va arrancando los votos de todos los subalternos y empleados de la Caja de Ahorros y Gota de Leche.

ESCENA III

El local y los personajes los mismos. La acción se traslada al año 1908.

BALBÁS Va pasando el tiempo y nada hacemos para reorganizar el partido liberal monárquico. Y al fin y al cabo, los de la Comisión nombrada tenemos compromiso de honor de dar algún paso, de idear algún medio...

SEGUROLA Podía convocarse a una reunión, a una Asamblea, y al efecto redactar una Circular autorizado por la Comisión nombrada el 20 de Febrero, para concretar las aspiraciones y formar las listas de los adheridos...

BALBÁS Me parece muy bien. ¿Quiere usted encargarse de redactarla?

SEGUROLA Si usted lo desea, no tengo ningún inconveniente.

BALBÁS Pues manos a la obra. (Retírase Segurola.)

SEGUROLA (tocando la puerta). ¿Se puede?

BALBÁS Adelante. ¿Está ya eso?

SEGUROLA Sí, señor.

BALBÁS Pues léamelo usted.

SEGUROLA (leyendo). «San Sebastián 5 de Marzo de 1908. Señor D... Muy señor nuestro: La Comisión nombrada en la reunión de carácter privado que con objeto de organizar el partido liberal monárquico de San Sebastián, se verificó el día 20 de Febrero, viene realizando hasta ahora trabajos que requiere el desempeño de su cometido con satisfactorio resultado; y animada por el éxito, considerando a la par de verdadera urgencia la más inmediata celebración de la Asamblea General que formalice nuestras comunes aspiraciones, se cree en el deber de solicitar la cooperación activa de todos los señores adscritos a esta política, a fin de que cada cual, influyendo en el círculo de sus amistades y conocimeintos, trate de recabar para nuestra comunión el mayor número de adhesiones, sirviéndose participarlo inmediatamente después, por escrito, en comunicación al señor Presidente, para que incluyendo sus nombres en las listas que estamos confeccionando, lleguemos a constituir un núcleo importante, que sirva de base sólida y duradera a la estabilidad del futuro partido. En la seguridad de que apreciará usted como nosotros la trascendencia que pueden alcanzar estas sumas de esfuerzos aislados, no dudamos contar con su eficaz apoyo y por ello le reiteramos las gracias, ofreciéndonos suyos afectísimos s. s. q. s. m. B., Tomás Balbás. –Ramón Cortázar. –Luis Elizalde. –Miguel Salaverría. –Eduardo Vega Seoane.»

¿Era o no, hacer política esto?

Estas circulares se escribían en la Caja de Ahorros utilizándose el copiador «Progreso» y algo más, y dirigiéndolas entre otros a una porción de caballeros, cuya lista vamos a dar, para que no se crea que hablamos de memoria y por meras suposiciones, cosa bastante corriente en tratándose de política.

No; nadie piense que nosotros inventamos.

Ahí va la relación:

Sr. Avecilla.
Tres Sres. Machimbarrena.
D. Domingo Aguirrebengoa.
D. Anacleto Romero.
D. Luis Elizalde.
Sr. Inciarte.
Sr. Goicoa.
Sr. Salaverría.
D. Francisco Lerchundi.
D. Ubaldo Brunet.
D. Guillermo Brunet
D. Juan Alday.
D. Fructuoso Alday.
D. Miguel Tabuyo.
D. Marino Tabuyo.
D. Alberto Ugalde.
D. Felipe Errandonea.
Sr. Morentín.
D. Ramón Alonso.
Sr. Díaz de Isla.
D. Miguel Echart.
D. Antonio Besné.
D. Ramón Cortázar.
Sr. Irureta.
Sr. Bago.
Sres. Carrasco.
Sr. Jornet.
D. Ciriaco Muñagorri.
D. Eugenio Muñagorri.
D. Francisco Elgarresta.
D. Angel Sánchez Salvador.
D. Horacio Azqueta.
D. José Azqueta.
D. Leandro Lasquibar.
D. Antonio Gargallo.
D. Víctor Samaniego.
D. Antonio Navarro.
D. Rafael Lataillade.
D. Fernando Abonz.
Sr. Oliván.
Marqués de Rocaverde.
Sr. Córdoba.
D. Javier Peña.

