Filosofía en español 
Filosofía en español

Mercedes Torrevejano Parra I T  1941

Religiosa teresiana señorita y profesora española dedicada al cultivo de la Metafísica como funcionario del Estado, nacida en Valdepeñas de Jaén, en enero de 1941. Su formación estuvo determinada por la Institución Teresiana, la católica obra que inició en el Oviedo de 1911 su paisano San Pedro Poveda Castroverde (Linares 1874-1936), institución a la que se mantuvo vinculada. De aquí en buena medida las líneas de investigación que cultiva: la crisis moderna de la Metafísica, Kant y el proyecto fundamentalista moderno, Heidegger y la recepción de la fenomenología en Zubiri, Zubiri metafísico español del siglo XX, &c. Su nombre está vinculado a la organización de las Convivencias (1963-1973) precursoras de los Congresos de Filósofos Jóvenes (1974). Ha sido la primera mujer que obtuvo por oposición, en 1983, una cátedra de Metafísica en la universidad española (treinta años antes, en 1953, la también religiosa teresiana señorita Ángeles Galino Carrillo fue la primera mujer española en alcanzar una cátedra, la de Historia de la Pedagogía e Historia de las Instituciones Pedagógicas de la Universidad de Madrid).

«Mercedes es, por tanto, hija de profundas raíces de esta tierra, y se declara apasionadamente enamorada de ella, de sus gentes, de su historia; de todas las virtudes, pasiones, amores, de este maravilloso pueblo y, como tal, devota del Santísimo Cristo de Chircales, cuya Fiesta hoy anunciaremos. Nace en este pueblo a primeros de Enero de 1941, y pasó toda la infancia entre estas montañas, valles, y ríos, junto a sus padres, Gonzalo y Francisca, sus hermanos Gonzalo, Maruja, Ana y José, primas y amigas. A la sombra del Cristo de Chircales aprendió a valorar la vida, y las cosas bellas y buenas que ésta proporciona; a distinguir el bien del mal, a amar la naturaleza y a darse a los demás, como veía en su entorno familiar más inmediato, sobre todo con los ejemplos directos de sus padres, que vivieron momentos de inquietud e intranquilidad, pasada la contienda, felizmente superados con el auxilio permanente del Señor de Chircales.
En su entorno familiar más directo, a través del negocio familiar, iba asomándose al mundo y forjando su personalidad, aprendiendo, bajo la atenta mirada de su madre, a valorar la amistad, el amor, la familia, y a poner sobre todas las cosas Nuestro Señor de Chircales, a quien dirigía las primeras oraciones, enseñadas por su madre y recitadas todas las noches antes de dormirse. Las primeras letras las aprendió de la mano de doña Gregoria Ruiz, una tía lejana que puso las bases para que, ladrillo a ladrillo, Mercedes fuera construyendo su futuro cada día, inculcándole la constancia, perseverancia y paciencia que las cosas del saber requieren. Ella fue su única maestra de escuela y tuvo una influencia decisiva en sus gustos y deseos de emularla posteriormente. Su formación humana se iba completando con una profunda fe religiosa, apoyada y cultivada por el párroco don Juan Heredia y, sobre todo, destacaba su tía doña Mercedes Parra, la "tita Bebes", que con su vigilancia callada y enérgica a un tiempo, y con su ejemplo, hizo que nuestra pregonera cimentara sus conocimientos y encaminara sus pasos a mayores metas que las que, sobre todo en aquellos tiempos, esperaban a las mujeres de nuestros pueblos.
Así, logró convencer a sus padres para que la dejasen estudiar Bachillerato en Jaén, donde marchó interna al Colegio de las Teresianas. Con su esfuerzo personal, en un trabajo constante y responsable, y con el apoyo y ayuda de su familia y de las becas que fue manteniendo, logró superar los estudios con inmejorables calificaciones.
Toda su adolescencia, pues, la pasó entre libros de las diferentes asignaturas regladas y otros muchos de lectura aconsejada que ayudaron a formar su carácter y su conciencia humanística. A través de ellos y del ejemplo de su familia, así como de la influencia de los valores de la Institución Teresiana, se fraguó su persona, profundamente solidaria, justa, dada a los demás. De una fuerza interior singular que le ha permitido afrontar con rectitud y tesón todos los obstáculos y dificultades que una mujer de aquel tiempo encontraba en su camino.
Aprovechaba los períodos vacacionales par regresar a su querida Valdepeñas y recargar sus recuerdos, sus vivencias infantiles, bajo la influencia de sus padres, formadores de antaño y mutua de sus amigos de siempre, Carlos Ortiz, Loli Aceituno, los hermanos Anguita, Pedro, Manolo y Francisco, Florencia Peinado, Bonifacio Velasco y tantos otros que ella, a buen seguro, en estos momentos recordará, y, sobre todo, bajo el paraguas protector que a todas estas tierras brinda el Santísimo Cristo de Chircales.
Con posterioridad marcha a estudiar a Madrid, de manos de la Institución Teresiana, de la que recibió una enorme influencia positiva. El Padre Poveda y sus enseñanzas sobre la vida de la mujer de este siglo han terminado de conformar el carácter y los criterios culturales y universitarios de Mercedes. Obtuvo la Licenciatura en Filosofía en 1962, siendo inmediatamente admitida como Profesor Ayudante en la Cátedra de Metafísica de la Universidad Complutense de Madrid. Tras ser Becaria en la Universidad de Bonn y en el Instituto Luis Vives consigue el Doctorado con los máximos honores e inmediatamente obtiene la Adjuntía y, posteriormente, la Cátedra en la Universidad de Valencia, su Universidad desde 1976 hasta la fecha, excepto un breve período en que fue Catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela.»
(Luis Parras Guijosa, Presentación de Mercedes Torrevejano Parra, VIII Pregonera de la Romería del Cristo de Chircales, Valdepeñas de Jaén, 3 de mayo de 1997.)

