Filosofía en español 
Filosofía en español

Francisco Trujillo Marín  1925

Francisco Trujillo Marín

Profesor español de filosofía, nacido en Madrid el 3 de junio de 1925. En 1956 obtiene, por oposición, la cátedra de Filosofía de Escuelas Normales del Magisterio, ejerciendo primero en Lugo, en 1958 en Salamanca y en 1960 en Toledo. El 30 de enero de 1961 se incorpora, como Catedrático de Filosofía, al Cuerpo de Catedráticos Numerarios de Institutos Nacionales de Enseñanza Media de España, aunque sigue su desempeño en Escuelas de Magisterio: Mérida, Huelva y Madrid. Director de la Revista Noesis, junto con su esposa, la también profesora de filosofía María Teresa Rodríguez, es animador de numerosas iniciativas de vanguardia:

«Vivencialismo. Trujillo Marín fue, en 1950, el creador del vivencialismo. Filosofo, matemático, dibujante y promotor de grupos de vanguardia, reunió en el Café Gambrinus a mas de treinta intelectuales y artistas, que por votación le eligieron presidente. Fundadores fueron también, Manuel Conde, que en el 57 fundaría el grupo El Paso, Antonio M. Campoy, José Luis Arias Franc, Agustín Ubeda, Máximo de Pablo, Tomas Barro, Alberto de la Puente, Rafael Valcarcel, Paulino Rodrigo Díaz, y así hasta mas de treinta nombres. Era la Tercera Tertulia que se celebraba en el Café Gambrinus a partir de 1949. La Primera fue de Teatro dirigida por el Grupo que posteriormente editaría el libro, Teatro de Vanguardia. Principales promotores: Alfonso Sastre, Alfonso Paso, Medardo Fraile, Carlos José Costas, José María de Quinto y Jesus Fernández Santos. El Tema era siempre la lectura y comentario del Teatro existencialista de Camus y J. P. Sartre. La segunda Tertulia, que duro varios años, fue la Filosófica. Tema: la lectura y comentario de L'etre et le neant, de Jean Paul Sartre. Grupo fundador: Francisco Soler, Francisco Pérez Navarro, Alfonso Sastre, Rafael Sánchez Ferlosio, Francisco Trujillo Marin, Víctor Sánchez Zavala, José Benito Diez-Canseco y José Vidal Beneyto. Inmediatamente se añadieron, Luis Martin Santos y Juan Benet. No debe, esta conocida Tertulia, confundirse con alguna otra reunión habida en el mismo café anteriormente y que estaba constituida por "luises" y "escolásticos", aunque ahora, pasado el tiempo, se pretenda tal cosa en alguna publicación. Entre el "existencialismo" y la "escolástica" existe un gran trecho.»

Francisco Trujillo Marín

Nació en Madrid, 3 de junio de 1925, en la Calle de las Veneras, junto a la Plaza de Santo Domingo. Sus antepasados, incluyendo a los padres y abuelos, nacieron todos en Almadén del Azogue. Se traslada con sus padres a Badajoz a los tres años de edad. A los 11 años, vive en Badajoz la Guerra Civil. A los 18 se traslada con su familia a Madrid.

Inicia la preparación para el Ingreso en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos. Colabora en la Revista de Ciencias: Euclides. En 1948 inicia los estudios de Filosofía en la Universidad Complutense. Su tema de investigación es: Estructuras comunes entre las Matemáticas, el Arte y la Filosofía. Eugenio D’Ors se presta a dirigirle el Trabajo en la versión “académica”. Cosa que fue rechazada por el Decano, Sánchez Cantón, profesor del Arte Tradicional. En 1947 publica en la revista Selecciones un artículo titulado: Julio Antonio. Un libro sobre el escultor Julio Antonio, el creador de los Bustos de la Raza, precisamente en Almadén del Azogue, le denomina, Ariel de la Escultura.

La actitud de Trujillo Marín era continuar con la renovación que arranca con los jóvenes del 98, Eugenio D’Ors, Ortega y Gasset. Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla, Pablo Picasso, etc., superando la ruptura de la Guerra Civil. Así en 1948, y en la Facultad de Filosofía, funda un Aula de Poesía, con Paulino Rodrigo Díaz, natural de Almadén y compañero en la Universidad. Estaba dedicada a la poesía espacial que comienza con Juan Ramón, que por cierto era también pintor. Establece comunicación epistolar con Luis Cernuda y Manuel Altolaguirre, poetas en el exilio. Colaboran en el Aula de Poesía, Xesus Alonso Montero, Pancho Vives y Sergio Delgado.

