Filosofía en español 
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Diccionario de ciencias eclesiásticas

Valencia 1883-1890

Diccionario de ciencias eclesiásticas

Entre 1883 y 1890 el editor Domenech imprime en Valencia los diez tomos del: «Diccionario de ciencias eclesiásticas, teología dogmática y moral, sagrada escritura, derecho canónico y civil, patrología, litúrgia, disciplina antigua y moderna, historia eclesiástica, papas, concilios, santos, órdenes religiosas, cismas y herejías, escritores, personajes célebres, arqueología, oratoria sagrada, polémica, crítica, misiones, mitología, errores modernos, &c., &c., y principalmente cuanto se refiere a nuestra España, publicado bajo la protección y dirección de muchos señores arzobispos y obispos, por los señores Dr. D. Niceto Alonso Perujo, Doctoral de Valencia & Dr. D. Juan Pérez Angulo, Deán jubilado de Manila, y otros muchos distinguidos escritores eclesiásticos, cada uno de los cuales firmará los artículos que escriba. Con licencia de la autoridad eclesiástica.» (a partir del tomo sexto Juan Pérez Angulo pasa a figurar como “Auditor del Supremo Tribunal de la Rota”.)

Sus diez tomos (formato 175×270 mm) suman 6.894 páginas de texto a dos columnas. Cada columna está formada por sesenta y dos líneas, que contienen unas cuarenta y cinco matrices; por tanto la cantidad de texto que conforma esta obra supera los treinta y ocho millones de caracteres. Texto que se organiza en 9.702 entradas (incluyendo aquellas que simplemente remiten a otra voz).

Tomos y entradas del Diccionario de ciencias eclesiásticas

Diccionario de ciencias eclesiásticas
tomoañocontienepáginasentradas
11883   A   A-Azucenas8641.306
21885B-CB-Cixila782+I1.162
31885C-DClanculares-DurmientesIX+7501.080
41886E-FEbal-Futuro703945
51887G-IG-Izdegerdo7191.086
61888J-LLJ- Llorones575780
71888M-OM-Ozías6391.032
81889P-QPablo (San)-Quota litis640793
91889R-SRabano Mauro-Segorbe598826
101890T-ZTabaco-Zurita554+LX692
   totales6.8949.702
Número de entradas que corresponden a cada letra inicial (incluyendo remisiones)
ABCCHDEFGHIJKLLLMNOPQRSTUVWXYZ
1306618109679449511434389338359307344318563240229750433504763255423515151137

 

Durante los años en los que se publicó este diccionario fue Arzobispo de Valencia Antolín Monescillo Viso, nombrado Cardenal en 1884 por el papa León XIII. Tras la promulgación en 1879 por este papa de la encíclica Aeterni Patris se produjo un rearme ideológico de la iglesia de Roma en torno al tomismo. Este Diccionario de ciencias eclesiásticas hay que situarlo dentro de tal proceso de restauración de la filosofía tomista, de consolidación del neotomismo, sistema con el que se pretendía poder enfrentar la llamada filosofía cristiana (o católica) al estado del mundo de finales del siglo XIX.

En los ocho años que duró la publicación del Diccionario de ciencias eclesiásticas tuvo que recoger en sus páginas la noticia del fallecimiento de dos personas vinculadas al proyecto. El primer fallecimiento fue el de Francisco Javier Caminero Muñoz, desaparecido el 3 de abril de 1885, al que se dedicó una esquela al final del tomo segundo y nueve páginas necrológicas al comienzo del tomo tercero. El segundo fallecimiento fue el del propio responsable principal del proyecto, Niceto Alonso Perujo, que desapareció cuando se imprimían los últimos pliegos del tomo décimo y último, y al que se dedicaron las páginas 533 a 541, que contienen unas Noticias biográficas dispuestas por Godofredo Ros Biosca.

