Filosofía en español 
Filosofía en español

Manuel Fernández Álvarez 1897-1936

Manuel Fernández Álvarez

Maestro nacional y periodista español, arrestado en 1920 por la Cheka moscovita por contrarrevolucionario, ingeniero electricista por la Escuela Técnica de Cinematografía de París, pensionado en 1932 por la Junta para Ampliación de Estudios para estudiar la cinematografía en el extranjero, cronista desde Berlín del ascenso de Hitler al poder, autor de cuatro libros… nace en Oviedo el 9 de julio de 1897 y muere en combate, en la batalla de Guadarrama, el jueves 23 de julio de 1936, donde luchaba como miliciano antifascista durante los primeros días de la Guerra Civil Española. Utilizó “Jack Wilkens” como nombre, el pseudónimo “Iván” y las variantes “Manuel Fernández Alvar”, “M. F. Alvar”, “Manuel Alvar” y “Alvar”.

“Hijo de don Manuel Fernández Tévar, maestro de instrucción primaria con ejercicio entonces en dicha ciudad [de Oviedo]. En ella hizo Fernández Alvar los estudios de bachillerato, y luego los de maestro, profesión que comenzó a ejercer allí cuando apenas tenía veinte años. Dotado de espíritu audaz y aventurero, aunque no haya dado palmarias muestras de ello hasta entonces, desapareció inopinadamente de la ciudad natal, sin que nadie volviera a saber de él. El término de esta primera etapa de una vida aventurera fue Rusia, donde consiguió entrar con el nombre supuesto de Jack Wilkens, que usó durante su residencia allí y adoptó por mucho tiempo como firma literaria.” (Constantino Suárez, Escritores y artistas asturianos, Madrid 1936, tomo III, págs. 177-178.)

“Un día, terminada la guerra europea, salía de Marsella para Odessa un buque francés, llevando a su patria unos cientos de soldados rusos rescatados de los campos de prisioneros de Alemania. Un hombrecillo diminuto, gris, se acercó al capitán momentos antes de levar las anclas. —Ha embarcado usted trescientos rusos y no lleva usted intérprete. ¿Cómo se va a arreglar usted para entenderse con el pasaje? —No había pensado en ello –contestó el capitán–. Pero tiene usted razón. Sin embargo, no hay modo de buscar intérprete; zarpamos dentro de unos minutos. —Yo me presto a serlo sin remuneración alguna: por el viaje y la comida. –No es que el hombrecillo gris fuera un experto en ruso; pero era, bajo aquellas vulgares apariencias, un aventurero de lo desconocido que sentía la tentación de la nueva Rusia.” (Fabián Hernández, “La vida extraordinaria de Manuel Fernández Álvarez (Alvar), el periodista muerto en el frente de Guadarrama”, Mundo Gráfico, Madrid 29 julio 1936, pág. 28.)

[Su padre, el maestro Manuel Fernández Tévar (1876-1942), ejerce en Grado y luego en la sección aneja a la Escuela Normal de Magisterio de Oviedo, de la que fue “regente interino” de junio de 1915 a marzo de 1917, autor ya entonces de varios opúsculos pedagógicos; director en 1921 de la Escuela graduada de niños del tercer distrito de Oviedo, asiste en abril de 1924 al Congreso Nacional de Educación Católica celebrado en Madrid (en calidad de director de la escuela graduada del quinto distrito de Oviedo); se traslada a Madrid en enero de 1926, donde en mayo de 1927 es nombrado director del Grupo Escolar “Emilia Pardo Bazán”, pasando en octubre de 1935, por permuta, a ser director del Grupo Escolar “Beatriz Galindo”, puesto en el que se mantiene, después de la guerra, hasta su fallecimiento en 1942. Parece que, siendo Manuel Fernández Alvarez relativamente joven, su padre contrajo nuevo matrimonio y tuvo otro hijo, pues su necrológica dice: “El finado era uno de los mejores pedagogos de Europa y estaba condecorado con varias cruces nacionales y extranjeras. Deja escritas muchas obras literarias y pedagógicas. Acompañamos en el sentimiento a su distinguida familia y en especial a su hijo, el ilustrísimo Sr. D. Antonio Fernández Tamargo” (ABC, 6 octubre 1942).]

En Rusia se habría incorporado como voluntario al Ejército Rojo, organizado por Trotski tras desencadenarse la Guerra Civil Rusa, en el que habría sido ascendido a teniente y, llevado a Moscú, hasta colaborado en el periódico Pravda.

«Durante el año 1920 recorrí la Rusia europea, de Odesa a Leningrado y de Polonia a los Urales, en plena actividad revolucionaria, cuando la invasión de las fronteras del Este por Polonia y la ocupación de Ukrania por los ejércitos blancos mantenían aún incierto el porvenir de los Soviets. La casualidad me puso en contacto con personas que desempeñaron papeles importantes en el destierro y muerte del ex Zar Nicolás, y un momento pensé aprovechar este acontecimiento para comparar en un libro la Rusia nueva y el zarismo agonizante; pero falto de tiempo, sólo pude dedicarle un simple resumen en la serie de artículos donde, a mi regreso a Francia en diciembre de 1920, expuse los resultados de la experiencia soviética, en contradicción con los bolcheviques. Mas tarde –bajo forma dramática, que preferí para tener cierta libertad de expresión y detalle– intenté reconstituir, en el cuadro de la Revolución, algunos episodios relativos a los últimos días de los Romanoff.» (Jack Wilkens, Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético, Madrid 1931, pág. 15: Introducción.)

De sus incipientes derivas contrarrevolucionarias fue testigo Ramón Merino Gracia (secretario de la Federación de Juventudes Socialistas, director de Renovación y cofundador del Partido Comunista Español), quien advierte a la policía política bolchevique, resultando detenido por la Cheka el 13 de octubre de 1920. Permanece preso durante cuarenta días, siendo puesto en libertad el 22 de noviembre, por orden directa de Lenin, al parecer tras mediar delegados españoles que trataban en Moscú la posible incorporación de sus organizaciones a la Komintern: «En reconocimiento a Ángel Pestaña, Fernando de los Ríos y Daniel Anguiano, cuya intervención logró mi libertad de las prisiones tchekistas de Moscú en 1920. J. W.», dice la dedicatoria del libro firmado por Jack Wilkens, Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético (Madrid 1931, pág. 7). [Jack Wilkens fuerza la realidad al incluir a Ángel Pestaña en ese reconocimiento, pues el anarquista ya no estaba en Rusia a esas alturas: sus Setenta días en Rusia se prolongaron hasta el 7 de septiembre de 1920, al cruzar a Estonia de vuelta hacia España.]

«Jack Wilkens es el pseudónimo de un español intrépido y sin prejuicios, que asfixiado dentro de los moldes vilipendiosos de la tiranía borbónica emigró en plena juventud, abandonó su carrera y durante catorce años paseó por el mundo su rebeldía.» (La Tierra, Madrid, 17 de julio de 1931.)

«Manuel Alvar ha sido el único periodista español que consiguió interviuvar a Lenin, con el que sostuvo una conversación de dos horas y que reprodujo la Prensa de veinte países. Ha interviuvado a Kropotkine, Kalinin, Trotski, Vorochilow, Yugorow, Litvinoff, Bujarin, Benés, Massaryck, Titulesco, Kemal Ataturk, Condylis, Gomboes, Goering, Herriot, Daladier, Boncour... Es el autor del primer reportaje hecho por un periodista europeo sobre la revolución rusa, que mereció la traducción a siete idiomas y fué publicado en veinte países, allá en el año 1920, cuando todavía era para el mundo civilizado un enigma amedrentador el “ensayo” comunista...» (Heraldo de Madrid, 11 de marzo de 1936.)

Establecido en Francia, pronto gana allí fama como crítico tenaz del régimen bolchevique, principalmente desde Le Libertaire (de París).

«Apotheose! Le vaincu du Congrès minoritaire, c'est Monatte. Lui qui croyait y dominer dans une apothéose royale, y a été réduit dans une “sortie” piteuse –d'autant plus blessante qu'il est plus orgueilleux. Il l'a d'ailleurs bien voulu… Nôtre ami Wilkens, régulièrement mandaté, allait prendre la parole au nom de l'organisation qu'il représentait, quand Monatte se dressa, indigné: “J'estime que le Congrès, sans s'amoindrir, ne peut écouter cet homme qui est un détracteur de la révolution russe (Monatte confond volontairement révolution russe et… bolchevisme). Si Wilkens parle ici, je quitterai la salle…”. Wilkens commença de parler. Monatte, frappant du pied, sans doute pour solliciter les suiveurs, se dirigea vers la sortie. Nul ne fit effort pour le retenir. Arrivé près de la porte, il se retourna. Personne derrière lui… Sa voix et son talon étaient restés sans écho. Monatte sortit, tout seul… (Le Libertaire).» (Le Populaire de Paris. Journal Socialiste du Matin, miércoles 4 enero 1922, pág. 2.)

«Les anarchistes russes et les soviets. Entretien, a Gênes, avec Sandomirski. Sandomirski, avec sa tète fine aux cheveux ras, sa moustache rousse, son regard ironique derrière un lorgnon sévère, représente dans la diplomatie soviétiste l'anarchiste qui ne s'est pas renié. […] —Mais tous les anarchistes ne pensent pas comme vous. Voyez les nôtres! —Je sais de quoi vous voulez parler. J'ai voulu protester contre les articles de Wilkens, que je sépare de mes camarades du Libertaire. Mais, dans la même journée, on avait arrêté, à Moscou, des anarchistes. Cela vous démontre encore une fois, le dommage causé par une politique de répression contre mes compagnons, dommage non seulement pour les anarchistes, mais aussi pour les communistes eux-mêmes.» (l'Humanité. Organe Central du Parti Communiste S.F.I.C., París, 4 junio 1922, p. 1.)

«A cette Internationale nouvelle se rallierait volontiers les anarchistes, qui forment la troisième fraction de la C.G.T.U. Eux ne veulent pas du tout l'adhésion à l'Internationale de Moscou, dont ils ne doutent pas qu'elle soit une branche de l'Internationale politique. Nous lisons en effet dans le Libertaire (16 juin 1922): “L'Internationale syndicale rouge, par l'esprit de sa constitution et par ses statuts, fausse l'autonomie du mouvement ouvrier en l'associant étroitement au sort d'un parti politique et d'un Etat constitué. Si l'I.S.R. persiste à ne pas comprendre la nécessité d'assurer au mouvement syndicaliste toute son autonomie, nationalement et internationalement, il ne reste plus qu'à envisager la fondation d'une Internationale syndicale vraiment syndicaliste entre tous les organismes confédéraux qui se sont dégagés des liens des gouvernements et des partis.” Et, dans le même numéro, M. Wilkens expose les faisons de défiance des, anarchistes à l'égard de l'Internationale syndicale de Moscou. L'abrogation de l'article 11, dit-il en substance, ne changera rien à l'affaire. “Nous sommes presque certains, d'ailleurs, que devant la protestation soulevée par ledit article, les dirigeants moscovites accepteront son élimination.” Mais tous les statuts de l'I.S.R. tendent à “l'instauration du pouvoir prolétarien”, à la “dictature du prolétariat”; plus encore, les statuts sont rédigés de telle sorte que la majorité appartient aux pays slaves (république des Soviets en Russie, avec six millions de syndiqués, dix-sept délégués; Ukraine, dix délégués; différentes républiques soviétiques, vingt-quatre délégués: au total cinquante et un délégués). Or, dans ces pays, “le parti communiste règne en maître”, “le syndicalisme n'existe pas”, “le rôle des travailleurs est passif” et leurs délégués ne sont que “des mandataires disciplinés du parti communiste”. Viennent ensuite l'Allemagne, avec six délégués; l'Angleterre six; la Pologne quatre; l'Amérique du Nord huit; l'Amérique du Sud douze; l'Australie une douzaine environ. Le Japon et l'Inde, la Suède et la Norvège, la Tchécoslovaquie et la Yougoslavie, la Roumanie, la Bulgarie, la Turquie, la Grèce et la Finlande ont chacun deux délégués. “L'espoir de faire prévaloir le point de vue du syndicalisme serait bien faible” et les congrès de l'I.S.R. pourraient parfaitement voter des résolutions qui rétabliraient en fait la liaison avec le communisme politique. Et cela, les syndicalistes seraient obligés de l'admettre sous peine d'exclusion; l'article 12 dit en effet: “Les organisations faisant partie de l'I.S.R., qui ne se conformeraient pas aux décisions des congrès et ne tiendraient pas compte des décisions de l'Exécutif peuvent être exclues par le comité centra.” Et ce comité central serait entre les mains des communistes.» (Revue Internationale du Travail, mayo 1923, pág. 718.)

