Teodoro de Almeida Recreación filosófica o diálogo sobre la filosofía natural

Tarde vigésimaprimera

Continúase tratando de la fábrica del cuerpo humano

§. I. De la sangre y su circulación. | §. II. De la filtración de la sangre, donde se trata del páncreas, del hígado, del bazo, de los riñones y de la vejiga. | §. III. De los vasos que sirven para la nutrición. | §. IV. De los pulmones, áspera arteria y demás órganos de la voz y de la respiración. | §. V. Del hombre en el vientre materno.

 
§. I.

De la sangre y su circulación

Silvio

Amigo Eugenio, ya me tenéis aquí: no me descuido en acudir a la conferencia ; y bien podéis conocer en la puntualidad con que vengo, que ya me van agradando más estas doctrinas.

Eugenio

En estas materias creo que no hay división entre las dos escuelas.

Silvio

Es así; pero en el punto que ayer dejamos hay gran diferencia entre los médicos antiguos y los modernos.

Eugenio

¿Qué punto es?

Silvio

La circulación de la sangre: muchos de los antiguos la negaron, siendo hoy una cosa cierta entre los modernos.

Eugenio

¿Qué entendéis por circulación de la sangre?

Silvio

Ahí viene Teodosio que os lo explicará mejor que yo, y vos tenéis más fe en él.

Teodoro

En eso de la fe no me meto: lo que no podré conceder es lo que habéis dicho de vuestra explicación.

Eugenio

Dejémonos de cumplimientos. ¿Qué tenemos de la circulación de la sangre?

Teodosio

Tenemos entre las manos un punto en que vos, Silvio, habéis de desengañaros, y perder de todo punto el miedo a abrazar novedades, aunque las hayan ignorado en los tiempos antiguos hombres muy grandes, y que fueron portentos de sabiduría; pues no hay cosa físicamente más probada y cierta que la circulación de la sangre, ni al mismo tiempo más clara y patente, y sin embargo la ignoraron hombres que aun hoy nombra el mundo con respeto.

Silvio

Es verdad que muchos la negaron; pero Hipócrates creo que tuvo noticia de ella, y algunas palabras suyas dan fundamento bastante para hacer este juicio.

Teodosio

Yo me he puesto de intento a examinar los lugares que se citan {Lib. de Cord. §., lib. de Locis in homine §6, et s.) lib. de Aliment, de Flatib. §21. lib. de Diaet. §45, lib. de Insom. §12} y hallo unas palabras tan confusas, que es necesario querer hacerle favor para persuadirnos a que conoció el círculo de la sangre por sus vasos propios. También quieren que haya conocido Galeno {Lib. de Usu partium, cap.1.}; pero en fin si la conocieron fue muy confusamente, porque de otra manera nos hubieran dado más clara noticia de ella.

Silvio

En eso convengo también.

Teodosio

Ese descubrimiento le debemos al grande Harveo, y esto basta para su inmortal gloria {Esta gloria se la disputan a Harveo el servita Sarpi, Andres Cesalpino y Fabricio de Aquapendente; pero nadie ha contado con nuestro albéitar español Francisco de la Reina en su libro impreso en Burgos el año 1564, donde dice estas palabras: Por manera que la sangre anda en torno y en rueda por todos los miembros. Véase el tom. 3. De Cart. Erudit. Del M. Feijoo, cart. 28.}

Eugenio

¿Y como se hace la circulación de la sangre?

Teodosio

Del ventrículo izquierdo del corazón sale la sangre por la aorta, y repartiéndose por todas las arterias, va hasta las extremidades del cuerpo: luego que la sangre llega a los últimos ramos de las arterias, entra por los últimos ramitos de las venas que están continuados por las arterias capilares, y vienen desembocando en otros mayores y mayores hasta dar en la vena cava, que es muy gruesa: esta desemboca en el ventrículo derecho del corazón: allí entra la sangre en la diástole; pero luego en la systole siguiente sale de él por la arteria pulmonar, y va a regar los pulmones, corriendo por toda la ramificación de arterias que ellos tienen: de estas arterias pasa a las venas de los mismos pulmones, y viene juntándose en troncos mayores hasta restituirse por la vena pulmonar al ventrículo izquierdo del corazón, donde entra en la primera diástole, y luego vuelve a salir en la próxima systole por la aorta, como lo había hecho antes. Pero en los niños mientras están en el vientre de la madre no se hace la circulación de la sangre de este modo. Yo lo explicaré a su tiempo.

Eugenio

Ya lo tengo entendido: viene a ser en suma que la sangre fluye del corazón a todo el cuerpo por las arterias, y después vuelve por las venas al corazón; pero si no soy importuno, quisiera saber cómo se descubrió esto, o qué fundamentos hay para creerlo.

Teodosio

Ligada cualquier vena empieza a hincharse por la parte que cuadra mas cerca de la extremidad del cuerpo; y ligada cualquier arteria, se hincha por la parte contraria, que viene a ser la que corresponde más cerca del corazón. Pongamos ejemplo: si atamos una vena del brazo, se hincha de la parte de abajo, señal de que la sangre viene de la mano hacia arriba; y si atamos una arteria, se hincha de la parte de arriba, señal de que la sangre va hacia abajo. Aquí mismo en estas venas de la espalda de la mano podéis hacer inmediatamente la experiencia, Eugenio. Corred el dedo por encima de la vena, comprimiéndola de abajo arriba, y al parar no le levantéis, veréis la vena toda llena y elevada: corred el dedo al contrario de arriba abajo, y parad cargando sobre la vena, y la veréis hundida y vacía, señal infalible de que la sangre viene por ella de los dedos hacia arriba, y que por causa de las válvulas no puede ir del pulso hacia los dedos.

Eugenio

Tenéis razón, que así es.

Teodosio

Luego si la sangre se corre por esa vena viene de los dedos hacia arriba, claro está que había de ir a los dedos por otro camino; y ahí tenemos la circulación de la sangre.

Silvio

Eso se muestra evidentemente en la sangría, porque el sangrador antes de picar la vena ata el brazo de la parte de arriba de la sangradura, para que la vena, estando cerrada, se vaya hinchando con la sangre que viene de abajo y sea mas visible; y este es un argumento que persuade que siempre se conoció la circulación de la sangre, porque yo creo que siempre se sangró de este modo.

Teodosio

Bien podían los sangradores hacer todas esas diligencias gobernándose por la experiencia, sin saber la razón de ella. ¿No decíais que conocíais médicos viejos que todavía dudaban de la circulación de la sangre? Pues esos todos los días están viendo sangrar del modo que se usa, y sin embargo no dejan de dudar, porque no discurren que es imposible que la sangre venga por el brazo hacia arriba, sin que por otro canal hubiese ido hacia abajo (y esto es circular): y es manifestado que si la sangre fuese y viniese por un mismo conducto, lo mismo importaría atar el brazo mas arriba que mas abajo en la sangradura.

Eugenio

Aun por eso percibo yo ahora la razón de lo que muchas veces tengo visto. Cuando el sangrador quiere acabar la sangría pone el dedo, no sobre la cisura, porque así no podría poner después el cabezal sin que de nuevo saliese sangre, porque por la vena corre hacia arriba, comprimiendo él y cerrando la vena más abajo de la picada, libre está de que entre tanto salga sangre por la cisura. Pero lo que todavía no entiendo es, por que razón después de correr la sangre un rato afloja el sangrador la ligadura. Supongo que será para no molestar el brazo.

Silvio

No es solo por eso, sino también por que siendo muy fuerte la ligadura embarazada que la sangre corra por las arterias hacia abajo; y si ella no pasare abajo, no podrá después volver por las venas arriba.

Eugenio

Ya lo entiendo. Pregunto ahora: ¿y gasta mucho tiempo la sangre en hacer la circulación? ¿Habrá vuelto al cabo de tres horas al corazón la sangre que salió de él?

Teodosio

Dentro de tres horas habrá vuelto mas de trescientas veces al corazón la sangre que salió de él. Según los cálculos hechos acerca de esto en un hombre sano se hace una perfecta circulación de la sangre dos veces en menos de un minuto.

Silvio

Yo estoy pasmado. ¿Cómo hacéis esas cuentas?

Teodosio

De este modo: en el hombre, regularmente hablando, podrá haber a lo mas ocho libras de sangre, porque se observó que en un cordero pesaba la sangre la vigésima parte de todo el peso del cordero: en una oveja era menos, teniendo su sangre la vigésimatercia parte del peso de todo el cuerpo, y todavía menos en un conejo, porque apenas llegaba la sangre a la trigésima parte del peso de todo el conejo; de manera que si todo el animal pesaba vivo 60 onzas, la sangre no tenía mas que dos. Luego por vena cuenta el hombre podrá tener de sangre la vigésima parte de todo su peso; de manera que pesando por lo común 140 ó 160 libras, viene a tener de sangre siete ú ocho cuando mucho; pero demos de barato que sean ocho: dividiéndolas en onzas son 128. Ahora es preciso ver cuantas onzas de sangre entran en el corazón en cada diástole, y cuantas diástoles hay en un minuto.