«(...) A mí me ha tocado trabajar en viejas Universidades de nuestro país y en la rama del saber más antigua, la filosofía, esa "especialidad" entre comillas, que se ha conformado con el sencillo y a la vez ambicioso nombre con el que sólo parece mentarse el impulso que les da paso a todas las demás. Tan vieja, que con frecuencia sufre de olvidos y se postula su muerte. (...) Hablar públicamente ante tantas autoridades institucionales, y ante el pueblo de Valdepeñas –mi pueblo–, es algo que nunca pensé que pudiera ocurrir. Mi profesión consiste precisamente en subir a una tarima e impartir clases o conferencias, o realizar intervenciones académicas en una tesis, o en un tribunal de oposiciones, &c., pero el tipo de relación que me une con las gentes de mi pueblo no tiene más tono que el de la cordialidad amistosa, familiar siempre entrañable y envuelta en la alegría de quien vuelve de vez en cuando al lugar donde están sus raíces y las primeras improntas de la vida más propia. Por eso me siento abrumada por la gran honra de haberme elegido para dirigiros este Pregón de la Romería de nuestro amadísimo Cristo de Chircales. Con toda seguridad que hay muchos hijos y amigos de este pueblo más merecedores de este honor.
Y con todo, en mi emoción late también un fondo de satisfacción y aún de alegría. Tengo ante mí la ocasión –al menos por una vez– de decirle a este pueblo, a mis amigos y amigas, a mis familiares, al mismísimo Cristo de Chircales que convoca esta Asamblea, algunas de las muchas cosas que a todos os debo, por justicia y por gratitud: recuerdos que testimonian vuestra presencia en mí, experiencias de una vida desarrollada lejos de aquí, pero que aquí tuvo sus inicios y sus primeros impulsos, y cavilaciones e inquietudes, que conciernen a estos tiempos que vivimos, que tienen que ver con el trabajo que hago y que tal vez sea justo por mi parte intentar compartir con todos vosotros.
Pero dejadme que os diga que mi alegría tiene un matiz peculiar: Habéis dado esta oportunidad a una mujer. Y por esta razón me voy a permitir sentirme orgullosa. No por mí, sino en nombre de todas las mujeres. Vivimos un tiempo en el que las responsabilidades, tanto privadas y familiares, como las públicas, empiezan a repartirse equilibradamente entre hombres y mujeres. Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí. Y en muchísimos lugares del planeta casi queda todo por hacer en este punto. Pues los hombres han mostrado una cierta resistencia para cambiar, en la doble dirección. Una, la de asumir alguna parte en lo que se llamaba cuidado de la casa y de los hijos. Otra, la de aceptar plenamente la capacidad de las mujeres en las profesiones más dispares: la docencia superior o la investigación, las profesiones jurídicas o médicas, o técnicas, o hasta las responsabilidades políticas o de ejercicio del poder.
Yo he sido en este punto una mujer privilegiada que, por impulso natural en parte, y por haber pasado mi juventud en el seno de una Institución femenina, promotora de la formación intelectual y del trabajo profesional de la mujer (la Institución Teresiana, que tantos y tan fecundas raíces tienen precisamente en Jaén), por esas dos razones, insisto, he seguido un camino inequívoco de emancipación, que ha sido al mismo tiempo un camino sencillo y nada beligerante, nada violento.
Pues sin haber asumido nunca posiciones de militancia feminista, y mucho menos de feminismo radical, me he encontrado siempre en ambientes abiertos, donde la mujer hacía camino, procurando al mismo tiempo aportar a los mundos hasta entonces sólo masculinos, algo de la energía, del sentido de la realidad, de la cohesión humana amable y gratificante que la historia ha ido depositando en las manos de la mujer.
