Filosofía en español 
Filosofía en español

Congreso Hispanoamericano de Cinematografía

Propuesto en 1929 por Fernando Viola


Institución propuesta por Fernando Viola Sánchez y asumida en octubre de 1929 por el II Congreso del Comercio Español en Ultramar, reunido en Sevilla, en el Salón de Actos de la Plaza de España, dentro de las actividades de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.

«Cinematografía hispano-americana. En la última sesión que celebró en Madrid el segundo Congreso Nacional del Comercio Español en Ultramar, D. Femando Viola propuso una Confederación hispanoamericana de “cine”. Con elocuente palabra demostró que la producción de “cine” no debe faltar en ningún pueblo que progrese. “El ‘cine’ sonoro –dijo– es una amenaza para el idioma castellano en manos de los yanquis, singularmente en lo que puede afectar a nuestras relaciones culturales con aquellas repúblicas.” El Sr. Viola cree en el éxito de tan magna empresa en este instante, y propuso la celebración de un Congreso hispanoamericano de cinematografía, un Congreso de valores comerciales, para que de él salga la Confederación, que supone un estrechamiento inaplazable de relaciones espectaculares entre estos pueblos, que están llamados a formar un círculo de Estados unidos. Posteriormente, en Sevilla, se aprobó por el mismo segundo Congreso del Comercio Español en Ultramar la propuesta del señor Viola de que se convoque a un Congreso hispanoamericano de cinematografía. En la sesión de orientaciones financieras y económicas españolas en América, presidida por el Sr. Calvo Sotelo, intervino nuevamente el Sr. Viola para destacar la importancia que alcanzarían las producciones hispanoamericanas si éstas fuesen encauzadas por los Gobiernos respectivos con auxilio del Banco Exterior de España, llamado a crear y a impulsar empresas de la magnitud de la que se pretende. De momento, varios elementos españoles de Chile y Argentina que intervienen con capitales propios en empresas productoras se encuentran dispuestos en principio a tratar de la Confederación hispanoamericana de cinematografía. Encontramos muy dignos de atención los propósitos del señor Viola, y haremos cuanto sea necesario por nuestra parte para que dicha Confederación sea una realidad.» (El Sol, Madrid, domingo 13 de octubre de 1929, página 8.)

«El hispanoamericanismo y el cine. En la última sesión que celebró en Madrid el II Congreso del Comercio Español en Ultramar, don Femando Viola propuso una Confederación hispanoamericana de cine. Con elocuente palabra demostró que la producción de cine no debe faltar en ningún pueblo que progrese. “El cine sonoro –dijo– es una amenaza para el idioma castellano en manos de los yanquis, singularmente en lo que puede afectar a nuestras relaciones culturales con aquellas Repúblicas.” El Sr. Viola cree en el éxito de tan magna empresa en este instante, y propuso la celebración de un Congreso hispanoamericano de cinematografía, un Congreso de valores comerciales, para que de él salga la Confederación, que supone un estrechamiento inaplazable de relaciones espectaculares entre estos pueblos, que están llamados a formar un círculo de Estados unidos. Posteriormente, en Sevilla, se aprobó por el mismo II Congreso del Comercio Español en Ultramar la propuesta del Sr. Viola de que se convoque a un Congreso hispanoamericano de cinematografía. En la sesión de orientaciones financieras y económicas españolas en América intervino nuevamente el Sr. Viola para destacar la importancia que alcanzarían las producciones hispanoamericanas si éstas fuesen encauzadas por los Gobiernos respectivos con auxilio del Banco Exterior de España, llamado a crear y a impulsar empresas de la magnitud de la que se pretende. De momento, varios elementos españoles de Chile y Argentina que intervienen con capitales propios en empresas productoras se encuentran dispuestos en principio a tratar de la Confederación hispanoamericana de cinematografía.» (La Libertad, Madrid, sábado 19 de octubre de 1929, página 7.)