«Hilaire Arlandis a été arrêté lundi à Barcelone. Un coup porté a la “Batalla”. Le 14 juillet, notre camarade Arlandis a été arrêté à Barcelone avec deux autres camarades Domingo E. Benedi (Irenofile Diarot) et Angel Pumarega, tous trois rédacteurs et administrateurs de la Batalla, l'hebdomadaire syndicaliste communiste de Barcelone. Nos lecteurs ont pu, tout récemment, lire, dans la Vie Ouvrière les articles documentés d'Arlandis sur les soi-disant anarchistes russes. Il a, comme il convenait, dénoncé Makhno; il a relaté, toujours avec documents à l'appui, les actes caractéristiques de banditisme accomplis, en Russie, sous le couvert de l'anarchisme. Nul, mieux que lui, n'était fondé à souligner les déviations idéologiques et “pratiques” de l'anarchisme, parce qu'il avait longtemps, avant guerre, milité dans les milieux libertaires. Il fut de ceux –de plus en plus nombreux– auxquels la Révolution russe enseigna quelque chose. Délégué des syndicats révolutionnaires espagnols au Congres constitutif de l'I.S.R., il put, sur place, mesurer l'oeuvre immense de nos camarades russes et se convaincre de plus en plus de la faillite de l'anarchisme dans le domaine des réalisations pratiques. Il démasqua dans la Vie Ouvrière, dès son retour, les grossières exagérations, le tissu de mensonges contenus, dans les articles de Wilkens. Depuis l'avènement du fascisme en Espagne, il avait repris sa place là-bas, dirigeait la Batalla et était parvenu, avec Joaquim Maurin, actuellement en Russie, à grouper autour, de ce vaillant organe une élite de camarades venus pour la plupart des milieux anarchistes.» (l'Humanité. Organe Central du Parti Communiste S.F.I.C., París, 20 julio 1924, pág. 3.)

En los días previos a la proclamación de la Segunda República Española (14 abril 1931), se ultima la traducción y edición del libro que Jack Wilkens parece que ya había publicado en francés en 1922, donde describe y dramatiza la ejecución de Nicolas II de Rusia (17 julio 1918). Firma la traducción Demófilo Dantón Ferrero [nacido en Valencia el 2 de mayo de 1898 –La Autonomía, Reus, 5 abril 1898, pág. 3–, hijo segundo de Belén Sárraga, directora de La Conciencia Libre, casada religiosamente en 1894 con el librepensador Emilio Ferrero Balaguer, con quien ya había tenido a Libertad y aún había de parir a Víctor Volney; Demófilo Dantón participa, en septiembre de 1930, en el primer congreso del Partido Republicano Radical Socialista, como delegado por la Juventud de Madrid, ante el que defiende la proposición “Necesidad de una honda transformación en la enseñanza de la juventud”, El Sol, 26 septiembre 1930] y lleva un prólogo de Eduardo Barriobero Herrán (1875-1939), presidente desde 1930 del Partido Republicano Democrático Federal (en junio de 1931 sale diputado por Oviedo, en la lista de los Federales agrarios).

cubierta del libro Jack Wilkens
Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético
Prólogo de E. Barriobero y Herrán
Traducido del francés por Demófilo Dantón Ferrero
J. M.ª Yagües, Editor
Madrid 1931, 125×192 mm, 253 páginas.

[cubierta] “Jack Wilkens | Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético | Prólogo de E. Barriobero y Herrán”. [lomo] “Jack Wilkens | Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético | Yagües”. [3] “Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético”. [5] “Jack Wilkens | Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético | Traducido del francés por Demófilo Dantón Ferrero | J. M.ª Yagües, Editor | Madrid”. [6] “Copyright by 1931 | Jack Wilkens | Derechos reservados | Imp. de Galo Sáez - Mesón de Paños, 8 - Tel. 11944 - Madrid.” [7] “En reconocimiento a Ángel Pestaña, Fernando de los Ríos y Daniel Anguiano, cuya intervención logró mi libertad de las prisiones tchekistas de Moscú en 1920. J. W.” [9-14] “Unas pocas palabras preliminares [...] E. Barriobero y Herrán. Abril de 1931.” [15-249] texto. [251-252] Índice. [253] “Acabóse de imprimir la primera edición de este libro en los talleres tipográficos de Galo Sáez, Mesón de Paños, 8, Madrid, el día 9 de mayo de 1931.” [contracubierta] “J. M. Yagües - Editor - Madrid. Precio: cuatro pesetas. Printed in Spain.”

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[ Eduardo Barriobero Herrán ]

Unas pocas palabras preliminares

Este libro, Nicolás Alexandrovich Romanoff, ciudadano soviético, no es un tributo más a Rusia, ni una nueva apología del régimen soviético, ni un canto a la Revolución, ni la ofrenda de una lágrima a sus dolores. Es un trozo de literatura emocional, de la que siempre está de moda. Es una serie orgánica de cuadros de vivísimo colorido y gran plasticidad.

Los personajes hablan con voz humana, y desde las páginas del libro se oye palpitar el corazón... de los que lo tienen. El último Zar, pazguato y borracho, incomprensivo y pusilánime, ignorante del valor de la sangre, porque tarado de hemofilia la ve correr en su hogar para ser barrida y fregada como un detritus, es la momia secular de la realeza, que se deshace al contacto de las auras emancipadoras.

La Zarina, ya vieja y afecta de beatería cínica, no se hace a la idea de su derrota, del anonadamiento de su poder; muere en reina, pero en reina innoble, que no afronta el suplicio inconsciente, como María Antonieta, ni ofrenda su vida a la gloria póstuma.

El Zarewich, enclenque y cacoquimio, que al hacer acto de presencia en la vida anuncia ya que su cabeza jamás podrá soportar el peso de una corona. Es como un hijo póstumo de la monarquía imperial. La muerte le compensa de sus dolores físicos y de sus desgracias morales, puesto que muere poéticamente, en el campo, si no con las estrellas por antorchas, como pedía Heine, con las canciones del pueblo por salmos funerales.

Las grandes duquesas, a quienes el sexo impulsa a redimirse por el amor y los prejuicios de clase, las precipitan a la muerte. Los soldados-ciudadanos, enérgicos y conscientes de su deber, buenos y cordiales, como hasta las víctimas de su custodia y vigilancia reconocen...

Estos son los elementos vitales de la obra; el autor ha podido pintarlos a la perfección, porque pudo ponerse en condiciones de cumplir el precepto horaciano:

Si vis me flere, dolenlum est primum ipsi tibi.” (Si quieres hacerme llorar, has de llorar primero tú.)

Jack Wilkens es un pseudónimo que cobija el nombre de un español intrépido, de los que en el siglo VIII reconquistan España; en el siglo XII promueven cismas religiosos; en el XVI conquistan mundos; en el XVII enseñan al Universo entero Literatura y Filosofía, y en el XIX arrancan de sus alas las plumas al águila caudal de la guerra.

Pertenece a la generación joven. Además de literato es ingeniero; como toda la juventud sana de inteligencia y de alma, siente la influencia de la Revolución rusa, se adhiere con entusiasmo a las nuevas ideologías, abandona los beneficios de su formación intelectual y se incorpora, al proletariado. En pocos meses su actuación le distingue, y el Sindicato a que pertenece le nombra delegado para asistir al Congreso de la Internacional en Rusia. Consigue embarcar clandestinamente en un barco de soldados rusos del frente francés, que son repatriados. Diez días de viaje. Constituye un Soviet en el barco, que le nombra representante cerca del capitán. El Soviet descubre en las calas del barco un cargamento de armas y municiones destinadas a Wrangel e impide que lleguen a su destino. En Odessa, recibimiento triunfal; entusiasmado, propone a sus compañeros alistarse como voluntarios en el Ejército rojo, y para dar ejemplo firma el primero; en ocho días de propaganda, de los 3.000 repatriados, 1.500 se enrolan en el Ejército soviético. Frontera de Rumania, primero, y después, al frente Wrangel. Por un feliz concurso de circunstancias, Jack Wilkens es agregado al Estado Mayor, y al poco tiempo obtiene licencia para ir a Moscú y cumplir su mandato. Recorre toda Ukrania, y en Jarkow conoce a Rakosky. En Moscú toma parte en mítines con Trotsky, Bujarin, Kameneff, Rykoff, &c.; colabora en la Pradva, y es recibido por Lenín, que le acuerda tres horas de entrevista y le expone las razones del comunismo de "guerra" y el plan famoso de la electrificación. La reseña de esta interviú ha sido uno de los artículos más importantes de la serie que luego ha publicado sobre Rusia. Entabla amistad con Pestaña, Borghi, Souchy, Lepetit, Vergeat y Lefebre, a la sazón en Moscú, y por mediación de éstos entra en relaciones con la extrema izquierda soviética, que en aquel entonces comenzaba a divorciarse del Gobierno comunista. Visita varias veces a Kropotkine, retirado en una aldea a 50 kilómetros de Moscú, y de nuevo viaja por el país, recorre la región del Volga y del Ural, y más tarde visitará el Este, y especialmente Kiew. Su entusiasmo comunista se había enfriado, y al volver a Moscú participa en varias reuniones de la oposición y expone públicamente su criterio no ortodoxo. Esto, unido a la denuncia de un comunista español, después al servicio de los Sindicatos libres, dio motivo a su arrestación, y J. W. conoció todas las prisiones moscovitas durante cuarenta días de encarcelamiento.

La intervención de Fernando de los Ríos y Anguiano, que obtienen su libertad del propio Lenín, hace que J. W. sea reintegrado a la vida anterior.

Desoyendo ciertas proposiciones, va a Petrogrado, donde se relaciona con Zinovieff y Víctor Serge, y al fin, clandestinamente, embarca para Europa.

Una vez en París, publica en Le Libertaire una serie de artículos narrando los resultados de sus observaciones, y prevé con acierto toda la evolución posterior del comunismo ruso. Como era la primera encuesta realizada por un delegado sindical, sus artículos fueron reproducidos por casi toda la Prensa socialista, sindicalista y anarquista de Europa y América.