Silvio

¿Y quién ha de averiguar la cantidad de sangre que entra en el corazón en una diástole?

Teodosio

Sácase por conjetura de este modo. Cógese a un perro (miserable animal por estar a mano para semejantes experiencias) : hiéresele en la vena yugular, y con un cañoncito se le introduce un espíritu para congelar la sangre: como esta vena va derecha al ventrículo del corazón, luego coagula la sangre que allí encuentra, la cual coagulada no puede salir por la arteria pulmonar. Si abrimos después el perro, hallaremos en su ventrículo derecho unas veces seis onzas de sangre, otras aún más. Pero es de advertir que el corazón se hallará enormemente hinchado. Y rebajando algo de esta cuenta, mas haciendo argumento para el hombre que tiene mucho mayor corazón, me parece que prudencialmente le podemos dar en el ventrículo derecho del corazón a lo menos cuatro onzas de sangre en cada diástole.

Eugenio

Estas cuentas van bastante favorables.

Teodosio

Esto supuesto, toda la sangre entra en el corazón, y sale de él en 32 pulsaciones, porque computando cuatro onzas por cada diástole, 32 diástoles dan 128 onzas, que es toda la sangre que suponemos habrá en el hombre. Ahora bien, regularmente hablando, en un minuto tiene un hombre sano 75 pulsaciones; y cuando no sean mas que 64, es lo que basta para que toda la sangre sucesivamente entre y salga del corazón dos veces en un minuto. Ved cuan breve se hace la circulación de la sangre.

Silvio

Mucha brevedad me parece esa. Pero si los principios en que vuestro discurso se funda son verdaderos no tenemos que dudar.

Teodosio

Aun cuando queramos que en el ventrículo derecho no entren de cada vez mas de dos onzas de sangre, siempre tenemos que la circulación se ejecuta enteramente en mucho menos de un minuto aun sin haber fiebre, porque habiéndola es mucho mas veloz, pues cabrán en un minuto 100 pulsaciones y mas.

Silvio

Ahora ya no me admira la prontitud con que algunos remedios obran, pues toda la dilación está en que introduzcan en los vasos de la sangre, que una vez introducidos corren en un minuto todos los miembros, y pueden hacer el efecto que se desea.

Teodosio

Antes que pasemos adelante os quiero explicar, Eugenio, las partes de que consta la sangre, y cual es la causa de su color encarnado.

Eugenio

Mucho há que lo deseaba saber, porque siendo los alimentos de que nos sustentamos de colores muy diversos, y haciéndose, como dicen, la sangre del mismo alimento que tomamos, no sé como ella puede salir siempre encarnada.

Teodosio

La razón de esto es, porque de todo el alimento que tomamos solo se conserva en nuestro cuerpo la parte útil que se convierte en quilo: este quilo es una sustancia muy semejante a la leche, con el mismo color y casi las mismas cualidades; por consiguiente es forzoso que haya en él mucha copia de partículas oleosas y pingues así como las que hay en la leche. Estas partículas en el quilo están mezcladas con otras muchas salinas. Es de notar que con el calor del corazón y de los vasos de la sangre entran a mezclarse íntimamente las partículas salinas con las oleosas y pingues, y de aquí nace una diversa configuración de partículas, fermentando unas con otras, a que ayuda el calor, y de este modo el color blanco se muda en encarnado. Tenemos una buena experiencia que confirma esto, y es, que la leche mezclándola con las sales de ciertas cenizas, y poniéndola a hervir, muda en encarnado el color blanco{ J. Adam. Kulm, pag. 117} luego también las partes pingues y salinas de quilo, que es blanco y parecido a la leche, concibiendo un gran calor en el corazón mudará el color blanco en encarnado.

Silvio

Siempre me pareció difícil que el calor solo haga mudarse la blancura del quilo en un color tan vivo como es el de la sangre.

Teodosio

Ya mostró la experiencia {Ibid.} que el quilo puesto a la lumbre sin mas diligencia con el calor se vuelve encarnado.

Eugenio

Pues yo había oído decir que el aire es el que daba el color a la sangre; pero no me supieron decir por qué ni de qué modo.

Teodosio

Diré: también convengo en que el aire ayuda mucho a este color; y repararéis que cuando se hace una sangría en el brazo, después que la sangre se separó del suero y se hizo una masa sólida, repararéis, digo, que si se vuelve lo de arriba abajo, no está ten encarnada en la parte inferior como en la otra que estaba expuesta al aire. Y la razón de esto es, porque en el aire hay muchas partículas salinas que ayudan a avivar el color encarnado que dieron al quilo las otras partículas salinas que había en él. Luego también en los pulmones podrá el aire que respiramos dar mas viveza al color de la sangre; pero de esto hablaremos después cuando tratemos de la respiración.

Eugenio

Vamos ahora antes que se os olvide a declarar de que partículas consta la sangre.

Teodosio

El insigne anatómico Bidloo propone un medio fácil de examinar las partes de que consta: métase en un cañoncito de vidrio muy estrecho y delgado una gota de sangre fresca, y ciérrese el cañoncito herméticamente (esto es, derritiendo el vidrio con el soplo de la llama, según os lo tengo dicho) ,y observándolo con el microscopio aparecerá el cañoncito mucho mayor; y asimismo de tal suerte se aumenta el tamaño de las partículas de la sangre, que se verán en la forma que representa esta (estampa 5, fig.9). B B son unas vejiguillas redondas y encarnadas o glóbulos de que consta la sangre. He leído , no me acuerdo en que autor, que estos globos de la sangre comparados con el resto eran una duodécima parte. C C son unas fibras muy pequeñas que tienen diversas situaciones, y además hay en lo restante del espacio una masa de varios colores. El célebre Cowper { Cowper, tab. 23, fig. 16} testifica que habiendo hecho diferentes veces esta misma experiencia, siempre había observado la sangre de este modo, y se persuade a que la masa de varios colores no es otra cosa que el suero de la sangre algo cuajado con el calor que derritió el vidrio para cerrar el cañón. Y también conjetura que cuando el cañoncito se abre, o la sangre se mezcla con agua caliente, las muchas fibras que se ven pueden ser los mismos glóbulos enredados y pegados con parte del suero que se cuaje.

Silvio

Mas fácil aún hallo yo otro modo que trae Bidloo para distinguir las partículas de la sangre: después que ella se separa naturalmente del suero, póngase sobre un papel untado con tocino un pedazo de esta sangre coagulada: déjese secar, y después pasando ligeramente el dedo por encima vienen pegados unos glóbulos y fibras, que con el microscopio se observan de diferentes figuras y colores.

Eugenio

En teniendo oportunidad he de hacer todas esas experiencias, porque dan mucha mas luz que las estampas.

Teodosio

Mañana por la mañana las haremos, pues tenemos muy buenos microscopios. Ahora pasemos a tratar de la filtración de la sangre.

 
§. II.

De la filtración de la sangre, donde se trata del páncreas,
del hígado, del bazo, de los riñones y de la vejiga

Teodosio

La circulación de la sangre, tan admirable y pasmosa como en sí es, no juzguéis que solo se dirige a la nutrición de todos los miembros; otro fin tiene además de éste, y muy principal, que es hacer pasar la sangre por diversos filtros, donde se separan de ella diferentes humores que hay en el cuerpo humano.

Eugenio

¿Qué entendéis por esta palabra filtros?

Teodosio

Cuando la sangre al pasar por alguna de las entrañas deja allí algunas partes suyas, y otras pasan y se trascuelan, al modo que sucede cuando queremos purificar algún licor, que lo colamos por un paño o tamiz, entonces decimos que la sangre se filtra, y el instrumento donde esto se hace se llama filtro. De estos hay muchos en el cuerpo humano: los principales son el páncreas, el bazo, el hígado y los riñones.

Eugenio

Ese primer nombre no le he oído en mi vida ¿Qué entraña es esa?