Todos estos trabajos, tan ajenos a la Caja de Ahorros, se llevaban en la Caja de Ahorros.

Allí se hicieron las tiradas de las circulares; allí la lista de las personas a quienes podía dirigirse; allí se metieron en sus sobres, y de allí salieron para sus respectivos destinos.

Y convertida la Caja en Comité Político, desde allí se estaba reorganizando el malparado partido liberal-monárquico de San Sebastián, cada vez más reducido.

Doce días después de esa famosa Circular, se pasaba esta otra a los mismos señores, poco más o menos:

«San Sebastián 17 de Marzo de 1908.
Sr. D...
Nuestro distinguido amigo:
Con objeto de cambiar impresiones para la consecución de los fines que nos proponíamos realizar en común, rogamos a V. tenga a bien asistir a una reunion en la calle del Puerto, número 16, segundo, el jueves 19 del corriente, a las siete de la tarde.
Dan a V. las gracias anticipadas sus afectísimos y atentos servidores que le
b. l. m.
Tomás Balbás. –Ramón Cortázar. –Luis Elizalde. –Miguel Salaverría. –Eduardo Vega Seoan.»

Once días más tarde, se repetía con esta otra:

«San Sebastián 28 de Marzo de 1908.
Sr. D...
Mi distinguido amigo: Terminada la misión para la cual fuimos nombrados, sólo faltan algunos detalles para convocar a una asamblea de todos los que se han inscrito en las listas formadas. Con el fin de ultimar esos detales, rogamos a usted se sirva asistir a una reunión que ha de verificarse el lunes, 30 del corriente, a las siete de la tarde, en la calle del Puerto, 16, segundo (casa del Sr. Balbás).
Contando con su asistencia, quedan de usted afectísimos amigos y atentos servidores que le
b. l. m.
Tomás Balbás. –Ramón Cortázar. –Luis Elizalde. –Miguel Salaverría. –Eduardo Vega Seoane.»

Y era ya tal la inmunidad e impunidad en que se consideraban, que cuando andando el tiempo se organizó el mitin bloquista en San Sebastián, el Sr. Segurola repartía tarjetas de asistencia al mismo en la Caja de Ahorros.

Y para las elecciones de 1909, sin ambages ni rodeos, pedía los votos y los solicitaba a nombre de D. Tomás Balbás a todos los empleados de la Caja, para la coalición liberal republicana; y hacía una relación personal de todos ellos, poniendo al margen la apreciación política que le merecía cada uno, y se permitía con algunos recomendar la candidatura en esta forma insinuante:

«Usted votará por la coalición liberal republicana.»

Y ya el desenfado fué tal, que rompió los diques de la Caja de Ahorros y trascendió a la Diputación, y su Presidente tuvo que tomar cartas en el asunto. ¡Daba tantas facilidades la Caja para hacer política!

Pero de esto nos ocuparemos en el siguiente capítulo. [44]

Cuadros al natural

Acto Tercero y último

En la Diputación Provincial.

Como decíamos, los trabajos electorales llegaron a hacerse en la Caja de Ahorros con tal desahogo, que realmente vino a ser éste un hecho público, del que se ocupó la prensa, y en el que hubo de intervenir la Diputación. El señor Presidente con este motivo dictó una Circular seria, elevada, haciendo constar ante todo y sobre todo, el carácter esencialmente administrativo en que se venían inspirando todos los trabajos, deliberaciones y acuerdos de la Corporación.

Y fundándose principalmente en ese carácter administrativo de la Diputación y en la reforma de la ley Electoral convirtiendo la emisión del voto, de derecho que era, en deber de los ciudadanos, creyó la presidencia llegado el momento de garantizar el cumplimiento de aquella obligación a todos los empleados con la libertad e independencia necesarias, para que emitieran sus sufragios, con arreglo a su conciencia; y así lo hizo, prestándose a garantir ese derecho en todos y evitar y perseguir cualquier clase de coacción que se intentara.