Después continúa su actuación militante, y varias veces es delegado de Sindicatos e incluso organismos confederales.

Desde el primer momento ocupa un puesto de combate frente a la dictadura de Anido en Barcelona y luego de Primo de Rivera en España, contra las cuales hace una propaganda en el extranjero, y especialmente en la Prensa francesa, colaborando a algunas intentonas contra ella.

* * *

¿Verdad que nadie adjudicaría a la pluma de un español el trazado de estos cuadros tan genuinamente rusos? Es la raza, es el alma de la raza, que sabe vivir en todas las latitudes. Es el genio español. Cada español lleva dentro un romano, capaz de dar leyes al mundo y engrandecer cuanto toca, o un celta combativo, que presentaría batalla a la Humanidad formada en columna militar. Los hay también que llevan dentro un cartaginés; pero éstos, aunque españoles por su documentación, son los hijos indeseables o indeseados que iban dejando en nuestras costas los bajeles del Ansea teutónica y del Ansea mediterránea.

Jack Wilkens ha acertado a ser el cronista imparcial de la agonía del régimen zarista; su libro no es ortodoxo ni es heterodoxo, sino concienzudo y veraz. Entre sus grandes aciertos debo subrayar el de haber dado forma escénica a una gran parte de la obra. Así, los personajes hablan y se mueven con la menor cantidad de trabas, y dan al lector la sensación subjetiva y directa.

La obra del intrépido español que se hace llamar Jack Wilkens es una verdadera aportación a la literatura nacional y un documento fehaciente y vivo, que llega a nuestro país en la mejor de las oportunidades. Vea en él quien estúpidamente amenaza con volver "para junio" lo que se puede hacer con arreglo a derecho con quienes resisten el mandato del pueblo, que el pueblo y no Dios es hoy la fuente de todo poder y majestad.

E. Barriobero y Herrán.

Abril de 1931.

[páginas 9-14.]


Índice

Unas pocas palabras preliminares, 9

I: Introducción, 15. El Destino de Nicolás, 16. Acerca de la sentencia, 18. El ex Zarevitch, Alexandra y sus hijas, 19. El regicidio, 22.

II: Literatura blanca, 25. Una investigación koltchakista, 26. La nueva versión bolchevique, 28. En defensa de Yurovsky, 30. La ejecución de los Romanoff, 31. El pueblo ruso, único justiciero, 34. La vida de los Romanoff en Siberia, 36. Ekaterimburgo, 44.

III: El semblante del zarismo, 49. Los horrores de las prisiones zaristas, 53. Malos tratos y torturas, 58. Las ejecuciones durante el reinado de Nicolás II, 65. Los desterrados del zarismo en Siberia, 67. El terror y la Duma, 74. Últimos capítulos, 79. Conclusión, 80.

IV : Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético: Tobolsk, 87. La casa de Ipatieff en Ekaterimburgo, 123. Fotografías de la Revolución, 149. La muerte del Zarevitch, 179. La agonía de las águilas, 197. El Tribunal revolucionario, 213. El juicio, 223.

Epílogo, 241.

[páginas 251-252.]

«Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético, por Jack Wilkens. Prólogo de E. Barriobero y Herrán. J. María Yagües, editor. Madrid. Ya que estamos con el tema ruso, comentemos otra de sus innumerables variaciones. Esta, en “rojo mayor”. Trátase de una versión escenificada de los postreros días del último Romanoff. El autor –pese a su nombre exótico y a haber escrito su obra en francés– es, según declara en su prólogo el Sr. Barriobero, un español que, del medio burgués en que desenvolvía su profesión de ingeniero, se pasó, con noble gesto de desprendimiento, a la causa proletaria. Jack Wilkens –se nos dice en el citado prólogo– ha vivido muchos años en Rusia; ha sido testigo de las trágicas jornadas del terror rojo. Y de todo ello ha salido fortificada su fe en la causa de los trabajadores. En unas notas preliminares justifica la implacable dictadura de los Soviets, y aun la halla suave y benévola al compararla con los horrores de la tiranía zarista. En las escenas de su tragedia histórica presenta, con vigoroso acento dramático, las figuras de Nicolás Romanoff y sus familiares y adjuntos en los días tremendos de Tobólek y Ekaterinenburgo. Allí se nos aparecen el zar en toda su insignificancia, disfrazada de grandeza; la zarina, con todas sus supersticiones ancestrales; sus hijos, con sus taras y herencias patológicas, y sus últimos cortesanos y sus ejecutores, y la ejecución misma. No sé si, llevada a la escena, ésta toleraría las terribles escenas finales; pero en la lectura, la obra de Wilkens –primorosamente traducida por Demófilo Dantón Ferrero– resulta de un interés sostenido y de una eficacia revolucionaria que vendría muy bien a algunos temperamentos demasiado impresionables ante la realeza caída. E. Ruiz de la Serna.» (Heraldo de Madrid, 11 de junio de 1931, página 9.)

«Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético, por Jack Wilkens. El libro más importante que se ha publicado en España sobre la tragedia de los últimos Zares. 300 páginas. 4 pesetas. Pedidos en librerías y Yagües, Pi Margall, 9, Madrid.» (El Sol, Madrid, 11 julio 1931, p. 2.)

«Como acabó Nicolás II. La verdad sobre la muerte del último zar. La tragedia de la familia Romanoff, en Siberia, ha dado lugar a una abundante literatura. Nicolás, el zar destronado, fue ejecutado en 1918, y desde entonces sus cortesanos y partidarios se han dedicado a escribir Memorias y narraciones mas o menos auténticas, cuya única finalidad era la de reivindicar los autócratas caídos, presentando a los revolucionarios rusos bajo el aspecto de monstruos sedientos de sangre. El libro de Jack Wilkens, “Nicolás Romanoff, ciudadano soviético”, viene a rectificar esa leyenda absurda. La ejecución del ex zar fue decidida dentro de la más estricta legalidad revolucionaria, a la que habían de someterse todos los ciudadanos soviéticos, entre los cuales Nicolás era uno de tantos. En la primera parte del libro de Wilkens, con documentación aplastante y sugestiva, se describe el angustioso aspecto del terror zarista, vergüenza de Europa y del mundo y evidente inspirador de las represiones borbónicas. El insignificante Nicolás, cruel, indiferente a los sufrimientos del pueblo, ahíto de sangre revolucionaria, se mostró pusilánime y cobarde ante la revolución triunfante. Como la Historia se repite, el ex rey Alfonso no había de producirse con más valentía años después. Wilkens demuestra irrefutablemente la responsabilidad directa que incumbe al zar destronado, el cual, hasta el último momento, benefició de la nobleza generosa del pueblo soberano. A pesar de sus crímenes, de su participación en la ruina de Rusia, se le trato correctamente, sin que en momento alguno apareciese el espíritu de venganza. Pero ante el peligro inminente de la invasión blanca y para evitar los trastornos e inquietudes graves que supondría la liberación del Romanoff, los delegados soviéticos, con salutaria energía, decidieron su fusilamiento. La escena del Tribunal revolucionario que le condenó esta reconstituida con todo su primitivo dinamismo. Los acontecimientos posteriores justificaron la sabiduría del Soviet del Ural. Mientras en España la familia Habsburgo-Borbón-Batemberg acecha el momento de perturbar la vida nacional, en Rusia, desde el primer momento, las víctimas del zarismo recibieron esa inexcusable satisfacción, y al mismo tiempo las posibilidades de una restauración quedaron definitivamente eliminadas. En pinceladas de vigoroso acento dramático son descritos los principales personaje, y, en su conjunto, Wilkens consigue darnos una visión exacta de la vida revolucionaria durante los primeros tiempos del régimen soviético. Jack Wilkens es el pseudónimo de un español intrépido y sin prejuicios, que asfixiado dentro de los moldes vilipendiosos de la tiranía borbónica emigró en plena juventud, abandonó su carrera y durante catorce años paseó por el mundo su rebeldía. En la época heroica de la revolución soviética recorrió Rusia en todas las direcciones, trató a Lenin, Trotsky, Kropotkine y otras destacadas figuras revolucionarias, adquiriendo una magnífica documentación. Basándose en ella ha escrito esta obra que comentamos, la primera hecha por un compatriota nuestro y la más imparcial tratando la tragedia de los Romanoff. Un magnífico prólogo de E. Barriobero avala el libro, que fue redactado directamente en francés, y para cuya edición el insigne escritor Henri Barbusse ha hecho una elogiosa presentación. “Nicolás Romanoff, ciudadano soviético” constituye uno de los más interesantes documentos históricos contemporáneos, y, como dice Barriobero, una aportación a la literatura nacional. Según nuestras noticias, una conocida compañía teatral ha adquirido los derechos de la escenificación de la obra, que será puesta en escena durante la próxima temporada. Auguramos un nuevo éxito a nuestro amigo Wilkens. B. N.» (La Tierra, Madrid, 17 de julio de 1931.)

Tras sus andanzas por Rusia, Manuel Fernández Álvarez permanece fuera de España durante los años veinte (quizá no tuviera fácil volver si en su juvenil estampida de Oviedo hubiera descuidado las obligaciones militares propias de un quinto). Por Francia acumula la sabiduría y experiencia cinematográfica que corresponde a un “Ingeniero electricista E. U. diplomado de l'École Technique de Cinématographie, de París, ex colaborador de los estudios Pathé-Natan, de París, y Franco-Film, de Niza”, que es como firma “M. F. Alvar” el completo y magnífico tratado, Técnica cinematográfica moderna (531 páginas, 241 figuras, docenas de fotografías), pionero en español, publicado (sin fecha) en Madrid en la primavera de 1932. En ese libro describe las circunstancias estratégicas de localización que deben reunir unos estudios cinematográficos modernos (que le llevan, por ejemplo, a descartar a su Asturias natal como territorio apropiado para tales proyectos):

«De diez años a esta parte, la construcción de Estudios conoce una nueva fase, con técnica propia, que responde efectivamente a las necesidades modernas. Las edificaciones ligeras han sido abandonadas, y de preferencia se utiliza el ladrillo y el cemento armado. Las diversas partes del Estudio están concebidas de forma que exista una fácil y lógica comunicación entre todas ellas: pabellones sólidos, confortables y bien instalados.
En principio, para construir un Estudio puede servir cualquier emplazamiento; pero por razones comprensibles (aislamiento, carestía del terreno y necesidad de disponer de éste con cierta holgura para instalar todas las dependencias y decorados de exteriores) resultan preferibles los alrededores de las grandes ciudades. Sin embargo, la distancia no ha de ser excesiva, y es indispensable que el Estudio esté emplazado en las proximidades del tranvía, para comodidad y economía del personal. Los Estudios franceses y alemanes, sitos en la próxima banlieue de las capitales importantes, y a distancias no superiores de 10 a 15 km., disponen de comunicaciones fáciles y económicas. Los centros de producción de Joinville y Epinay se hallan a 9 y 6 km., respectivamente, de distancia de París. Franco-Film, a un cuarto de hora del centro de Niza. Para trasladarse desde Berlín a Neubabelsberg, donde se extienden los Estudios de la UFA, bastan doce minutos. Hollywood dista siete millas de la gran ciudad de Los Angeles.
Son múltiples las causas por las que un Estudio no debe estar alejado de la ciudad; pero, aunque parezca una redundancia, la primera y principal es que un Estudio alejado de una gran ciudad se vería obligado a crearla.
Un Estudio supone una gran actividad económica, un desplazamiento continuo de personal fijo y transitorio, que no pueden realizarse nada más que en las cercanías de una población importante. De lo contrario, se gravarían los gastos de la producción en un porcentaje mortal para la explotación normal, y forzosamente los Estudios tan mal situados sucumbirían ante una concurrencia que no estuviese afectada de parecido handicap. Y no hablemos de las costosas pérdidas de tiempo, inevitables con tal alejamiento: el encarecimiento de artistas, figurantes y personal, cambios de domicilio, deficiencias de alojamiento, carestía de la vida, &c.
Además, la población elegida ha de estar estratégicamente situada y ser centro de comunicaciones, lo cual reviste una excepcional importancia, sobre todo en la parte técnica de la producción. El clima, aunque menos directamente, también afecta a la situación de la ciudad elegida, y por ello no sería acertado escoger Asturias como territorio apropiado para instalar unos Estudios. Refiriéndonos concretamente al caso de España, podemos indicar que los lugares que mejor se prestan a la actividad cinematográfica son los alrededores de Barcelona y Madrid: la primera, por su situación estratégica internacional y por concentrar en ella absolutamente todo cuanto es necesario para la producción: montaña, mar, ríos, luz, y a dos pasos de la Costa Azul, de Argelia, de Italia, de París, de Baleares, de la meseta castellana y tantas otras cosas. En cuanto a Madrid, nudo de comunicaciones ferroviarias, a igual distancia de todas partes de la Península, abundante luz en región de características muy varias, ambiente racial pronunciado, reúne todas las condiciones deseables.» (M. F. Alvar, Técnica Cinematográfica Moderna, Madrid [1932], páginas 315-316.)