Permitidme, pues, queridos paisanos todos, que ofrezca este Pregón de la Romería de 1997, como homenaje a las mujeres de Valdepeñas de Jaén (y no hay por qué olvidar, como dice nuestra copla que "son las mujeres de Valdepeñas las más bonitas que hay en la tierra". Lo cortés no quita lo valiente). (...) En esta hora, que tiene algo de confesión, voy a concentrar mi Pregón, como ya he insinuado, en un par de miradas. Una, dirigida a mi pasado entre vosotros (...). Abrí los ojos a la vida en un pueblo eminentemente agrícola, pero en una familia que, aunque por el lado materno estaba vinculada a la tierra, por el lado paterno era una familia de artesanos, trabajadores del hierro (herreros, se decía entonces), entendidos en maquinaria. Mi propio hogar no era una casa de labor. Yo creo que esta circunstancia selló mi conciencia más remota. Una causa misteriosa, que nunca he sabido desentrañar con claridad, me ató desde muy pequeña a los libros. (...)
Mi pasión por los papeles impresos, sin todavía saber leer, hizo que doña Gregoria, o tita Gregoria, como la llamábamos en mi casa, permitiera, fuera de toda regla, que mi madre nos enviara a la escuela a mi hermana Maruja y a mí. Creo que tendría apenas cuatro años. Pues bien, la escuela, la primera comunión, los círculos de Acción Católica bajo la égida de don Juan Heredia, de mis tías Mercedes y Ascensión, y en casa de otra tía más lejana, Bernardina Cortés, concentran casi todos mis recuerdos de infancia. El estudio de los evangelios, para los círculos, los relatos de los libros de historia, el aprendizaje de poesías de nuestra literatura, las catequesis, los mayos con sus cantos, la liturgia, constituyeron una mezcla –y he pensado siempre que bastante equilibrada– de exigencia por parte de los mayores y de estímulos intelectuales y humanos, porque en definitiva entiendo que todo aquello, más que imposición a nuestra libertad era una rica oferta de formación que se nos brindaba. (...)
Los recuerdos de adolescencia se vinculan a la entrado en los estudios de bachillerato. Un primer verano glorioso, antes incluso de mis 10 años, lo ocupa un curso intenso de aprendizaje de latín. Éramos un montoncillo de gente, chicos y chicas, y los maestros latinos del grupo fueron don Félix, y Miguel Peinado, de grata memoria, los dos ya con las primeras órdenes. Nunca agradeceré bastante el rigor y la eficacia con que me pusieron las bases de ese latín, hoy olvidado por nuestro sistema educativo, que ha dado solidez y solera a toda mi formaciór lingüística. (...) En esos recuerdos está también la primera experiencia del Instituto, y el año de preparación con don Jesús Sobrado. Juntos nos preparábamos una panda bien avenida en la que predominábamos las chicas. Las hermanas Martínez, Floren Peinado, Rafaela, Loli, ya citada... (...) En ese paso al bachillerato me acompañó el gran amigo de mis padres, D. Pedro Marchal, y el consejo y el interés de la familia García de Quesada, don Manuel y la admirable gran dama que era doña María Teresa, su mujer. Pero sobre todo me ayudó, en momento oportuno, una Beca de la Diputación Provincial cuando la presidía don Ricardo de Villegas, asiduo de mi casa en el verano, que se interesaba por mis notas y me sometía a pequeños exámenes en los que, a pesar del apuro que me producían, yo percibía su complacencia. Y eso, me halagaba también. (...).»
(Mercedes Torrevejano Parra, VIII Pregón de la Romería del Cristo de Chircales, Valdepeñas de Jaén, 3 de mayo de 1997.)