Parecía que una Circular de esas tendencias, tan opuesta al modo de ser y obrar de las Diputaciones liberales, debía merecer plácemes y aplausos, en primer lugar de los mismos liberales, y después, de toda persona honrada que viera en ella la corrección de abusos que en justa compensación política podía explotar la Diputación reaccionaria en aquel entonces, en favor de sus adeptos.

Pues no señor; los primeros en alzar el gallo fueron los Jefes y el Agente general, con evidente merma de los prestigios de la Excma. Diputación Provincial y de su Presidente, y pretendiendo hacer un auto de fe, el Agente general se apodera de ella y la clava en son de burla en la puerta de un armario de la Dirección, donde ha permanecido hasta hace muy poco tiempo.

Es decir, que no solamente eran partidarios del abuso del derecho, sino que además pretendían por lo visto, que una Corporación digna, y por añadidura de tendencias políticas contrarias a las suyas, les amparase y tapujara en el ejercicio del abuso. ¡El colmo, señores!

Mejor dicho, un colmo: porque el otro, lo vamos a ver en sesión.

Sesión de 1.º de Mayo de 1909.

Pidió la palabra el Sr. Zavala (D. Francisco) y concedida que le fué, dijo que la cedía al Sr. ELIZALDE; y este señor diputado expuso: Que deseaba decir dos palabras acerca de la Circular dirigida por el señor Presidente de la Diputación a los empleados de la casa, con respecto a la emisión del voto en las próximas elecciones.

Añadió que no estaba conforme con dicha Circular: en cuanto a su primera parte, porque en ella se hace constar que la Diputación se limita a intervenir en los asuntos administrativos, y esto no debía decirlo la Diputación, a juicio del que habla, primero por no alabarse a sí misma y segundo, porque la Circular iba dirigida a los empleados a quienes la Diputación no debe dar cuenta de sus actos y gestiones. Expuso que tampoco podía estar conforme con la segunda parte, en la que se recuerda a los empleados el derecho que tienen, a fin de no dejarse sobornar, porque todo ciudadano debe tener conocimiento de las leyes, resultando por tanto completamente ineficaz la Circular en cuanto a este extremo. Afirmó que en su tercera parte habla la Circular de procedimientos secretos para delatar las coacciones y manifestó que a esto se oponía terminantemente, porque entiende que las faltas contra la Ley deben hacerse públicas y los procedimientos que se empleen contra los que contravienen a ella, no deben ser secretos, sino claros. Todas estas razones, dijo que le habían inducido a creer que la Circular aludida es completamente política y electoral: y terminó insistiendo en su deseo de que conste que no ha sido consultado, para así quedar a salvo de las censuras que se dirijan contra la repetida Circular.

Le contestó el señor PRESIDENTE, haciendo a su vez constar ante todo que al dirigir a los empleados la Circular a que se había referido el Sr. Elizalde, había obrado en uso de atribuciones que exclusivamente corresponden a la presidencia, por lo cual no debía extrañarle que no hubiera sido consultado, y si bien en ella se aludía a la consulta hecha a algunos de los compañeros de Corporación, esta consulta era completamente voluntaria, y en tal concepto solamente se hizo a los señores diputados que en aquel momento se encontraban en la casa, y entre los cuales no estaba el Sr. Elizalde. En cuanto a la segunda parte de la Circular, dijo que el Sr. Elizalde había hablado de soborno, y que le extrañaba mucho empleara esa palabra, cuando ni en esa parte, ni en otra alguna de la Circular, se habla de soborno. Afirmó que toda la finalidad de la Circular, como claramente se desprende de su lectura, era asegurar a los empleados su completa libertad en la emisión del voto, con arreglo a los dictados de la propia conciencia; y que le llamaba mucho la atención que el Sr. Elizalde, que se llama liberal, y se dice defensor de esa libertad, encontrara motivos de censura, y no de aplauso, en un documento como la Circular tantas veces repetida.