Junto a este fragmento reproduce el plano general de emplazamiento (“Fig. 172. Proyecto de Estudios del arquitecto C. J. Schaw [sic], para la nueva sociedad E.C.E.S.A.”, pág. 315) de los proyectados primeros grandes estudios cinematográficos españoles, los promovidos por la sociedad anónima Estudios Cinema Español, la misma imagen que ya había sido publicada por la revista Ahora el 27 de enero de 1932, al hacerse pública la constitución de ECESA e iniciarse la captación de accionistas. No es descabellado por tanto suponer cierta intervención de Alvar, sin duda el mejor técnico español cualificado del momento, en la fase de proyecto del “Hollywood español”. La cuidada ceremonia inaugural de las obras, en la inmensa parcela adquirida por ECESA en Aranjuez, tuvo lugar el 28 de mayo de 1932, un mes después de la aparición del manual cinematográfico de Alvar (publicado por el mismo editor, José María Yagües, que un año antes había sacado el libro de Jack Wilkens). Los impulsores de ECESA no eran especialmente izquierdistas ni republicanos, pero ¿quién iba a asociar a Jack Wilkens con el ingeniero cinematográfico Manuel Fernández? El presidente del Consejo de Administración de ECESA era Fernando Suárez de Tangil (ex-conde de Vallellano, diputado a Cortes por el partido conservador en 1920, alcalde de Madrid con Primo de Rivera, presidente también del Consejo de Administración de “Los Previsores del Porvenir” y más adelante ministro de Obras Públicas con Franco), su director gerente Federico Loygorri Vives (Coronel de Caballería, eficaz apaciguador de la Semana Trágica barcelonesa en 1909, diputado en Cortes por el partido conservador de 1918 a 1923, vicepresidente de los Ferrocarriles Estratégicos y Secundarios de Alicante, apartado del ejército al proclamarse la República por la ley Azaña…), y sus consejeros Leopoldo García-Durán Parages (diputado a Cortes por el partido conservador de 1914 a 1923, fiscal de la Audiencia de Madrid, presidente durante la II República de la Federación Nacional de “Foot-Ball”, consejero también de los Ferrocarriles E. y S. de Alicante), José García-Trelles Bedoya (abogado y propietario), Joaquín Miquel Rodríguez de la Esquina (Teniente de Navío), el arquitecto Casto Fernández-Shaw Iturralde, &c. Por cierto, el logotipo de ECESA incluía este acertado lema en el contexto del cine sonoro: “El Sol no se pone en los dominios de nuestro idioma”, y una de las primeras películas que se produjeron en sus estudios de Aranjuez fue La hermana San Sulpicio, adaptación de la novela de Armando Palacio Valdés, dirigida por Florián Rey (estrenada como inauguración del “Rialto” el 20 de octubre de 1934, cuando todavía humeaban en Asturias los rescoldos de la revolución…).

cubierta del libro M. F. Alvar, Técnica cinematográfica moderna, J. M. Yagües, Editor. Madrid [1932], 551 páginas

[cubierta cartoné] “M. F. Alvar | Técnica cinematográfica moderna”. [lomo] “M. F. Alvar | Técnica cinematográfica moderna”. [1] “Técnica cinematográfica moderna”. [3] “Técnica cinematográfica moderna | por M. F. Alvar | Ingeniero electricista E. U. diplomado de L'École Technique de Cinématographie, de París, ex colaborador de los Estudios Pathé-Natam, de París, y Franco-Film, de Niza | J. M. Yagües - Editor | Madrid”. [4] “Sucesores de Rivadeneyra, S. A. - Paseo de San Vicente, 20 - Madrid.” [5] “A Roger A. Santullano y Alemany, uno de los mejores ingenieros españoles de Radiotécnica, autor de numerosas invenciones, víctima de su amor a la Ciencia. En simple testimonio de afección del que fue su mejor amigo.” [7-8] “Introducción” por Fernando G. Mantilla. [9-11] “Unas palabas previas”. [13-541] texto. [543-544] “Bibliografía”. [545-549] “Índice de materias”. [551] “Algunas erratas”.

«Un libro fundamental. Acaba de publicarse en español el primer tratado completo de cinematografía. Materia esta del cinema extraordinariamente extensa y complicada, se precisa para sistematizarla tener una gran preparación y un gran entusiasmo. El ingeniero electricista M. F. Alvar, diplomado en la Escuela Técnica de Cinematografía de París, es el primero que en nuestro país se decide a hacer una obra de este género. Su Técnica cinematográfica moderna es una verdadera enciclopedia cinematográfica qua alcanza todos los aspectos técnico-históricos del cinema, revelando un profundo conocimiento del autor en todas las materias que el libro trata. Reservándonos el comentar otro día ampliamente esta obra de M. F. Alvar, hoy nos complacemos en saludar con entusiasmo este libro, fundamental para todos, aficionados y profesionales, los que se interesan por el cinematógrafo. A. C.» (Luz, Madrid, 23 abril 1932, pág. 6.)

«La acción sobre la palabra. “Técnica cinematográfica moderna”, por M. F. Alvar, Editor J. María Yagües (Madrid). Hemos leído de un tirón este libro, el primero, a nuestro entender, que abarca en su conjunto los múltiples aspectos y problemas científicos que se relacionan con el arte cada vez más complejo e interesante de la pantalla. Y de nuestra lectura hemos deducido enseñanzas que agradecemos al autor y que quisiéramos ver difundidas entre todos los aficionados al cine. Decimos entre todos los aficionados, porque en España, salvo contadas excepciones, y una de ellas es el señor Alvar, se tiene un concepto empírico, propio de “amateurs”, de la producción cinemática, creyéndola más bien producto de improvisaciones, de intuición o de simple buen gusto estético, que resultado infalible de un sistema de disciplinas científicas, cuya aplicación nos da como por arte mágica, la belleza en su punto. […] De modo tan natural y sencillo descubre el autor a los menos iniciados todos los secretos de la cinematografía. Y da ejemplos de guión y analiza minuciosamente las condiciones que ha de reunir y estudios que ha de realizar el que pretenda ser “estrella” cinematográfica. En esta parte de su estudio, el señor Alvar sienta doctrina y observaciones que han de ser utilísimas a nuestra juventud. Una verdadera profusión de grabados avaloran el texto, de más de 500 páginas en magnífico papel “couché”. Nuestra escasa bibliografía cinemática y más escasa producción nacional, tienen, respectivamente, en este libro, su mejor obra y, sin duda, la más oportuna para momentos de reacción, como parecen los actuales. Antonio Guzmán Merino.» (Popular Film, año VII, nº 299, Barcelona 5 mayo 1932, pág. 3.)

«Pronto se inaugurará la producción cinematográfica española. ¿Desea usted colaborar en ella? El libro Técnica cinematográfica moderna de M. F. Alvar, verdadera enciclopedia del cine sonoro, le es indispensable. 552 páginas, 275 grabados y fotoplanas, papel couché, encuadernado en tela inglesa, 30 ptas. Pida prospectos. Yagües editor. Apart. 502, Madrid, y Pi y Margall, 9. Envíos reembolso.» (Luz, Madrid, 6 mayo 1932, pág. 2.)

«Pronto habrá estudios españoles. ¿Desea usted colaborar a la futura producción? ¿Le interesa conocer los secretos del “cine”? Lea usted Técnica cinematográfica moderna de M. F. Alvar. Verdadera enciclopedia del “cine” sonoro 552 páginas, 275 grabados y fotoplanas, papel cuché, encuadernado en tela inglesa, 30 ptas. Pida prospectos. Yagües editor. Apartado 502, Madrid, y Pi y Margall, 9. Envíos reembolso.» (Ahora, Madrid, 30 julio 1932, pág. 18.)


Índice de materias

Introducción, por D. Fernando G. Mantilla, 7

Unas palabras previas, 9

Primera parte

Capítulo I. Principios generales, 13
Persistencia de la visión, 13. Mecanismo de la percepción visual, 14. Reconstitución del movimiento, 16. La imaginación, 18.

Capítulo II. Precursores de la cinematografía, 21
Sombras chinescas, linterna mágica y «thaumatropo», 21. Plateau y su «phenakisticopio», 22. El «zootropon de Horner, 22. Cronofotografía, 23. «Proxinoscopio» y teatro óptico, 24. Interesantes trabajos del Dr. Marey, 26. Biógrafo, bioscopio y platófono, 27.

Capítulo III. Invención de la cinematografía, 29
Los aparatos de Edison: del Kinetógrafo al Kinetoscopio, 29. Los hermanos Lumiére y el cinematógrafo, 31. Perfeccionamientos, 34. Primeros pasos, 35.

Segunda parte

Capítulo IV. Física de la luz, 37
Preliminares, 37. Radiación, 42. Espectro, 42. Curvas espectrales de energía, 43. Curvas espectrales de luminosidad, 44. Coeficiente de visibilidad y factor de visibilidad relativa, 45. La luz y los cuerpos, 46. Refracción, 47. Reflexión, 48. Lentes, 51. Características de las lentes, 53. Lentes e imágenes, 54.

Capítulo V (por error VI en el texto). Objetivos, 57
Características comunes, 57. Particularidades, 60. El objetivo Dietrichs, 61. Aberraciones, 62. Enfocado o puesta en punto, 65. Diafragmas, 66. Visor, 66. El campo, 67. Plano general (P. G.), 68. Plano medio o acercado (P. M.), 69. Travelling shot, 70. Primer plano (P. P.), 72. Gran primer plano o cabeza (P. C.), 73. Plano panorámico, 74.