Conforme a pragmáticas costumbres editoriales, no solo del siglo XIX, aunque el Diccionario fue impreso en Valencia en la Imprenta de Domenech (Talleres: Paseo de la Alameda, Oficinas: Mar, 48), y la edición original figura sólo como publicada por Domenech en Valencia, se personalizaron colecciones para algunos libreros colaboradores, por lo que no es un error ver citado este Diccionario como publicado en Madrid (Librería Católica, Nueva Imprenta y Librería de San José, donde el tomo primero, además, en su portada lleva fecha 1884 aunque luego ofrezca páginas de la misma y única impresión de Valencia ya difundidas con fecha 1883) o en Barcelona (Librería de Subirana hermanos), pues existen ejemplares que así lo pregonan. Lo que se advierte para restaurar la tranquilidad del pueblo.

1883 «Recomendamos a nuestros abonados la lectura del anuncio que encontrarán en la sección correspondiente con el título de Gran diccionario de ciencias eclesiásticas, obra importantísima y de reconocida utilidad, no sólo para los que se dedican a la carrera eclesiástica, sino para cuantos desean ilustrarse en las interesantes materias sobre que versará.» «Librería de propaganda católica. Gran diccionario de ciencias eclesiásticas, Teología dogmática y moral, Sagrada Escritura, Derecho canónico y civil, Patrología, Liturgia, Disciplina antigua y moderna, Historia eclesiástica, Papas, Concilios, Santos, Órdenes religiosas, Cismas y herejías, Escritores, Personajes célebres, Arqueología, Oratoria sagrada, Polémica, Critica, Misiones, Mitología, Errores modernos, etcétera, etcétera, y principalmente cuanto se refiere a nuestra España, publicado bajo la protección de muchos señores Arzobispos y Obispos, por los Señores Dr. D. Niceto Alonso Perujo, Doctoral de Valencia, Dr. D. Juan Pérez Angulo, Deán jubilado de Manila, y otros muchos distinguidos escritores eclesiásticos, cada uno de los cuales firmará los artículos que escriba. Con licencia de la Autoridad eclesiástica. Condiciones de la suscrición. La obra constará de diez tomos en folio menor. Su coste total será de cuatrocientos cuarenta reales. Los señores suscritores abonarán ocho reales al mes hasta completar el importe total de la obra, y recibirán ésta, o por cuadernos de 64 páginas, o por tomos terminados, a su elección. Una vez terminada la obra se aumentará su importe. Si por la abundancia de material resulta más extensa de lo que se anuncia, no se aumentará nunca el importe fijo de 440 rs. que se señala para los señores suscritores. Se admiten suscriciones en la Librería de Propaganda Católica, Fortuny 6 entresuelo.» (El Áncora. Diario católico popular de las Baleares, Palma de Mallorca, jueves 26 abril 1883, págs. 3 y 4.)

Gran Diccionario de Ciencias eclesiásticas (La Unión, Madrid, jueves 5 de julio de 1883, páginas 2-3.)

«Gran Diccionario de Ciencias eclesiásticas. […] Admiramos verdaderamente al digno Lectoral de Valencia, en estos tiempos en que tanto y tan insustancial se escribe y tan poco bueno se lee, el Sr. Perujo escribe obras fundamentales, como la Pluralidad de Mundos, las Lecciones acerca del Syllabus, el Lexicón teológico, y emprende ahora, con la cooperación del docto Deán de Manila, Sr. Pérez Angulo, la publicación de una obra verdaderamente monumental como es el Gran Diccionario de Ciencias eclesiásticas. Jurisprudencia, Patrología lingüística, &c., de que tratamos, verdadera enciclopedia católica, que cuenta con tan excelentes colaboradores como los Sres. P. Martínez Vigil, La Fuente, Caminero, Ortí y Lara, D. Miguel Sánchez, P. Pompilio Díaz, D. Salvador Castellote, Polo y Peirolón, Pallés, Terol, D. Mariano Musgo, D. Eugenio Fernández, don Tomás Jaconer, P. Gomar, de las Escuelas Pías, Padre Martí, Torrontegui, Supervia, penitenciario de Zaragoza, y otros muchos. Indudablemente no se ha publicado en España una obra de la importancia y condiciones de la presente, en la clase a que pertenece, y con las ventajas de traer cuantas reformas se han introducido hasta la fecha en la legislación canónica y civil. Son 9.316 los artículos de que constará este Diccionario, distribuidos en 10 tomos en folio menor, impresos a dos columnas en tipos elzeverianos nuevos, del cuerpo 10. Para mayor comodidad de los suscritores puede pagarse la obra abonando ocho reales al mes, hasta completar su importe total de 440, y se recibirá dicha publicación por tomos o por cuadernos de 64 páginas. La obra está editada por la librería Católica de San José, Arenal, 20.» (La Unión, Madrid, jueves 15 noviembre 1883, pág. 2.)