Teodosio

El páncreas es una entraña situada inmediatamente debajo del ventrículo, que vulgarmente se llama estómago, por la parte de abajo. En el hombre tiene la figura de lengua de perro. Su longitud es por lo común de ocho a nueve pulgadas, con dos de ancho y una de grueso, comúnmente hablando. En esta fig. 7 de esta estampa 5 os lo muestro. Aquí tenéis el páncreas A E, que cuadra arrimado al ventrículo C por la parte inferior {J. Adam. Kulm., tab. 22. Pág. 161}. Consta de varias glándulas o o o , por las cuales cuando la sangre pasa deja separado un humor que se llama suco pancreático, claro y que tira a ácido. Por medio del páncreas a lo largo va un canal, como veis, a manera del cañón de una pluma, el cual esparce hacia los lados otros canales pequeños que van a dar a las glándulas. Por cada uno de estos ramitos viene entrando el suco que se separa de la sangre en las glándulas, y todo él viene a parar al canal del medio. El suco pancreático entra juntamente con la bilis (de que luego hablaré) en el primer intestino llamado duodeno, el cual comienza aquí.

Eugenio

¿Y qué uso tiene ese humor separado de la sangre? Que Dios no lo habrá hecho en vano.

Teodosio

Sirve para facilitar la digestión de los alimentos. Pero vamos al hígado, donde la bilis se separa de la sangre. Habéis de saber que en hígado hay una vejiga, que vulgarmente llamamos hiel, en la cual se contiene la bilis o cólera.

Silvio

Decidle primero en qué lugar está el hígado.

Teodosio

Vos se lo podéis decir con más certeza, porque estas materias son más propias de vuestra profesión; pero os excusaré ese trabajo, dejando a vuestro cargo la corrección de los defectos que yo cometiere en ciencia ajena.

Silvio

Dejemos cumplimientos, que se gasta el tiempo inútilmente.

Teodosio

El hígado está situado inmediatamente debajo del diafragma, que es aquella piel atravesada, que separa, según tengo dicho, la región del pecho de la del vientre. Cuadra a la parte derecha poco o menos donde toca el codo derecho cuando lo arrimamos al cuerpo, y de algún modo pasa por encima del ventrículo. Dentro de sí tiene el hígado la vejiga de la hiel, la cual es de figura de pera regular bastante puntiaguda. Esta vejiga consta de cuatro membranas, tres propias, y una común a todo el hígado: en ella se contiene la bilis, que es un humor amarillo y muy amargo, y se separa en el hígado de la sangre.

Eugenio

¿Y por dónde va la sangre al hígado?

Teodosio

Preguntáis bien, porque va por un conducto, que aún no os expliqué, al cual llaman vena porta. Esta vena tiene la figura de árbol con raíces, tronco y ramas: las raíces se extienden por el hígado, y las ramas por los intestinos: la sangre que viene de aquí se va juntando en ramos mas gruesos, y últimamente en el tronco, que aún lo es más, y pasa por entre las membranas o pieles que componen el mesenterio, del cual ya he hablado. Este tronco de la vena porta se diferencia de las demás venas en que no tiene válvulas, y de las arterias en que carece de pulsación. La vena porta está dentro del hígado, y se divide en ramitos a semejanza de las raíces de un árbol, las cuales se extienden por todo el hígado, y en ella se filtra la sangre, y se separa de ella la bilis, la cual, como ya os he dicho, va a parar a la vejiga de la hiel; y el resto de la sangre se encamina a la vena cava, que tiene muchos ramitos esparcidos por allí.

Silvio

Algunos antiguos querían que el hígado fuese la oficina de la sangre; pero se engañaban, porque, como decíais, solo sirve para filtrarla.

Eugenio

¿Y qué se hace de esa bilis que se guarda en la vejiga de la hiel?

Teodosio

Viene por un canal a vaciarse en el intestino duodeno, y en el camino se encuentra con el suco pancreático, que va a dar al mismo intestino. Este canal se llama ducto colidoco; hacen fermentar al alimento que ya viene del ventrículo con principios de digestión.

Silvio

Muy pocos días hace que estuve leyendo un autor {Sthalius, Disp. De Ven. Port.} que esprofeso trata de la vena porta, y quedé admirado de los graves daños que se originan, principalmente en las mujeres, de la lenta circulación de la sangre en esta vena: él la llama puerta de enfermedades.

Teodosio

Como no tiene pulsación, ni la elasticidad que las arterias, no sacude la sangre con fuerza; por otra parte como no tiene válvulas, y sube de abajo arriba, va la sangre por dentro de ella cargando una sobre otra, e impidiendo la de arriba que suba la de abajo, y por eso tiene la circulación muy tarda.

Eugenio

Yo me admiro de que no quede atascada absolutamente, siendo, como creo que son, muy delgadas las venas del mesenterio de donde le viene la sangre, y también las del hígado por donde la vacía; y tanto a la entrada como a la salida tiene la sangre que vencer dobladas dificultades para circular, conforme a lo que habéis dicho.

Teodosio

Con todo eso facilita la circulación de esta vena el movimiento del diafragma, que a cada respiración se baja y vuelve a levantarse, poniendo en movimiento todas las entrañas inferiores; y contribuye también la fuerza con que la sangre viene para las venas del mesenterio, porque al cabo la que quiere entrar de nuevo ha de echar fuera a la que allí estuviere.

Eugenio

La misma razón ha de haber aquí que en las demás venas capilares.

Teodosio

Ahora pasemos al bazo. El bazo cuadra al lado izquierdo en correspondencia del hígado un poco detrás del ventrículo, debajo del diafragma, unido a él, al ventrículo y al riñón próximo, que es el siniestro. Tiene la figura de una lengua: la parte superior es convexa, la inferior cóncava: su longitud en el hombre es hasta 6 pulgadas, su grueso una, y su anchura 3 por lo común.

Eugenio

¿Y de qué sirve el bazo?

Teodosio

El bazo tiene una arteria llamada splénica, por donde va la sangre a él, y un ramo grueso de vena denominado vena splénica, por donde la sangre se retira de él, de que se infiere que la sangre va allá a prepararse de algún modo.

Silvio

Los antiguos querían que el bazo constase de glándulas, y que en él se separase la otra bilis o melancolía; pero hoy ya está averiguado que su sustancia no tanto se compone de glándulas como de fibras y otros vasos; y la opinión mas fundada es que sirve para adelgazar o deshacer más la sangre, de manera que pueda la bilis separarse de ella en el hígado con mas facilidad.

Teodosio

Lo cierto es que el bazo no es, como algunos pretendieron una entraña ociosa, puesta en aquel lugar para equilibrio y correspondencia con el hígado. Porque además de que la recta razón persuade que un fin de tan poca importancia no concuerda con el restante artificio del cuerpo humano, ya se vio por experiencia que algunos animales, a quienes se quitó el bazo, brevemente contrajeron enfermedades y se murieron.

Eugenio

¿Y qué me dices de lo que el vulgo piensa en cuanto a estos volantes que corren a pie mas que los postillones a caballo, esto es, que les sacan el bazo cuando niños, y que ese es el motivo de que no se cansen?

Teodosio

Juzgo que ese es un error de los muchos que por tradición de las viejas se van conservando en la creencia de los muchachos y gente ruda. Vamos adelante. Los riñones es el otro filtro insigne de la sangre, donde se separa de ella la orina. Son de figura de haba. Aquí tienes uno pintado y abierto por el medio (estampa 5, fig. 4): los riñones son dos puestos en correspondencia junto al espinazo debajo del hígado y del bazo: la parte convexa mira hacia fuera, la cóncava, por la cual están unidos a las demás entrañas, mira hacia dentro. Salen de los riñones dos canales, cada uno el suyo, que se llaman uréteres. Ve aquí uno, el cual va a entrar en la vejiga que está en la parte mas baja y anterior del vientre. Consta cada riñón de tres partes, que vienen a ser la que se puede llamar corteza o parte mas exterior, su sustancia interior, y la pelvis o vacía P, que está en el lugar mas cóncavo, donde tienen principio los uréteres. La corteza consta de muchos vasos tenues, que sirven para separar de la sangre la parte serosa que después llamamos orina. La sustancia de los riñones consta de muchos cañoncitos , por los cuales va la orina ya separada de la sangre a la pelvis o vacía: la pelvis es una piel lisa, que como un embudo recibe el humor separado y le pasa por los uréteres a la vejiga. Los uréteres son del grueso de una pluma de escribir; pero constan de muchos conductos muy estrechos, que todos juntos hacen este grueso, y la pelvis vierte en cada uno de ellos el humor por diversos agujeros.

Silvio

Ya hubo quien descubrió ciertas válvulas en los uréteres, que fue Coschwtiz, sobre lo cual publicó una disertación en el año 1723.

Eugenio

¿Y cómo se filtra ahí la sangre?

Teodosio

A los riñones van a dar unas arterias que llaman emulgentes a a, y unas venas que tienen el mismo nombre m m. Esto supuesto, la sangre va por las venas emulgentes a los riñones; en ellos se separa de la sangre la parte serosa e inútil para la pelvis, y el resto va por las venas emulgentes a la vena cava.