Capítulo VI. Aparatos tomavistas, 75
Características, 75. Modelo simple, 77. Los aparatos corrientes, 78. El «Parvo L y T», 79. El «Camereclair», 83. «Camereclair» tomavistas y sonidos, 85. «Bell and Howell» y «Mitchell», 87. Aparatos de mano, 89. Tomavistas «ralenti» o G. V., 91. Los trípodes, 93. El nuevo pie «Debrie», 95.

Capítulo VII. Trucado cinematográfico, 99
Trucos, 99. Obturador, 99. Fundidos, 100. Fundido encadenado, 101. Sobreimpresiones, 102. Substituciones, 103. Visiones y «cachet», 103. Otros trucos, 107. Utilización del positivo, 108. Los colores, 109. Positivadora óptica, 110. Vuelta de manivela, 110. Reconstituciones, 111. Sistema Day, 112. Combinaciones de espejos, 114. Procedimiento «Dunning», 116. Dibujos animados, 117. La técnica, 118. Aparatos, 120. La decoración: características, 122. Maqueta y plano, 124. La pintura, 124. Los materiales, 126.

Capítulo VIII. Iluminación de los Estudios, 131
Arcos, 131. Lámparas de incandescencia, 135. Reflectores, 138. «Grill», 142. Diversos tipos de lámparas, 143. Ventilación, 146. Iluminación del decorado, 146. Efectos locales, 150. La iluminación en los Estudios ingleses, 150. Reflectores de exteriores, 150.

Capítulo IX. Película, 153
Características, 153. Fabricación de películas, 156. Película ortocromática, 158. Película pancromática, 159. Empleo de la película pancromática, 161. Los filtros y la emulsión, 164. Preparación del trabajo técnico del operador, 167.

Tercera parte

Capítulo X. Acústica, 169
Nociones, 169. Reflexión, refracción, interferencia, 170. Cualidades del sonido, 173. Coordenadas, 179. Rendimiento acústico, 179.

Capítulo XI. Acústica aplicada, 183
Generalidades, 183. Los ruidos exteriores, 185. Acústica de una sala, 188. Problemas acústicos, 189. Coeficiente de absorción, 193. Velocidad de decrecimiento del sonido residual, 197.

Capítulo XII. Registro sonoro: Sistema de discos, 201
Sonido e imagen, 201. Cinematografía sonora, 203. Discos, 204. Consideraciones sobre los discos, 205. Procedimiento de impresión de discos, 207. La práctica de la impresión de discos, 210. «Pick-up», 212.

Capítulo XIII. Micrófonos, altavoces, amplificación, 217
Los micrófonos, 217. Micrófonos de carbón, 218. Micrófonos de condensador, 219. Micrófono electromagnético, 221. Micrófono electrodinámico, 221. Distorsión acústica, 222. Medida eléctrica de la reverberación de una sala, 223. Concentradores de sonidos, 223. Altavoz, 228. Distintos tipos, 229. Altavoz que reproduce hasta 12.000 períodos, 232. KAmplificación, 233. Válvula de tres electrodos, 234. Características de las válvulas de tres electrodos, 235. Amplificación de bajas frecuencias, 239. Montaje en resistencia, 240. Montaje en transformador, 241. Montaje en «push-pull», 242. Observaciones prácticas, 243.

Capítulo XIV. Traductores luz-corriente y corriente-luz, 247
Células fotoeléctricas, 247. Células fotorresistentes, 247. Células fotoemisoras, 250. Aplicación del fenómeno fotoeléctrico a la célula fotoemisora, 251. Particularidades y características de las células fotoemisoras, 252. Observaciones sobre la célula fotoemisora, 256. La nueva célula del Dr. B. Lange, 258. Elemento fotoeléctrico, 260. Efecto y célula Kerr, 262. Lámpara luminescente, 265.

Capítulo XV. Inscripción del sonido sobre film: Sistemas, 267
Antecedentes, 267. La impresión fotoeléctrica, 269. Densidad variable, 271. Observaciones sobre la densidad variable, 273. Densidad fija, 274. La reproducción, 275. Sincronismo, 280. Principales procedimientos: Tobis y Tobis Klang-Film, 285. Procedimiento Western-Electric, 288. Sistema ruso, 295. Procedimiento Gaumont-Peterson-Poulsen (G.P.P.), 296. Procedimiento R.C.A. Photophone, 299. Procedimiento «Fidelytone», 300. Procedimiento Zaccagni y del Ponte, 301. Inscripción sobre cinta de acero, 304. Equipo Verne T. Braun, 306. La reimpresión, 307. Técnica de reimpresión, 308.

Capítulo XVI. Estudios cinematográficos, 313
Características, 313. Elementos componentes de un Estudio, 317. «Plató», 318. Cabina de conexión y central de impresión de sonidos, 323. La sala de sonorización, 326. Las diversas operaciones, 328. Talleres, 330. Almacenes, 331. Camerinos de artistas salas de figurantes, &c., 332. Estudios «Eclair», 335. Estudios «Tobis», 335. Estudios «Pathé-Natan», 338. Actualidades sonoras, 342. Camión de impresión acústica, 346. Cabina móvil de impresión de sonidos, 346.

Cuarta parte

Capítulo XVII. Televisión y radiocinema, 349
Nociones generales, 349. Fundamentos de la televisión, 350. El sistema de televisión, 352. El receptor, 355. Televisor Baird, 358. Sistema Jenkis, 359. Características de un puesto emisor, 362. Sistemas con rueda Weiller, 364. Algunas experiencias, 366. Telecinema, 366. Descripción de dos sistemas, 368. Telecinema en colores, 370. Porvenir de la televisión, 371.

Capítulo XVIII. El relieve y el color en el cine, 375
Mecanismo de la visión, 375. Relieve perspectivo, 377. Relieve estereoscópico o binocular, 380. Film en colores, 388. Kinemacolor, 390. Síntesis selectiva, 393. Keller Dorian, 394. Algunas variantes, 397. Virados, 398.

Capítulo XIX. Fotometría y sensitometría, 399
Unidades fotométricas, 399. Medidas fotométricas, 400. Espectroscopio, 401. Actinómetros, 401. Fotómetros y posofotómetros, 402. El luxómetro o luxmetro, 403. Telémetro, 405. Contrastadora fotométrica, 405. Nociones de sensitometría, 407. Opacidades y transparencias, 408. Curva característica, 409. Densitómetro «Filmographe», 411. Gamma, 412. Sensitometría de la densidad variable, 415. Sensitometría de la densidad fija, 416.

Capítulo XX. Operaciones de laboratorio, 417
Duración del revelado, 417. Desensibilizadores, 420. Revelado y fijado, 420. Revelado automático, 423. Revelado de positivos, 424. Reforzado y debilitado, 428. Montaje de negativos, 431. Positivado, 433. Tirada de positivo sincronizado, 436. Contratipo e inversión, 438. Montaje del positivo, 440. Montaje de film sonoro, 444. Observaciones sobre el montaje sonoro, 446. Mesas de montaje, 450. Montaje de disco, 452.

Quinta parte

Capítulo XXI. Características de la producción, 455
Comité de producción, 456. La dirección de la producción, 457. Director artístico, 459. El «regiser», 462. Operador tomavistas, 463. La interpretación, 465. Explotación de Estudios, 469.

Capítulo XXII. Nociones de técnica dramática, 471
Paralelo entre el teatro y el cinema, 471. Educación deportiva, 472. Fotogenia, 474. Expresión y gesto, 476. Naturalidad, 478. Maquillage, 482. El vestido, 485. Fonogenia, 488. Formación intelectual, 492. El trabajo, 493.

Capítulo XXIII. Técnica del escenario, 497
Introducción, 497. Definición del escenario, 498. Características generales, 499. Escenario cómico, 505. Escenarios dramáticos, 510. Escenario dramático-histórico, 512. Escenario dramático de aventuras, 514. Comedia dramática, 515. Documental, 516. Consideraciones sobre la adaptación de obras literarias, 521.

Capítulo XXIV. El guión, 525
Mecanismo, 525. Ejemplo práctico, 528. Condiciones del guión, 530. El guión sonoro, 534.

Bibliografía, 543.

[M. F. Alvar, Técnica Cinematográfica Moderna, Madrid [1932], páginas 545-549.]

Este libro va dedicado “A Roger A. Santullano y Alemany, uno de los mejores ingenieros españoles de Radiotécnica, autor de numerosas invenciones, víctima de su amor a la Ciencia. En simple testimonio de afección del que fue su mejor amigo”. (De Roger –o Rogelio Pompeyo Julio– Álvarez Santullano Alemany, nacido en Barcelona hacia 1899, hijo de José y de Enriqueta, sólo hemos averiguado que, siendo estudiante, era reclamado por juzgados de Madrid, por lesiones y hurto en 1918, y por hurto en 1921.)

El 20 de septiembre de 1932, cinco meses después de la publicación por M. F. Alvar de su magnífico manual, se concede a Manuel Fernández Álvarez una pensión, gestionada por la JAE y costeada con fondos del Estado, para poder ampliar estudios de cinematografía en el extranjero durante un año, por importe de 425 pesetas oro mensuales. No deja de ser curioso que tal pensión la reciba en tanto “Maestro nacional” y no como “Ingeniero electricista E. U. diplomado de l'École Technique de Cinématographie de París”. De octubre de 1932 a septiembre de 1933 puede así volver a visitar París, Berlín, Varsovia, Moscú, Praga, Munich, Viena y Hamburgo (lo que le permite publicar en 1936 su interesante libro Cinematografía pedagógica y educativa).

«Ampliación de pensiones. De conformidad con la propuesta de la Junta de ampliación de estudios, el ministerio ha resuelto conceder las siguientes prórrogas de pensiones: a D. Luis Paunero, profesor de la Escuela Normal de Sevilla, por dos meses y veintiún días para seguir estudiando la enseñanza de las Matemáticas en Bélgica y Suiza; a D. Francisco Grande Covián, médico interno de la Facultad de Medicina de Madrid, por un año, para seguir en Inglaterra y Dinamarca sus estudios de Fisiología; a D. Manuel Fernández Álvarez, por seis meses, para continuar en Francia y Alemania sus estudios de Cinematografía, y a D. José María Sancho y Padrós, por un año, para continuar en Francia sus estudios de publicidad artística. A todos ellos se les asigna la cantidad de 425 pesetas oro mensuales.» (La Libertad, Madrid, 27 abril 1933.)

Pensionado doce meses en el extranjero por la Junta para Ampliación de Estudios

«35. Don Manuel Fernández Álvarez, maestro nacional. Acuerdo de Junta 20-IX-32, 9-XII-32 y O. M. 21-IV-33 C. y D., doce meses.– Francia y Alemania.– Cinematografía.

Durante los doce meses que ha durado la pensión ha visitado los centros de producción cinematográfica de París, Berlín, Varsovia, Moscú, Praga, Munich, Viena y Hamburgo.

En todos esos lugares ha estudiado el funcionamiento de las instituciones oficiales y privadas del cine educativo, entre ellas el Museo Pedagógico de París, las cinematecas de la ciudad de París, de la Enseñanza Profesional, del Ministerio de Agricultura; la Oficina Regional del Sena; Institut des Recherches Scientifiques y sus servicios de cinematografía; los laboratorios de los doctores Connmandon, Levy y Painlevé; los servicios del cine rural; los cursos e instituciones del Film und Bildamt der Staadt Berlin; los principales laboratorios alemanes de la Film Cultural; el Seminario del Cine; la Organización Cinematográfica Escolar de la ciudad de Viena; la Escuela Experimental de Munich y de la ciudad de Hamburgo; Sección cinematográfica del Ministerio de I. P. de Prusia; Departamento de films culturales de la Ufa; semana pedagógica del Filmseminar, exposiciones y semana de París y Bruselas; aparatos proyectores escolares, mudos y sonoros; la Federación Alemana de Agrupaciones Privadas del Film Escolar y Cultural.

