Filosofía en español
Concepto básico de la filosofía natural china. Su significado inicial era el de “aire”, “vapor”, “aliento”. Posee un contenido sumamente amplio: primera materia, materia fundamental de la naturaleza, “fuerza vital”, &c. Según las representaciones más antiguas de la filosofía natural, el mundo está formado de “tsi” o materia primera, cuya parte ligera y limpia se eleva hacia lo alto y crea el cielo, mientras que la parte pesada y turbia desciende y crea la tierra. La primera se denomina yantsi; la segunda yintsi. Por otra parte, existen, asimismo, cinco tsi o elementos primeros de la naturaleza: agua, fuego, madera, metal y tierra. El florecimiento y hundimiento de los yin y yan y de los cinco “elementos” ocurre en la sucesión de las cuatro estaciones del año. Este esquema de la filosofía natural, en el que los yin y yan y los cinco “elementos” aparecen simultáneamente como conceptos semifísicos y semimetafísicos, ejerció una influencia extraordinaria sobre el desenvolvimiento de la filosofía china. Fue ampliamente utilizado por el taoísmo, por el confucianismo y, en parte, por el budismo.
Diccionario filosófico · 1965:471
Concepto fundamental de la filosofía natural china. Inicialmente significaba “aire”, “vapor”, “respiración”. Tiene un contenido sumamente amplio: materia primaria, materia principal de la naturaleza, &c. Según antiguas representaciones de la filosofía natural, el mundo se forma del qi (materia primaria, cuya parte ligera y pura asciende y crea el cielo, mientras que la parte pesada y turbia desciende y crea la tierra). Además, existen los cinco qi (o elementos primarios) de la naturaleza: el agua, el fuego, la madera, el metal, y la tierra. El florecimiento y destrucción del yin y yang y de los cinco “elementos” ocurre en la alternación de las cuatro estaciones del año. El esquema filosófico-natural dado ejerció excepcional influencia sobre el desarrollo del pensamiento filosófico chino. Lo utilizaron ampliamente el daoísmo, el confucianismo y, en parte, el budismo.
Diccionario de filosofía · 1984:358