Intervino en la discusión el Sr. ZAVALA (D. Francisco) y entre otras cosas expresó que una de las razones que alega el señor Presidente para justificar la publicación de la Circular, es la de que por la ley Electoral, el derecho electoral se ha convertido en deber, y manifestó que no es exacto lo que afirma el señor Presidente, pues lo que se ha hecho es agregar el deber al derecho existente, y que para convencerse de ello no tiene más que leer el artículo 2º de la ley Electoral vigente, en el que se dice que todo elector tiene el derecho y el deber de votar en cuantas elecciones fueran convocadas en su distrito. Pero, sobre todo, dijo que lo que a su juicio entrañaba gravedad suma, era la conducta de la prensa al afirmar que la Circular ha sido motivada por coacciones ejercidas en el personal de la casa. Leyó a este propósito un párrafo del periódico local El Pueblo Vasco, en que se manifiesta que había llegado a su noticia que personas muy visibles, que están el frente de un centro, y que esto fué lo que determinó al Presidente a dar la Circular.

Preguntó al señor Presidente si era cierto lo afirmado por ese periódico, añadiendo que si el Presidente tenía conocimiento de estas coacciones, debía haber dado cuenta de ellas a las autoridades, a fin de que no quedaran impunes. Expuso que, dado el honrado y caballeroso proceder del Sr. Carrión, creía el dicente que el motivo de la Circular sería el deseo de mantener la pureza en el libre ejercicio del voto, pero no el hecho de que habla la prensa local. En cuanto a la Circular en sí, dijo que demuestra tendencia a la purificación del voto, pero que no corresponde esta misión a la Diputación, y que desearía saber qué disposición legal faculta a la Presidencia para dirigir la aludida Circular.

Le contestó el señor PRESIDENTE que después de las manifestaciones últimas del señor Zavala (D. Francisco) quedaba sumamente tranquilo, puesto que ha reconocido la sana intención con que se ha dictado la Circular y la tendencia de la misma a la purificación del voto, por lo que ninguna expliación era necesaria respecto a su proceder...

En punto a las coacciones de que ha hablado el Sr. Zavala, afirmó que podía estar seguro dicho señor diputado de que la Presidencia sabría cumplir con su deber, si se le formulaban denuncias suficientemente concretas para que pudiera pasarse el tanto de culpa a los Tribunales; pero que no podía dar ese paso, mientras no hubiera más que rumores que no se concretaran suficientemente.

Por lo que hce a sus facultades para redactar la Circular, dijo que es indudable que está facultado para recomendar el cumplimiento de una ley, y mucho más tratándose de la Electoral, respecto de la cual ha recomendado el Gobierno que se haga saber a los electores la obligación de votar... Reiteró que el móvil que en este caso le ha guiado es el de hacer saber que todos están obligados a cumplir su deber; y que en vista de los rumores que llegaron a sus oídos y de las noticias y peticiones en diverso sentido, creyó que la mejor manera de salir del asunto era la de dictar la Circular de referencia. Terminó manifestando que aceptaba siempre todas las responsabilidades de sus actos, y por tanto respondía de todo cuanto dice la Circular; pero que no tenía por qué responder de lo que la prensa diga, pues de ello responde la prensa misma.

El Sr. ZAVALA (D. Francisco) insistió en lo relativo a las manifestaciones de la prensa, exponiendo que se había hablado de personas de prestigio que habían prestado servicios importantes a la Provincia y que convenía aclarar si sabía el señor Presidente que hubieran ejercido presión sobre los empleados de la casa.

El señor PRESIDENTE reiteró las manifestaciones antes hechas, insistiendo en que no tenía por qué responder de lo que dijera la prensa.

El Sr. ZAVALA leyó el artículo 73 de la ley Provincial y dedujo de él que no hay nada que autorice al Presidente de la Diputación para dirigir la Circular que ha dictado, por lo que entiende que había cometido una extralimitación legal.

El Sr. AGUIÑAGA intervino en la discusión manifestando que se quiere censurar una Circular que la presidencia publicó en uso de su perfecto derecho y que sólo podía ser motivo de plácemes para toda persona imparcial, puesto que no hace más que garantir a los empleados la libertad del voto contra las coacciones que se intenten; y que esto, lejos de ser censurable, es un acto plausible, por lo cual él felicitaba al señor Presidente. Añadió que nada tienen que ver, ni la Diputación ni su Presidente, con lo que la prensa diga: que si la discusión daba lugar a ello, hablaría con más claridad; y que no debió consentirse siquiera esa discusión, que es completamente política, y que para terminarla de una vez, rogaba a la Diputación se sirviera acordar que había visto con satisfacción la conducta seguida por el señor Presidente al dictar la referida Circular.