El tomo tercero incorpora a su portada la mención al primer reconocimiento público recibido por el Diccionario de ciencias eclesiásticas: “Obra premiada con Diploma de primera clase en la Exposición de Escritores y Artistas celebrada en Madrid el año 1885.” En realidad, en la copiosa relación de premiados por el Jurado de la Exposición literario-artística de 1885, en ninguna de las abundantes categorías contempladas se menciona propiamente al Diccionario de ciencias eclesiásticas (aunque sí recibieron, por su nombre, medalla de oro la Ilustración Española y Americana y medalla de primera clase la Ilustración Nacional, por ejemplo). Aunque tampoco es atribución apócrifa del todo, pues sí aparecen los apellidos “Pérez Angulo” entre la treintena de agraciados con el “Diploma de primera clase” de la sección “Letras”:

«Exposición literario-artística. El Jurado de dicha Exposición ha acordado adjudicar los siguientes premios: I. Letras. Diploma de honor: Sr. Balaguer. Medalla de oro: Sr. Martín (Don Melitón). Medalla de primera clase: Sres. Abella, Vidart, La Fuente, Vilanova y Piera, Garbayo, Fernández de la Hoz, Guerra y Alarcón, Moya, Gonzalo de las Casas. Diploma de primera clase: Sres. Aparici, Arana, Bonilla, Bustinduy y Vergara, Carreras Sanchís, Carulla, Cornellá, Fernández (D. Gustavo), de Gabriel (D. Fernando), Gómez de la Mota, Gómez Pallete, Gordó, Lasso de la Vega (D. Juan), López Garbayo, López Ocaña, Martín Peña, Mingote, Murga y Ferreros, Parral y Cristóbal, Pérez Angulo, Pérez González, Quesada, Salvador, Romero Quiñones, Sádaba y García del Real, San Martín (D. Antonio), Sierra y González, Tárrago y Mateos, Tejada y España, Vidal y Rodríguez Barba, Rosell (D. Alvaro). Medalla de plata: […]. Medalla de mérito: […]. Diploma de mérito: […]. Medalla de bronce: […]. Menciones honoríficas : […]. &c.» (Gaceta de Madrid, 15 mayo 1885, nº 135, pág. 454.)

Desde el tomo quinto la frase que menciona el diploma de 1885 pudo continuarse así: “Recomendada por la Academia de Ciencias Morales y Políticas, y mandada adquirir por cuenta del Estado para Bibliotecas públicas por Real órden de 18 de Octubre de 1886.” Lo que es cierto, aunque la raquítica adquisición de solo once ejemplares “con destino a Bibliotecas públicas” (ni siquiera uno por provincia) se demoró más de dos años respecto de la fecha del preceptivo informe favorable de la Real Academia de Ciencias morales y políticas, y pareciera que llegó a tramitarse gracias al nombramiento de Carlos Navarro Rodrigo como ministro de fomento, pues la Real órden por él propuesta está fechada solo una semana después de tomar posesión en el cargo. (Pareciera que el ministro anterior del ramo, Eugenio Montero Ríos, hubiera dejado parado el expediente iniciado en época del ministerio del católico Alejandro Pidal y Mon; lo que no deja de ser extraño, pues tres meses antes de la toma de posesión de Montero Ríos como ministro, el mismísimo Juan Pérez Angulo en su faceta de presbítero había oficiado el matrimonio de la hija mayor de Montero Ríos con el periodista Eduardo Vincenti…)

Ministerio de Fomento

Real Orden

Ilmo. Sr.: En vista del favorable informe emitido por la Real Academia de Ciencias morales y políticas acerca de la obra publicada por D. Niceto Alonso Perujo y D. Juan Pérez Angulo, titulada Diccionario de Ciencias eclesiásticas, y estando además cumplidas las prescripciones del Real decreto de 12 de Marzo de 1875 y Real orden de 23 de Junio de 1876; S. M. la Reina Regente, en nombre de su Augusto Hijo Don Alfonso XIII (Q. D. G.), se ha servido mandar que se adquieran, con destino a Bibliotecas públicas, once ejemplares de dicha obra, al precio de 88 pesetas cada ejemplar, y con cargo al cap. 6.ª, art. 2.ª del Presupuesto vigente.

De Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid 18 de Octubre de 1886.

Navarro y Rodrigo

Sr. Director general de Instrucción pública.

Informe que se cita en la Real orden anterior.

Excmo. Sr.: Esta Real Academia ha examinado detenidamente el Diccionario de Ciencias eclesiásticas remitido por la Dirección general de Instrucción pública para que se sirva emitir sobre su mérito el informe prescrito por el Real decreto de 12 de Marzo de 1875 y Real orden de 20 de Junio de 1876.

Esta obra, según expresa su título, comprenderá todos los conocimientos que pertenecen a las Ciencias eclesiásticas, y con ellas se relacionan la Teología dogmática y moral, la Sagrada Escritura, la Patrología, Liturgia, Disciplina antigua y moderna, el Derecho canónico y civil.

Se halla muy a los principios, pues ha de constar de 10 volúmenes de 700 a 800 páginas, en cuarto marquilla; y hasta el día sólo se ha publicado el primero, que no pasa de la letra A, y consta de 864 páginas. Aunque por esta circunstancia el juicio que se forme no puede ser absoluto, los numerosos artículos que contiene, casi todos originales, suscritos por respetables escritores, no sólo dan idea de su mérito, sino que son una garantía de que ni cesará ni decaerá una publicación de tan nobles aspiraciones y emprendida bajo felices auspicios.

Como Diccionario, desde luego es más completo que el de Bergier, única obra de esta clase a la que en España puede compararse, y ha de ser naturalmente superior, en cuanto se acomoda al estado actual de las Ciencias eclesiásticas.

Por las anteriores indicaciones, la Academia es de dictamen que el Diccionario de Ciencias eclesiásticas reúne los requisitos prevenidos en el citado Real decreto de 12 de Marzo de 1875, por ser obra original y de mérito; de no fácil salida por ser superior al alcance de modestas fortunas y digna por tanto de figurar en las Bibliotecas públicas.

Tal es la opinión de la Academia.

V. E., no obstante, resolverá como siempre lo más acertado.

Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid, 25 de Junio de 1884. = Excmo. Sr. = Por acuerdo de la Academia, el Académico Secretario, José G. Barzanallana. = Excmo. Sr. Ministro de Fomento.

(Gaceta de Madrid, 30 octubre 1886, nº 303, pág. 312.)

El Diccionario de Ciencias eclesiásticas, del prospecto a la realidad

El 5 de julio de 1883, cuando se comenzaban a difundir los primeros cuadernos o entregas de 64 páginas del tomo primero de este Diccionario, el periódico La Unión (Católica) publicó un prospecto del entonces denominado “Gran Diccionario de Ciencias eclesiásticas”, que tiene el interés de ofrecer una tabla con el reparto previsto, para cada uno de los diez tomos calculados, de los 9.316 artículos contemplados. Tabla que prueba lo bien cuajado que tenían su plan Perujo y Angulo en el momento de comenzar su ejecución (compárese, por ejemplo, con el aventurerismo inconsciente de Boix, cuarenta años antes, al lanzar su fracasada Enciclopedia española del siglo diez y nueve). La tabla publicada por La Unión en julio de 1883, se repite, sin cambios, en una página añadida al final del tomo primero (versión Madrid 1884), “Condiciones de la suscrición”, donde se añade además: “Está ya terminado el vocabulario de todas las letras, y también todos los trabajos suplementarios. La obra se publica previa censura y aprobación de la autoridad eclesiástica. Ha empezado la impresión del segundo tomo.”

