Filosofía en español 
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Tito Lucrecio Caro

Atomística · comentarios críticos

Tito Lucrecio Caro (años 99-55 antes de nuestra era)

Genial poeta y filósofo romano. En su obra Sobre la naturaleza de las cosas, Lucrecio expone en forma poética la filosofía del materialismo atomista. En plena conformidad con los filósofos griegos Demócrito y Epicuro, proclama los principios fundamentales del materialismo: en el mundo no hay nada fuera de la materia eternamente existente, compuesta de pequeñas e indivisibles partículas: los átomos. Lucrecio refuta la teoría de los idealistas y de los sacerdotes, sobre la creación del mundo por Dios. “Nada nace nunca de la nada por voluntad de los dioses”, dijo. Toda la variedad de las cosas en el mundo, según la doctrina de Lucrecio, se reduce a la múltiple variedad de la concatenación de las partículas de la materia, los átomos. La destrucción de las cosas consiste en la dispersión de los átomos. Ni un solo átomo puede ser destruido. La condición fundamental de la formación de las cosas de la Naturaleza, a juicio de Lucrecio, es la presencia del vacío. La materia y el vacío componen una unidad, sin la cual no es posible el movimiento, y por consiguiente, tampoco la concatenación y la dispersión de los átomos. En los problemas gnoseológicos, Lucrecio se situó en la posición de la cognoscibilidad del mundo objetivo. La fuente del conocimiento del mundo exterior son las percepciones sensoriales. Siendo multiformes (redondos, angulares, ásperos, lisos, &c.), los átomos obran sobre los órganos sensoriales del hombre, provocando diversas percepciones. Los sentidos sirven como un instrumento del pensamiento.

“Sabe que no sólo tu juicio sufrirá un fracaso,
Sino que tu propia vida perecerá inevitablemente
Si en tus sentidos a confiar no te atreves.”

Lucrecio critica los prejuicios religiosos. La religión, a su juicio, es la causa de la maldad humana. Las raíces de la religión están en el temor del hombre ante los fenómenos desconocidos de la Naturaleza. “El miedo creó los primeros dioses en la tierra”. Suponiendo que basta explicar al hombre las verdaderas causas de los fenómenos naturales para que los prejuicios religiosos desaparezcan, en su poema Sobre la naturaleza de las cosas dedica una gran atención a la descripción de los fenómenos de la Naturaleza (el trueno, el relámpago, la lluvia, &c.). La filosofía materialista de Lucrecio ejerció enorme influencia sobre todo el desarrollo del materialismo. Giordano Bruno, Vanini y Gassendi resucitaron el materialismo atomista de Epicuro y de Lucrecio. Los materialistas franceses del siglo XVIII rindieron también gran tributo a la filosofía materialista de Tito Lucrecio Caro.

Diccionario filosófico marxista · 1946:181-182

Lucrecio Caro (99-55 a.n.e.)

Célebre filósofo materialista y poeta romano. En su obra De la naturaleza de las cosas, Lucrecio expone, bajo una forma poética, la filosofía del materialismo atómico. Continuando a los filósofos griegos Demócrito (ver) y Epicuro (ver), Lucrecio proclama los principios fundamentales del materialismo: en el mundo no existe nada salvo la materia eterna compuesta de partículas indivisibles, los átomos. El universo es infinito y está formado de mundos innumerables que nacen, se desarrollan y desaparecen perpetuamente. Lucrecio refuta la teoría de los idealistas y de los sacerdotes, que pretenden que el mundo es obra de Dios. “Nada puede ser creado de la nada por la voluntad de Dios”.

Según Lucrecio, toda la diversidad de las cosas se explica por las diferentes combinaciones de las partículas materiales, los átomos. La desaparición de las cosas no es más que la desagregación de los átomos. Ni un átomo puede ser destruido. El vacío es la condición principal del nacimiento de las cosas. La materia y el vacío forman una unidad sin la cual el movimiento es imposible y, por consiguiente, son imposibles la combinación y la dislocación de los átomos. Lucrecio estimaba que el mundo objetivo es cognoscible. La fuente del conocimiento del mundo exterior son las sensaciones. De formas diferentes (redondeadas o angulosas, lisas o rugosas), los átomos actúan sobre diversas percepciones. Los sentidos sirven, por así decir, de instrumentos al pensamiento; sin ellos, el conocimiento es imposible.

“No sólo la razón se desplomaría enteramente, sino la vida misma perecería sin dilación, si no nos atreviéramos a fiarnos de los sentidos...”

