Filosofía en español 
Filosofía en español

Temperamento

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Temperamento

(del latín temperamentum: adecuada correlación de las partes). Conjunto de particularidades de la persona, de la cual caracteriza la dinámica de su actividad psíquica. El temperamento se revela en la fuerza de los sentidos, en su profundidad o superficialidad, en la velocidad con que transcurren, en su estabilidad o en la rapidez de su sucesión; de modo análogo, se refleja en las particularidades del movimiento del individuo. En la base del temperamento, se encuentra el tipo de actividad nerviosa superior. El tipo fuerte, equilibrado y móvil corresponde al temperamento sanguíneo, que se caracteriza por la aparición rápida de las vivencias –si bien se suceden unas a otras con facilidad– por la viveza de los movimientos; el tipo fuerte, equilibrado, poco movible, corresponde al temperamento flemático, que se caracteriza por la firmeza de los estados de ánimo, por el sosiego de los movimientos; el tipo fuerte, desequilibrado, corresponde al temperamento colérico, que se manifiesta por la brusca sucesión de los estados de ánimo, por la excitabilidad emocional, por la impulsividad de los movimientos; el tipo débil, corresponde al temperamento melancólico, con sentimientos que surgen lentamente, pero hondos y duraderos, externamente poco movibles. Ha de observarse que el temperamento no sólo se halla condicionado por propiedades innatas del sistema nervioso, sino, además, por las condiciones de la vida y de la actividad; el temperamento no permanece invariable en el decurso de la vida del individuo. Ningún temperamento obstaculiza el desarrollo de todas las propiedades de la personalidad, socialmente necesarias: no obstante, cada temperamento exige vías y procedimientos especiales de formación. El temperamento constituye una de las premisas de la peculiaridad del carácter del individuo.

Diccionario filosófico · 1965:450

Temperamento

(lat. Temperamentum, correlación debida de las partes): conjunto de propiedades individuales de la personalidad, que caracteriza la dinámica de su actividad psíquica. El temperamento se manifiesta en la fuerza de los sentimientos, su profundidad o superficialidad, su velocidad, estabilidad o cambio rápido; de modo análogo se manifiestan en las peculiaridades de los movimientos del individuo. El temperamento tiene como base los tipos actividad nerviosa superior. El tipo fuerte, equilibrado y móvil corresponde al temperamento sanguíneo que se caracteriza por las vivencias que surgen y se alternan rápidamente y la vivacidad de movimientos; el tipo fuerte, equilibrado y poco móvil, al temperamento flemático, cuyas propiedades son los ánimos estables, la tranquilidad de movimientos; el tipo fuerte y desequilibrado, al temperamento colérico, que se expresa en cambios bruscos de humor, excitabilidad emocional, movimientos bruscos; el tipo débil, al temperamento melancólico con sentimientos que surgen lentamente, pero son profundos y prolongados, poco expresados exteriormente. Cabe señalar que el temperamento no se condiciona sólo por las propiedades innatas del sistema nervioso, sino también por las condiciones de vida y actividad. El temperamento no queda inmutable en el curso de la vida del individuo. Cualquier temperamento no obstaculiza el desarrollo de todas las propiedades socialmente necesarias del individuo, pero cada uno de los temperamento requiere vías y modos específicos de formación de dichas propiedades. El temperamento constituye una premisa de la originalidad del carácter del hombre.

Diccionario de filosofía · 1984:418-419