Al comparar lo proyectado en el momento de abordar la edición de este Diccionario con lo realmente publicado ocho años después, se pueden advertir algunas cosas curiosas. En primer lugar la consecución del proyecto en los diez tomos inicialmente previstos, y, más o menos, el número de artículos contemplados respecto de los publicados (en nuestras sumas sobre lo publicado: decimos entradas a la suma de artículos y remisiones). La distribución de entradas por tomos según las letras iniciales de los artículos sufrió algunos desajustes desde el tomo IV, donde no cupo la letra G (389 entradas) como estaba previsto, que pasó al tomo 5; y en consecuencia en el tomo V no cupieron tampoco las letras J (307 entradas) y K (34 entradas), que pasaron al tomo 6, ni en el tomo VI la letra M (563 entradas), que en la realidad pasó al tomo 7. Y los 200 primeros artículos de la letra P, que en el proyecto de 1883 se calculaba publicar en el tomo VII, hubieron de pasar al tomo 8, que en el proyecto estaba previsto albergase el resto de la letra P y la Q, y que en la realidad ofrece íntegras esas dos letras, la P (750 entradas) y la Q (43 entradas). Adviértase que en el proyecto de 1883 se incluían 200 artículos de la letra P en el tomo VII, y en el tomo VIII un total de 784 artículos para el resto de la P y la Q, es decir, 984 artículos P+Q, mientras que las entradas realmente publicadas de las letras P+Q en el tomo 8 suman 793 (incluyendo remisiones): es decir, cabe sospechar que unos doscientos artículos previstos correspondientes a las letras P+Q fueron eliminados, para aligerar y poder terminar la obra en los diez tomos pagados por los suscriptores.

Esta sospecha se confirma necesariamente al advertir que el reparto por letras previsto para el tomo IX (R, S) y para el tomo X (T-Z) se cumplió en los publicados tomos 9 y 10, pero mientras el proyecto contemplaba 938 artículos R+S de hecho se publicaron 826 entradas R+S (recordamos, artículos más remisiones), y los 747 artículos previstos T-Z se redujeron a 692 entradas en el tomo 10 realmente existente. Es bien sabido que, como diccionarios y enciclopedias se van construyendo a partir de los anteriores, las entradas de las primeras letras del alfabeto tienen la ventaja de haber sido históricamente más estudiadas que las postreras (en el ejemplo antes mencionado, la Enciclopedia española del siglo diez y nueve, prevista en 40 tomos, solo llegó a publicar 12 tomos que cubrieron hasta la entrada “Armenia”; en la entrada dedicada a esa frustrada enciclopedia hemos calculado, en función de la colocación de la entrada “Armenia” respecto de obras culminadas, que ese proyecto hubiera ocupado 177 tomos según la proporción de la enciclopedia de Mellado, 172 tomos según Montaner y Simón y 166 tomos según la Espasa). El Diccionario de Ciencias eclesiásticas de Perujo y Angulo ofrece un hermoso ejemplo de purga de artículos titulados con las últimas letras del alfabeto respecto de los planes iniciales, expurgo necesario, sin duda, para lograr culminar el proyecto.

La castración tardía que sufrió la obra respecto del vocabulario inicialmente previsto dejó sus rastros, artículos a los que se remite que luego no llegaron a ser publicados: “Epidemia”, en el tomo 4, remite a “Peste”, uno de los artículos de los que se prescindió en el tomo 8.

TomosLetrasArtículos
I. A1167
II. B y mitad C954
III. C mitad 2ª y D1000
IV. E, F, G918
V. H, I, J, K946
VI. L, LL, M922
VII. N, O, y 200 P740
VIII. P, Q784
IX. R, S938
X. T, U, V, W, X, Y, Z 747
 Total9316

Gran Diccionario de Ciencias eclesiásticas” (La Unión, 5 julio 1883.)

tomoañocontienepáginasentradas
11883   A   A-Azucenas8641.306
21885B-CB-Cixila782+I1.162
31885C-DClanculares-DurmientesIX+7501.080
41886E-FEbal-Futuro703945
51887G-IG-Izdegerdo7191.086
61888J-LLJ- Llorones575780
71888M-OM-Ozías6391.032
81889P-QPablo (San)-Quota litis640793
91889R-SRabano Mauro-Segorbe598826
101890T-ZTabaco-Zurita554+LX692
   totales6.8949.702

A la vista de la edición efectiva [entradas = artículos + remisiones]

 

——

→ “Gran Diccionario de Ciencias eclesiásticas”, La Unión, Madrid, 5 de julio de 1883.

→ “Condiciones de la suscrición” (al final del tomo 1, “versión” Madrid 1884.)

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