Tras la buena acogida que el proyectado congreso de cinematografía había encontrado en Sevilla, Fernando Viola se entrega a buscar apoyos para su idea, en particular entre el cuerpo diplomático hispanoamericano acreditado en Madrid. En noviembre de 1929 ya tiene la adhesión por escrito de Carlos Morla Lynch, encargado de negocios de Chile, y, sobre todo, la de Enrique Traumann Hamburg, influyente “decano presidente del cuerpo consular americano”, cónsul honorífico de Guatemala (más adelante también lo sería de los Países Bajos).

Amerita detenerse en perfilar la trayectoria de Enrique Traumann, importante representante de intereses industriales alemanes, en el contexto del apoyo a un proyecto que necesariamente se enfrentaba a intereses industriales yanquis. Nacido hacia 1879, este activo ingeniero alemán ya estaba asentado en Madrid en 1906, como representante exclusivo de la Süddeutsche Automobilfabrik Gaggenau, fabricante de los camiones y omnibuses S.A.G. con los que Traumann establece en 1907 líneas regulares de mercancías y pasajeros por España. Al fusionarse en 1910 ese fabricante con la Benz, se mantiene Traumann como representante general para España de Automóviles Benz, y de otras empresas del sector: Gross&Cº, Man&Willkomm… Perfectamente integrado en la sociedad madrileña, es secretario en 1909 de la junta directiva de la Cámara sindical española del automovilismo y ciclismo, destaca en 1912 como “simpático sportsman” y en 1913 ya ejerce como cónsul de Guatemala. En marzo de 1920 el gobierno le concede la nacionalidad española, y en noviembre de 1921 es elegido, por aclamación, decano presidente del cuerpo consular hispanoamericano en Madrid, en tanto encargado de negocios de Guatemala. En 1924 es representante general para España, ademas de la Benz, de las locomotoras de vapor L. Schwartzkopff de Berlín. Las revistas informan gráficamente de su boda, en agosto de ese año, en Varsovia, con la bella Irene Meske (asisten a la ceremonia los embajadores de España, Alemania y Portugal en Polonia). En febrero de 1926 está en Buenos Aires, esperando la llegada del Plus Ultra, para entregar al comandante Ramón Franco un mensaje de salutación y bienvenida en nombre de la Unión Ibero-Americana (entidad de cuya junta directiva era vocal), pero también en calidad de representante en Madrid de Dornier Metallbau de Friedrichshafen, pujante industria civil y militar, Aeroplanos Metálicos Dornier, pues el Plus Ultra no dejaba de ser un hidroavión Dornier-Wal… Enrique Traumann murió en Madrid a los 84 años, el 29 de septiembre de 1963, dejando viuda a Irene Meske (†1984) y casada su hija Irene con Alonso Cienfuegos-Jovellanos García-Baxter, segundo Conde de Cienfuegos.

En enero de 1930, antes de la caída de Primo de Rivera, tiene recogidas Fernando Viola las adhesiones firmadas por Benjamín Fernández Medina, ministro del Uruguay; Jorge Vélez, ministro de Colombia; Enrique González Martínez, ministro de Méjico; y la de Pedro Sangro Ros de Olano, marqués de Guad-El-Jelú, quien quince días después es nombrado Ministro de Trabajo en el gabinete del general Berenguer.

Fernando Viola había procurado, sin éxito, interesar al gobierno del general Miguel Primo de Rivera en la convocatoria de este Congreso. En pleno desajuste económico –iniciado tras el colapso de la Bolsa de Nueva York de finales de octubre de 1929– se quiebra la dictadura: el 28 de enero de 1930 dimite el dictador Primo de Rivera, sustituido inmediatamente por el general Dámaso Berenguer, nombrado presidente del gobierno por el rey Alfonso XIII. Ni un día pierde José Francos Rodríguez, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, para remover el asunto: apoya el mismo día 29 de enero, en el que comenzaba su andadura el gobierno de la dictablanda, y desde la página 3 del ABC, al Congreso Hispanoamericano de Cinematografía:

«Bastan los motivos indicados con el fin de apoyar la propuesta de D. Fernando Viola, y dirigida a los comerciantes hispanoamericanos reunidos en Sevilla. Se necesita vivir de prisa en los actuales tiempos, y es condición indispensable prever contingencias de lo por venir. Por eso, cuantos por capacidad, gusto y aficiones intervengan en la cinematografía piensen en lo que pueden significar sus cambios progresivos, teniendo a la vista, eso sí, como necesaria, la compenetración e inteligencia de cuantos países hablan español. Sus primeros movimientos advertirán a cuantos no los esperan que nos opondremos al despojo, del cual hay señales en renglones escritos y en voces transmitidas; que no han de encontrarnos insensibles o mal dispuestos cuando se exterioricen. Aunque sólo hubiese la razón de amparar la lengua castellana, ésta sólo justificaría el esfuerzo demandado para organizar un Congreso hispanoamericano de cinematografía.» (J. Francos Rodríguez, “Esfuerzo necesario. La lengua española y el iberoamericanismo”, ABC, Madrid, 29 de enero de 1930, página 3.)

«Certamen hispanoamericano de cinematografía. Una idea que debe realizarse. En el II Congreso Nacional del Comercio Español, reunido en Sevilla, propuso D. Fernando Viola la celebración de un certamen hispanoamericano de cinematografía, y la proposición fue aprobada por unanimidad. Al dar en estas columnas oportunamente la noticia expusimos varias de las muchas razones que no sólo justifican, sino que hacen necesaria la convocatoria de un Congreso en el que representantes de todos los países de habla castellana asienten las bases morales y materiales de una unión para la defensa y el fomento del cinematógrafo hispanoamericano. El gran espíritu liberal Augusto Barcia ha proclamado recientemente la conveniencia de mantener y estrechar las relaciones que tiendan al amparo de la lengua castellana, y el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, glosando esta afirmación, ha escrito en ABC que el encauzamiento de elementos espirituales para oponerse al destronamiento del idioma español, que crea y conserva la fraternidad entre quienes lo usan, bastaría para que el proyectado Congreso hispanoamericano de cinematografía mereciese el apoyo de todos si no tuviese como tiene otras importantes finalidades de orden espiritual y material. Han cesado las circunstancias que dificultaban y, peor aún, falseaban las reuniones del carácter de la proyectada por el señor Viola, y es el momento propicio para el acercamiento y la comprensión de los pensadores y los hombres de acción de ambos lados del Atlántico. La idea fue lanzada y favorablemente acogida. Resta ahora ponerla en marcha con el impulso del entusiasmo y la buena voluntad.» (La Libertad, Madrid, sábado 8 de febrero de 1930, página 7.)

«Congreso hispanoamericano de Cinematografía. Hace días, el presidente de la Asociación de la Prensa, don José Francos Rodríguez, se ocupó desde las columnas de ABC, en un artículo, de celebrar un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. Con motivo del segundo Congreso del Comercio Español en Ultramar, celebrado en Sevilla en octubre del pasado año, dimos cuenta de que había sido aprobada la celebración de dicho Congreso, figurando como una de las conclusiones del de Ultramar. El autor de la propuesta fue D. Fernando Viola. El decidido apoyo que a este asunto presta el Sr. Francos Rodríguez será sin duda un vivo acicate para que tenga una realización rápida. El Sr. Viola cuenta con autorizadas promesas de embajadores y ministros de las Repúblicas hispanoamericanas en favor de dicho Congreso.» (El Sol, Madrid, domingo, 9 de febrero de 1930, página 8.)

Tras el artículo de José Francos en ABC, jaleado por la prensa amiga, suscribe en febrero su apoyo el embajador de la Argentina, Daniel García-Mansilla; en marzo el ministro plenipotenciario de Panamá, Melchor Lasso de la Vega; el embajador de Chile, Emilio Rodríguez Mendoza, &c.

Mantilla y Viola en Unión Radio
“Nuestro redactor cinematográfico, Fernando G. Mantilla y D. Fernando Viola, promotor e iniciador del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, quien desarrolló ante el micrófono, el pasado día 18, una interesante conferencia sobre el porvenir del cine español.” (Ondas, Madrid, 5 abril 1930, nº 251, pág. 12.)