Eugenio

Ahora se yo que la orina es parte separada de la sangre, y tal vez por esta razón se valen los médicos de su observación para conocer el estado de la sangre. Hasta aquí juzgaba que del estómago o de los intestinos se separaba el agua o la humedad de los alimentos, y que eso era la orina.

Silvio

Algunos autores hay que quieren que no toda la orina sea separación de la sangre por los uréteres. Merio se esfuerza en probar que desde el ventrículo se comunica alguna porción de bebida a la vejiga sin haber para eso conductos especiales; porque, dice, que se rezumará por los poros del ventrículo alguna parte de los líquidos, la cual pasando por entre las demás entrañas, y atravesando los poros de la vejiga, puede entrar en ella para salir con el resto de la orina que se separa de la sangre.

Teodosio

El célebre Wolffio confirma esa opinión, probando con una experiencia manifiesta que el agua puede traspasar los poros de la vejiga desde fuera adentro; pero hablando con el respeto debido a tan gran hombre, no hace mucha fuerza el argumento, porque en el caso de la experiencia la vejiga se supone muy estirada y el agua impelida con gran fuerza; y nada de esto sucede en el cuerpo humano.

Silvio

Doleo pretende que del fondo del ventrículo hay conductos especiales para la vejiga, y otros quieren dar paso para ella desde los intestinos; pero hasta ahora no se ha visto tal comunicación; bien que yo hallo gran fuerza el argumento que hacen; porque vemos que una larga bebida y repetida con exceso obliga a una evacuación pronta del mismo líquido, sin dar tiempo para tantas vueltas como son precisas para que valla del ventrículo a los intestinos, de allí al mesenterio, después por el conducto torácico y vena cava al corazón, entrar en las arterias, correr todas las veredas que corre la sangre para separarse por los uréteres, y por fin ir a parar a la vejiga.

Teodosio

Ese argumento es bastante fuerte, mas no tanto como parece, porque si os acordais de la velocidad de la circulación de la sangre, conoceréis que no hay mas dilación sensible en llegar el líquido a los riñones que la que hay en introducirse en la sangre; y esto en los líquidos se hace con una brevedad increíble, como luego diremos. Fuera de eso, como todos los conductos o caminos que hay dentro del cuerpo humano están llenos, cuanta fuerza hiciera para entrar en el canal un líquido, otra tanta ha de experimentar el que ya estuviera allí en el último lugar para salir. Y por otra parte, como no aparece paso para la vejiga sino por los uréteres, y estos son el desaguadero (digámoslo así) del suero superfluo de la sangre, debemos estar por la opinión común. Pero vamos ya a tratar de los vasos que sirven para la nutrición, a no ser que Eugenio tenga en este asunto alguna cosa que preguntar.

Eugenio

Yo tengo hecho el concepto que basta para quien no ha de ser anatómico ni cirujano. No nos detengamos, que acaso haremos a Silvio mala obra.

Silvio

Como esta materia es tan propia de mi profesión, me hago cuenta de que estoy estudiando.

 
§. III.

De los vasos que sirven para la nutrición

Teodosio

Pues en ese supuesto habéis de saber Eugenio, que el alimento que tomamos, ya en la boca empieza a tener su digestión: a ese fin nos dio la naturaleza dientes, que mascándolo y reduciéndolo a partes muy pequeñas lo puedan deshacer. También concurre a lo mismo la saliva, que es un humor que nace de unas glándulas que tenemos esparcidas por diversas partes de la boca. Luego que la comida está bastante deshecha entre los dientes, entra por el esófago, o como vulgarmente se dice tragadero, el cual es un canal liso y derecho, que atravesando toda la región del pecho pasa por el diafragma, y va a parar al ventrículo o estómago. Os lo voy a hacer ver en esta fig. 5 de esta estampa 5. Este canal E se llama esófago, y por él va la comida: no se pintó aquí mas que un pedazo, para dejar ver la áspera arteria que está pintada por debajo de él.

Eugenio

¿Y no tiene comunicación alguna el esófago con el pecho?

Teodosio

No: toda la entrada que hay para el pecho es por otro conducto, que va desde la boca a los pulmones; mas este canal, al cual llamamos traquea o áspera arteria, aquí está pintada en esta misma figura 5, y es el que denotan las letras m n. En la figura siguiente se ve la misma áspera arteria por delante por la parte que cuadra hacia la garganta, porque en ésta se ve por la parte que mira al colodrillo. Aunque este canal es distinto del esófago, va derecho al ventrículo, y entra en él por la que se llama boca del estómago. Del ventrículo sale el alimento para los intestinos, o, como el vulgo las llama, tripas, por un lugar que tiene el nombre de píloro. En los intestinos acaba de fermentar y digerirse: sepárase la parte útil para la nutrición, y esa va por las venas lácteas a entrar en el conducto torácico y vena cava, y la parte inútil va corriendo todos los intestinos hasta que se expele.

Silvio

Todo eso es así; pero explica por menor cada una de esas partes para mayor inteligencia de Eugenio.

Teodosio

El ventrículo tiene esta figura que se representa en esta (estampa 5, fig. 7). Aquí en la letra M cuadra la boca o entrada, y en ella está prendido el esófago: algunos la llaman cardia, y a la enfermedad que proviene de hallarse ofendida esa parte cardialgia.

Silvio

¡Qué terrible es y difícil de curar!

Teodosio

Donde está la letra P se llama píloro: es la salida, y tiene una válvula que dificulta el paso del alimento al ventrículo después de que pasó al duodeno D. Dentro del ventrículo hay un humor que nace de unas glándulas que están en su fondo, y se llama humor gástrico: a este humor y al que viene de algunas glándulas del esófago, se debe atribuir la digestión del alimento que hay en el ventrículo, como también al resto que quedó mal digerido en el estómago, el cual sirve como fermento para excitar y promover esta digestión, al modo que la masa de harina corrompida excita la fermentación de la otra masa cuando se junta con ella: y no deben ser atendidos algunos antiguos que decían que solo con el calor se hacía la digestión de los manjares. Nosotros vemos que en el estómago de los perros se cuecen los huesos y otros alimentos durísimos, y para deshacer los huesos con calor es preciso un calor intensísimo o de muchos días.

Silvio

Algunos quieren que la digestión se haga meramente con el movimiento perist áltico o vermicular del ventrículo, que va moliendo y deshaciendo el alimento que tiene dentro. La razón que alegan es que de otra manera la misma fermentación que hacía digerir el alimento desharía también la sustancia del ventrículo.

Teodosio

Bien sé que de esa opinión fue Pitcarnio {Opusc. Medic., pag. 67); pero no es seguida comúnmente, porque para deshacer el manjar por movimiento era precisa otra dureza en la sustancia del ventrículo, así como hay en los dientes; y además de eso, nunca habría disolución de las partes heterogéneas del alimento. Fuera de qué a la razón que el da de que se gastaría el ventrículo con la fermentación, se responde que Dios cuando lo crió muy bien sabía el ministerio a que lo destinaba, y podía darle una contextura tan tenaz y fuerte, que no le perjudique el humor disolvente: y en caso que padezca algún detrimento, con la nutrición cotidiana puede repararse.

Eugenio

Tal vez el hambre provendrá de irse gastando el ventrículo.

Teodosio

Diré: El hambre procede de dos causas: la primera es esa que apuntáis, porque el humor gástrico, que, como he dicho, nace de las glándulas del esófago y del ventrículo, y de otros humores de los intestinos que contribuyen a la digestión, no hallando alimento en que cebarse entra a roer y velicar las fibras del ventrículo y de los intestinos, y de aquí proviene la molesta sensación de hambre. La segunda causa es el movimiento peristáltico del ventrículo y de los intestinos, los cuales estando vacíos se rozan unos con otros, y así en la membrana nerviosa de que consta se experimenta esta desagradable sensación que llamamos hambre.

Eugenio

¿Y en qué consiste la sed?

Teodosio

Consiste en la sequedad de la garganta por el calor del estómago. Especialmente cuando éste trabaja más en la digestión de alimentos sólidos y secos, se seca la humedad del esófago y garganta, y ésta sequedad hace que las fibras internas de que se compone la garganta se pongan más rígidas y elásticas, y de aquí nace aquella molesta sensación que se llama sed, la cual se apaga humedeciendo con agua la garganta. Pero ya es tiempo de que pasemos a los intestinos. Ya dejo dicho que el ventrículo se continua con los intestinos por un lugar que se llama píloro, y tiene una válvula. Esto cuadra junto al hígado a la parte derecha, y la entrada superior cae más a la izquierda. Los intestinos todos juntos forman un canal continuado, que regularmente tiene de largo seis veces tanto como todo el cuerpo.

