XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
El Escorial
Día 1º de julio a las ocho de la noche

Discusión de la segunda ponencia

A las ocho de la noche, bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Cardiff, Rvdmos. y Excmos. Sres. Obispos auxiliar de Madrid y de Valencia, y el Presidente internacional de PAX ROMANA, Sr. Ruiz-Giménez, se abre la sesión. Se pone a discusión la segunda ponencia: «El universitario católico ante los problemas de la Universidad.»

Se da lectura a las conclusiones siguientes:

Primera conclusión: «Los universitarios católicos, en una Universidad no católica tienen el derecho y el deber de asociarse para los siguientes fines:

a) Para el libre cumplimiento de sus deberes religiosos.

b) Para actuar como centro de actividades intelectuales, sociales y culturales, porque ello les permitirá vivir en una atmósfera católica y difundir los principios religiosos en los medios universitarios.»

El delegado de Chile, Sr. Pascal (que dirige los debates en esta sesión), pregunta a la Asamblea si tiene que hacer alguna objeción a la conclusión leída.

El delegado inglés hace la objeción siguiente: «No veo por qué ha de ser una obligación el que los católicos, en una Universidad no católica, se agrupen o se organicen para la defensa de sus derechos.»

El Sr. Presidente internacional, Sr. Ruiz-Giménez, pregunta a la Asamblea si se aprueba la conclusión o si existe alguna otra dificultad para ello, además de la que acaba de exponer el señor delegado inglés, a quien hace la aclaración de que se trata de una obligación moral y no jurídica.

El señor delegado de Italia, F. de Piazza, cree que indudablemente el mejor modo de poder cumplir los deberes religiosos y apostólicos de los estudiantes católicos, en las Universidades que no sean católicas, es el de asociarse para la difusión de los principios cristianos. «Pero no veo –dice– la necesidad de que sea obligatoria la asociación en una organización católica.» Entiende que debe hacerse esta recomendación, pero no que se considere una obligación el hacerlo.

El señor delegado del Canadá, A. Gagnon, Presidente de la Comisión, dice que, efectivamente, entendiéndolo así, en el Canadá se recomienda a los estudiantes católicos esta asociación, por ser verdaderamente útil.

Así se acuerda. [92]

Segunda conclusión: «Los universitarios católicos deben participar en las actividades no religiosas de las Universidades, como Juntas de gobierno, Asociaciones deportivas, artísticas, literarias, &c., siempre que esta participación no suponga ir en contra de sus principios cristianos.»

El señor delegado del Perú interviene para decir que, a su juicio, debe reemplazarse la palabra «debe» por la palabra «puede».

El Sr. Ruiz-Giménez recuerda que todas las conclusiones son, en definitiva, recomendaciones que se hacen; es decir, que PAX ROMANA no puede, en un Congreso, imponer nada como obligación a las Federaciones y que únicamente lo que se hace son sugerencias, recomendaciones. Y, por consiguiente, no es necesario en todo momento repetir la palabra recomendación. Ahora bien, en lo que ya puede haber lugar a duda es en el empleo de la palabra debe o puede, «que no es –dice– tan accidental como pudiera suponerse, no es simplemente la cuestión de estilo, entraña una posición diversa ante la cuestión.

Es preciso, por tanto, que la Asamblea decida si debe corregir o no esta palabra, porque, indiscutiblemente, con ello se corrige también el concepto.»

El Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Cardiff considera necesario afirmar con energía y, además, añade: «Debe darse la sensación de que la recomendación tiene un carácter especial.»

Y así queda acordado.

Tercera conclusión: «Procurar por todos los medios apropiados la presencia en cada Facultad y Escuela de profesores que consagren todo su tiempo a esta misión, con exclusión de toda otra actividad, y que reciban por ello un salario proporcionado. Deben ser utilizados todos los medios de propaganda y publicaciones al alcance de las Federaciones para conseguir este propósito.

El Sr. De Sanctis, delegado de Italia, cree que el profesor debe ser, ante todo, profesor. Las actividades complementarias tienen siempre por causa la falta de medios económicos, y si el Estado remedia esto dando una retribución adecuada al profesor, éste no tendrá que dedicarse a actividades ajenas a la Universidad. De todos modos, entiende que esta conclusión debe redactarse de nuevo para evitar expresiones ambiguas.

El Sr. Ruiz-Giménez propone que se devuelva el texto a la Comisión, porque la idea es perfecta. Tal vez la formulación más precisa podría ser ésta: PAX ROMANA fomentará la idea de que el profesor se consagre fundamentalmente a su tarea. Añade cree no es necesario hablar de que el profesor tenga un salario proporcionado a su labor, sino que simplemente se puede indicar que esta consagración del profesor a sus tareas sea material y económicamente posible.

