Filosofía en español 
Filosofía en español


Editoriales

¡Camaradas, cuidado con la “UFA”!

El cinema alemán que, como los demás cinemas, ha marcado en su evolución y desarrollo todas las conmociones que ha sufrido su expansión capitalista y su imperialismo industrial, posee desde 1920 una empresa cinematográfica sobre la que podemos circunscribir todo el cinema alemán de postguerra. Se trata de la UFA, creada por Krupp con una parte mínima de los beneficios que le produjo la Gran Guerra y controlada desde el invierno 1926-1927 por Hugenberg, ministro y colaborador del gabinete nacional-fascista de Hitler hasta el día en que propuso a los representantes de la burguesía internacional repartirse bonita y equitativamente la Unión Soviética, en su intervención en la Conferencia Económica de Londres.

La UFA ha sido durante algún tiempo el trampolín desde el que han saltado unos cuantos cineastas pequeño-burgueses, sobre una famosa plataforma internacional. Ha sido la UFA quien ofreció a Fritz Lang la posibilidad de realizar Los Nibelungos que, años más tarde, había de señalar Goebbels como el film tipo que pretenda reflejar una época pretérita. Ha sido la UFA quien puso en las manos del propio Fritz Lang los millones necesarios para la realización de Metrópolis; un film en el que se justifica solapada y canallescamente la existencia de los grandes capitales y las grandes masas obreras en manos de una sola persona: el amo. Y ha sido también la UFA, quien ha ofrecido a otros cineastas bajo su dirección, la ocasión de realizar en Alemania toda esa serie de operetas, comedias y vodeviles militares cuyo objeto no esa otro que el de preparar, de acuerdo con la política alemana, el arribo del fascismo cultivando el espíritu del nacional-socialismo y embruteciendo al proletariado que se dejaba sorprender en su buena fe por las canciones militares y los amores de los cadetes y las muchachas ingenuas.

Actualmente, la UFA, como las demás productoras alemanas que ha dejado sobrevivir la expulsión de los judíos, se ha doblegado ante Goebbels y ha acatado las disposiciones de su discurso en el que se pide concretamente a todos los productores que hagan política nacionalista en sus películas y que acepten los principios de la “revolución nacional”. La UFA, no solamente se presta voluntariamente a esta colaboración sino que desde su departamento de propaganda interior fija sus posiciones, En una de sus informaciones (26 de junio de 1933), el departamento publicitario de la UFA recuerda las declaraciones que Arnold Raether, jefe de la oficina nacionalista del film, hace unos meses, y director del “Ministerio del Reich para Propaganda e Ilustración del Pueblo” actualmente, hizo a uno de los redactores del periódico londinense “The Era”, cuyo postulado principal era el de señalar el enojo que les produciría (a los nazis) ver una producción al por mayor de los films nacionales hechos por personas poco calificadas y nada recomendables en cuanto a moralidad.

«Desde que el Gobierno nacional se hizo cargo del poder – concreta la hoja informativa de la UFA– todas sus dirigentes personalidades, desde el canciller Hitler y el ministro Goebbels para abajo, se convencieron en seguida de que tales films no servirían sino para perjudicar, pero nunca para beneficiar, el movimiento nacional. Tanto el canciller Hitler como el ministro Goebbels se han opuesto con toda energía contra el llamado “reclamo vulgar nacional”, habiendo manifestado que igualmente se defenderán con todas sus fuerzas, por lo que al cine se refiere, contra “los patriotas de ocasión”.

«Cierto es que también habrán de producirse films nacionales –continúa afirmando la UFA– pero el Gobierno alemán dice abiertamente que, cuando se trate de un film de ese género, el público de cine ha de saber que “hoy va a ver un film nacional de propaganda”. Esa propaganda de masas, escondida, furtiva y, secreta y por lo tanto molesta (somos nosotros quienes subrayamos) como la que se hace en todos los films rusos, no se encontrará en el futuro cinema alemán

Ya vemos como la UFA se apresta a una colaboración eficaz al fascismo hitleriano. No solamente se limita a producir films de propaganda nacionalista como Aurora de la mañana (film boicoteado por los obreros holandeses, a pesar de que la UFA asegure, en la información que comentamos, que se le ha dispensado una entusiasta acogida fuera de Alemania), sino que desde su departamento de información se permite atacar al cinema soviético y calificar de propaganda de masas, escondida, furtiva y secreta y por lo tanto molesta, la que se hace en todos los films rusos. En su servidumbre, la UFA, controlada por Hugenberg, no duda en adquirir para sus cinemas el film fascista italiano Camisa Negra (del que tienen amplias noticias nuestros lectores) y en adherirse a la campaña antimarxista y antiproletaria de Hitler, combatiendo (con la complicidad de la prensa cinematográfica burguesa internacional) al cinema soviético. El único con que cuenta el proletariado mundial, superior, no solamente en su contenido, sino en sus propias formas de expresión a todo cuanto se hace actualmente en Alemania y a todo cuanto pueda hacerse bajo el régimen de opresión proletaria que rige actualmente sus destinos, pese a la “Alianza Cinematográfica Española” (organización comercial de la UFA en España), y a sus órganos oficiosos: “Popular Film”, por ejemplo.