Silvio

Ya lo habéis dicho, y sus nombres, si no me engaño, son duodeno, yeyuno, ileon, ciego, colon y recto.

Teodosio

Estos son: el duodeno, llamado así por tener doce pulgadas, que es el primero: consta de muchas glándulas, que, como notó Wepfero, todas destilan un jugo a propósito para la digestión.

Silvio

Y además de eso en él se reciben el suco pancreático y la bilis, a los cuales se debe atribuir gran parte la digestión de la comida.

Eugenio

Yo creo que estos intestinos dan muchas vueltas y revueltas abajo y arriba, atrás y adelante en orden a acomodarse en el lugar correspondiente.

Silvio

Es así: pero siempre conservan en casi todos los hombres una misma postura, de la cual no se mudan porque están unidos al mesenterio.

Eugenio

Vamos adelante.

Teodosio

El yeyuno casi siempre está vacío: tiene válvulas, y el ileon también tiene una, las cuales impiden que el alimento vuelva atrás. Estos tres intestinos son más delgados que los otros, y están rodeados de los más gruesos, que son el ciego, el cual es de cuatro pulgadas con corta diferencia, y tiene un apendix de figura de lombriz. Síguese el colon, que es donde de ordinario se forman las cólicas.

Silvio

Es así: los flatos que se conservan en este intestino entran a dilatarlo, y estiran el mesenterio a que está pegado, y en esta violenta extensión consiste el dolor que experimentamos.

Teodosio

En fin, el último intestino es el recto; pero lo que ahora importa saber no es el camino que toma la parte inútil del alimento, sino el que lleva la parte útil, que sirve para nuestra nutrición. El mesenterio es una membrana transparente como la de la vejiga de los animales; es más doble, esto es, consta de dos pegadas una contra otra, por entre las cuales pasan varias venas y diferentes vasos: nace de las tres primeras vértebras de los lomos: su circunferencia tiene cuatro brazas, y alrededor de toda ella están pegados los intestinos; pero por entre las dos membranas que componen el mesenterio pasan muchos vasos o canales: unos llevan un humor claro, que se llama linfa, y ellos linfáticos, los cuales, a causa de las muchas válvulas que tienen parecen llenos de nudos. Otros vasos hay llamados venas lácteas, porque parecen llenas de leche: estos nacen de los intestinos en ramitos muy sutiles, y van a dar a unas glándulas que están esparcidas por el mesenterio: se llaman vasos lácteos del primer género; pero de éstas glándulas salen otros conductos semejantes, que se llaman vasos lácteos del segundo género, y llevan aquel humor blanco que se llama quilo, a un tronco mayor de esos vasos denominado cisterna láctea o receptáculo de Pequeto, porque él fue el primero que lo descubrió. De este receptáculo o cisterna va un canal junto con la aorta por el cuerpo arriba a entroncar con la vena subclavia izquierda, y de allí entra en la vena cava, vaciando el quilo que vino de los intestinos separado de la parte mas crasa e inútil del alimento. Advierto que tal canal del quilo (que se llama conducto torácico, porque atraviesa todo el tórax o pecho) tiene unas válvulas, las cuales impiden que el quilo bajando vuelva atrás.

Silvio

También hay una válvula semilunar donde el torácico entra en la vena subclavia izquierda, que estorba el que la sangre entre por aquella vía, la cual está reservada para el quilo sólo.

Eugenio

¿Dónde empieza el conducto torácico?

Teodosio

El receptáculo del quilo regularmente cuadra por debajo del riñon izquierdo, y allí comienza ese conducto.

Eugenio

La muchedumbre de especies me hace muchas veces olvidarme de la que quería preguntar, y así antes que se me pase quisiera que me dijeseis si el quilo es siempre blanco a la manera de la leche.

Teodosio

Siempre es blanco, sea el que fuese el color del alimento que tomamos. La razón de esto es, porque todo alimento, especialmente en la parte más útil, y que se separa para la nutrición, es pingüe y oleoso mezclado y agitado mucho con algún húmedo, mayormente si es alcalino como la bilis, hace una mezcla blanca a modo de leche.

Silvio

En las boticas se experimenta eso en innumerables remedios. Cuando se hacen varias emulsiones de algunas semillas oleosas mezcladas y batidas con agua quedan de color de leche.

Teodosio

Ved ahí por qué la sangre siempre se vuelve encarnada; y es que, como os he dicho, siempre se forma de quilo blanco y de naturaleza de leche, y la leche hervida con ciertas sales se vuelve encarnada, según también lo dejo advertido.

Eugenio

Y pregunto ahora: ¿será por ventura la leche el mismo quilo? porque como el quilo va a buscar la vena que está en el pecho, puede ser que de allí se comunique a los pechos de la mujer la leche. ¿Qué decís a esto?

Teodosio

Algunos fueron de esa opinión; pero yo me persuado a que la leche es un licor que se forma de la sangre, así como todos los demás fluidos del cuerpo humano.

Silvio

Mira, Teodosio, yo estoy a favor de la opinión que Eugenio acaba de apuntar bastantes argumentos; porque lo primero muchas veces sucede oler la leche a cebollas, ajos y otras cosas que se comieron poco antes: señal de que viene inmediatamente del ventrículo mesenterio &c.

Teodosio

Eso mismo experimentáis vosotros en la orina, que muchas veces (según dicen vuestros libros) conserva el olor de los mantenimientos, y con todo eso convenís con la opinión común en que se forma de la sangre. Y la razón persuade que puede ser esto, porque las mismas partículas que son causa del olor pueden entrar en el quilo, y de allí en la sangre, y después en la leche; y de esta suerte conservarse el mismo olor después de tantas mudanzas del alimento.

Silvio

No es ese el único fundamento de aquella opinión. Lo que a mí me hace mucha fuerza es no solo la semejanza de la leche al quilo y la cercanía de los lugares, sino también la casi repentina abundancia de leche en las amas apenas comen.

Teodosio

Esa súbita abundancia prueba que la leche no es quilo, porque muchas veces no habrá tiempo para que el alimento sólido corra todos los caminos precisos para llegar allá. Mas fácil es que con la comida se llenen más los vasos; y como ellos cuanto mas los llenan por una parte, mas fuerza hacen para vaciarse por la otra, de aquí puede nacer una mas copiosa separación de la leche en las glándulas de los pechos y vasos particularmente ordenados para esto, que están enterrados y escondidos entre la gordura. Y por lo que pertenece al color, bien sabéis que la gordura es blanca, y de la sangre se hace. ésta ya digo es la opinión común: vos profesor sois, y averiguareis mejor el caso.

Silvio

No voy contra vuestro parecer, solo examino los fundamentos contrarios.

Eugenio

¿Y qué me diréis a esto? ¿Será verdadero un caso que me contaron no hace muchos meses que una vieja viendo que un nieto suyo de poca edad había perdido la madre, movida de compasión lo había puesto a sus pechos, y que al cabo de algunos días le había acudido a ellos leche con que alimentarle? Yo atribuyo este caso a milagro; pero quiero que me digáis si puede suceder naturalmente.

Teodosio

Yo tengo un autor (Georg. Francki de Franckenau, Satyr. Medic. 15) que en una sátira trata de propósito de ese punto, y trae muchos ejemplos de viejas que se hallaban muy fuera de estado de concebir, y aún de doncellas, y lo que es más, de mancebos y niños, a los cuales se les hallaba leche en los pechos. Pero estos casos son raros, bien que pueden suceder sin milagro por algún desorden de la naturaleza. Mas lo que os puedo asegurar es que en una puerca estando encerrada vi suceder ese caso de dar de mamar a los nietos sin haber parido de mucho tiempo atrás.

Silvio

También yo he oído de una vieja que residía más allá de Santaren, y creo sea la misma de que habla Eugenio; pero no he apurado el caso.

Teodosio

Pasemos adelante, que nos hamos detenido mucho en esta materia. Vamos a los órganos de la respiración.

 
§. IV.

De los pulmones, áspera arteria y demás
órganos de la voz y de la respiración

Eugenio

¿Y qué es lo que llamáis órganos de la respiración?

Teodosio

Los órganos de la respiración o los miembros que se emplean en ella son los pulmones, el diafragma y los músculos de todo el pecho. Nosotros con la respiración alternativamente llenamos el pecho de aire, y luego lo desocupamos echando el aire fuera; mas en este movimiento alternado trabaja todo el pecho. Pero es preciso describir sus partes mas por menor de lo que lo hemos hecho al principio de esta materia. De la boca se continúa hasta el pecho un canal que llaman áspera arteria o tráquea. Aquí la tenéis en esta (estampa 5, figura 6), y de ella están pendientes los pulmones. Es un conducto cartilaginoso o de ternilla lleno de círculos o roscas: su entrada se llama laringe y vulgarmente nuez o bocado de Adam: la parte más alta se llama epiglotis.