Respecto a la cuestión de los medios de propaganda necesarios para conseguir esas vocaciones, considera suficiente una sugerencia general en este sentido, por parte de PAX ROMANA, a las Federaciones, de las cuales depende esta labor.

El Sr. Pascal, delegado de Chile, Director de debates, pregunta a la Asamblea si acepta o no la sugerencia del Presidente de que la conclusión pase nuevamente a la Comisión para ser redactada definitivamente. La Asamblea acuerda acoger la sugestión del Presidente.

Cuarta conclusión: «Recomendamos a las Federaciones de Estudiantes Católicos que estimulen entre sus miembros el entusiasmo por esta vocación y aporten a los que se vayan a dedicar a ella toda la ayuda moral y material posible.»

El Sr. Corts, delegado de Valencia, dice que la conclusión no recoge perfectamente el espíritu, la idea. Entiende que el que se va a dedicar a profesor universitario no es sólo el estímulo de las Federaciones Universitarias lo que necesita, sino que son muchas cosas más. Le parece que queda muy incompleta la sugerencia del Presidente con ese texto. No es cuestión de redacción, sino de fondo. Ruega se recoja una idea expresada maravillosamente por el P. Lachance, en lo relativo al carácter desinteresado de la cultura universitaria. Y luego, aunque en todo caso el concepto haya quedado muy difuso, subraya la sugerencia última del Presidente; es decir, que de cuando en cuando se apunte también la palabra «vocación».

Quinta conclusión: «El punto b) trata de la relación entre los estudiantes y los profesores no católicos.»

b) Considerando los peligros a los que están expuestos los estudiantes católicos que reciben enseñanzas de profesores anticatólicos, recomendamos:

1º Insistir en la necesidad de supervigilar las enseñanzas de estos profesores y de computarlas, corregirlas o refutarlas, de acuerdo con las circunstancias. [93]

2º Recomendamos la formación para la discusión y resolución de estos problemas de un Comité mixto de PAX ROMANA y Universitas, y, si es posible, de Comités mixtos, semejantes en el interior de cada país o de cada Universidad.»

El delegado del Canadá, A. Gagnon, entiende que no es de la competencia de PAX ROMANA emplear la palabra vigilar.

El Sr. Ruiz-Giménez dice que la sugerencia del señor delegado del Canadá plantea la cuestión de si es o no de la competencia de PAX ROMANA emplear la palabra vigilar. Personalmente cree que es una obligación de las Federaciones Católicas vigilar; pero si no se quiere emplear este medio de expresión puede utilizarse otro cualquiera, pero se ha de luchar por todos los medios para que puedan los estudiantes oponerse a los profesores anticatólicos.

El señor delegado del Canadá entiende que ha interpretado mal su indicación el señor Presidente, puesto que lo que ha querido decir es que no corresponde esta cuestión a PAX ROMANA, sino que corresponde a las Federaciones Universitarias.

El Sr. Ruiz-Giménez encuentra discutible la Comisión mixta de que se ha hablado y, a su juicio, lo que podría decirse es que entre las organizaciones de estudiantes y los profesores exista una colaboración más que un Comité mixto.

El Presidente de la Comisión se muestra conforme con lo manifestado por el señor Ruiz-Giménez.

Así se acuerda.

Sexta conclusión: «Recomendamos a las Asociaciones Católicas de cada Universidad que aseguren la presencia en cada clase de un estudiante especializado, especialmente formado. Este tendrá como misión:

1º Intervenir con dignidad y firmeza en la actuación de los profesores anticatólicos; y

2º Ante las enseñanzas de un profesor anticatólico, oponer las verdaderas enseñanzas de la Iglesia.»

El Sr. Sanctis, de la Delegación italiana, no está conforme con lo sustancial de este artículo y propone que sea suprimido. Sugiere a la Presidencia la supresión de esta conclusión, por estimar que ya está comprendida en la que precede y, además, porque esto significa establecer como una especie de policía fiscalizadora por parte de los estudiantes, que no hace mucho honor a la docencia.

El P. Almeida, delegado de Portugal, cree que esta conclusión no ha sido adoptada en la Comisión.

El Sr. Ruiz-Giménez manifiesta que, efectivamente, ha sido un resumen de las indicaciones que han hecho los distintos delegados.

Al señor delegado de Colombia le parece, contrariamente a lo manifestado por el señor Sanctis, que el término que emplea, de ejercer una especie de policía, es el único medio adecuado para expresar la campaña que deben llevar a efecto los universitarios en contra de la actitud y las enseñanzas de determinados profesores. Es verdaderamente desmoralizador el hecho de que se tengan que preocupar los universitarios de los problemas que se plantean en contra de la Iglesia.

