Filosofía en español 
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Nimio de Anquín  1896-1979

retrato

El filósofo argentino Nimio Juan Manuel de Anquín, tal su nombre completo, nació en la ciudad de Córdoba el día 12 de agosto de 1896, falleciendo en la misma ciudad el 16 de mayo de 1979. Pensador de notable erudición y raíz tomista, su originalidad le evitó caer en un cerrado escolasticismo. Especialista en Aristóteles, profundizó los textos griegos a partir de la filología, en particular de la escuela alemana, siendo en ese sentido introductor de Werner Jaeger en la Argentina.

Cursó sus estudios como bachiller en el tradicional Colegio Nacional de Monserrat, continuando en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba, donde también estudió Ciencias Naturales. Con solo 24 años, comienza a trabajar en el diario Los Principios de Córdoba, periódico relacionado con los sectores católicos de esa provincia. Allí publicaría durante muchos años, ya como editorialista, propagandista político o bien como ensayista. Las páginas del diario darían lugar a Nimio de Anquín para publicar sus encendidos discursos nacionalistas durante la década del treinta, como también enjundiosos trabajos filosóficos. Sería el espacio de publicación más estable y duradero de aquellos donde colaboró. El resto de sus escritos está desperdigado en multiplicidad de publicaciones a lo largo de casi 60 años. Esto, unido a cierto descuido que el filósofo tenía para con sus escritos, ha dado como resultado una situación harto dificultosa a la hora de rastrear su obra.

En la década del veinte, producto de relacionarse con un grupo de amigos, nace la revista Arx, cuyo director fue Luis Martínez Villada. La publicación solo tuvo tres números, y con el mismo nombre, el propio De Anquín la relanzaría en la década posterior en un formato más grande, conociéndose por eso como Arx (maior), mientras que a la anterior se le dice Arx (minor).

En 1926 presenta un trabajo sobre el tema propuesto El problema epistemológico en la filosofía actual. Contribución a su estudio, con el que gana una beca para realizar estudios en Alemania, beca que también le fue concedida al filósofo Carlos Astrada. De Anquín pudo así cursar en Europa con profesores como Ernst Cassirer y Albert Goerland, entre otros. En 1928 logra obtener una extensión del financiamiento para continuar sus estudios en Europa, como consecuencia de su trabajo “Nota preliminar a una filosofía de la inteligencia”, aunque no pudo continuar en el Viejo Continente debido a problemas personales que lo hicieron volver a la Argentina. De vuelta en su país, con el grupo de amigos antes mencionado, funda el Instituto Santo Tomás de Aquino. También a su vuelta gana por oposición la cátedra de Lógica y Moral en el Colegio Nacional Monserrat, volviendo a la institución donde tuvo su primera educación, pero esta vez como profesor.

En 1933 forma parte de la comisión creada a los efectos de constituir el Instituto de Filosofía para la Universidad Nacional de Córdoba, que sería el germen de donde había de nacer la Facultad de Filosofía, varios años después. La Comisión Nacional de Cultura lo beca, en 1941, para realizar estudios en Bolivia. Por estos años, durante las décadas de 1930 y 1940, participaría de los Cursos de Cultura Católica, tanto como conferencista como escribiendo artículos para la revista Ortodoxia, publicación de los mencionados Cursos.

«Por fin, en 1933, el rector [de la Universidad Nacional de Córdoba] Sofanor Novillo Corvalán, que era él mismo un humanista influido en filosofía por Maritain y ferviente partidario del renacimiento de la metafísica, designó una comisión con el fin de organizar el Instituto de Filosofía (Enrique Martínez Paz, Raúl Orgaz, Luis G. Martínez Villada, Émile Gouiran y Nimio de Anquín). Aprobado el proyecto en junio de 1934, se designó director al profesor Gouiran y se inauguró la nueva casa el 22 de junio de 1934. El Instituto tenía estructura de Facultad (licenciatura y doctorado).» (Alberto Caturelli, Historia de la filosofía en la Argentina 1600-2000, Buenos Aires 2001, pág. 670.)

En 1946 participa como invitado en el XIX Congreso Mundial de Pax Romana (Salamanca, 21 de junio / El Escorial, 4 de julio de 1946).

