Filosofía en español 
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Medidas del protestantismo y judaísmo contra el Concilio del Vaticano

Los protestantes están verdaderamente asustados por la actitud del Concilio, como si presintieran que ha llegado la última hora de todas las sectas; todo se les vuelve proyectos y resoluciones para oponerse a las de la augusta Asamblea del Vaticano. El 22 de setiembre quieren inaugurar en Nueva-York un Concilio de todas las comuniones protestantes para responder al desafío de Roma. Algunos protestantes ingleses han acogido con entusiasmo el pensamiento, como si ese conciliábulo pudiera tener algún resultado. Los protestantes alemanes también quieren tener parte en la reunión de Nueva-York, y además han celebrado una Asamblea en Berlín, dirigida exclusivamente contra el Concilio del Vaticano.

En ella han adoptado varias resoluciones, que demuestran el miedo que les inspira la Iglesia católica, y la influencia del catolicismo en los mismos países protestantes. Si no, no se concibe que se expresaran como lo hacen y se mostraran tan alarmados. En este concepto, las resoluciones de la Asamblea protestante de Berlín casi deben regocijarnos, porque son prueba evidente de la vitalidad y fuerza del catolicismo en Alemania. Dicen así:

1.ª Los proyectos sometidos por la curia romana al Concilio, actualmente reunido en Roma, no interesan exclusivamente a la Iglesia católica. El pueblo alemán en masa tiene el derecho de ocuparse de ellos, siempre que puedan modificar las relaciones de esta Iglesia con el Estado.

2.ª La proclamación de la infalibilidad ilimitada del Papa colocaría a la Iglesia católica alemana bajo la dependencia de un príncipe extranjero, eclesiástico, y haría correr peligros al Estado y a la igualdad de derechos de distintas confesiones.

3.ª Es un deber nacional para todo el pueblo y para todos los gobiernos alemanes el defenderse contra todos los ataques con que les amenaza la curia romana, y todo patriota verdadero debe trabajar para impedir que vuelvan a reproducirse las luchas religiosas.

4.ª La proclamación del dogma de la infalibilidad, y la ciega sumisión de las conciencias a la voluntad del Papa al modificar la constitución actual de la Iglesia, vuelven a poner legalmente de manifiesto los derechos concedidos a esta Iglesia por los Estados alemanes, así como su independencia, consentida en épocas muy distintas de la presente.

5.ª Ante todo hacemos responsable a la Orden de los Jesuitas de la confusión de las conciencias y de los riesgos a que está expuesta la paz religiosa. La supresión de esta Orden por el Estado es un acto de legítima defensa.

6.ª Importa aun, y mucho, que los alemanes no dejen corromper a la juventud con la enseñanza de principios de odios religiosos, o por la baja sumisión que se le exigiese hacia los decretos de los hombres. Las escuelas, pues, deben estar francas, en lo concerniente a materia de enseñanza, de toda inspección o toda dirección religiosa.

Con respecto al judaísmo, los mismos periódicos de América anuncian una Asamblea de rabinos israelitas de todas las naciones. Así como los protestantes quieren revisar los textos bíblicos, y dar una traducción a su manera, examinar en qué se diferencian entre sí, restablecer la jerarquía, &c., los rabinos acometerán la empresa de poner las prácticas de la religión israelita en armonía con las costumbres de la civilización moderna.

Nosotros no tememos afirmar que estos concilios del protestantismo y del judaísmo están destinados a caer en el ridículo y a transformarse en simples conciliábulos.