El Sr. Kirchner, Presidente de la Delegación de Estados Unidos, tiene la misma opinión que el Sr. Sanctis, delegado de Italia. Dice que toda organización de tipo católico, si está bien constituida, superará la labor de los estudiantes y que, por tanto, no se necesitará esta labor de policía.

El delegado de Valencia, Sr. Corts, dice que los católicos universitarios saben muy bien que tienen que controlar las explicaciones de los profesores anticatólicos, y esto no puede asustar ni molestar a nadie. Ahora bien: en el seno de la ponencia se advirtió ya que organizar esta asistencia de alumnos especialmente preparados con el encargo de ir a la caza de las afirmaciones anticatólicas de determinados profesores supondría dificultades de tipo práctico de difícil superación. A pesar de todo esto, entiende que convendría que en todas estas conclusiones se reiterase de una manera enérgica a los estudiantes el sagrado deber que tienen de defender los principios de su fe y los principios de la moral cristiana contra cualquier ataque de los profesores anticatólicos, aunque para ello sea preciso sacrificar determinadas ventajas académicas.

El Sr. Ruiz-Giménez pregunta a la Asamblea si se suprime esta conclusión, considerando que ya lo esencial de ella está recogido en los textos anteriores, o si vale la pena mantenerla con un cambio de redacción, para que no se dé este caso de intervención policíaca de los estudiantes con respecto a los profesores. Se va a proceder a la votación, para lo cual los jefes de Delegación que estén de acuerdo en que se suprima, el texto [94] deberán levantarse. Por votación, se acuerda suprimir el texto de la conclusión citada.

El Sr. Presidente de la Comisión advierte que esta otra conclusión, a la que se va a dar lectura, es consecuencia de la anterior, y, por tanto, tendrá que ser suprimida o modificada. La conclusión es la siguiente:

«El Comité mixto tomará, en cada caso, las medidas que se crean oportunas. Nosotros creemos que, prácticamente, deben ser las siguientes:

a) Utilizar la prensa universitaria, carteles y otras publicaciones.

b) Refutación de los errores y exposición de la doctrina católica sobre dichos puntos por los estudiantes de la misma clase, por un sacerdote o un profesor católico.

c) Organización de un sistema de fichas en el que estén contenidas resumidas las refutaciones de los errores de doctrina encontrados en las explicaciones, que serán entregadas a cada estudiante.

d) Orientación sobre los problemas planteados al Comité nacional e internacional.»

El Sr. Ruiz-Giménez dice que estamos en el caso de consultar a la Asamblea si esta conclusión debe suprimirse o modificarse. Como cuestión simplemente de orden, dice que le parece que aunque esta conclusión está en las palabras ligadas a la anterior, en el fondo es completamente independiente de ella, porque los medios que propone son adecuados y no tienen nada que ver con el régimen policíaco que hemos suprimido. De modo que suprimiendo la referencia al Comité de la Universidad y al nacional e internacional, y sólo dejando como referencia los medios que se pueden emplear de palabra o por escrito, cree que es una cosa perfectamente encajada dentro de la preocupación puesta de manifiesto en estas conclusiones.

El delegado de Suiza: «Como –dice– de lo que se trata es de combatir los errores, considero que no se debe suprimir esta conclusión, y que lo que se debe hacer es aclararla.»

El delegado del Canadá está de acuerdo con lo manifestado por el delegado de Suiza, y entiende que se deberá acudir al Capellán para combatir los errores, cuando se considere que no están preparados para refutarlos personalmente los estudiantes.

El señor delegado del Salvador cree que hay que tener mucho cuidado al precisar las ideas, porque se puede sentar un precedente peligroso, cual es el de atribuir a un estudiante una autoridad científica y filosófica que no tiene. Por eso, entiende que las medidas propuestas deben tener un sentido colectivo con las consultas previas y los debidos asesoramientos, que aseguren la posición de los estudiantes católicos.

El Sr. Presidente de la Comisión advierte se ha redactado esta conclusión teniendo en cuenta el punto de la conclusión anterior en que se habla de la existencia de un Comité de la Universidad y otro de PAX ROMANA, que en todo momento pueden asesorar a los estudiantes en las diversas cuestiones que se planteen, sistema que, a su juicio, garantizaba la suficiente información en los estudiantes.

El Sr. Ruiz-Giménez dice que no podemos detenernos en cosa de detalle. Estamos de acuerdo en lo fundamental, que es la lucha de los estudiantes organizados contra los errores de los profesores, y para organizar esta lucha tendrán, desde luego, los asesoramientos que sean indispensables. Como existe acuerdo en este punto, cree que no habrá inconveniente alguno en que se mantenga lo esencial de esta conclusión.