El martes 18 de marzo de 1930 explica Fernando Viola, de viva voz, “cómo nació en él la idea del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía” a la audiencia de la “Revista cinematográfica” que mantenía desde 1928, en Unión Radio EAJ 7, el también entusiasta Fernando G. Mantilla. La implicación de Mantilla en el proyecto fue total, ayudando eficazmente a definirlo e interviniendo en la preparación de un opúsculo de presentación del Congreso, para el que escribe la “Exposición” de motivos (que se publica sin firma, pero cuya autoría reivindica en su artículo de mayo en la revista Cosmópolis: “Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía”).

«T.S.H. Programa para hoy domingo 13 de abril. Madrid (Unión Radio, EAJ7, 424 metros). 11,30. Transmisión del concierto que ejecutará en el Retiro la Banda Municipal. 2. Campanadas de Gobernación. Señales horarias. Concierto por la orquesta de la estación. Intermedio poético. 7. Tarde. Campanadas de Gobernación. Música de baile. 8. Información deportiva. Servicio directo de Unión Radio. 10. Noche. Campanadas de Gobernación. Señales horarias. Información deportiva. Selección musical de la zarzuela del maestro Caballero “La viejecita”. Intermedio. “Unas palabras sobre el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía”, por el excelentísimo Sr. D. José Francos Rodríguez. Cante flamenco por Valero Alonso y Concepción Moratilla “Mora”, acompañados a la guitarra por Dámaso Martín. 12. Campanadas de Gobernación. Música de baile.» (El Sol, Madrid, domingo 13 de abril de 1930, pág. 5.)

Mantilla y Francos Rodríguez en Unión Radio

«El presidente de la Asociación de la Prensa en Unión Radio. En la emisión de la noche del domingo 13, dirigió desde nuestro micrófono la palabra a los radioyentes españoles el excelentísimo señor don José Francos Rodríguez, presidente de la Asociación de la Prensa. Se ocupó el ilustre conferenciante del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, del que se esperan fecundas iniciativas para el porvenir del Cinema español. Trasladamos a estas columnas algunas frases de las que se sirvió el informador cinematográfico de Unión Radio, don Fernando G. Mantilla, como exposición del tema que llevaba al señor Francos Rodríguez ante el micrófono de Unión Radio.
“El Congreso Hispanoamericano de Cinematografía trata, fundamentalmente, de que las pantallas cinematográficas del mundo hablen en español; de que nuestras costumbres, ideología, tradiciones e historia se escriban en celuloide, en palabras de luz y sombra, y sean conocidas –sin falseamiento– en todos los ámbitos de la Tierra; de que la raza de Cervantes y Calderón, de Hernán Cortés y Bolívar, del Cid y Don Quijote, la conquistadora y colonizadora de América tenga un lugar análogo al que ocupa en la Historia, en el Arte y en la Literatura universal, en el Cinema, nuevo y formidable medio de difusión y expresión, religión de la Humanidad del siglo XX.”
La idea de celebrar un Congreso donde se adoptaran algunas actitudes relacionadas con esos motivos, ha encontrado un alto defensor en la insigne figura de don José Francos Rodríguez, presidente del Comité organizador del citado Congreso. Con su certero instinto y auténtico sentido del verdadero patriotismo –del que tan elevadas pruebas ha dado en el transcurso de su vida–, el señor Francos Rodríguez adivinó el grave problema que plantea al mundo iberoamericano la cuestión del film parlante en inglés, y aceptó entusiasmado la generosa idea. El señor Francos Rodríguez pronunció una brillantísima y elocuente conferencia, en la que abundó sobre la necesidad de imponer en el cinema el idioma español y celebrar un Congreso de las nacionalidades de cultura hispánica para resolver tan importante cuestión.” (Ondas, 19 abril 1930, nº 253, pág. 3.)

«Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. Con este título se ha publicado un folleto en el que se recogen la exposición, juicios y adhesiones formulados con relación a la propuesta de D. Fernando Viola para realizar un Congreso hispanoamericano de Cinematografía, aprobada en el segundo Congreso Nacional del Comercio Español en Ultramar, celebrado en Sevilla hace unos meses. Son muchas las personalidades españolas y americanas adheridas al proyecto, entre las que figuran todos los embajadores y ministros diplomáticos de los países de Hispanoamérica. También aparecen en el folleto las opiniones favorables de varios intelectuales españoles. La publicación “Mundo Literario” ha sido la editora de este folleto, que encierra una idea que merece el apoyo de todos. El Comité encargado de realizar este Congreso ha quedado constituido en la siguiente forma: Presidente, Excmo. Sr. D. José Francos Rodríguez; secretario, D. Fernando Viola y Sánchez; vocales: D. Fernando G. Mantilla, D. Pablo Abril de Vivero, D. Manuel Viola y Sánchez, D. Antonio Barbero, D. Francisco Burgos Lecea, D. José Val del Omar, don Rodolfo Gil (“Gil Benumeya”), don José L. Benito, señor marqués de Navarrés.» (El Sol, Madrid, domingo 20 de abril de 1940, página 8.)

Portada Congreso Cinematografía

Opúsculo de presentación del Congreso, publicado por Mundo Literario en abril de 1930

A mediados de abril de 1930 publica Mundo Literario, en Madrid, un opúsculo de 48 páginas destinado a difundir el proyecto del Congreso, con el aval de 23 opiniones que apoyan la iniciativa, catorce de ellas suscritas “por ilustres representantes del Cuerpo diplomático de Hispanoamérica acreditados en Madrid”. Tras una “Exposición” de motivos, figuran las “Bases” propuestas y quienes forman el “Comité organizador”. Como antecedentes del Congreso se reproduce el artículo publicado por José Francos Rodríguez en ABC (29 enero 1930), “Esfuerzo necesario. La lengua española y el iberoamericanismo”, y el texto de la conferencia que el impulsor de la idea, Fernando Viola, dio por la radio (18 marzo 1930) en el programa de cine que en Unión Radio mantenía desde 1928 el joven Fernando Gutiérrez-Mantilla.

Los nombres que aparecen implicados en este opúsculo –Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. Exposición, juicios y adhesiones formuladas con relación a la propuesta de D. Fernando Viola aprobada en el II Congreso Nacional del Comercio Español de Ultramar– son los siguientes:

nombre α ω calidad
José Francos Rodríguez18621931Comité: Presidente
Fernando Viola y Sánchez18971977Comité: Secretario
Fernando Gutiérrez-Mantilla19031964Comité: Vocal
Pablo Abril de Vivero18941987Comité: Vocal
Manuel Viola y Sánchez  Comité: Vocal
Antonio Barbero18891963Comité: Vocal
Francisco Burgos Lecea18981951Comité: Vocal
José Val del Omar19041982Comité: Vocal
Rodolfo Gil Torre (Gil Benumeya)19011975Comité: Vocal
José L. Benito  Comité: Vocal
Manuel Álvarez de Toledo [Marqués de Navarrés]19071936Comité: Vocal
Daniel García-Mansilla18671957CD Argentina
Emilio Rodríguez Mendoza18731960CD Chile
Carlos Morla Lynch18851969CD Chile
Jorge Vélez1868 CD Colombia
Mario García Kohly18751934CD Cuba
Tulio Manuel Cestero18771955CD Rep Dominicana
Ricardo Crespo Ordóñez1892 CD Ecuador
José María Peralta Lagos18731944CD El Salvador
Enrique Traumann Hamburg18791963CD Guatemala
Enrique González Martínez18711952CD México
Melchor Lasso de la Vega18651942CD Panamá
Eduardo S. Leguía  CD Perú
Benjamín Fernández Medina18731960CD Uruguay
Alberto Urbaneja  CD Venezuela
Pedro Sangro Ros de Olano [Marqués de Guad-El-Jelú]18781959v España
Alberto Insúa18831963v España
César A. Naveda18981932v Ecuador
Francisco Cimadevilla  v Cuba
Joaquín Aristigueta  v Cuba
Jacinto Benavente18661954v España
Federico García Sanchíz18861964v España
Manuel Danés Barceló  v España
 

Mundo Literario no destaca por su fecundidad editora: en 1928 publica Xaicxi, delantero. Cuentos (Mundo Literario, Madrid 1928, 142 páginas), del jerezano Francisco Burgos Lecea, “paisano y condiscípulo de Fernando Viola”, vocal del Comité organizador del Congreso, por lo que cabe suponer importante implicación en tal edición de Burgos Lecea, luego reconocido filocomunista, como Fernando Mantilla.