Ha practicado con las siguientes personas, todas ellas especialistas en cinematografía educativa: Doctores Commandon, Levy y Painlevé; profesor Lebrun y Laurent; Mlle. Le Roy; ingeniero Coissac; doctores Hencke, Günther, Wolff, Kauffman, Lampe, Schulz, Lulicht-Saeger, Junkmans, &c.

Ha pasado una amplia revista a cuantas actividades se relacionan con la cinematografía general: estudios Pathé Natan, Paramount, Epinay, Billancourt, Neuilly, en París; Ufa y Joffa, Tempelhoff, Grunewald, Froelich, Efa, Staaken, en Berlín; los de Varsovia; Barandoff, en Praga; Rosenhugel, Vita y Sacha, en Viena, de nueva construcción . En los de la Ufa y Joffa especialmente ha practicado durante varios meses con los principales directores. Ha visitado y asistido a las experiencias de los laboratorios de copias, de aparatos sonoros, de electricidad, de proyección y de fabricación de película virgen; gabinetes experimentales de telecinematografía, relieve, color, acústica y aparatos.

Tampoco ha descuidado el conocimiento de la organización política y administrativa del cine: Consejo Superior de la Cinematografía, en Francia; Sección Central del Cine en el Ministerio de la Propaganda, Cámara de la Censura Artística, Banco Cinematográfico, organización interna de las grandes casas productoras, economía cinematográfica; Spio, organización central y general del cine alemán y la prensa cinematográfica diaria, semanal y revistas.

En Rusia ha analizado la producción cinematográfica, enteramente subordinada al Estado: los diversos trusts (de la producción artística, cultural y técnica, de la distribución, fotoquímico, de la producción de película virgen y de aparatos mecánicos, eléctricos y acústicos), la Universidad de Artes y Ciencias Cinematográficas, los inmensos y nuevos estudios de Patelikha, acaso los mayores de Europa, y los talleres de Mexrapon.

Entre los directores técnicos y artísticos con quienes ha practicado sólo citaremos: Fritz Lang, Eisenstein, Ruttmann, Pudowkin, Alexander, Jacoby, Oswald, Vendhausen, Obal, Ribers, Janson, Froelich, Fanck, von Harbou, Kulicheff, Kiwa, Forst, Kotieff, Yurowski, Zeissler, Sapenhorst, Grieving, Latté, Stepaanoff, Pfeiffer, Oppitz, Krasner, Krauss, Saeger, Chorin, Emo, Schwarz, Zalkin, Walter, Leheleffeld, Pommer, Tager, Karolus, Zimmerman, &c., &c.»

[Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Memoria correspondiente a los cursos 1933 y 1934, Madrid 1935, págs. 54-56.]

El “maestro nacional” Manuel Fernández Álvarez, pensionado con 450 pesetas oro mensuales por la JAE, aprovecha, bajo su advocación de “Alvar”, para ejercer de “corresponsal en Berlín” del Heraldo de Madrid, donde va publicando lúcidas e interesantes crónicas en los días del ascenso de Adolfo Hitler y el nacionalsocialismo al poder durante las primeras semanas de 1933: “Berlín: ¿Se prepara la disolución del partido comunista?” (26 enero), “Berlín: Comienza oficialmente la Era fascista en Alemania” (1 febrero), “Berlín: Agonía de la constitución de Weimar” (2 febrero), “Berlín: Mixtura, primera etapa del fascismo” (7 febrero), “Berlín: Hacia la exterminación del marxismo” (8 febrero), “Berlín: Se entierra con honores oficiales a un policía comunizante” (10 febrero), “Berlín: La liturgia del nacionalsocialismo” (15 febrero), &c.

Manuel Fernández Alvar

Escritor contemporáneo. Nacido en Oviedo el 9 de julio de 1897, hijo de don Manuel Fernández Tévar, maestro de instrucción primaria con ejercicio entonces en dicha ciudad.

En ella hizo Fernández Alvar los estudios de bachillerato, y luego los de maestro, profesión que comenzó a ejercer allí cuando apenas tenía veinte años.

Dotado de espíritu audaz y aventurero, aunque no haya dado palmarias muestras de ello hasta entonces, desapareció inopinadamente de la ciudad natal, sin que nadie volviera a saber de él. El término de esta primera etapa de una vida aventurera fue Rusia, donde consiguió entrar con el nombre supuesto de Jack Wilkens, que usó durante su residencia allí y adoptó por mucho tiempo como firma literaria. En Rusia tomó parte activa desde los primeros movimientos en la revolución de octubre de 1917, que instauró el régimen comunista en ese país. Se puede decir que recorrió ese inmenso territorio de un extremo a otro en comisiones diversas y tomando parte en mítines de propaganda. Perteneció como voluntario al Ejército Rojo y fue redactor del periódico de Moscou Pradva. Enfriado su entusiasmo revolucionario por las orientaciones que tomaba el nuevo régimen, figuró entre los elementos que iban formando el partido oposicionista, y una delación, desgraciadamente debida a otro compatriota, pone término a sus actividades haciéndole objeto de un encarcelamiento bajo el peso de graves acusaciones. Permanece entonces preso cuarenta días, y acaso lo habría pasado mal a no intervenir en su favor cerca del jefe del Estado soviético, Lenin, los socialistas españoles Fernando de los Ríos y Anguiano, que recorrían el país en viaje de estudio. Poco después, en diciembre de 1920, consigue salir de Rusia y se establece en París.

Dispuesto a residir aquí, se dedica con mayor actividad al periodismo, en el campo de las vindicaciones sociales, y colabora principalmente en Le Libertaire sobre el desenvolvimiento de la revolución soviética de Rusia con una larga serie de crónicas que luego rodaron traducidas por numerosos periódicos de Europa y América. También escribió abundantemente contra la dictadura establecida por el general Primo de Rivera en España en 1923 y las actuaciones del general Martínez Anido en Barcelona con el pretexto de alcanzar la pacificación social.

Por entonces (1922) publicó en francés la obra anotada con el número 1, traducida al español años adelante, acerca del trágico fin de la familia zarista, libro de un verismo escalofriante, mitad en forma de relato y mitad en forma teatral. En el prólogo dice Eduardo Barriobero: “Jack Wilkens es un seudónimo que cobija el nombre de un español intrépido, de los que en el siglo VIII reconquistan España, en el siglo XII promueven cismas religiosos, en el XVI conquistan mundos, en el XVII enseñan al Universo entero Literatura y Filosofía y en el XIX arrancan de sus alas las plumas al águila caudal de la guerra.”

En París, Fernández Alvar hace estudios de ingeniería eléctrica; se especializa en cinematografía, y alcanza el título de director técnico de esta especialidad en 1926. De esos conocimientos habría de dar una espléndida muestra pocos años después, residente en Madrid, con la publicación de la importante obra Técnica de la cinematografía moderna.

Después de una breve residencia en España, ya instaurada la República, volvió a expatriarse en 1933, fijando entonces su residencia en Berlín, donde ocupó un cargo técnico en la importante empresa de producción cinematográfica U.F.A. A la vez tuvo a su cargo la corresponsalía literaria del Heraldo de Madrid en dicha Capital.

Obras publicadas en volumen:

I. Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético. (Madrid, 1931; obra publicada en primera edición en francés en 1922, y ahora en castellano con prólogo de Eduardo Barriobero y Herrán, y en ambas ocasiones con el seudónimo de Jack Wilkens.)

II. Técnica de la cinematografía moderna. (Madrid, 1932; un tomo en cuarto con profusión de ilustraciones.)

Referencias biográficas:

Barriobero y Herrán (Eduardo). Prólogo a la obra número I.

[Constantino Suárez, Escritores y artistas asturianos, tomo III, Madrid 1936, págs. 177-178.]

«La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones. Dentro de unos días se pondrá a la venta un interesante libro del joven e inteligente periodista Alvar, uno de los hombres más enterados de las cuestiones internacionales sobre “La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones”. Por la autoridad del autor, por los documentos interesantes e inéditos que encierra el volumen y por lo que tiene el tema de máxima autoridad, auguramos a este libro un éxito grande.» (Heraldo de Madrid, 20 de febrero de 1936, pág. 14.)

«Un libro de nuestro enviado especial Alvar. He aquí un libro a punto de salir y que considero de suma importancia para recomendar a nuestros lectores, que son los que siguen a Alvar en su labor de corresponsal de nuestras páginas en el Extranjero. Las crónicas de Alvar como periodista en Ginebra están bien recientes y han sido unánimemente elogiadas, para que ahora insistamos en destacarlas nosotros. Su resultado ha sido la nota de España a la consulta de Inglaterra sobre el Mediterráneo. Pero ahora esas crónicas han cuajado en un libro que no es la reunión de las mismas, sino el resumen de sus observaciones y opiniones sobre la gran labor del organismo ginebrino, política y técnica y un análisis inédito de la posición de España en el conflicto abisinio. La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones se titula el libro, y en él ha puesto nuestro compañero, el brillante escritor, toda su sagacidad y experiencia de versado en estos asuntos. Pueden con sólo estas anticipaciones juzgar los lectores lo interesante del libro en cuestión y comprender nuestra recomendación. No es, por tanto, un trabajo más el que Alvar presenta ni lo publica con fines meramente editoriales. Su vocación de informador y escritor le hace ofrecer lo que posee: esta vez una obra de gran envergadura que se añade a sus otras ya publicadas. El libro aparecerá dentro de muy pocos días. M. P. F.» (Heraldo de Madrid, 21 de febrero de 1936, pág. 15.)

cubierta del libro M. F. Alvar, La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones, Palabras de D. Salvador de Madariaga, J. M. Yagües, Editor. Madrid 1936

[cubierta] “M. F. Alvar | La gran obra de la Sociedad de Naciones | Palabras de D. Salvador de Madariaga” (firma la cubierta: “Mauricio Amster”). [lomo] “M. F. Alvar | La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones | J. M. Yagües | Editor | Madrid”. [1] “La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones”. [2] Obras del mismo autor. [3] “M. F. Alvar | La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones | Palabras de D. Salvador de Madariaga | J. M. Yagües, Editor | Madrid”. [4] “Talleres gráficos Marsiega. Avda. Menéndez Pelayo, 12. Madrid.” [5-9] “Palabras de don Salvador de Madariaga“. [11-13] “Justificación preliminar“. [15-182] texto. [183] Tabla de materias. [184] “Terminóse de imprimir este libro el día 22 de febrero de 1936, en los talleres gráficos ‘Marsiega’, de Madrid, Menéndez Pelayo, 12.” [contracubierta] “Precio cuatro pesetas. Impreso en España.”

Obras del mismo autor

Técnica cinematográfica moderna (500 páginas, 200 grabados y fotoplanas). Editor, J. M. Yagües. Pesetas, 30.

Escrita en francés:
Nicolás Romanoff.

Próximamente:
Cinematografía educativa.

En preparación:
Turquía de hoy.
La gran revolución de la técnica.
Diplomacia podrida, vergüenza de la República.


