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Comentarios críticos al Diccionario soviético de filosofía

Historia de la filosofía como ciencia

Historia de la filosofía como ciencia en el Diccionario soviético de filosofía


 

Historia de la filosofía como ciencia · David Alvargonzález · 10 de noviembre de 2017

La concepción que tiene el materialismo dialéctico del Diamat y del Hismat acerca de la historia de la filosofía arrastra muchos de los problemas que aparecen comentados en las entradas tituladas “Filosofía” y “Problemas de la filosofía”. Estos problemas tienen que ver con la propia concepción que esta corriente filosófica tiene acerca de la filosofía misma según la cual la filosofía es una ciencia, y la historia también es una ciencia, y donde la historia de la filosofía, por tanto, también es una ciencia. Para el Diamat, la filosofía es una ciencia, pero, a la vez, es una superestructura, es una forma de conciencia social y, por tanto, está determinada por las relaciones económicas y por los contenidos básicos materiales de la sociedad donde esa filosofía está implantada. Esto plantea ya ciertos problemas, a saber, cómo es posible entender la implantación práctica de la filosofía sin reducir la filosofía a una variedad de filosofía adjetiva, a una construcción que sea meramente ideológica, que esté al servicio de un grupo, de una institución o de una clase. Esa concepción de la filosofía como forma de conciencia social hace que no se distinga con claridad de lo que ordinariamente llamamos ideología, es decir, algo que está determinado materialmente por los intereses y los objetivos de un grupo, una clase, o una determinada institución. La historia de la filosofía como disciplina se entiende como un estudio, a lo largo de la historia, de las relaciones entre el materialismo y el idealismo porque, como se puede ver en la entrada titulada “Problemas fundamentales de la filosofía”, el problema fundamental de la filosofía, para el materialismo histórico y dialéctico, es el problema de las relaciones entre el ser y el pensar, entre la materia y el espíritu, entre la naturaleza y el pensamiento o la conciencia, y ese problema sólo tiene dos soluciones: o se es materialista o se es idealista. Así pues, toda la historia de la filosofía no consiste más que en describir o analizar la lucha entre el materialismo y el idealismo, para llegar a la filosofía marxista que sería la síntesis final en la que convergen el materialismo y el idealismo en la clase revolucionaria de los proletarios unidos de todo el mundo.

En la versión del Diccionario de 1949 se intentan suavizar estas tesis y se dice, por ejemplo: “la economía de la sociedad no se refleja en la filosofía de una manera directa o inmediata, sino a través de una serie de eslabones intermedios (política, moral, derecho, ciencias naturales y sociales). Los intentos de ver en la filosofía un reflejo directo de la economía y de la técnica o de reducir cualquier sistema filosófico a un reflejo inmediato de las necesidades económicas y políticas ordinarias de la agrupación de clase a la que había pertenecido su autor son por eso una desnaturalización del método marxista leninista de abordar la historia de la filosofía”. En el año 49, el propio autor del Diccionario se ve en la necesidad de dar esta explicación, que nadie la había pedido, probablemente, porque él mismo se da cuenta de que el esquema según el cual la filosofía no es más que el reflejo ideológico, superestructural, de una base económica, es un esquema demasiado sencillo, demasiado mecánico y, en última instancia, incapaz de dar cuenta de las vicisitudes de la historia de la filosofía, porque no hay tantas clases sociales ni tantas bases económicas, ni tantas condiciones materiales diferentes como autores diferentes y filosofías diferentes. Ahora bien, si las variedades de filosofías las limitamos a dos grupos, materialistas e idealistas, pues entonces sí se podría hacer esto ya que se podría decir que toda la filosofía antigua, patrística, medieval, burguesa, moderna, contemporánea sería idealista y la única filosofía materialista sería la de esa clase trabajadora, universal, revolucionaria en la que teoría y praxis confluyen.

Otra línea de comentarios que se podrían hacer a la concepción de la historia de la filosofía como ciencia que aparece en esta entrada del Diccionario es cuando se baja al detalle de cuestiones históricas concretas, de la res gestae, de los acontecimientos ocurridos. Se podrían comentar muchas cosas. Por ejemplo, los materialistas dialécticos empiezan la filosofía en China y en la India porque no distinguen entre filosofía en sentido estricto, la filosofía académica, de la filosofía en sentido lato o amplio, de la filosofía como mera cosmovisión, como Weltanschauung. Otro ejemplo sería toda la crítica que se hace a la filosofía griega, platónica y aristotélica como un reflejo de la sociedad esclavista griega. También las críticas absolutamente necias que se hacen a la filosofía medieval cuando se habla reiteradamente de la “morralla” medieval, de le Edad Media como una edad que carece de filosofía autónoma y en la que es todo una “morralla”. Los clichés son muy comunes: “la morralla medieval”, el “mistificador Hegel”, el “revisionista Berstein”, el “renegado Kautsky”, lo mismo que el cliché de reducir toda la filosofía moderna y contemporánea a la sociedad burguesa y al capitalismo. Cuando se baja al detalle de la historia de la filosofía es cuando se pueden apreciar los límites de la capacidad interpretativa del Hismat, porque, al final, lo que se está repitiendo constantemente es un mantra según el cual la filosofía que estamos considerando en cada caso, medieval, moderna, contemporánea, no es más que un reflejo de las condiciones de unas clases dominantes, burguesas, estamentales feudales, esclavistas, unas clases, en suma, explotadoras, abyectas y alienadas. Al final lo que se dice es que no empieza a haber filosofía en sentido serio, científico, hasta que no llega el marxismo, y todo lo anterior son pródromos. En el marxismo esa situación de la filosofía como reflejo ideológico de una clase dejaría de ocurrir ya que la clase revolucionaria universal de trabajadores que aúnan la teoría y la praxis, y en la que convergen todas las virtudes, tendría una verdadera conciencia filosófica y científica. No hace falta indicar que esto implica una serie de supuestos muy discutibles.

He incluido dos enlaces: el primero es sobre la distinción entre la historia de la filosofía filosófica y la historia de la filosofía filológica. Este texto de Gustavo Bueno tiene mucha importancia porque es la reivindicación de una historia de la filosofía filosófica, una historia de la filosofía que ya sabe ella misma que no es científica pero que reivindica como necesaria la reflexión histórica filosófica para la propia interpretación de los problemas del presente. El segundo enlace remite a un texto de Gustav Bueno un poco más amplio sobre la distinción entre la filosofía en sentido amplio y la filosofía en sentido estricto que es la filosofía académica de tradición helenística. Estos textos permiten apreciar que la cuestión es mucho más complicada de lo que aparece en los esquemas hiper-simplificados e infantiles que maneja el materialismo histórico y dialéctico.

David Alvargonzález

 
→ Edición conjunta del Diccionario soviético de filosofía · índice de artículos del DSF
Las cuatro versiones soviéticas del Diccionario filosófico de Rosental e Iudin
Diccionario filosófico marxista · Rosental & Iudin · Montevideo 1946
Diccionario de filosofía y sociología marxista · Iudin & Rosental · Buenos Aires 1959
Diccionario filosófico abreviado · Rosental & Iudin · Montevideo 1959
Diccionario filosófico · Rosental & Iudin · Montevideo 1965
Diccionario marxista de filosofía · Blauberg · México 1971
Diccionario de comunismo científico · Rumiántsev · Moscú 1981
Diccionario de filosofía · Frolov · Moscú 1984