Por lo que respecta al único domicilio que figura en el opúsculo: “Para todo lo relacionado con el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía pueden dirigirse a la Secretaría general del mismo, calle del Barco, número 2, segundo. Madrid”, en 1930 esa dirección sólo aparece entre los anuncios por palabras: “Huéspedes estables, hermosas habitaciones exteriores, muy céntrico, precios módicos. Barco, 2, segundo”, presumible hogar de Fernando Viola, Secretario del Congreso.

La presencia de Gil Benumeya como vocal del Comite organizador del Congreso se deja ver en la base “X. Inclusión en el Congreso de representantes del mundo sefardí o judeo español”. Ese mismo 1930 contraía Rodolfo Gil Torres matrimonio con Emilia Grimau, hermana del más adelante dirigente comunista Julián Grimau.

La campaña pro Congreso, con la difusión del opúsculo Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, se refuerza en mayo. Mantilla dedica sus páginas cinematográficas de Cosmópolis al asunto: “Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía”, donde también glosa La canción del día, “primer film parlante en español”, y lamenta la pérdida que supone el traslado a París de Juan Piqueras (quien dos años más tarde, desde París, impulsará la revista filosoviética Nuestro Cinema). La asunción de autoría por Mantilla: “Estas últimas palabras nos parecen las más importantes: ‘Oponiendo al cine el cine.” La intención del texto íntegro –debido a nuestra pluma– de esa exposición y nuestro apoyo personal, prestado gustosa y activamente, dependía de la aceptación de ese concepto”, permite atribuirle los párrafos ideológicamente más significados de todo el opúsculo, que también transcribe en su artículo de Cosmópolis:

Exposición del opúsculo

Diversos motivos impiden la influencia de la producción soviética fuera de Rusia; pero la norteamericana ha conquistado los mercados del Planeta. En especial, los países de cultura española son los únicos que se dejan penetrar sin resistencia. (Todos los países civilizados oponen a la invasión yanqui una producción nacional considerable. Todos, menos España y América.) La influencia del cine estadounidense mudo era ya muy importante. Los usos y costumbres registrados en los films influían en alto grado sobre los países de Hispanoamérica. En cualquier pueblo de España o de las Repúblicas americanas se ha hecho popular el Broadway, los ranchos del Far West y las bodas protestantes. Se desconoce, en cambio, la Castellana madrileña o la Avenida de Mayo bonaerense, el cortijo andaluz y el rito matrimonial respectivo. La fama de Tom Mix ha eclipsado a la de Hernán Cortés, y Douglas Fairbanks es más popular que el Cid Campeador. […].

Pero la influencia del cine mudo ha sido decisivamente subrayada por la innovación del film parlante. No bastaba la norteamericanización en lo que respecta al modo de ver y sentir la vida actual. Se pretende que la lengua inglesa sea hablada por todos: la sajonización de los pueblos. Convertirnos en colonias feudatarias. Hispanoamérica, la raza del Cid, Cervantes, Bolívar y San Martín, tiene imprescindible necesidad de resistir a esa fuerza arrolladora, de no dejarse morir invadida por el protestantismo, el desenfreno imperialista y las leyes puritanas del país de los rascacielos. De no ver impasible la desaparición de nuestra hermosa lengua, que resonó un día en todos los ámbitos de la Tierra como un clarín de triunfo, avasallada por el inglés gangoso del pueblo de Monroe. Y la única resistencia que cabe ha de ser desarrollada con armas iguales. Oponiendo al cine el cine.

artículo en Cosmópolis

“…La producción norteamericana ha conquistado los mercados del planeta. En especial los países de cultura española, que son los únicos penetrados sin resistencia por su parte. (Todos los pueblos civilizados oponen a la invasión yanqui una producción nacional considerable. Todos menos España y América.) La influencia del cine mudo americano era ya muy importante. Los usos y costumbres registrados en los films influían en alto grado sobre los países de Hispanoamérica. En cualquier pueblo de España o de las Repúblicas americanas se ha hecho popular el Broadway, los ranchos del Far West y las bodas protestantes. Se desconoce, en cambio, la Castellana madrileña o la Avenida de Mayo bonaerense, el cortijo andaluz o el rito matrimonial respectivo. La fama de Tom Mix ha eclipsado a la de Hernán Cortés, y Douglas Fairbanks es más popular que el Cid Campeador.”