Terció también en la discusión el Sr. OLAZÁBAL (D. Juan), y dijo que el señor Zavala preguntaba insistentemente una y otra vez, en qué leyes o disposiciones legales se podía fundar el Presidente de la Corporación provincial para publicar la Circular objeto del debate, y que él le iba a contestar cumplidamente, diciéndole que en todas. Es obligación más que derecho, dijo, el cumplir y hacer cumplir las leyes; y esta obligación se impone de un modo especial a los que están constituídos en autoridad, sea ella de la clase que fuera. Afirmó que no hay ley alguna que no termine mandando a todos los tribunales, justicias, gobernadores y demás autoridades, de cualquier clase y dignidad que sean, que guarden y hagan guardar y ejecutar y cumplir la ley en todas sus partes, incluso esta misma ley Electoral a que nos venimos refiriendo. Y como quiera que la Circular discutida no tiene más alcance ni finalidad que el garantir a todos los empleados y personas que dependan de la Excma. Diputación, el cumplimiento de la ley que impone la obligación de emitir el voto, con absoluta libertad, dándoles cuantas seguridades puedan apetecer para que esa libertad no les sea coartada por nada ni nadie, de aquí que podría preguntarse con mucha más lógica qué reglamento ni disposición puede prohibir a una autoridad el procurar los medios de cumplir y hacer cumplir la ley. Añadió que era menester tener muy trastocado el entendimiento para invertir tan completamente los términos de la cuestión; llamando política a una Circular que no hace política electoral, sino todo lo contrario, lo que pudiéramos llamar despolítica electoral, e invocándose el artículo 73 de la ley Provincial, que establece el carácter administrativo de la Diputación, para promover y sostener una discusión eminentemente política.

Repitió que basta leer la Circular para convencerse de que su fin no es otro que garantizar a los empleados la libre emisión del voto, y que cuando la letra y el espíritu de cualquier documento dicen una cosa clara y terminantemente, no puede de buena fe discutirse suponiendo afirmaciones contrarias a la realidad. Refirió que en consonancia con ese acto del señor Presidente, el dicente y otros dos Diputados que forman parte del Consejo de Administración del puerto de Pasajes, estuvieron hace pocos días en el domicilio de la Sociedad, para manifestar allí al Secretario y al Gerente que hicieran saber a los demás empleados y a los operarios que trabajan por cuenta de aquella entidad, que podían emitir con entera libertad su voto, cumpliendo la obligación que les impone la ley. Expresó que en tiempos anteriores no se procedía de ese modo: y terminó rogando a la Diputación que, por propio decoro, no consintiera que se traduzcan en forma opuesta a su letra y a su espíritu los documentos que emanen de la Diputación.

Verificada votación nominal para resolver el punto, quedó acordado que la Diputación había visto con satisfacción la conducta del señor Presidente al dictar la repetida Circular, con los votos en contra de D. Luis Elizalde, que firmaba las circulares para reorganizar el partido liberal monárquico desde la Caja de Ahorros Provincial, y D. Francisco Zavala, que actuaba de jefe de la minoría liberal en la Diputación.

¿Verdad que es el colmo de los colmos? [51]

Epílogo

Lo haremos corto y breve, pues después de cuanto llevamos publicado, poco nos resta que decir.

Nadie que nos haya leído dudará de que la semilla del anarquismo y ferrerismo arraigó por desgracia nuestra en este bendito solar.

Y que en un mañana más o menos próximo, producirá, al igual que en Barcelona, hondas y brutales convulsiones, si no se le ataja con mano dura y ojo certero.

Testimonian esta afirmación datos, revelaciones y documentos que escritos están, sin que nadie haya osado negarlos, ni tan siquiera desvirtuarlos con interpretaciones; proclamando su autenticidad a golpe de mazo, el más vergonzoso de los silencios.