En 1962 se licenció en Filosofía y Letras (sección Filosofía) en la Universidad de Madrid, y ese mismo año pudo continuar vinculada a la entonces única universidad madrileña como profesor ayudante de la Cátedra de Metafísica (desde 1954 el catedrático de Metafísica –Ontología y Teodicea– era Ángel González Álvarez, quien precisamente en 1962 fue nombrado Director General de Enseñanza Media, excedencia que cubrió Sergio Rábade Romeo, catedrático desde 1961 de Metafísica –Ontología y Teodicea– en la Universidad de Valencia, que se desplazó en comisión de servicio a la de Madrid, donde obtuvo en 1966 la cátedra de Metafísica –Crítica–).

En la semana santa de ese mismo curso académico 1962-1963, bajo el impulso de esos dos catedráticos de Metafísica (Ángel González desde el Ministerio, Sergio Rábade desde la Universidad) se celebró la Primera Convivencia de Filósofos Jóvenes, origen de la institución de los Congresos de Filósofos Jóvenes. La convocatoria de esa reunión fue firmada por M. Francisco Pérez López, José Luis Franco y Mercedes Torrevejano.

«Se ha clausurado la I Convivencia Española de Filósofos Jóvenes, reunida en el Colegio Mayor Antonio de Nebrija. A la vista de los frutos alcanzados en esta reunión se decidió darle continuidad y establecer un secretariado que se encargue de recoger las sugerencias de los participantes que puedan mejorar las sucesivas convivencias, así como de preparar la organización y temario de las mismas.» (Arriba, 11 de abril de 1963.)

Mercedes Torrevejano fue la encargada durante diez años de mantener ese secretariado, vertebrador de las diez primeras Convivencias (a partir de Madrid 1974, cuando la institución adoptó el nombre de Congreso, desapareció incluso esa mínima estructura permanente). (ver el informe de Pedro Ribas, publicado en 1975.)

Doctora en Filosofía en 1977 por la Universidad Complutense de Madrid, con la tesis El sujeto transcendental en Kant: la crítica kantiana a la psicología racional, dirigida por Sergio Rábade Romeo. (T-9727, 513 págs.)

Hasta 1976 mantuvo su vinculación con la Universidad de Madrid (como profesora ayudante en la Cátedra de Metafísica desde 1962 a 1970, luego como profesora adjunta). En 1976 se trasladó a la Universidad de Valencia, como profesor adjunto de Metafísica. En 1983 obtuvo la Cátedra de Metafísica de la Universidad de Santiago de Compostela:

«17969 Orden de 3 de mayo de 1983 por la que se nombra, en virtud de oposición, a doña Mercedes Torrevejano Parra Catedrática de «Metafísica (Ontología y Teodicea)» de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago. Ilmo. Sr.: En virtud de oposición, este Ministerio ha resuelto nombrar a doña Mercedes Torrevejano Parra, nacida el 9 de enero de 1941, número de Registro de Personal A01EC2739. Catedrática de «Metafísica (Ontología y Teodicea)» de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago, con los emolumentos que según liquidación reglamentaria le correspondan, de acuerdo con la Ley 31/1965, de 4 de mayo, y Real Decreto-ley 22/1977, de 30 de marzo, sobre retribuciones de los funcionarios de la Administración Civil, y demás disposiciones complementarias. Lo digO a V. I. para su conocimiento y efectos. Madrid, 3 de mayo de 1983. P. D. (Orden de 27 de marzo de 1982), el Director general de Ordenación Universitaria y Profesorado, Emilio Lamo de Espinosa. Ilmo. Sr. Director general de Ordenación Universitaria y Profesorado.» (BOE, Madrid, 28 junio 1983, nº 153, pág. 18027.)