“Pero la influencia del cine mudo ha sido decisivamente subrayada por la innovación del film parlante. No bastaba la norteamericanización en lo que respecta al modo de ver y sentir la vida actual. Se pretende que la lengua inglesa sea hablada por todos: la sajonización de los pueblos. Convertirnos en colonias feudatarias. Hispanoamérica, la raza del Cid, Cervantes, Bolívar y San Martín, tiene imprescindible necesidad de resistir a esa fuerza arrolladora, de no dejarse morir invadida por el protestantismo, el desenfreno imperialista y las teorías puritanas del país de los rascacielos. De no ver impasible la desaparición de nuestra hermosa lengua, que resonó un día en todos los ámbitos de la Tierra, como un clarín de triunfo, avasallada por el inglés gangoso del pueblo de Monroe. Y la única resistencia que cabe ha de ser desarrollada con armas iguales: oponiendo al cine el cine…”

 

Fernando Mantilla, en su artículo de Cosmópolis, anuncia la fecha de celebración del Congreso: “el día de la Fiesta de la Raza” de 1930.

El carácter beligerante del opúsculo de presentación del Congreso (del cine sonoro como “amenaza para el idioma castellano en manos de los yanquis” que ya sostenía Viola en octubre de 1929, se ha llegado a la “invasión yanqui” que busca la sajonización de pueblos convertidos en colonias feudatarias avasalladas “por el inglés gangoso del pueblo de Monroe”) no deja de ser advertido por algunos comentaristas:

«Congreso de cinema. Preliminares. La importancia que el idioma español adquiere actualmente con ocasión del “cinema” parlante ha sido causa para que se piense en la constitución de un Congreso Hispano-americano de Cinematografía que recoja y aune todas las aspiraciones, anhelos y deseos de cuantos hablamos la misma lengua. El Comité organizador […] ha lanzado un folleto, del que son los párrafos que a continuación reproducimos: […]. En el fondo, estamos absolutamente conformes, pero hubiésemos preferido una mayor templanza en la exposición del texto.» (El Imparcial, diario liberal, Madrid, sábado 3 de mayo de 1930, página 8.)

Aunque, como es natural, la circunstancia de que Pedro Sangro Ros de Olano, firmante en el opúsculo de una firme adhesión al Congreso, bajo su advocación de Marqués de Guad-El-Jelú, fuese después elevado a la condición de Ministro de Trabajo, había de facilitar que los promotores del Congreso pudieran llegar sin mucha dificultad al Gobierno del general Berenguer:

«El Congreso Hispanoamericano de Cinematografía ha visitado al ministro de Trabajo. Ha visitado al ministro de Trabajo una Comisión del Comité gestor del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, para enterarle de las gestiones realizadas al tiempo que solicitar del Gobierno la declaración de oficialidad para el antedicho Congreso. Integraban la Comisión los señores Francos Rodríguez, marqués de Navarrés, Abril de Vivero, Mantilla, Valdelomar y Viola.» (La Nación, diario de la noche, Madrid, jueves 8 de mayo de 1930, página 4.)

«La reunión ministerial de ayer. El Consejo se ocupa de las cuestiones ferroviarias y de las que afectan a Cataluña. Próxima disposición sobre el uso de la bandera y el idioma catalanes. Parece que no se paralizará por completo ninguno de los grandes ferrocarriles en construcción. Las comunicaciones marítimas. España y el proyecto de unión europea […] (sobre el memorándum relativo al proyecto de Unión Federal Europea redactado por monsieur Briand). […] Se aprobó asimismo la reorganización de los servicios de la Inspección general de seguros y ahorros y la concesión de carácter oficial al Congreso hispanoamericano de cinematografía.» (El Sol, Madrid, sábado 7 de junio de 1930, página 8.)