Lucrecio criticaba los prejuicios religiosos: la religión, según él es la fuente de los crímenes humanos. Las raíces de la religión residen en el temor de los hombres ante los fenómenos naturales cuyas causas ignoran: el temor ha creado los primeros dioses sobre la tierra. Estimaba que bastaría hacer comprender al hombre las verdaderas causas de los fenómenos naturales para que los prejuicios naturales desaparecieran de inmediato. En su poema De la naturaleza de las cosas, Lucrecio reserva un gran lugar a la descripción del trueno, del rayo, de la lluvia, &c. La filosofía materialista de Lucrecio y su ateísmo contribuyeron al progreso de la ciencia y ejercieron una gran influencia sobre todo el desarrollo del materialismo. Giordano Bruno (ver), Vanini, Gassendi (ver), retomaron el materialismo atómico de Epicuro y de Lucrecio. Los filósofos materialistas franceses del siglo XVIII asignaban una gran importancia a la filosofía materialista de Lucrecio. Chernishevski (ver) apreciaba en alto grado al filósofo romano. Lucrecio era un ideólogo de la democracia esclavista, enemigo de la aristocracia, aunque no por ello dejaba de llamar a la sumisión de los esclavos. Según Lucrecio, el desarrollo de la sociedad sigue una curva ascendente, y ve la fuente de este ascenso en la fuerza de la razón, lo que convierte en idealistas sus concepciones sociales. La obra de Lucrecio De la naturaleza de las cosas, refleja el nivel de los conocimientos y las ideas materialistas de la época.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:304-305

Lucrecio Caro (aproximadamente 99-55 a.n.e.)

Poeta y filósofo materialista romano, original continuador de Epicuro, autor del poema De la naturaleza de las cosas. El objetivo de su filosofía estribaba, para él, en señalar el camino de la felicidad posible para la persona, sumida en el torbellino de la lucha social y de los infortunios, oprimida por los temores ante los dioses, la muerte y los castigos de ultratumba. El medio para librarse de dichos temores está en la asimilación de la doctrina de Epicuro acerca de la naturaleza de las cosas, sobre el hombre y la sociedad. El alma, según Lucrecio, es mortal, dado que constituye sólo una unión temporal de partículas singulares que, después de la muerte del cuerpo, se desintegran en átomos. El conocimiento de la mortalidad del alma excluye no sólo la fe en la creencia en el castigo después de la muerte, libera al hombre del miedo al infierno. También se elimina el miedo a la muerte: mientras vivimos, no hay muerte; la muerte llega y ya no existimos. Finalmente, se disipa asimismo el miedo a los dioses no bien nos enteramos de que éstos no moran en el mundo, sino en los espacios vacíos entre los mundos: gozando allí de una vida bienaventurada, no pueden ejercer ninguna influencia sobre el destino del hombre. Lucrecio dio una brillante representación y explicación materialistas del mundo, de la naturaleza humana, del desarrollo de la cultura material y de la técnica. Fue un gran civilizador del mundo romano; su poema influyó poderosamente sobre el desarrollo de la filosofía materialista del Renacimiento.

Diccionario filosófico · 1965:284-285

Lucrecio Caro (ca. 99-55 a.n.e.)

Poeta y filósofo materialista romano, continuador original de Epicuro, autor del poema De la naturaleza de las cosas. Veía la finalidad de su filosofía en indicar el camino hacia la felicidad, posible para el individuo lanzado al remolino de la lucha y las calamidades sociales y agobiado por los temores ante los dioses, la muerte y el castigo de ultratumba. El medio de liberación de ellos es la asimilación de la doctrina de Epicuro acerca de la naturaleza de las cosas, el hombre y la sociedad. Según Lucrecio Caro, el alma es mortal, pues constituye tan sólo una combinación temporal de partículas especiales y después de la destrucción del cuerpo se desintegra en átomos. El conocimiento de la mortalidad del alma excluye no sólo la fe en la vida de ultratumba, sino también la creencia en el castigo de ultratumba, libera al hombre del temor al infierno. Se elimina también el miedo a la muerte: mientras vivimos no existe la muerte; llega la muerte, no existimos nosotros. Por último, el temor a los dioses también se disipa cuando nos enteramos de que los dioses no habitan en el mundo, sino en los vacíos entre los mundos: al llevar allí una vida bienaventurada, no pueden ejercer ninguna influencia sobre el destino del hombre. Lucrecio Caro ofreció una brillante imagen y explicación materialistas del mundo, de la naturaleza del hombre y del desarrollo de la cultura material y la técnica. Lucrecio Caro fue gran ilustrador del mundo romano; su poema ejerció una influencia inmensa sobre el desarrollo de la filosofía materialista del Renacimiento.

Diccionario de filosofía · 1984:262