Desde 1991 es catedrática de Metafísica de la Universidad de Valencia, donde ha dirigido el Departamento de Metafísica y Teoría del Conocimiento (de enero de 1993 a enero de 1996, y de enero de 1998 a enero de 2000).

«26164 Resolución de 17 de octubre de 1991, de la Universidad de Valencia, por la que se nombra, en virtud de concurso, a doña María Mercedes Torrevejano Parra Catedrática de Universidad, en el área de conocimiento de «Filosofía». De conformidad con la propuesta formulada por la Comisión constituida para juzgar el concurso convocado por Resolución de la Universidad de Valencia de 27 de julio de 1990 (Boletín Oficial del Estado de 3 de septiembre), para la provisión de la plaza de Catedrático de Universidad, del área de conocimiento de «Filosofía» (concurso número 19/1990), y una vez acreditado por la concursante propuesta que reúne los reqUisitos a que alude el apartado 2 del artículo 5.º del Real Decreto 1888/1984, de 26 de septiembre, este Rectorado, en uso de las atribuciones conferidas por el artículo 42 de la Ley 11/1983, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria, y demás disposiciones que la desarrollan, ha resuelto nombrar a doña María Mercedes Torrevejano Parra Catedrática de Universidad, en el área de conocimiento de «Filosofía», adscrita al Departamento de Metafísica y Teoría del Conocimiento. Valencia, 17 de octubre de 1991.– El Vicerrector de Profesorado. José Ismael Fernández Guerrero.» (BOE, Madrid, 29 octubre 1991, nº 259, pág. 34921.)

Miembro del consejo de redacción de las revistas: Cuadernos de Filosofía (Instituto de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires), O que nos faz pènsar (Departamento de filosofía, Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro), Agora, papeles de Filosofía (Universidad de Santiago de Compostela) y Studia Philologica (Universidad de Valencia).

En el curso 2010-11, último antes de su jubilación reglamentaria, impartió en la Universidad de Valencia las siguientes materias adscritas al Departamento de Metafísica y Teoría del Conocimiento: Problemas de la Teoría del Conocimiento (licenciatura, 2º ciclo, anual, optativa) Filosofía de la Religión (licenciatura, 1º ciclo, cuatrimestral, optativa) y Clásicos de la Metafísica (licenciatura, 1º ciclo, cuatrimestral, optativa).

«Raúl Vázquez Gómez. Todas hieren, la última mata. La última le sonó a Raúl Vázquez en la madrugada del día 24 de mayo y nos sumió a todos sus amigos en la tristeza. La hora final me recordó tantas otras pasadas juntos. Desde aquélla para mí primera en que González Álvarez, en 1961, nos presentó al joven profesor Vázquez Gómez, al comenzar su clase de Ontología, hasta hace un par de semanas cuando me avisaron de la suspensión del acto de imposición de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio en el Ministerio de Educación por «indisposición» del condecorado. Entre medias la experiencia en el Ministerio de Educación, donde fue director general de Enseñanzas Medias con cuatro ministros; el Congreso de UCD en Mallorca y su defensa de los gastos educativos; el Libro blanco de las enseñanzas medias que preparó con ilusión y dedicación; los encuentros entre teólogos y políticos en la década de los 80 por la Fundación Humanismo y Democracia en El Paular o en Gredos; su experiencia en el CEU y como viceconsejero de Educación de la Comunidad de Madrid; las cenas en La Brasserie, los dos matrimonios con la amiga común, Mercedes Torrevejano, con inevitable indagación política general y en particular educativa. [...] J. A. ORTEGA DÍAZ-AMBRONA, Ex Ministro de Educación.» (ABC, Madrid, jueves 25 de mayo de 2000, pág. 84.)

«In memoriam. José Luis Franco Yubero. En el salón de actos del IES Fernando de Herrera (Avda. La Palmera, 20), a las 12:30 horas, coloquio in memoriam del profesor José Luis Franco Yubero. Intervienen: José Luis Rodríguez Sánchez, Mercedes Torrevejano, Isabel Mª Moreno Navarro, José Rodríguez Martín y Javier Cejuela Sánchez.» (ABC, Sevilla, 25 febrero 2004, pág. 41.)