«T.S.H. Visita a Unión Radio. El ministro de Trabajo visitará hoy por la noche la emisora de Unión Radio, ante cuyo micrófono pronunciará un discurso sobre la adhesión y apoyo del Estado al Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. Este acto ha sido gestionado por la Sección Cinematográfica de Unión Radio, al frente de la cual se encuentra D. Fernando G. Mantilla, quien pronunciará unas breves palabras. Por último, el presidente del Congreso Cinematográfico, D. José Francos Rodríguez, pronunciará un discurso.» (El Sol, Madrid, jueves 12 junio 1930, pág. 3.)

«José Luis Salado, vocal del Comité ejecutivo. El Congreso Hispanoamericano de Cine. El ministro de Trabajo ha nombrado a nuestro compañero José Luis Salado vocal del Comité ejecutivo para el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. En el mundillo del cine ha sido muy bien recibido el acuerdo del marqués de Guad-el-Jelú. Tanto más cuanto que José Luis Salado viene realizando desde el “Nuevo Mundo” una interesante campaña a favor del diálogo español en las películas habladas. Ahora, en el Congreso, toda esa cosa de teoría que hay en los artículos de Salado puede convertirse en algo práctico y provechoso para la cinematografía nacional.» (Heraldo de Madrid, sábado 14 junio 1930, pág. 5; en la página 2 inserta una fotografía con el pie: “El marqués de Guad-el-Jelú con D. José Francos Rodríguez, presidente del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, y el Sr. Mantilla, crítico cinematógráfico de la Unión Radio, al concluir la interesante entrevista que celebraron ante el micrófono con motivo de la adhesión gubernamental al citado Congreso”.)

Fernando Mantilla se atribuye la adhesión del Círculo de Bellas Artes al Congreso, con fotografía testimonial de media página que publica en Ondas con este pie: “Nuestro colaborador cinematográfico Sr. Mantilla, entrevistando a D. Julio Calleja, quien aseguró, en nombre del Círculo de Bellas Artes, la adhesión entusiasta de dicha entidad a los proyectos e ideales del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía” (Madrid, 14 junio 1930, nº 261, pág. 5). Ambos dos han sido nombrados oficialmente, como vocales, miembros del Comité ejecutivo del Congreso. Un comité cuya composición no deja de provocar extrañezas en algunos comentaristas.

* * *

Como era de esperar en una sociedad cainita, no podía faltar el hideputa rencoroso, enmascarado esta vez como “Genovevo Gutiérrez”, que publica en Heraldo de Madrid, el 18 de junio de 1930, con el mismo rótulo que el opúsculo, “Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía”, un artículo insidioso y destructor, en el que descalifica a las personas nombradas para organizar el Congreso.

Alias “Genovevo Gutiérrez” tuvo vida efímera, en los estertores del cine mudo: se estrena el 26 de marzo de 1930 con un ataque a la Paramount y desaparece tras su resentida deposición contra el Congreso, sin duda porque José Luis Salado, el 25 de junio y en el mismo Heraldo de Madrid, desenmascara su identidad: un mediocre y efímero director de cine mudo, que tampoco supo medrar en el parlante.

A pesar de “Genovevo” el proyecto sigue adelante, y al contituirse un “Comité español de cinema educativo”, una de las tareas que se le propone consiste en “auxiliar la ponencia del próximo Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, en lo que se refiere a cine cultural, educativo, documental” (“Comité español de cinema educativo”, La Nación, Madrid, martes 29 de julio de 1930).

* * *

[ en proceso ]

El I Congreso Hispanoamericano de Cinematografía se celebró en Madrid del 2 al 12 de octubre de 1931.

Sobre el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía

1930 José Francos Rodríguez, “Esfuerzo necesario. La lengua española y el iberoamericanismo”, ABC, Madrid, 29 enero 1930.

Fernando Viola, Conferencia por radio sobre el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, Unión Radio EAJ 7, Madrid, 18 marzo 1930.

Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, Mundo Literario, Madrid 1930, 48 páginas.

Fernando G. Mantilla, “Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía”, Cosmópolis, nº 29, mayo 1930, págs. 32-34.

Genovevo Gutiérrez, “Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía”, Heraldo de Madrid, 18 de junio de 1930.

gbs