La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Antonio de Guevara 1480-1545

Libro áureo de Marco Aurelio

Capítulo XLI
Cómo el Emperador Marco demandó a Panuçio, su secretario, le diese por escripto todo lo que la noche antes le avía dicho.


Y como del contentamiento de la voluntad muchas vezes proçeda salud y assosiego del cuerpo, fue muy satisfecho el Emperador de esta plática, porque Panuçio se mostró en la eloqüençia grande, en los consejos profundo, delante los que lo dixo osado, en el modo de dezirlo privado y en el tiempo que lo dixo buen amigo. Gran compassión es de los que se quieren morir, porque no ay quien les diga lo que deven hazer. Todos los que están en torno de la cama, unos le roban los dineros, otros le hazen benefiçios; unos tienen ojo qué han de heredar, otros qué les han de dar; unos lloran por lo que pierden, otros ríen por lo que ganan; y de esta manera el triste, teniendo allí muchos que le hereden, no tiene uno que le conseje. Cada día lo vemos, que los criados, quando veen que se acaba la candela de la vida a sus señores, no curan despavilar los viçios, y de aquí viene que, acabada de morir, comiença luego a heder. Quiero dezir que el fin de su vida es prinçipio de su infamia.

Todos los que estavan allí, assí de los ançianos criados del Emperador como de los nuevos capitanes de la guerra, fueron no menos afrentados que maravillados, y todos loaron lo que dixo y que era meresçedor de quedar por governador del Imperio. El buen Emperador, todo el tiempo que duró la plática de Panuçio, no hizo sino derramar lágrimas de los ojos y dar sospiros del coraçón. Y porque estava muy fatigado no pudo luego responder. Y, llamando a Panuçio, mandóle [168] que luego escreviese y le diese la plática porque quería rumiar en ella, porque cosas tan bien dichas no era razón de olvidarlas. Todo el restante que quedava de la noche lo occupó el secretario en escrevir lo que avía dicho y otro día diolo al Emperador, lo qual tomado estuvo assí todo un día que ni le cayó de las manos ni de leerlo los ojos. La noche, pues, siguiente mandó el Emperador llamar al secretario y en presençia de todos díxole estas palabras. [169]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Libro áureo de Marco Aurelio (1528). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo I, páginas 1-333, Madrid 1994, ISBN 84-7506-404-3.}

<<< Capítulo 40 / Capítulo 42 >>>


Edición digital de las obras de
Antonio de Guevara
La versión del Libro áureo de Marco Aurelio, preparada por Emilio Blanco, ha sido publicada en papel en 1994 por la Biblioteca Castro, y se utiliza con autorización expresa de su editor y propietario, la Fundación José Antonio de Castro (Alcalá 109 / 28009 Madrid / Tel 914 310 043 / Fax 914 358 362).
© 1999 Fundación Gustavo Bueno (España)
Proyecto Filosofía en español ~ www.filosofia.org