Tesis doctorales dirigidas por Mercedes Torrevejano Parra

  1. Rafael Martínez Castro, La superación heideggeriana de la Metafísica en la filosofía de Zubiri, Universidad de Santiago de Compostela 1996. Director: Mercedes Torrevejano Parra. Tribunal: Ramón Rodríguez García, Antonio Pintor Ramos, Andrés Torres Queiruga, Arturo Leyte Coello, Ángel Álvarez Gómez.
  2. María Estrella Somoano Ojanguren, La idea de la historia en Giambattista Vico: paradigma científico y teología, Universidad de Valencia 2000. Director: Mercedes Torrevejano Parra. Tribunal: Vicente Sanfélix Vidarte, Enrique Rúspoli Morenes, Moisés González García, Antonio Pérez Quintana, Josep Martínez Bisbal.

Bibliografía de Mercedes Torrevejano Parra

1982 Razón y Metafísica en Kant, Narcea (Bitácora 81), Madrid 1982, 142 págs.

1986 Kant o la exigencia divina de una razón mundana, Cincel (Cuadernos de filosofía 15), Madrid 1986, 210 págs.

1988 Filosofía o el irrenunciable diálogo. Discurso inaugural del curso 1988-1989, Universidad de Santiago de Compostela 1988, 69 págs.

«En torno a la Krv (2ª ed). La doble redacción de los Paralogismos», en Agora, nº 7, Santiago de Compostela 1988.

1991 «Hilary Putnam o las perplejidades de la Filosofía», en Mercedes Torrevejano (ed.): La filosofía analítica hoy, encuentro de tradiciones, Universidad de Santiago de Compostela 1991.

1992 «En torno a la crisis moderna de la causalidad y a la influencia humeana en Kant», en Revista de Filosofía, nº 7, Madrid 1992, págs. 161-187.

1996 «En torno al sentido epistemológico de la filosofía de Zubiri», en Ángel Álvarez Gómez y Rafael Martínez Castro (eds.), La filosofía de Zubiri en el contexto de la crisis europea, Universidad de Santiago de Compostela 1996, págs. 127-167.

1998 «Teología y ciencia 'universal y primera' en Aristóteles», en Ángel Alvarez Gómez y Rafael Martínez Castro (eds), En torno a Aristoteles. Homenaje al Prof P. Aubenque, Universidad de Santiago de Compostela 1998.

«Kant», en Jorge Gracia (ed.), Concepciones de la Metafísica, Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Trotta-CSIC, Madrid 1998, págs. 165-186.

2000 «Universidad y Teología», en Cinc Segles i un dia. Exposición y Catálogo, Universidad de Valencia, 2000.

«Metafísica y Transcendentalidad. La repetición kantiana de Zubiri», en J. L. Blasco y M. Torrevejano, eds. Racionalidad y Transcendentalidad, Pretextos, Valencia 2000.

2003 «The ethical dimension in European identity», en Ines María Gómez Chacón ed., European Identity. Individual Group and Society, Universidad de Deusto, Bilbao 2003.

«Zubiri: Metafísica y Antropología», en A. Faerna y M. Torrevejano eds., Identidad, individuo e historia, Pretextos, Valencia 2003.

«En torno a la idea kantiana de razón», en Manuel E. Vazquez, Romá de la Calle eds., Filosofía y Razón. Kant 200 años, Universitat de València 2003.

2005 Kant, Correspondencia, Edición, traducción y estudio introductorio (Kant y la Ilustración. Moralización y voluntad de verdad) de Mercedes Torrevejano, Institución Fernando el Católico, Zaragoza 2005, 304 págs.

2007 «Razón: esperanza, verdad, autoengaño. Breves anotaciones a una nota kantiana», en Experientia et Sapientia. A. Alvarez In memoriam, Universidad de Santiago de Compostela 2007.

2008 «Conflicto de racionalidades. Perspectiva filosófica», en Lydia Feito, ed., El conflicto de racionalidades. Estudios Interdisciplinares, Universidad de Comillas 2008.

Textos de Mercedes Torrevejano Parra en el proyecto Filosofía en español

1964 «II Convivencia de filósofos jóvenes (Valencia, marzo 1964)»

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