Eugenio

¿Y por dónde va aquí el esófago, que el vulgo llama tragadero?

Teodosio

Va por detrás de la áspera arteria: aquí lo tenéis dibujado en esta otra figura 5ª.L L es la laringe vista por la parte posterior: A representa la epiglotis vista por detrás: E denota el esófago por donde entra el alimento para el ventrículo: m es la entrada de la áspera arteria que va a dar a los pulmones. Cuando comemos la epiglotis A se dobla como m, y estorba como si fuera un puente levadizo que el alimento entre por la tráquea sino por el esófago. Y cuando sucede que alguna gota de agua cae en la traquea, llama el vulgo a esto dar en el galillo, y con la tos procuramos expeler todo lo que había entrado.

Eugenio

Pregunto: ¿y qué es esto donde está la letra n?

Teodosio

Es la tráquea que va a los pulmones: no se continuó la pintura del esófago de R abajo para dejar ver la tráquea que va por detrás; pero en realidad el esófago pasa más abajo, y llega como he dicho hasta el ventrículo. La traquea, al llegar a los pulmones se divide en dos troncos, según veis en la figura 6, porque también los pulmones se dividen en dos partes, y después van dividiendo estos troncos en muchos ramitos. Este pulmón derecho se representa con la piel h, levantada para que se vean las ramificaciones de la arteria y vena pulmonar. C es la arteria pulmonar, que saliendo del ventrículo derecho del corazón, se divide en dos ramos para las dos partes del pulmón, y uno va a C, y otro se dirige a c. Los otros dos troncos son de la vena pulmonar, que después de unidos en uno entran en el ventrículo izquierdo. Ahora pues habéis de saber que los pulmones están compuestos de una innumerable multitud de vejiguillas que forman como ramos o racimos de uvas menudísimas m m, y los escobajos de estos racimos son los ramos de la traquea, que se llaman bronquios: estos dan paso libre al aire que entra por la boca hasta las vejiguillas de que se componen los pulmones, y por eso cuando tomamos aliento se dilantan los pulmones increiblemente; y al contrario, se contraen mucho cuando echamos el aire fuera; y de ésta intumescencia de los pulmones procede el movimiento alternativo del pecho cuando respiramos.

Eugenio

A veces también se levanta el vientre con la respiración, y por lo que me decís supongo que el aire no tiene paso para él, sino solo para los pulmones, los cuales están en la cavidad del pecho. Teod. Yo os diré de qué procede eso. Es cierto que en la respiración entra el aire solamente a los pulmones; pero cuando estos se dilatan mucho es necesario que también se dilate la capacidad del pecho en que ellos estan contenidos. Esta cavidad pues se dilata por dos causas, elevándose un poco las costillas, y bajándose el diafragma, porque el diafragma está puesto horizontalmente, pero a manera de bóveda levantando por el medio. Bajándose el diafragma queda mayor la concavidad del pecho, pero se minora la capacidad del vientre; y como en este no hay lugar vacío, es forzoso que cuando el diafragma se baja, las entrañas que son impelidas hacia abajo hagan al vientre entumecerse hacia afuera.

Eugenio

¿Y qué fin tendriá Dios en ordenar este movimiento continuo de la respiración, tan necesario para la vida como sabemos?

Teodosio

El fin es promover la circulación de la sangre, y refrescarla del gran calor que tiene. Habéis de saber lo primero que en los pulmones hay tres clases de vasos, y son los bronquios y las vejiguillas para el aire, venas pulmonares y arterias pulmonares. Los bronquios están dispuestos de tal suerte, que siempre van por entre una vena y una arteria; por consiguiente todas las veces que se hinchan y dilatan los vasos del aire, necesariamente se han de apretar y exprimir los de la sangre; y ved ahí como se promueve la circulación. De aquí proviene cuando cesamos de respirar va la sangre estancándose en los pulmones, y disminuyéndose la fuerza de la circulación, porque toda la sangre que ha de salir por la aorta para todo el cuerpo debe haber entrado primero por la vena pulmonar en el ventrículo izquierdo del corazón. Esta es la primera utilidad. La segunda es refrigerar la sangre; pues al pasar por los pulmones, que están llenos de aire nuevo y fresco, se refresca este fluido; y este es el motivo porque nos molesta tanto la calma, porque el aire caliente, entrando por los pulmones no puede poner la sangre en aquel temple de calor que se requiere.

Eugenio

Yo creo que os oí decir a uno de los dos que los niños en el vientre de la madre no respiraban, y no obstante la sangre circula en ellos.

Teodosio

Es así que circula; pero no va a los pulmones sino una parte muy tenue. Yo os explicaré eso más despacio a su tiempo cuando hablaremos del estado del hombre en el vientre materno.

Silvio

Pues yo no descubro solo esas dos utilidades que decís: otra hay, y muy principal, porque el aire entra en los vasos de la sangre, y se mezcla con ella; y por eso los antiguos le llamaban pasto de la vida y principio vital. De esta opinión son muchos modernos (Silvio, Swammerdam, Trouston, Lwer y otros).

Teodosio

No dudo de eso; pero hallo la otra opinión mucho mas conforme a la razón, y creo que hoy la más seguida es que no hay paso desde los bronquios a los vasos de la sangre.

Silvio

Nosotros sabemos que el aire soplado con fuerza por la áspera arteria, cargando en los pulmones, puede entrar en la vena pulmonar y en el ventrículo del corazón. Ved pues si hay paso desde los bronquios a las venas.

Teodosio

Si hubiese esos conductos no seria necesario soplar con fuerza, ni cargar en los pulmones, ni hacer otra diligencia alguna, sino que eso sucedería aún soplando suavemente, y no vemos que esto acontezca. ¿Sabeis por que sucede ese paso en la experiencia que deis? Porque con la fuerza que se hace fácilmente se rompen algunas vejiguillas del aire, que son sutilísimas, y algunos vasos de la sangre, y asi pasa el aire por camino abierto de nuevo, al modo que sucede en los que arrojan sangre por la boca, que con la fuerza de la tos muchas veces se les rompe algún vaso, y la sangre de las venas pulmonares toma el camino de los bronquios, y viene a salir a la garganta por la áspera arteria. Y si nosotros quisiéramos establecer paso desde los vasos del aire a los de la sangre, a cada momento estaríamos echando sangre por la boca; pues con la misma facilidad, y por el mismo camino que el aire pasaba de la boca por los bronquios a las venas, podría la sangre pasar de las venas a los bronquios, y venir a parar a la boca. Por tanto esa experiencia no convence.

Silvio

No hay esa experiencia solo: esta junta con otras hacen un argumento más fuerte. Truston echó un licor en la arteria pulmonar, el cual vino a salir parte por la vena pulmonar y parte por la áspera arteria; con que aún estoy por lo que he dicho.

Teodosio

¿Sabeis que responden a eso los de la opinión contraria? Dicen que resta probar si los pulmones de este dadaver estaban sanos, poque si hubiese muerto de tísica, o teniendo alguna fiebre cataral o enfermedad del pecho, con la misma facilidad con que la sangre en estos enfermos puede salir por la boca, podría salir ese licor por la tráquea. Leed al célebre Federico Hoffman (Medic. Rat. Systeme tom. 1, cap. 7, §24. Tomo IV), y hallareis muchos buenos argumentos a favor de esta opinión mia. Uno hallo yo entre otros muy fuerte, y viene a ser que el aire externo soplándole y metiéndole en las venas de un animal, le mata dentro de breve tiempo: luego parece que no es creíble que el aire tenga paso libre para las venas del pulmón, porque en tal caso correría todas las otras mezclado con la sangre.

Silvio

No nos cansemos mucho sobre eso, porque yo mayor estudio hago en la práctica que en la especulación, mayormente en esta materia de que no soy profesor. Vamos adelante: Eugenio, pregundad lo que quisiereis.

Eugenio

Por el discurso que habéis hecho he conocido que en la tos siendo fuerte había peligro de romperse alguna vena: explicarme esto bien, porque tengo flusiones muy a menudo, y estoy con susto.

Teodosio

No le tengáis: en las flusiones es causada la tos por una velicación que hace en los bronquios el humor que echamos fuera. Cuando él está en los ramos mayores y mas cercanos a la tráquea, se arroja con mas facilidad que cuando está en los ramitos de mas adentro; y el modo con que le espelemos es tomando aliento y llenando de aire todos los pulmones; después paramos, y de repente echamos fuera el aire de ellos para que traiga consigo todo el humor que hallare en el camino, por cuando en los vasos propios para el paso del aire es donde cae el humor, que nos oprime el pecho. Cuando este humor es muy viscoso o pegajoso, será preciso que tosamos muchas veces, haciendo al aire salir con fuerza por los bronquios afuera. Y para obligar al aire a esto, empujamos de repente el diafragma hacia arriba para apretar los pulmones, y por eso cuando tosemos se recoge el vientre hacia dentro; y es que se retiran las entrañas al lugar que el diafragma deja desocupado al levantarse.