Así se acuerda.

El Sr. Presidente de la Comisión, A. Gagnon, da lectura de la conclusión siguiente:

«Las Asociaciones universitarias católicas deben recordar continuamente a los estudiantes el sentido de su responsabilidad, como universitarios y como apóstoles sociales. En este sentido deben combatir la deformación profesional:

1º Concretando las enseñanzas y la técnica de cada profesión en la organización de manifestaciones culturales, artísticas, sociales, deportivas, &c.

2º Facilitando las relaciones entre los estudiantes de todas las Facultades para asegurar la creación de un verdadero espíritu universitario, que se transformará a la salida de la Universidad en un espíritu de cooperación de todas las profesiones para la solución de los problemas de la comunidad.»

El señor delegado de Murcia dice que el joven en la Universidad, tal como ésta se encuentra hoy organizada, no recibe una formación total, y que es necesario llegar a obtener esta formación en la Universidad, aparte de la especial vocación que requiere el futuro catedrático, la cual puede y debe ser fomentada por PAX ROMANA. Añade que el joven universitario no vive siempre dentro de la Universidad, sino que asiste a sus clases y después hace una vida de sociedad, y como es necesario completar la formación de los jóvenes y, [95] en cierto modo, contrarrestar las influencias de ciertos espectáculos y de ciertos medios sociales, que pueden influir en la formación de esos jóvenes, hay que ir, como misión fundamental de las Federaciones Católicas Universitarias, a la creación de centros o residencias de estudiantes católicos, tales como los Colegios Mayores españoles, o cualquier otra residencia de este tipo; es decir, centros donde los estudiantes completen la formación de la Cátedra y reciban una verdadera asistencia espiritual para defenderse contra los muchos peligros de las grandes ciudades.

El Sr. Ruiz-Giménez nota que ésta es una conclusión aprobada en el Congreso de Londres y, si la Asamblea lo acuerda, se puede redactar aquí definitivamente por la Comisión correspondiente.

Así se acuerda.

El señor delegado de Valencia cree que tal vez sería conveniente, en las conclusiones relativas a las relaciones de los estudiantes con los profesores, el ampliar un poco el sentido de vigilar a los profesores anticatólicos, o a aquellos que deslicen en sus Cátedras errores, diciendo que deben ser también vigilados aquellos profesores que, aun siendo católicos y sin incurrir en errores dentro de su Cátedra, no cumplen normalmente como tales profesores.

El Sr. Ruiz-Giménez pregunta a la Asamblea si está de acuerdo con la propuesta del delegado de Valencia.

El Presidente de la Comisión dice que la propuesta que acaba de hacer el delegado de Valencia está comprendida en una de las conclusiones anteriores, que habla de la moralidad profesional.

El Sr. Ruiz-Giménez considera que, después de lo manifestado por el Presidente de la Comisión respecto a la proposición del delegado de Valencia, no es necesario que la Asamblea se pronuncie en ningún sentido respecto a la misma, y se va a dar lectura a la conclusión siguiente:

«Para adquirir un conocimiento práctico de los problemas sociales, recomendamos a los universitarios:

a) El contacto con todas las clases sociales, especialmente con la clase obrera, por medio de manifestaciones religiosas, deportivas, populares, &c.

b) Dedicar parte de sus vacaciones a trabajar en sus medios locales respectivos, en la agricultura, en las minas, &c., prestando asistencia a los obreros y ayuda a los pobres y a las víctimas de la guerra.»

No habiendo sido hecha ninguna objeción, queda aprobada.

Se da lectura a la conclusión siguiente, que dice así:

«Los universitarios católicos deben tener una misión crítica ante las manifestaciones de la vida social y combatir siempre los malos actos con sus ejemplos buenos, haciéndolo siempre con energía y dignidad.»

Queda aprobada.

El Secretario de la Comisión lee la que sigue, que dice así:

«Las Federaciones Universitarias deben fomentar las relaciones estrechas entre sus miembros y los estudiantes católicos de otros pueblos por medio del intercambio de becas, de visitas, de manifestaciones culturales y deportivas internacionales y otros medios apropiados.»

Queda aprobada.

Se lee la última conclusión, que dice así:

«Recomendamos a las Federaciones nacionales de los pueblos y a las Asociaciones de las Universidades donde se encuentren estudiantes extranjeros, organicen centros de información y de vida social, donde los estudiantes se puedan reunir por grupos y pueda haber un acercamiento para estudiar la situación de sus pueblos respectivos, y establecer, si es posible, comunicación con las Asociaciones universitarias de sus respectivos países.»

Queda aprobada.

En vista de lo avanzado de la hora, se levanta la sesión a las nueve cuarenta y cinco de la noche.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 91-95