Filosofía en español 
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Adiciones Carta tercera

Al mismo asunto

1. Muy Señor mío: Recibí la de V. S. de 31 de Diciembre, en la cual me lleva especialísimamente la atención una cláusula, en que me dice que si excluyo de objeto digno de la imitación de los Reinantes a Luis XIV por Conquistador; debo también excluir al Czar, que lo fue con una ambición desordenada: y si antepongo a éste por insigne bienhechor de sus Pueblos, lo fue asimismo aquél, logrando en sus tiempos, que hasta el horror de la Guerra se convirtiese en utilidad, y delicia de sus Vasallos.

2. En lo primero convengo de bonísima gana, pues bien lejos de proponer al Czar digno de imitación por sus Conquistas, positiva, y expresamente culpo en ellas su ambición, y mala fe, como V. S. puede ver al num. 5. de el Paralelo, fuera de no hallar cosa expectable en ellas, porque siempre combatió con fuerzas muy superiores. Mas en cuanto a lo segundo, que aun el horror de la Guerra, que mantuvo Luis XIV, se convirtiese en utilidad, y delicia de sus Vasallos, me es preciso disentir sobre un fundamento, cuya solidez no puede negar V. S.

3. En el pasado mes de Septiembre me hizo V. S. el favor de remitirme un papel hermosamente escrito en Idioma Francés, a quien legítimamente en la Carta adjunta dio V. S. el nombre de Retrato Político, y Moral de Luis XIV, añadiendo en ella, que lo que expresa de Luis XIV dicho papel, es lo que piensan de este Rey los que pasan por juiciosos en aquel Reino, esto es, el de Francia.

4. Ahora pues: en la octava plana de este escrito veo [68] que su Autor, después de hablar en general de las victorias de Luis XIV, en aquellos tiempos en que sus armas fueron felices, prosigue así: Si las glorias de la Francia por esta parte crecieron hacia fuera, en ninguna manera fue por eso feliz hacia dentro. Las Artes, antes tan florecientes, decayeron, las Manufacturas, y el Comercio dieron consigo en tierra, la Campaña se despobló, el Reino fue entregado a la avaricia de los Arrendadores, plaga más terrible, que todas las de Egipto. Estas fueron las utilidades, que Luis XIV produjo a la Francia con sus victorias.

5. Yo sospecho, que, o V. S. no leyó el papel citado, o le leyó algo distraído. A no ser así, no me hubiera escrito, que yo usé de noticias, que leí en Larrey, Lemieres, y otros Herejes; pues cuanto escribí de Luis XIV se halla por muy extenso en dicho papel: consiguientemente el concepto, que yo hice de Luis XIV es el mismo, que hacen los que pasan por juiciosos en aquel Reino. Asimismo, cuanto el Autor de este escrito dice de sus prendas, y virtudes, lo asenté yo en el num. 20 de el Paralelo. Con que lo que únicamente puede quedar por mi cuenta es haber dicho, que el Czar fue mayor que él. Pero si yo representé a Luis XIV en su debida estatura sin rebajar sus virtudes, ni exagerar sus vicios, el que yo concibiese mayor el Czar, aunque en ello errase, será un defecto de mi Crítica, sin ser injuria al Monarca Francés. Mas en esto de Crítica cada uno tiene la que Dios le dio, y nadie me quitará a mí, que admire más al Czar, labrando con la hacha en la mano piezas de Navíos por espacio de dos años, que a Alejandro con la espada en la diestra ganando en la Asia victorias sobre victorias. Esta, y las demás diligencias arduísimas, y extraordinarísimas, que el Czar hizo para erigir de bestias a racionales los habitadores de un dilatadísimo Imperio, extremamente tenaces de su antigua Barbarie, me representan en él un Heroismo mucho más sublime, que los de Alejandro, César, Ciro, Sesostris, [69] y otros destrozadores del Linaje humano.

6. Yo no pienso ya en importunar con mis réplicas a V. S. a quien estimo infinito, que haya juzgado mi Paralelo no indigno de su Crítica, rindiéndole al mismo tiempo muy cordiales agradecimientos, de que en el Retrato Político, y Moral de Luis XIV me ha presentado V. S. un completísimo defensorio para cuantos ataques se puedan hacer a mi Paralelo, dejándome únicamente expuesto a los que puede padecer mi persona de parte de aquellos, que me notan de imprudente; en haberle dado a la luz pública: en que yo dejaré que cada uno sienta lo que quisiere, porque tengan siquiera ese consuelo mis enemigos.

Nuestro Señor guarde a V. S. muchos años, &c.

Nota

El papel, que justamente celebra nuestro Illmo. Feijoo, y que dice le fue remitido por N. es copia literal del Elogio, que hace de Luis XIV el P. Avrigni, Jesuita, y se halla en el Tomo 5 de sus Memorias para servir a la Historia General de la Europa, desde el año de 1600 hasta el de 1716. Este Autor desde la pág. 330 hasta la 342 que es la que da fin a dicho tomo, retrata al vivo todas las calidades de aquel Príncipe: le presenta de grande espíritu, sólido en sus razonamientos, sabio en sus empresas, y firme en aquellas resoluciones, que miraban a su gloria, y al bien público: hace ver su valor exponiéndole a la frente de sus Armadas, y dividiendo sus fatigas con sus tropas: pinta su amor a las Leyes, y su ardiente deseo hacia la felicidad de sus Estados. En suma, dice todo lo que hubo de bueno en aquel Príncipe, pero no le disimula sus vicios.

Nos le ofrece dominado de dos pasiones. El amor a las mujeres, y la inclinación a la guerra ocupaban principalmente su ánimo. Los movimientos de su ambición trajeron grandes perjuicios a la Francia, y sus conquistas la [70] llevaron a un estado lamentable. De modo, que que siguiendo el espíritu de este Jesuita, diremos bien, que es una prueba nada equívoca de lo que persuade nuestro Illmo. Feijoo en su expresado Paralelo.


{Benito Jerónimo Feijoo, Adiciones a las Obras del muy ilustre, y reverendísimo Padre Maestro D. F. Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro, Maestro General del Orden de San Benito, del Consejo de S.M. &c., texto tomado de la edición de Madrid 1783 (Por la Real Compañía de Impresores, y Libreros del Reino, en la Imprenta de Don Pedro Marín), páginas 67-70.}