Eugenio

Y cuando tenemos hipo, ¿qué movimientos hay en nosotros?

Teodosio

Gobernándome por lo que observo en la experiencia, digo que hay un movimiento arrebatado del diafragma hacia abajo; porque en el hipo tomamos repentinamente aire de nuevo, así como en la tos lo echamos fuera de repente; y esta es la causa po que cuando se junta tos con hipo sentimos un dolor que nos aflige mucho, por ser el diafragma impelido hacia arriba y hacia abajo a un mismo tiempo.

Silvio

No falta mas que el estornudo: explicádle cómo es, porque también pertenece a la respiración.

Teodosio

La diferencia que yo hallo entre el estornudo y la tos es únicamente que en el estornudo encaminamos el aire a que salga por las narices, y en la tos a que salga por la boca; en el estornudo dirigimos el aire a las narices por la velicación del humor que sentimos en ellas, y en la tos le dejamos salir por la boca a causa de la velicación que percibimos en los bronquios del pecho. Vamos a hablar de la voz, que también toca a la respiración ¿Cuál os parece, Eugenio que será el órgano de la voz?

Eugenio

Supongo que es la lengua.

Teodosio

En la voz humana hay tres cosas, que son el sonido, el tono y la pronunciación: la lengua es el órgano de pronunciación, mas no del sonido. Hubo varias opiniones sobre el lugar donde propiamente se forma la voz, muchos eran de sentir que se formaba en la tráquea, así como se forma en una flauta, llevados de la semejanza que tiene con este instrumento; pero en realidad hay una gran diferencia, porque en la flauta el aire que entra por la embocadura es el que hace el sonido; y al contrario en la tráquea forma el sonido el aire que sale por ella. En las memorias de la academia de las Ciencias (Ann. 1700, pág. 244) hallamos la sentencia de Mr. Dodart, que juzga que solo la glotis es el órgano de la voz. Llamamos glotis una raja o abertura ovalada en que remata la áspera arteria a la parte de arriba donde está esta letra i: ved la figura 3 que os muestro. Aquí afirma él que se forma el sonido; y según la garganta se alarga o acorta, se estrecha o ensancha, se formarán los diversos tonos. Dice que esto sucede del modo que lo vemos en una flauta, en la cual la voz hace el sonido; pro el tono pende del cañón que tiene los agujeros, que ya tapándolos, ya destapándolos, hacemos que sea mayor o menor el camino por donde el aire pasa hasta salir de la flauta.

Eugenio

Ese discurso es muy natural.

Teodosio

Pero yo aún hallo más natural otro que en las mismas memorias de la academia (Ann. 1741, pág.409) nos da Mr. Ferrein. Este hombre, queriendo asegurarse sobre el punto que tratamos, aplicó un cañón a la parte inferior de la tráquea de un cadaver estando aún reciente, y sonaba con voz humana: observó de cerca lo que sucedía en la glotis, y vió que sus dos labios no golpeaban uno con otro, como sucede en las embocaduras de los oboes, sino que ésos dos labios eran como dos cuerdas de tendones, las cuales prendidas a dos ternillas se alargaban y entesaban ya mas, ya menos, y cada una de ellas sonaba herida del aire, como suena la cuerda herida del arco. Según este discurso el sonido nace de las cuerdas de la glotis, y el tono procede de la tensión o flojedad de estas mismas cuerdas o labios de glotis.

Silvio

Cualquiera de los discursos hallo yo excelente; pero este segundo estriba sobre experiencia más visible.

Teodosio

Ahora, hablando de la pronunciación , es cierto que se debe a la lengua y también a los labios. Aquí en Lisboa tuvimos una mujer que hablaba perceptiblemente sin tener lengua. A mí me lo contó quien la vió y la oyó en casa del conde Ericeira Don Francisco Javier de Meneses. Esta mujer con los labios solos suplía lo que nosotros hacemos principalmente con la boca (Nota pág. 302).

Eugenio

Es cosa bien rara.

Silvio

Yo tengo especie de haber oído hablar de esa mujer; mas pasemos adelante.

Teodosio

Por conclusión de toda esta materia quiero daros, Eugenio, una breve noticia de la diferencia que tenemos estando en el vientre materno, de nosotros mismos viviendo al aire libre, para allanaros varias dificultades que se han tocado.

 
§. V.

Del hombre en el vientre materno

Eugenio

Esplicadme, pues, ese punto, que me parece ha de contener para mí noticias bastante maravillosas.

Teodosio

Habéis de saber que el niño en el vientre de la madre está metido en uno como saco formado de muchas membranas: La primera que rodea y toca al cuerpo del niño se llama ammnion, y es muy delgada y trasparente, la segunda conforme a las observaciones de Cowper y Bidloo (Cowper, tab. 58, 59, 60.), se llama membrana urinaria o alantoide; pero Kulm (Tab. 27, pag. 182.) pretende que ésta sólo se halla en algunos brutos. La otra membrana que se sigue, y que todos admiten, se llama chorion, la cual es gruesa. Ved esta (estampa 5, fig. 10.) M M M son las membranas o pieles de que he hablado; despues de ellas se sigue un cuerpo esponjoso, que sirve como de colchón al tierno y delicado cuerpo del niño para preservarle de algún peligro que podría tener, llámase placenta: aquí está en P. Esta y las membranas se llaman con nombre general secundinas..Esta especie de saco, bien que aquí se representa rasgado, en sí es cerrado por todas partes, y dentro de él vive el infante nadando en un cierto líquido; su postura es toda encorvada, de suerte que tiene las pequeñas rodillas junto a la boca, y los brazos encubren el rostro sobre las rodillas, como lo estáis viendo en la estampa. Todo él está hecho un ovillo como suele decirse, de modo que el piececillo izquierdo viene a tocarle en la frente (Cowper, tab. 56.), según se representa en la espampa. Pero esta postura, que es natural, varía mucho en el tiempo próximo al parto.

Eugenio

A mí no me causa tanta admiración la postura como el que viva el infante dentro de ese líquido sin poder respirar.

Teodosio

No respira de modo alguno, ni puede: por eso los pulmones de los niños que nacen muertos, si los echan en agua, se van al fondo, porque son muy pesados; y la causa de esto es que como nunca se llenaron de aire, no se dilataron las vejiguillas de que constan, y así están muy macizos.

Silvio

Esa es la experiencia de que se valen los médicos y los magistrados cuando hay duda sobre si los infantes nacieron muertos, o si la malicia y el reprensible pudor los hizo morir luego después de nacidos. Porque si los pulmones sobrenadan en el agua, como suele suceder en los de los hombres, es señal de que el niño respiró y no nació muerto.

Teodosio

Asi es; pero absolutamente puede haber engaño en esa prueba, porque a veces sucede en los partos trabajosos romperse las secundinas, y respirar el niño antes de nacer.

Eugenio

Pero vamos al caso principal, ¿y cómo se sustenta y nutre?

Teodosio

Nútrese mediante el canal o cuerda umbilical: el niño es como una manzana unida al árbol por medio del pezón, el cual es una colección de fibras por donde le viene del árbol el jugo o sustento. De este modo está el niño unido a la madre por el cordón umbilical a a, y por él se nutre y crece. Este canal consta principalmente de una vena grande y dos arterias, por entre las cuales va el uracho, que es un canalcito o especie de vena que nace de la parte superior de la vejiga del niño, y viene a salir al ombligo, de donde juntamente con las arterias y venas sale a prenderse en el vientre de la madre. Nútrese el niño del mismo modo que cualquier miembro, una mano o un dedo, sin que en él haya parte en que se prepare el alimento, sólo con la sangre que va regando todas sus partes se va aumentando y creciendo; así es el niño. La sangre de la madre, preparándose primero en los muchos conductos, vasos y filtros que tiene en la placenta, entra por la vena umbilical del niño , y va en derechura a su hígado, que es muy grande, y después pasa al corazón. Cuando entra en la aurícula del ventrículo derecho, no toda ella pasa al mismo ventrículo, sino que una gran porción atraviesa para el ventrículo izquierdo por un agujero que hay abierto de una parte a otra (miradlo en esta estampa 5, fig.8, en que se representa el corazón del niño antes de nacer). Este agujero a se cierra en los que respiran. Además de esta sangre el resto que entra en el ventrículo derecho sale como en los adultos para la arteria pulmonar; pero toda, o casi toda, de la arteria pulmonar pasa a la aorta por una travesía que tiene. Vedla aquí en la misma figura donde está la letra b; pero en fin la sangre que va a los pulmones (si es que va alguna) entra por la vena pulmonar; va al ventrículo izquierdo, y sale con la otra por la aorta: después corre por todo el cuerpo del niño y viene a recogerse a la madre por las arterias umbilicales, que retorcidas con la vena umbilical forman como una cuerda: esta ordinariamente sube desde el ombligo del niño por encima del hombro, y bajando por las costillas va a unirse a la placenta. Ved aquí como se nutre el niño, y cómo circula la sangre en él.