Tabla de materias

I
¿Qué es la Sociedad de las Naciones?, 15
Fines de la Sociedad de las Naciones, 19
Régimen de mandatos y minorías, 31
Tratados y acuerdos políticos, 43
Discordias políticas, 51

II
La organización de la Sociedad de las Naciones, 64
Tribunal Permanente de Justicia Internacional, 77
La Organización Internacional del Trabajo, 80

III
La gran obra técnica de la Sociedad de las Naciones, 91
La cooperación intelectual internacional, 109

IV
Análisis del conflicto italo-etíope, 116
Antecedentes del desacuerdo, 116
Iniciación y desarrollo del conflicto, 123
Aplicación de los preceptos del Pacto, 133
Situación actual, 140

V
El nuevo Palacio de las Naciones, 159
Texto del Pacto, 166

[M. F. Alvar, La gran obra internacional de la Sociedad de las Naciones, Madrid 1936, página 183.]

«Si quiere comprender el grave momento internacional lea La gran obra de la Sociedad de Naciones. El Pacto, los Tratados vigentes, el sistema de seguridad colectiva, &c. Por M. F. Alvar. En venta en todas las librerías y en J. M. Yagües, Barquillo, 3.» (Heraldo de Madrid, martes, 10 de marzo de 1936, pág. 10.)

Manuel Fernández Álvarez«Un libro de Alvar: La actualidad internacional de España. Con la tinta fresca todavía y cuando aún no ha sido expuesto en los anaqueles de las librerías, llega a mis manos la última obra de Manuel Alvar La actualidad internacional de España. La intimidad que me une a Manolo Alvar, el valor positivo, que, reconozco y admiro, en su intensa labor de periodista especializado en asuntos internacionales y el sugestivo tema de su nuevo libro, obligáronme a la lectura de éste. No he gastado el tiempo en balde. El libro de Alvar me ha enseñado muchas cosas que yo desconocía. Y hago esta declaración sinceramente, sin que a ella me muevan la camaradería y esa obligación que se tiene por inexcusable entre los que componemos la cofradía del periodismo. Manuel Alvar es ya firma cuajada en el mundillo de los periodistas internacionales. Sus crónicas de Moscú, de Ginebra, de París, &c., aparecidas en HERALDO DE MADRID y otros periódicos y revistas le han dado carta consagratoria, avalada por ilustres personalidades de la política de todo el Mundo. Manuel Alvar ha sido el único periodista español que consiguió interviuvar a Lenin, con el que sostuvo una conversación de dos horas y que reprodujo la Prensa de veinte países. Ha interviuvado a Kropotkine, Kalinin, Trotski, Vorochilow, Yugorow, Litvinoff, Bujarin, Benés, Massaryck, Titulesco, Kemal Ataturk, Condylis, Gomboes, Goering, Herriot, Daladier, Boncour... Es el autor del primer reportaje hecho por un periodista europeo sobre la revolución rusa, que mereció la traducción a siete idiomas y fué publicado en veinte países, allá en el año 1920, cuando todavía era para el mundo civilizado un enigma amedrentador el “ensayo” comunista... Alvar es el autor, en fin, diremos –pues de todos es conocida su intensa y extensa labor informativa y reporteril–, como corresponsal en Alemania de HERALDO y “El Liberal”, en la cual resalta las crónicas sobre los campos de concentración alemanes –el primero que trató esta cuestión– su vibrante trabajo acerca del proceso Dimitroff y de varios artículos alrededor de la antirrevolución austríaca que sugirieron un comentario exaltado al ilustre D. Roberto Castrovido... Y últimamente las oportunas crónicas sobre la consulta inglesa de ayuda mutua en el Mediterráneo que determinaron la nota de España. El libro recién aparecido de Manuel Alvar tenía que ser, pues, interesante. Tenía que serlo y lo es. […] Cree Manuel Alvar que este primer ensayo de internacionalismo gubernamental y sus resultados positivos constituyen la negación rotunda del nacionalismo totalitario y exclusivista. […] El libro de Manolo Alvar divulga todo lo que es y lo que puede ser la S.D.N. Ningún libro tan a propósito, pues, para ser dado a las masas y para ser leído a la juventud que se forma en los centros de enseñanza.– Criado y Romero.» (Heraldo de Madrid, miércoles, 11 de marzo de 1936, págs. 16 y 2.)

cubierta del libro M. F. Alvar, Cinematografía pedagógica y educativa, J. M. Yagües, Editor. Madrid 1936

[cubierta] “M. F. Alvar | Cinematografía pedagógica y educativa | J. M. Yagües, Editor | Madrid”. [lomo] “M. F. Alvar | Cinematografía pedagógica y educativa”. [1] “Cinematografía pedagógica y educativa”. [2] Obras del mismo autor. [3] “Cinematografía pedagógica y educativa | por M. F. Alvar | Pensionado por la Junta para ampliación de Estudios y por la Dirección de Enseñanza profesional y Técnica para estudiar la cinematografía en el extranjero. | J. M. Yagües, Editor | Madrid”. [4] “Es propiedad | Derechos reservados | ‘Marsiega’. Menéndez Pelayo, 12. Madrid.” [5-139] texto. [139] “Terminóse de imprimir este libro el día 6 de mayo de 1936, en los talleres gráficos ‘Marsiega’, M. Pelayo, 12. Madrid.” [141] Sumario. [142] Anuncio: “Las grandes marcas: Zeiss-Ikon, Agfa, Leica, Kodak, Filmo, &c. Fotografía y cinematografía. Suministro a centros oficiales y culturales. El mejor laboratorio fotográfico. Grandes facilidades de pago. ZATO ⋅ Pi Margall, 11 ⋅ Preciados, 1.” [143] Anuncio: “Proyector Filmo Auditorium, modelo 130, 1000 watts. Que presenta al mercado E. ZATO ⋅ Pi Margall, 11 ⋅ Madrid.” [contracubierta] “Precio: 3 pesetas. Impreso en España.”

Obras del mismo autor

Técnica cinematográfica. (500 págs., 200 grabados y fotoplanas). Edit. J. M. Yagües. Pesetas, 30.

La gran obra de la Sociedad de las Naciones. Actualidad internacional de hoy. Edit. J. M Yagües. Pesetas, 4.

Nicolás Romanoff (en francés).

En preparación

Turquía de hoy
La gran revolución de la técnica.


Sumario

Generalidades, 5
Valor pedagógico del cine, 11
Materias apropiadas para el film didáctico, 18
La producción del film escolar, 22
La lección cinematográfica, 27
Enseñanza secundaria, superior y técnica, 35
Cinematografía agrícola y social, 41
El formato estrecho y la cinematografía pedagógica y educativa, 54
El film pedagógico sonoro, 63
La organización del cine pedagógico en Francia, 70
El film educativo en Alemania, 82
El cine educativo en Norteamérica, 103
El cine educativo en Inglaterra, 105
Instituto Internacional del Cinematógrafo Educativo, 124
Sugestiones para la organización de la cinematografía pedagógica y educativa en España, 130

[M. F. Alvar, Cinematografía pedagógica y educativa, Madrid 1936, página 141.]

«M. F. Alvar, competente escritor cinematográfico, nos sorprende con la publicación de un buen libro: Cinematografía pedagógica y educativa. Alvar fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios y por la Dirección de Enseñanza Profesional y Técnica, para estudiar la cinematografía en el Extranjero. Consecuencia de este pensionado es el nuevo libro, bien documentado en materias necesarias a nuestro mercado. El nuevo libro de Albar es índice obligado que servirá de consulta y estudio a nuestros directores.» (Bernabé de Aragón, “Bibliografía cinematográfica”, Mundo Gráfico, miércoles 20 de mayo de 1936, pág. 37.)

«Ramón Gómez Sánchez (Villena, Alicante).- Además de las obras publicadas en el número 91, agregue usted ésta: Cinematografía pedagógica y educativa, de F. Albar [sic], precio, tres pesetas.» (R. Libris, “Consultorio cinematográfico”, Cinegramas, nº 92, Madrid, 14 junio 1936, pág. 41.)

«Alvar, el periodista internacional, con un muchacho oficial de Marina y con el suboficial de Infantería don Adalberto Escribano, distribuye en guerrillas los 200 paisanos de las Milicias, que esperan, fusil en mano, echados a tierra sobre la hierba fresca del jardín, la menor señal para disparar contra las casas si se les hostiliza desde ellas, según piadosa costumbre de los simpatizantes del otro bando. Joaquín Noguera López, un catedrático conspicuo de Izquierda Republicana, anima a los sitiadores. El coronel Asensio, que también ha acudido a ver los preliminares de la batalla, da discretamente algún consejo táctico.» (“Después de tres horas de intenso bombardeo, esta mañana, a las diez, el pueblo madrileño y las fuerzas fieles al Gobierno han asaltado el cuartel de la Montaña, defendido por unos mil quinientos hombres, entre rebeldes y fascistas”, Heraldo de Madrid, lunes, 20 de julio de 1936, pág. 12.)

«Un periodista muerto en el frente de combate. Manuel Fernández Alvar. Ha muerto un periodista. Manuel Fernández Alvar, escritor antifascista, cayó ayer, combatiendo heroicamente en la batalla de Guadarrama. Hace pocos días, en Ginebra, Alvar se lanzaba contra los periodistas italianos que silbaban al Negus en plena Sociedad de Naciones. Ayer no combatía con los puños frente al fascismo; luchaba fusil en mano en el asalto a los reductos rebeldes. Murió como un héroe; y como un héroe habremos de recordarle, al evocar en el porvenir las homéricas jornadas de Julio. Manuel Fernández Alvar une su nombre al de Luis de Sirval. Dos periodistas de izquierda, dos antifascistas, dos defensores de las libertades del pueblo, caídos en el cumplimiento del deber, en el puesto marcado, sin retroceder ante el peligro ni ante la muerte que se llegaba cautelosa hacia ellos. En estas horas difíciles para España, los periodistas tenemos también nuestras víctimas y nuestros héroes. Manuel Fernández Alvar, redactor del “Heraldo”, muerto ayer en Guadarrama, es uno de ellos.» (La Libertad, Madrid, 24 de julio de 1936, pág. 4.)

«Muerte del periodista Fernández Alvar. Cayó en la batalla de Guadarrama. El periodista Manuel Fernández Alvar, que combatía con su fusil, como un miliciano más, cayó ayer en el fragor de la batalla de Guadarrama. Ha muerto, pues, con verdadero rango de héroe. No nos sorprende, la verdad. Alvar se había distinguido siempre en su lucha contra el fascismo. Hace poco, en Ginebra, tuvo un incidente con los periodistas italianos que silbaron al Negus. Ahora ha ido a caer en los picachos de la Sierra, donde la lucha contra la reacción tiene un acento dramático. Termina así, pues, la emoción liberal de una vida en línea recta. A nosotros –mientras escribimos apresuradamente esta breve nota– no nos falta más que deplorar la desaparición del periodista y del hombre. Alvar, como hombre, era todo un temperamento apasionado, capaz, efectivamente, de coger un fusil para defender sus ideas. Como periodista era un informador vivo y experto, ducho, sobre todo, en las peripecias del reportaje de altos vuelos. Deja un libro sobre la Sociedad de Naciones verdaderamente admirable. Descanse en paz el querido compañero. A sus camaradas del Heraldo enviamos de todo corazón la expresión de nuestro condolencia.» (La Voz, Madrid, viernes 24 de julio de 1936, pág. 1.)