«Su Excelencia el Jefe del Estado es cumplimentado por destacadas personalidades extranjeras, que han asistido a los Actos del IV Centenario del P. Vitoria. Su Excelencia el Jefe del Estado recibió esta mañana, en audiencia, en el Palacio de El Pardo, a varios ilustres profesores y licenciados católicos extranjeros, que vinieron a España recientemente para asistir a los actos conmemorativos del IV centenario del Padre Vitoria, fundador del Derecho Internacional moderno. Figuraban entre ellos los reverendos padres Sepich y Vallejo y señores Magnasca, Nimio de Anquín, M. A. Ferrer y Becar Varela (argentinos), monseñor Oscar Larson y señores Prat, Cievas, Fontaine y Sanfuentes (chilenos), reverendo padre Buron, señores Castilla Nava y Grigorio (bolivianos), reverendo padre Fernández y señores Castellanos, Berro y señorita Pittaluga (uruguayos), reverendo padre Muñoz y señora Appleyard (paraguayos), señor Tornagui (brasileño), reverendo padre Landezuri y señor De la Puente (peruanos), señores Sánchez Medal, Quiroga y Escobar (mejicanos), señorita Isabel de la Vega (colombiana), señorita Robalinos (ecuatoriana), señor Pablo Antonio Cuadra (nicaragüense), M. Bussieres (canadiense), M. Kishka (ucraniano), Valway y Wilkas (norteamericanos). Igualmente fueron recibidos por Su Excelencia varios grupos de estudiantes católicos de distintas nacionalidades, venidos a España con análogo motivo.» (El Adelanto, Salamanca, sábado, 20 de julio de 1946, pág. 1.)

En 1947 es nombrado profesor titular de Metafísica en la ya fundada Facultad, de la que llegaría a ser vicedecano en 1954. En la misma institución estuvo al frente del Instituto de Metafísica e Historia de los Sistema Metafísicos, donde además dirige la revista Arkhé, cuya vida se extiende de 1952 a 1954, siendo suspendida en 1955 producto de la denominada “Revolución Libertadora”. El régimen nacido de este golpe de Estado dejó cesante a miles de profesores, entre ellos Nimio de Anquín, quien hubo de pasar a enseñar en el ámbito privado.

En 1948 participa en Barcelona en el Congreso Internacional de Filosofía llevado a cabo por el centenario de los filósofos Francisco Suárez y Jaime Balmes, con el trabajo “Jerarquía de los bienes. (En el orden político, jurídico y económico)”.

Durante el gobierno del presidente Perón, se organizó en la provincia de Mendoza el Primer Congreso Nacional de Filosofía, entre los días 30 de marzo a 9 de abril de 1949. Nimio de Anquín participa en ese evento con dos trabajos principales –“Filosofía y religión” y “Derelicti sumus in mundo”– y un obituario por el fallecimiento de Martin Grabmann, que había ocurrido unos meses antes. El Congreso fue el acontecimiento filosófico más importante de la historia argentina, y en él participaron varios de los más prominentes filósofos de la época, tanto nacionales como internacionales.

Al año siguiente del Congreso, De Anquín recibe dos reconocimientos. En febrero es nombrado Socio de Honor por la Sociedad Española de Filosofía, y en junio recibe el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de Maguncia, de Alemania. Con motivo de este último acontecimiento, lee su “Breve comentario al ‘wozu dichter’ de Hördelin”. El 1 de noviembre presenció en Roma la proclamación del dogma de la Asunción de María.

En la Facultad de Filosofía en Córdoba edita la revista Arkhé, publicación que se mantiene hasta que se produce el golpe militar en 1955, como ya se ha mencionado, quedando sin salir un número dedicado a la figura de san Agustín. La revista tuvo su segunda época muchos años después, entre 1965 y 1968, pero esta vez costeada por él mismo y al margen de todo marco institucional. Para esta época se había consumado lo que algunos denominan su “giro hegeliano”, donde profundiza las lecturas del autor de la Fenomenología del Espíritu. De aquellos años data una de sus principales conferencias, “El Ser, visto desde América”, donde sostiene que “quien filosofe genuinamente como americano, no tiene otra salida que el pensamiento elemental dirigido al Ser objetivo-existencial, a la realidad fantasmagórica e ininteligible, cargada de potencia máxima. Y este pre-socratismo será, al cabo, una contribución efectiva a la recuperación del sentido greco-medieval del ser”.

Durante el gobierno del presidente Arturo Illia, al volver la democracia, reclama sus cátedras de las que fuera exonerado en 1955 en la Universidad Nacional de Córdoba, pedido que le fue denegado, recuperándolas recién en 1969. Por aquellos años, se desempañaba como profesor en instituciones pertenecientes al ámbito privado: la Universidad Católica de Córdoba, donde recibió el título de profesor-catedrático, y en la Universidad Católica de Santa Fe.

En 1958 participa en el XII Congreso Internacional de Filosofía en Padua-Venecia con su trabajo “Acción inmanente y acción transitiva en el concepto aristotélico de naturaleza” y, dos años después, en el II Congreso Internacional de Filosofía Medieval en Colonia, Alemania, con la comunicación “Ser Nada y Creación en la Edad Media. En Canadá, en 1968, es publicado “Los griegos y el problema de la demostración de la existencia de Dios”, en el volumen Mélanges á la mémoire de Charles de Koninck, editado por Universidad Laval de Quebec.  

