Filosofía en español 
Filosofía en español

Fernando de Castro Pajares  1814-1874

Fernando de Castro

«Hubo dos personas que dieron fondos con que empezó a publicarse La Voz de la Caridad, y ofrecieron más por el tiempo que pareciera demasiado necesario hasta que el periódico viviera por sí, o se adquiriera el convencimiento de que no podía sostenerse. Estas dos personas eran la señora condesa de Espoz y Mina, que ha muerto hace tiempo, y el señor don Fernando de Castro, que acaba de morir. La Voz de la Caridad le debe un recuerdo de gratitud como a uno de sus fundadores y como a quien ha cooperado eficazmente a cuantas obras buenas ha intentado o podido realizar: pertenecía dos decenas: no faltaba su limosna para los pobres que tenían frío, los heridos recibieron también su socorro, y nunca le contamos una lástima que no procurara consolarla, ni le comunicamos un pensamiento benéfico sin que le hiciera suyo: moribundo estaba cuando recordó que era día de decena, y mandó la limosna de las dos que formaba parte. A nosotros no nos toca juzgarle, sino hacerle justicia como hombre caritativo, y sentir su muerte como la de un buen amigo de los pobres y nuestro.» (La Voz de la Caridad, nº 101, Madrid, 15 de marzo de 1874, pág. 67.)

«La Asociación, fundada en 1870 por el inolvidable D. Fernando de Castro, cuenta en sus treinta y tantos años de vida una historia de abnegación y sacrificios..., día tras día, defendiendo su existencia en un ambiente que el retroceso acentuado en el país hacia la misma época, cambiaba, cuando en hostil, cuándo, por lo menos, en desfavorable.» (C. Bernaldo de Quirós, «Asociación para la enseñanza de la mujer», Alma Española, Madrid, 17 de enero de 1904, año II, número 11, pág. 8.)

«El primer intento –de que tengo al menos noticia– para hacer intervenir a las universidades más directamente, es el de don Fernando de Castro, que, en su rectorado (1868-70), acometió en la de Madrid muchas otras reformas de importancia, casi todas las cuales han caído, desatendidas por sus sucesores: verbigracia, el Boletín-Revista, las academias de profesores, las continuas reuniones del Claustro, &c. Una de las que se han salvado ha sido la «Asociación para la enseñanza de la mujer», fundada por él en 1869 y que dura, y hasta se ha desenvuelto, aunque fuera ya de la Universidad y llevando la vida miserable que es natural lleven en nuestro país obras de esta clase. La fundación comprendía, además de la «Escuela de Institutrices», unas «Conferencias dominicales», dirigidas especialmente a las señoras, y que se verificaban en el paraninfo de la Universidad, con extraordinaria concurrencia. Echegaray, Valera, Moret, García Blanco, Labra, don Francisco de P. Canalejas, don Miguel Merino, don Tomás [146] Tapia, don Antonio María Segovia, Sanromá, don Gabriel Rodríguez, no sé si Castelar y Moreno Gabriel Rodríguez, Nieto, entre otras personas, ya del profesorado, ya de fuera, juntas con el propio don Fernando, fueron los principales obreros de aquella empresa, que durante los dos años que subsistió, comprendía conferencias aisladas, lecturas y cursos sistemáticos. Igualmente mencionaré las enseñanzas nocturnas de adultos que el venerable rector creó también en diversos establecimientos universitarios, confiándolas a profesores y a estudiantes, cuyo celo recordaba en algún modo y en reducido límite la acción social y educadora de la juventud británica. Estos concursos desaparecieron con él.» (Leopoldo Palacios Morini, «La extensión universitaria», en Las universidades populares, Valencia 1908, pág. 145.)

«D. Fernando de Castro y Pajares (1814-74), franciscano, luego presbítero secular, catedrático de Historia en el Instituto de San Isidro y más tarde en la Universidad Central, aunque sólo escribió de filosofía su Memoria Testamentaría, donde expone el ilusorio proyecto de una religión universal donde cupieran Buda, Cristo, Mahoma y todos los grandes reformadores, sabios y artistas, y una Introducción al estudio de la Historia o Filosofía de la Historia, no creo equivocarme mucho si lo clasifico entre los krausistas de la derecha, pues sus obras históricas dejan trascender los efluvios del realismo racionalista.» (Mario Méndez Bejarano, Historia de la filosofía en España, XII, §IX, Los krausistas, Madrid 1927, pág. 472.)

«Uno de los compañeros de Sanz del Río, en cuya apostasía tuvo éste su parte, fue don Fernando de Castro, ex fraile gilito y ex predicador de Su Majestad. Triste y hasta repulsivo es hurgar en la vida de un cura renegado, pero necesario es –apliquemos palabras [57] del polígrafo cántabro dedicadas a otro respecto del krausismo– para mostrar claro y al descubierto «el fétido esqueleto con cuyas estériles caricias se ha estado convidando y entonteciendo por tantos años la juventud española», y también muy conveniente para invitar a la humildad a los Aristarcos y engreídos Catones de la secta institucionista, que quien tales patriarcas tuvo no puede pavonearse de estirpe consecuente y austera. Tres sacerdotes que abandonaron la Iglesia, fueron de los primeros seguidores de esa secta, madre de la Institución Libre de Enseñanza. Sus nombres, de oscura memoria, son, además de Castro, los de Tapia y Barnés, apellido este último popularizado durante los tiempos de la funesta República.» (Fernando Martín-Sánchez Juliá, «Origen, ideas e historia de la Institución Libre de Enseñanza», en Una poderosa fuerza secreta. La Institución Libre de Enseñanza, Editorial Española, San Sebastián 1940, págs. 56-57.)

«Hubo tres clérigos krausistas, Fernando de Castro, Tomás Tapia y Francisco Barnés, que luego abandonaron la Iglesia, pero desde dentro y desde fuera de ella trataron intensamente, por la persuasión o por el combate, de reformarla y modernizarla; por esto dice Pierre Jobit que el krausismo español fue una especie de premodernismo. Pero todos sus esfuerzos resultaron baldíos: como vimos durante nuestra guerra y como se ve en la España actual, la Iglesia española es inmutable: no olvida ni aprende nada.» (Luis Araquistain, «El krausismo en España», Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, París, sept-octubre 1960, nº 44, pág. 11.)

Bibliografía cronológica de Fernando de Castro Pajares

1874 Memoria testamentaria del señor D. Fernando de Castro, fallecido el 5 de mayo de 1874, publicada por su fideicomisario y legatario D. Manuel Sales y Ferré, Imprenta y Librería de Eduardo Martínez, Madrid 1874, 59 págs.

Sobre Fernando de Castro Pajares en Filosofía en español

1866 Luis Vidart Schuch, «Algunas consideraciones sobre la Filosofía de la Historia»

1995 Ramón Chacón Godas, «Comentario-resumen de mi tesis sobre Don Fernando de Castro y el problema del catolicismo liberal español»

Textos de Fernando de Castro Pajares en Filosofía en español

1868 Discurso en la apertura de los estudios de la Universidad Central

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