«Manuel Fernández Alvar, periodista y miliciano. En estas horas de acerbo dolor, en que tantos españoles están cayendo en defensa de sus ideales, enzarzados en una lucha fratricida, nos llega la triste noticia de la muerte del redactor de Heraldo de Madrid D. Manuel Fernández Alvar. Joven, entusiasta, apasionado y valeroso, Alvar ha derramado su sangre en una de las batallas que se vienen empeñando en la sierra madrileña. Era un antifascista vehemente, y esta vehemencia, característica de su personalidad, que le llevó, no hace mucho, en Ginebra, a promover un incidente cuando los periodistas italianos silbaron al Negus, le obligó ahora a ingresar en las filas de los milicianos armados para combatir la sublevación militar. Generosamente ha entregado su vida por la idea. Vivió en exaltación y murió como un héroe. Con profundo respeto, con honda emoción, nos inclinamos ante su cadáver. Sirvan estas líneas de homenaje al admirable compañero abnegado, y reciban los queridos compañero de Heraldo de Madrid la expresión conmovida de nuestro pésame. Descanse en paz el infortunado periodista.» (El Sol, Madrid, sábado 25 julio 1936, p. 4.)

«Bajas de los marxistas madrileños. Por otras declaraciones de prisioneros se van conociendo nuevos detalles sobre la situación angustiosa de Madrid. “Política” el periódico de Azaña y “Mundo Obrero” se publican en los talleres de “El Debate” con los mismos elementos e igual formato de este periódico. “Ahora” se publica por los comunistas en su propio taller. Además del jefe de las milicias socialistas, ha muerto en el Guadarrama el redactor de “Heraldo de Madrid”, Manuel Fernández Alvar. Por un disparo hecho desde el cuartel del Pacífico, murió también el redactor de “El Liberal” Cernada. También han sido muertos por las tropas el ingeniero socialista José Orá de la Torre y un hijo que se disponía a cortar el agua de los Cuarteles de Carabanchel. Los comunistas se han incautado del Colegio de abogados de Madrid, nombrando una Junta comunista. No es Junta de abogados, es un Soviet.» (El Diario Palentino, Palencia, martes 28 julio 1936, p. 1.)

La vida extraordinaria de Manuel Fernández Álvarez (Alvar), el periodista muerto en el frente de Guadarrama

Cuando Fernando de los Ríos lo libertó en Rusia

En las alturas de Guadarrama ha muerto entre los luchadores de la libertad Manuel Fernández Álvarez (Alvar), redactor de Heraldo de Madrid. Ha muerto, sí, heroicamente; pero a su modo de ser heroico, que era ser sencillo, gris, hasta en el traje, el pelo y los ojos, y envolver en vulgaridad cotidiana sus hechos extraordinarios.

De cuando en cuando me lo encontraba en una calle de Madrid; me decía:

–¡Hola! ¿Qué hay?

Como si me hubiera dejado el día antes; pero nos habíamos separado hacía muchos meses, y el, entretanto, había estado en Rusia, o en Turquía, o en Rumania, quién sabe en dónde ni para qué. Probablemente para nada más que mirar, para ver, para enterarse de lo que hay en la ancha tierra, por gusto de andar errante, de vagar mundo.

Yo conocí antes una de sus aventuras que a él mismo. Cuando me lo presentó un amigo, le pregunté:

–¿Pero es usted aquel preso de La Checa rusa que libertó don Fernando de los Ríos en Moscú?

Se me quedó mirando, y me dijo:

–¡Ah, sí!

Como si yo le hubiera recordado algo remoto y ya olvidado.

* * *

Un día, terminada la guerra europea, salía de Marsella para Odessa un buque francés, llevando a su patria unos cientos de soldados rusos rescatados de los campos de prisioneros de Alemania.

Un hombrecillo diminuto, gris, se acercó al capitán momentos antes de levar las anclas.

–Ha embarcado usted trescientos rusos y no lleva usted intérprete. ¿Cómo se va a arreglar usted para entenderse con el pasaje?

–No había pensado en ello –contestó el capitán–. Pero tiene usted razón. Sin embargo, no hay modo de buscar intérprete; zarpamos dentro de unos minutos.

–Yo me presto a serlo sin remuneración alguna: por el viaje y la comida.

No es que el hombrecillo gris fuera un experto en ruso; pero era, bajo aquellas vulgares apariencias, un aventurero de lo desconocido que sentía la tentación de la nueva Rusia. Con cuatro palabras de francés que sabían los rusos, con cuatro de ruso que él sabía y aquella inteligencia alerta que chispeaba en sus ojillos, tuvo bastante para cumplir su misión durante el viaje.

Pero ya cerca de Odessa, el pasaje ruso se levantó en seria protesta contra el régimen de comidas. Los rusos formaban como un coro de cosacos del Don bajo el puente del barco; pero inarmónico, furioso. El capitán gritó:

–¡Que venga el intérprete!

Era como un examen. El intérprete, al lado del capitán, en el puente, y debajo los rusos.

–¿Qué dicen?

Pero en aquel tumulto el intérprete no entendía, ni los rusos le entendían.

–No le tiro a usted al mar –dijo el capitán– por compasión; pero en Odessa le pongo en tierra para que aprenda usted el ruso.

¡Si no quería otra cosa que verse en Rusia y quedarse allí!

* * *

Sentó plaza de soldado en el Ejército rojo; en el Ejército rojo primitivo, que era, respecto al actual, como un palo de escoba a una ametralladora, y lo destinaron a un parque automovilista. En este parque no había más que un viejo camión asmático, cuyo motor se descomponía a cada cien metros. El voluntario español desarmó el motor, volvió a armarlo y el camión corrió como nuevo.

¡Un técnico! ¡Habían descubierto un técnico! Un técnico en la Rusia de entonces era el verdadero mirlo blanco. Alvar fue ascendido a teniente y llevado a Moscú.

Pero Alvar era dos cosas: español y libertario. Y como español murmuraba del Gobierno sin gran recato.

–Yo hacía como se hace en España; pero por fin me detuvieron y me encerraron.

Cuando don Fernando de los Ríos visitó Moscú, quiso conocer un Círculo de anarquistas rusos. El presidente era un hombre barbado como Bakunín y Kropotkín. De pronto dice al socialista español:

–Tengo que hablar reservadamente con usted.

Muy cerrados en la habitación, el anarquista levanta la tapa de una mesa, y con una navajilla saca de una ranura un papel muy doblado.

–Es un mensaje para usted de un español preso por la Checa. Ha llegado a nosotros por caminos muy complicados y secretos, y no debe usted decir quién se lo ha entregado.

Con lápiz, sobre un papel sucio, Alvar pedía auxilio.

“Sé –decía– que va usted a visitar a Lenín; pídale mi libertad.”

En la entrevista con Lenín, don Fernando planteó como cuestión previa la libertad de Alvar. Telefonazo de Lenín a Djerninsky:

–Ya está.

–Bien; ahora ya podemos hablar.

Al llegar don Fernando a su hotel, imaginándose a aquel español temerario como un ejemplar magnífico de la raza, se encontró con un hombrecillo gris, que parecía estar encogiéndose siempre de hombros ante el destino, y que le saludó así:

–¡Hola! ¿Qué hay?

Al llegar los dos españoles al puerto de Dantzig, la Policía revisaba escrupulosamente la documentación de los pasajeros en el portalón de proa. Cuando ya estaban muy cerca de los guardias, Alvar, que no llevaba ningún papel, se lanzó al agua, nadó, se ocultó entre botes, pasó por debajo de barcos, desapareció.

Cuando el catedrático entraba en el hotel de Berlín, ya lo esperaba en el vestíbulo el hombrecillo, las manos en el bolsillo del pantalón:

–¡Hola! ¿Qué hay?

Y seguramente el otro día, en la Sierra, al recibir la bala mortal, la saludó también así:

–¡Hola! ¿Qué hay?

Fabián Hernández

[Mundo Gráfico, Madrid, miércoles 29 de julio de 1936, página 28.]

«Mi buen compañero Isaac Abéytua, amigo entrañable, supo que por la falta de taxímetros apenas si podía salir de casa, imposibilitado de subir al tranvía y de penetrar en el Metro, y acudió a libertarme del encierro forzado, a desencantarme, a hacer, no obstante su laicismo, lo que los católicos hacían el día señalado para ese menester: sacar ánimas. No me quejo de la ligera molestia, que más padecen por nosotros los defensores de Madrid en la Sierra. No se puede ni se debe blasonar de víctima por tan poca cosa. Sería ofender la memoria de las verdaderas: Orad, Manuel Fernández Álvarez (Alvar e Iván), Cernadas, Carlitos Tormo, Leonardo dos Santos Moraes, el coronel Puig... Y no cito más que a compañeros de profesión y amigos muy íntimos, y no porque mi sentimiento se circunscriba a los mentados.» (Roberto Castrovido, “Un paseo por Madrid”, El liberal, Madrid, 5 de agosto de 1936, pág. 8.)

Bibliografía de Manuel Fernández Álvarez

1931 Jack Wilkens, Nicolás Alexandrovitch Romanoff, ciudadano soviético, prólogo de E. Barriobero y Herrán, traducido del francés por Demófilo Dantón Ferrero, J. M. Yagües Editor, Madrid 1931, 253 páginas. (“Acabóse de imprimir la primera edición de este libro en los talleres tipográficos de Galo Sáez, Mesón de Paños, 8, Madrid, el día 9 de mayo de 1931.”)

[1932] M. F. Alvar, Técnica cinematográfica moderna, J. M. Yagües Editor, Madrid [abril 1932], 551 págs.

1936 M. F. Alvar, La gran obra internacional de la Sociedad de Naciones, palabras de D. Salvador de Madariaga, J. M. Yagües Editor, Madrid 1936, 184 páginas. (“Terminóse de imprimir este libro el día 22 de febrero de 1936, en los talleres gráficos ‘Marsiega’, de Madrid, Menéndez Pelayo, 12.”)

M. F. Alvar, Cinematografía pedagógica y educativa, J. M. Yagües Editor, Madrid 1936, 143 páginas. (“Terminóse de imprimir este libro el día 6 de mayo de 1936, en los talleres gráficos ‘Marsiega’, M. Pelayo, 12. Madrid.”)

Sobre Manuel Fernández Álvarez

1932 Luis Gómez Mesa, “Bibliografía del Cinema: Técnica cinematográfica moderna, Nuestro Cinema, Madrid-París, agosto de 1932, número 3, páginas 95-96.

Textos de Manuel Fernández Álvarez en el proyecto Filosofía en español

1933 “Berlín: El amor en un país abolicionista” (3 enero). “Berlín: Complots contra el general “social”, maniobras contra Hitler” (13 enero). “Berlín: Momentos decisivos para Hitler” (18 enero). “Berlín: ¿Se prepara la disolución del partido comunista?” (26 enero). “Berlín: Comienza oficialmente la Era fascista en Alemania” (1 febrero). “Berlín: Agonía de la constitución de Weimar” (2 febrero). “Berlín: Mixtura, primera etapa del fascismo” (7 febrero). “Berlín: Hacia la exterminación del marxismo” (8 febrero). “Berlín: Se entierra con honores oficiales a un policía comunizante” (10 febrero). “Berlín: La liturgia del nacionalsocialismo” (15 febrero). “Berlín: En pleno nacionalismo cinematográfico” (abril-mayo).

gbs