Dato importantísimo que nos conviene recoger de esta campaña es, que a este tan lamentable estado descendimos por arte y parte de las Diputaciones liberales que desgobernaron en este sentido la provincia, convirtiendo la Caja de Ahorros Provincial en centro de todas las concupiscencias liberales, y asilo de todos sus paniaguados.

Lo que demuestra a su vez que el monárquico y el republicano liberal, y el socialista y el anarquista, el ácrata y el ferrerista, todos conviven y se hermanan perfectametne, como hijos que son de un mismo padre, el liberalismo, constituyendo con él una sola y misma familia, para atacar y destruir, si pudieran, el catolicismo y la tradición; arrancando la fe de los pueblos, concluyendo con la familia cristiana, rompiendo todo vínculo social, y llevándonos al estado anárquico y ateo.

Y a todo llegarán, si no oponemos a su unión la nuestra los católicos; si no oponemos a sus negaciones nuestras afirmaciones; a sus licencias nuestro fervor cristiano; a su ateísmo nuestra robusta fe, y, sobre todo, si al campo de la política, donde hoy se da la batalla a Cristo, no acudimos todos dispuestos a confesarle con nuestros votos, con nuestros sufragios, con nuestros recursos y sacrificios, con cuanto somos y podemos.

Elegid buenos gobernantes y se transformarán los pueblos.

Ponedlos malos y perecerá Israel.

———

{1} Este señor, a quien por lo visto los anarquistas le habían jugado la mala pasada de incluirlo en sus listas, nos dirigió una carta, que mucho se lo agradecimos y con mucho gusto se la publicamos, lamentando no haber recibido documentos semejantes de todos los demás que aparecen afiliados, para poder dar un soberano mentís al anarquismo de Guipúzcoa. He aquí la carta:

«REMITIDO.- Señor Director de La Constancia. Muy señor mío y de mi consideración: En el número 4.443 de su dirección, aparece un escrito con fecha 4 de Enero de 1911, en el cual, con el epígrafe de «Nuevas revelaciones», aparece en la lista de la Liga Racionalista mi nombre y apellido. No comprendo cómo pueda ser esto, cuando yo no he pertenecido ni pertenezco, ni perteneceré a dicha Liga. Aquí no hay más que alguna mala voluntad de parte de quien haya dado esa lista; y si no de alguno que teniendo que ocultar su nombre por el cargo que ocupé, bien en el gobierno o bien en otro ramo de empleados del Estado, ha dado mi nombre por evitar el suyo, de lo cual protesto y lo hago presente para que se sepa que yo no pertenezco a dicha Liga. Dando gracias a V., señor Director, se ofrece de V. En s. s. Manuel Palacián.»

{2} Verdad es que el pedir era un vicio innato en el despreocupado maestro de Irún, al que en más de una ocasión el grupo de San Sebastián había adelantado fondos de importancia, que nunca tenían vuelta.
Y aunque la confianza fuese ilimitada entre los iniciados, decidieron por un por si acaso, exigirle alguna garantía, no hiciera el diablo que se transformaran las pesetas en crédito incobrable.
Apretaron los de aquí; excusóse el de allá, hasta que a buen componer cedió en prenda o peño una obra muy encomiada por la secta, en la que todo era malo, incluso el papel.
Y se armó la gorda. Excitóse el grupo donostiarra, acordando dirigir un cariñoso ultimátum a D. Federico Forcada, amenazándole con los Tribunales de Justicia. Tosió fuerte el D. Federico, llamando a sus cofrades al acogerse al amparo de los verdugos de la Sociedad; ellos que maldecían de los Tribunales. Y realmente era cómicamente gráfico, que los unos, a pesar de todas las Ligas internacionales, buscaran la autoridad de los Jueces para cobrar sus pesetas. Y más gráfico aún que el otro protestara de la inconsecuencia para quedarse con las pesetas ajenas. Esto es delicioso, y explica perfectamente el texto.

{3} Después de estas revelaciones embarcó para la América, renunciando a su empleo de escribiente de la Caja de Ahorros Provincial.

 
Transcripción del opúsculo de IV + 52 páginas publicado en San Sebastián 1911,
en la que se han renumerado al final las notas que figuraban a pie de página.

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Luis Bulffi de Quintana
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