Revista Cubana de Filosofía
La Habana, julio-septiembre de 1956
Vol. IV, número 14
páginas 1-3

Revista Cubana de Filosofía

Director: Humberto Piñera Llera
Consejo de Redacción:
Humberto Piñera Llera · Rosaura García Tudurí
Mercedes García Tudurí · Máximo Castro Turbiano
Pedro V. Aja Jorge · Dionisio de Lara Mínguez

Instituto Nacional de Cultura · La Habana, Cuba
Impreso en Cuba por Editorial «Hércules», O'Reilly 459, La Habana.


· Editorial · 3
· El destino del intelectual en el mundo del presente · Humberto Piñera · 4-12
· Curtius · 12
· El existencialismo visto desde Roma · Ismael Quiles, S. J. · 13-16
· El método científico y la filosofía · Dionisio de Lara Mínguez · 17-23
· Causalidad e indeterminismo en la física contemporánea · Rubén Martí del Castillo · 24-30
· Giovanni Papini & Julien Benda · [H. P. Ll.] · 31
· Irreparabile fugit tempus · 32-34
· De la vida filosófica · 35-36

 
Editorial

El presente año de 1956 habrá resultado pródigo, una vez que haya llegado a su final, en acontecimientos filosóficos del género de los que caracterizan a las reuniones filosóficas. Primero fue el IV Congreso Interamericano de Filosofía (que es a la vez el primero organizado por la Sociedad Interamericana de Filosofía) y que se celebró en la ciudad de Santiago de Chile, del ocho al quince de julio. Después el Congreso Internacional de Estética, que tuvo lugar en Venecia en los primeros días de septiembre. A mediados de este mismo mes fue convocada una reunión en México del Congreso por la libertad de la Cultura, con la finalidad de reunir allí un grupo de pensadores de toda América; reunión que, sin duda, tuvo todo el carácter de un verdadero symposium. Finalmente, ya por esas mismas fechas se barruntaba una posible reunión de algunos miembros del Comité de Historia de las Ideas en América, que preside el notable filósofo mexicano Leopoldo Zea, y que de celebrarse tendrá como sede a Puerto Rico. Como se ve, en cada caso se trata de actividades a las cuales se encuentra vinculada directa o indirectamente la filosofía. Y es que hay épocas (la nuestra es de esas) en las cuales no se puede prescindir de la intervención de la filosofía –épocas que parecen requerir de su concurso por cuanto la problemática a resolver es justamente la que constituye el tema de la filosofía. Pues ¿qué son, entonces, los temas graves y urgentes de la libertad, de la convivencia, de la paz y la concordia universales, de los valores morales frente a la puja de lo material, &c.? La filosofía vuelve, pues, como en el siglo V de los griegos y como en el Renacimiento, a situarse en la avanzada de la temática del mundo de hoy. Quizás si para hacer valer una vez más las palabras spinozianas: Non ridere, non lugere, neque detestari; sed comprehendere.

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