En vida publicó solo dos libros, ambos compuestos por trabajos independientes que había dado a conocer con anterioridad en diversas publicaciones. Estos libros fueron Ente y Ser. Perspectivas para una filosofía del Ser naci-ente, publicado en 1962 por la Editorial Gredos de Madrid, España, y Escritos políticos, editado por el Instituto Leopoldo Lugones de Santa Fe, Argentina, en el año 1972. Merece mencionarse el volumen Escritos filosóficos, que vio la luz en 2003, en Córdoba, bajo el cuidado de Ediciones del Copista, también constituido por artículos seleccionados ad hoc. En 2014 se conoció su obra inédita América en la historia universal, publicado en la ciudad de Rosario, Argentina. Escribió numerosos ensayos y artículos que se hallan dispersos, como ya se dijo, en gran cantidad de publicaciones, tanto de su país natal como del extranjero. Hasta el momento se llevan registrados alrededor de 150 textos dados a conocer en vida del filósofo, sin embargo todavía permanecen inéditos muchos de sus escritos, entre ellos una Introducción a la metafísica, como también gran cantidad de ensayos, artículos, cursos y conferencias que aún aguardan ver la luz.

Del pensamiento de Nimio de Anquín se han ocupado filósofos como Alberto Buela, Alberto Caturelli, Manuel Gonzalo Casas, Arturo García Astrada, Diego Pró, y lo han ponderado pensadores de diversas disciplinas como el historiador Fermín Chávez, el filólogo Carlos Disandro o el padre Leonardo Castellani.

2001 «3. El ontismo inmanentista de Nimio de Anquín. Cuando Astrada “rompió con Córdoba” en 1933, no hubiera imaginado jamás que, veinticinco años más tarde, Nimio de Anquín, su opositor de entonces, llegaría a una posición doctrinal no lejana de la suya. […] c) Reflexiones conclusivas. El tomismo clásico trascendentista y el hegelismo inmanentista, convivieron en de Anquín largo tiempo, hasta que el más grande Sofista de Occidente, sutil y poderoso tentador, terminó por triunfar. El dominio de la Fenomenología del Espíritu le condujo aun ontismo inmanentista contradictorio con el tomismo juvenil y con la fe cristiana. Es sorprendente que de Anquín haya sostenido siempre –en ambos períodos de su pensamiento– que el mundo griego era el mundo “del hombre racional”. Sin embargo, ese mundo reposaba sobre mitos pre-racionales y pre-científicos que los griegos aceptaron y postularon sin crítica. Y es más sorprendente aún que de Anquín terminara por sostener el eterno retorno, la necesidad y los ciclos cósmicos e históricos... que son, precisamente, mitos prefilosóficos. Por otro lado, la emergente originalidad de su pensamiento –que puede verse en los últimos escritos de su período tomista– fue anulada por el dominio del Geist hegeliano, cuya absolutización es el acto más irracional de la razón. Por este camino se transformó en epígono nietzscheano al sostener el “sentido de la tierra” y seguidor de la gnosis al postular eones intrahistóricos como explicación de la historia. Y como de Anquín no abandonó la fe personal heredada de sus padres, convivían en él, trágicamente, dos actitudes contradictorias. Por eso creo que estamos ante cierto neoaverroísmo que fue causa de grande sufrimiento.» (Alberto Caturelli, Historia de la filosofía en la Argentina 1600-2000, Buenos Aires 2001, págs. 712-716.)

«Mis profesores [de Alberto Caturelli] más dignos de recuerdo fueron Alfredo Fragueiro, Rodolfo Mondolfo y Nimio de Anquín. Con el primero, la relación profesor-discípulo se transformó en una entrañable amistad personal que duró incólume hasta el fin de su vida; con el segundo, maestro universal de la investigación, mantuve siempre respetuosa amistad, pese a la gran distancia doctrinal que nos separaba; con el tercero, después de ocho años de trato, hubimos de romper doctrinal y personalmente.» (Alberto Caturelli, Historia de la filosofía en la Argentina 1600-2000, Buenos Aires 2001, pág. 925.)