Silvio

Mirad que modo de circular dispuso Dios en los niños, sin que la sangre vaya a los pulmones, porque tienen respiración que promueva a la circulación en ellos así como la promueve en los adultos.

Eugenio

¿Y por qué no circula en nosotros la sangre del mismo modo? ¿Quién cierra estas comunicaciones que tenemos en el corazón, y que dan paso de un ventrículo a otro, sin la necesidad de ir a rodear por los pulmones?

Teodosio

Yo os lo diré. Apenas nace el niño le entra el aire por la tráquea, y le ensancha los pulmones, con lo cual empieza a respirar: con esto toda la sangre que se halla en las venas pulmonares es impelida hacia el corazón, como hace poco lo he dicho; y cuanto más aprisa se impele, tanto más abierto se deja el lugar a la sangre que viene corriendo por la arteria pulmonar, la cual si tiene camino desembarazado y salida patente para los pulmones, no ha de tomar por la travesía que va a dar a la aorta, porque al cabo mas bien seguirá la línea recta: y de este modo con el poco uso se va estrechando y encogiendo la tal travesía que comunica la arteria pulmonar con la aorta, y en fin se cierra, se seca y se cae. Por la misma razón el agujerito que comunica el ventrículo derecho con el izquierdo va teniendo manos uso, porque a la sangre de la vena cava mas fácil le es entrar en el ventrículo derecho, y salir por la arteria pulmonar, que atravesar por el agujerito; y así, teniendo este camino desembarazado, irá pasando muy poca sangre al ventrículo izquierdo. Al mismo tiempo la sangre que viene a la aurícula izquierda por la vena pulmonar es más copiosa y trae más fuerza, porque ya los pulmones están en acción; por eso resisten y se oponen en cierto modo a la sangre que por el agujerito quiere salir de la aurícula derecha para la izquierda; e impedido el curso de la sangre por esta puerta, va naturalmente cegándose hasta taparse enteramente. Pero en caso que se conserve abierta, puede un hombre pasar mucho tiempo sin respirar, como tal vez sucederá a los que aguantan mucho debajo del agua, la cual no les será nociva, así como no lo es a los niños el humor en que viven nueve meses sin ahogarse porque no respiran. Pero es caso muy raro el conservarse en los adultos ese agujerito abierto.

Eugenio

¿Y qué uso tiene ese fluido en que decis que está metido el niño dentro de ese saco o de las secundinas como las llaman?

Teodosio

Muchos tiene: el primero es hacer que el niño esté resguardado de la opresión del útero, pues con este líquido se reparte la apretura con igualdad por todas partes, y no es tan perjudicial como si fuera sobre un miembro solo, según os he dicho hablando de la presión del aire en nosotros. El segundo es facilitar el parto, y mantener todas las fibras del niño tiernas y prontas a ensancharse como es menester que estén después de nacer.

Silvio

Otra utilidad le dan muchos modernos, que es la de nutrir y sustentar el niño, cuya opinión no está destituida de fundamentos: lo primero, porque cuando acontece morir la madre y el hijo helados, se halla en la boca del niño, en el esófago y en el ventrículo un hielo, que derretido y deshecho da un licor semejante a aquel que le rodea por fuera. Además de eso el niño al nacer trae en los intestinos algunas heces, y esto indica que hubo en su ventrículo algún alimento, el cual no puede ser otro que este fluido. Fuera de que sino decimos que a lo menos en los últimos meses se nutre el niño con este licor, no será fácil que las venas lácteas y todos los demás vasos de la nutrición estén luego prontos para obrar y digerir el alimento que tomare después de nacido. Y quizá proviene de esto que en los últimos meses se halla menor porción de líquido dentro de las secundinas.

Teodosio

Yo no desprecio esa opinión que adopta Cowper (Tab. 58), pero no la sigo; y comenzando por ese último fundamento, dudo de él por lo que leí en el célebre Federico Hoffman (Medic. Raf. System, tem 1, parte 2, cap. 13, §18), el cual no cree que haya menor cantidad de licor en los últimos meses del preñado. Y por lo que decís de las heces que se hallan en los intestinos del niño responde Adam Kulm {Tab. 27, pág. 178.} que pueden provenir del mismo humor que las glándulas del esófago y ventrículo &c. destilan en el espacio de nueve meses; y trae un caso que observó de un monstruo que se componía de dos niñas juntas, las cuales tenían un pecho solo, pero dos vientres: hizo anatomía de ellas, y observó que la una era mayor, y estaba mas bien nutrida que la otra; pero la mayor tenia en los intestinos la vigésima parte de las heces que tenia la mas pequeña. Ahora, pues, si fuese cierto que en el vientre se habían nutrido del licor que rodeaba sus cuerpos, siendo como era uno mismo, la que era mayor y estaba más nutrida naturalmente había de haber tomado mas sustento, y tendría más heces; pero se observaba lo contrario.

Silvio

¿Y a qué atribuye él ese exceso o diferencia?

Teodosio

Dice que podía provenir de que la mas pequeña estaba muy oprimida por la otra, y esta mayor opresión naturalmente había de hacer a las glándulas destilar mayor cantidad de humor, y que se juntase mayor porción de heces después que la parte mas sutil entrase por las venas y conducto torácico. Y semejante solución se puede dar al hielo que se encuentra en el ventrículo de los niños helados; pues el mismo humor de las glándulas con el frío se convierte en hielo. Pero para mí el fundamento más fuerte de esta opinión es que si el tal líquido, a causa de la compresión del útero, les entrase por la boca al esófago, también debía entrar a la áspera arteria y a los pulmones; y si estos estuviesen llenos de este líquido cuando el niño naciese, no podría entrar en ellos el aire, ni respirar el niño de ningún modo contra la común experiencia. Pero al fin esa cuestión para nosotros es de bien poca importancia.

Silvio

Así es; pero siempre es justo que los profesores averigüen la verdad.

Teodosio

Ahora, pues, Eugenio, ¿os dais por satisfecho con lo que tengo explicado en esta materia?

Eugenio

No se que os diga, porque ignoro si me queda por saber alguna cosa de entidad.

Teodosio

Si todavía falta algo, por ahora no se me ocurre. Lo que pase de lo que os tengo dicho es propio de los profesores de anatomía: a un filósofo le basta la noticia que os he dado de lo que es el hombre, tanto por lo que pertenece a sus sentidos, como por lo restante de su cuerpo. Y si no que diga Silvio si nos falta alguna cosa.

Silvio

Yo os aseguro que muchos médicos de profesión como yo no estarán tan instruidos en la anatomía como vos, si conservarais en la memoria lo que Todosio os tiene dicho; con que si os contentáis con ser filósofo, os basta y sobra esta instrucción, y me voy retirando, porque tengo un enfermo que cuidar. Adiós.

Teodosio

Mañana no vengáis a buscarnos, que nosotros pasaremos a vuestra casa, pues es razón que os hagamos una visita.

Eugenio

Ya se lo tenía yo dicho a Teodosio, y estoy corrido de tanta honra como nos habéis hecho, pues no ignoro ha sido a costa de una grande incomodidad.

Silvio

Ninguna puedo tener que me sea sensible viniendo a buscaros; pero ya espero con alborozo el favor prometido. Quedaos con Dios.

Nota. En Madrid vi yo y vieron muchas personas a Cristóbal Lázaro, natural de Granada, y principalmente el Excmo. Sr. Conde de Atarés, que le daba una pensión de cien ducados, sobre otros ciento que le señaló el Rey nuestro Señor. A los cinco años de su edad se le agangrenó la lengua, y por sí misma se arrancó de cuajo (como dicen), y no obstante hablaba, cantaba con perfección, y gustaba los sabores. Estudió gramática en su país y la filosofía en el Escorial, y murió estudiando leyes en Zaragoza en junio de 1791.


www.filosofia.org Proyecto Filosofía en español
© 2003 www.filosofia.org
Teodoro de Almeida • Recreación filosófica
Madrid 1786, tomo 4, páginas 262-314.