Filosofía en español 
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Tabla etnográfica

Dáse este nombre al capítulo X del Génesis que traza el cuadro de la distribución de los pueblos primitivos sobre la tierra. Son tantas las dificultades que esta tabla ofrece, que siempre ha causado temor a los comentaristas, y siempre ha sido mirada con preferente atención por los escritores racionalistas, los cuales han fijado en la época de los Reyes, y aun después, el tiempo en que fue compuesta. Estamos de acuerdo con ellos en cuanto que creemos que no fue toda ella compuesta por Moisés, si bien fundamos esta opinión en razones contrarias a las que ellos alegan. La tabla etnográfica es anterior a Moisés, en cuanto al fondo; Moisés no hizo probablemente otra cosa que darle autoridad al incluirla en su libro. En efecto:

1.º En la enumeración de pueblos que en ella se hace, el centro es la Caldea; si la tabla datara sólo del tiempo de Moisés, sería el centro la Palestina o el Egipto.

2.º La distribución de pueblos indicada en la tabla se había alterado ya en muchos puntos en tiempo de Moisés.

3.º En ella se citan como florecientes ciudades que ya mucho tiempo antes de Moisés no existían. He aquí un ejemplo decisivo: hablando de Resen, el autor de la tabla la llama gran ciudad (v. 12); pero en la época de Moisés hacía ya largo tiempo que Resen no era gran ciudad, y que su momentánea prosperidad había caído en olvido. Lejos de atribuir la composición de esta tabla a épocas posteriores a Moisés, hay, pues, que referirla a tiempos anteriores a él.

El argumento de que se valían los racionalistas no era otro sino la imposibilidad de identificar los nombres conocidos con los nombres hebreos; pero hoy día, después de los descubrimientos modernos, ha desaparecido en gran parte esta dificultad. Tal es el acuerdo de la epigrafía egipcia con el Génesis, que el racionalista Ebers se ha visto forzado a reconocerlo y a declarar que el autor bíblico ha tomado del Egipto los elementos de su trabajo. Citemos algunos ejemplos: según la Biblia, los descendientes de Cham fueron los pobladores de Egipto; ahora bien, los egipcios designan frecuentemente al valle del Nilo con el nombre de Cham. También concuerdan el Chus bíblico con el Kus egipcio, el Phut del Génesis con el Punt o Put de los monumentos, los Sudim de la Biblia con los Ruttenu o Lutennu de la egiptología.

También la asiriología da mucha luz sobre este punto. Lejos de ignorarse como antes el significado de tal o cual nombre de ciudad, es posible determinar el lugar donde estaban situadas muchas ciudades. Así se ha identificado a Resen con Larisa, a Arac con Orchoe, a Chalé o Kalach con Nimrud, y se ha concordado a ciertos nombres de la Biblia con otros asirios: a Gomer, por ejemplo, con los Gimirai, a Tubal con los Tabali, a Mosoch con los Muski, a Senaar con Sinuir, a los Hetteens con los Halli, y al nombre hebreo de los egipcios, Misraim, con su nombre asirio, Musri. Por último, los descubrimientos confirman el hecho importante indicado en el Génesis cuando a propósito de Nemrod habla de que la raza de Cham fue la primera que se apartó de la cuna del género humano y fundó las primeras monarquías, y que esta potencia chamita se extendió Sur a Norte, desde Babilonia hasta Nínive. Entre otras pruebas, Place da la siguiente: los ninivitas tenían piedra de construcción, y sin embargo, construían los edificios con arcilla; porque en esto, como en otras muchas cosas, seguían los usos de Babilonia, donde, a falta de piedra, se veían precisados a hacer uso de la tierra en las construcciones. En suma, los descubrimientos positivos de la ciencia están plenamente de acuerdo con el texto bíblico (F. Lenormant).

Terminaremos diciendo algunas palabras acerca de otras dificultades menos importantes:

1.º ¿De dónde proceden los numerosos pueblos no mencionados en esta tabla, en que sólo se indica la descendencia de los tres únicos hijos de Noé? --A esto decimos que Noé pudo haber tenido otros hijos además de Cham y Jafet; y éstos, a su vez, otros además de los que se indican en el capítulo X del Génesis. Esta hipótesis, que el mismo Génesis (XI, 11) nos sugiere respecto de Sem, puede extenderse a sus hermanos. Finalmente, en el tiempo que media entre el diluvio y Babel pudieron algunas familias apartarse del tronco común. Esta hipótesis de Lenormant no se opone en cosa alguna a la Biblia.

2.º Hevila, Saya, &c., se citan unas veces como hijos de Cham, y otras como descendientes de Sem. La respuesta es fácil: siempre ha habido personas diversas conocidas con el mismo nombre.

3.º Véase en la palabra Phaley la solución a una dificultad sobre el versículo 25.

Para más detalles, véase Vigouroux, Bible et découvertes modernes, tomo I; F. Lenormant, Origines de l'hist. de la Bible, tomo II; Kittim, en la Revue des quest. hist., julio, 1883; Schsebel, Authenticité mosaique de la Genésse, en los Annales de Philos. chret., fév. 1899.