2011 «Nimio de Anquín (1896-1979) nació y trabajó en Córdoba. Realizó estudios en la Universidad Nacional de Córdoba y en Alemania, donde fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Maguncia en 1950. De formación inicial tomista, con amplios conocimientos de la filosofía alemana, especialmente hegeliana y poshegeliana, ha sido un metafísico y filósofo de la historia. Se puede decir que la lectura de Heidegger fue determinante para sus reflexiones y actuó como disparador de sus propios pensamientos. Sus distintas etapas y sus finos análisis no permiten una síntesis breve; no obstante, se puede decir que Ente y ser marca, en la década de 1950, un intento de solución a las cuestiones suscitadas por Heidegger a propósito de la ontoteología tradicional; del problema de “la nada”, y del ser-para-la muerte. Parte de sus escritos estuvieron dirigidos también a pensar la cuestión del ser americano, dentro de una filosofía de la historia, donde expuso sus críticas al liberalismo y a las acechanzas de la tecnología ante un nuevo tipo de “ecumenismo” basado en el poderío bélico (Anquín, N. de, 1962, 1971, 1971b, 1988, 1990, 2003).» (Clara Alicia Jalif de Bertranou, “La fenomenología y la filosofía existencial”, en El pensamiento filosófico latinoamericano…, Siglo XXI, México 2011, págs. 282-283.)

«Desarrollos paralelos encontramos también en la obra del argentino Nimio de Anquín (1896-1979). Formado en la escolástica, paulatinamente se irá acercando a Hegel, hasta llegar a proponer, a partir de éste, las condiciones ontológicas para un pensamiento latinoamericano. Sostiene Anquín que sólo es posible que comience un auténtico pensamiento latinoamericano si previamente se ha ubicado el pensador desde un horizonte “óntico-cognitivo”. Este horizonte, a juicio de Anquín, sería la superación dialéctica de dos horizontes ontológicos previos, a saber, el griego y el cristiano. El horizonte griego sería el de una ontología fundada sobre la idea de mismidad o de ser unívoco. El horizonte cristiano, por su parte, sería el horizonte de una ontología fundada sobre la idea de separación o interposición de la nada entre el absoluto y lo relativo, cuyo signo sería la analogía. Piensa Anquín que la doctrina de la analogía no logra ganar para el pensamiento la síntesis que el pensamiento exige, pues permanece encadenada “al pesado lastre de la tradición semítica nadificante” (Caturelli, A., 1971, p. 156). La superación de la analogía, entendiendo dicha superación como efectiva realización de la síntesis perseguida por la analogía misma, debería consistir en la “resurrección del ser greco-parmenideo sacándolo de la nada” (ibid., p. 157), es decir, en la concepción del ser como mera facticidad, en el paso de la metafísica a lo que él llama “protofísica”. Esta misma idea será desarrollada en Latinoamérica por algunos discípulos de Zubiri, inspirados justamente en Zubiri y no en Anquín.» (José Antonio Pardo Oláguez, “La ontología y la metafísica”, en El pensamiento filosófico latinoamericano…, Siglo XXI, México 2011, pág. 566.)

«Un acercamiento al pensamiento de De Anquín nos lleva por dos caminos: el primero se relaciona con la problemática tomista, la tipología histórico-metafísica de la Edad Media. El segundo camino se ubica en un corte parmenideo-hegeliano a partir de los años sesenta; en éste se concentra en resaltar la distinción entre razón y fe, entre ser eterno unívoco y Dios creador. Entre los temas que De Anquín contempló se encuentran la relación de analogía de participación, Ser eterno y Dios creador, razón y fe, ser y nada. […] En cuanto a un pensamiento propio desde su condición de americano, De Anquín afirma que el ser visto desde América corresponde a un ser singular en su discontinuidad fantasmagórica. Quien filosofe genuinamente como americano no tiene otra salida que el pensamiento elemental dirigido al ser objetivo-existencia, a la realidad cargada de potencia e intencionalidad. De Anquín simplemente hizo filosofía desde América.» (Rosa María Espinoza Coronel, “Nimio de Anquín (1896-1979)”, en El pensamiento filosófico latinoamericano…, Siglo XXI, México 2011, págs. 870-871.)

Algunos de los principales escritos de Nimio de Anquín

Mito y Política

Presencia de Santo Tomás en el pensamiento contemporáneo

De las dos inhabitaciones en el hombre

Cómo se desarrolló el pensamiento de Aristóteles

La clase media y la virtud de prudencia en Aristóteles

El bergsonismo, anagogía de la experiencia

Sobre la fortaleza y la muerte

Teoría y doctrina en la Edad Media

Acción inmanente y acción transitiva en el concepto aristotélico de naturaleza

Ente y Ser

Génesis interna de las tres escolásticas

El misterio de la poesía “Selige Sehnsucht” de Goethe

Antropología de los tres hombres históricos

¿Es posible una Metafísica? ¿Cómo se plantea “hoy” el problema de la Metafísica?

El Ser, visto desde América

Cognición, conocimiento, extrapolación, alienación y sabiduría

Heidegger, filósofo del Ser

Ser, Nada y creación en la Edad Media

El problema de la desmitologización (Entmythologisierung des Christentums)

Las cuatro instancias filosóficas del hombre actual

La Argentina en el nuevo eón del mundo

Textos de Nimio de Anquín en Filosofía en español

Filosofía y Religión

Derelicti sumus in mundo

Martin Grabmann

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