En 1949 forma parte desde su creación de las Tertulias de Gambrinus. En 1950 funda el Vivencialismo del que es elegido presidente, por votación. La Diáspora del grupo Gambrinus se va haciendo paulatinamente, creando cada uno su cauce particular. En 1951 crea la Tertulia de la Cruz Blanca con: Juan García Yudez, Ramón Barce Benito, Alberto de la Puente O’Connor, etc. De ella saldrá Encuentros con el Arte en el año 1956. Se dan conferencias en la Asociación Cultural Iberoamericana.

1956, Obtiene por oposición una Cátedra de Filosofía en las Escuelas del Magisterio. Primer destino, Lugo, en la que es nombrado Director. 1958, Se traslada a Salamanca, como Catedrático de Filosofía. Conoce a Gustavo Bueno Martínez, Catedrático de Filosofía en el Instituto. 1958, Contrae matrimonio con María Teresa Rodríguez-Pérez. 1960, se traslada a la Escuela del Magisterio de Toledo. 1960, edita la Revista de Arte y Filosofía, NOESIS, conjuntamente con María Teresa Rodríguez-Pérez.

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Vivencialismo. Año 2000

I
Vivencialismo

Hace Medio Siglo que se fundó el Vivencialismo. Fue en el Café Gambrinus. Salió elegido Presidente y creador del Vivencialismo, Francisco Trujillo Marín, en el año 1950. Venció al Antifosilismo de Antonio M. Campoy, en una reñida elección. Todos acataron, según acuerdo previo el Vivencialismo.

Estamos en el año 2000. Nos preguntamos por la vigencia que aún puede tener el Vivencialismo, ahora, en los grupos que este año se constituyan.

Ahora los Grupos deberán ser Digitales si desean tener algún futuro. ¿Pero cómo se constituyen estos grupos? Con la amistad, la cordialidad y la sinceridad. Tenemos ya uno que va creciendo poco a poco. El grupo 23. Este escrito va dedicado a Cintia, Teressa, Mada, Thatiana, Hannah, Julia y Ka, que, seguro, se lo leerán con cariño.

Orígenes del Vivencialismo. Se encuentra en el año 1947. Trujillo Marín publica un artículo en la Revista Selecciones titulado “Julio Antonio”, con el seudónimo de Tulio de Gades. El artículo fue seleccionado para su publicación por Paulino Rodrigo Díaz, poeta y escritor, natural de Almadén del Azogue.

En 1948 Trujillo Marín y Rodrigo Díaz se conocen personalmente. Crean un Aula de Poesía en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Integrando Poesía y Filosofía, Trujillo Marín abre el ciclo con una conferencia sobre el Hombre Existencial, aludiendo, principalmente, a Heidegger. La segunda fue debida a Rodrigo Díaz, que disertó sobre Juan Ramón Jiménez. Hay que tener en cuenta que Juan Ramón también era pintor, y en el aula, la Poesía se integraba con la Filosofía y el Arte. Los primeros oyentes que se integraron en el nuevo grupo de poesía recibieron, con la Generación del 25, así la llamaba Luis Cernuda, una primera orientación de lo que sería ya la denominada, Primera Vanguardia. Entre ellos estaban, Xesus Alonso Montero, Eugenio Novoneyra, Pancho Vives y Sergio Delgado. Se denominó Primera Vanguardia porque se salía de los Cauces establecidos en la sociedad, tales como Arte o Literatura, o Teatro. Se trataba de integrar al Nuevo hombre Existencial y esto requería una confluencia de campos considerados como aislados tales como la sociedad lo establece. La Nueva Era Digital iniciada en 1945, requería nuevas formas de Vanguardias. La Primera Vanguardia así concebida, rarezas del Destino, sería la última.

El año 48 fue de especial importancia. Aislada España del Mundo entero por mandato de las Naciones Unidas. Faltó hasta la gasolina, suplida con el gasógeno, y se vivían tiempos de incertidumbres, lo que originaba toda una cadena de propuestas con cara al incierto futuro. De un lado, las de los vencedores y vencidos de nuestra denominada Guerra Civil. De otra, y con carácter Universal, las de los que posteriormente serían denominados, “niños de la guerra”. Especificando: la de los nacidos posteriormente al año 1924.

En 1948, por fin se crea una Sección de Dibujo en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Los Graphistas de la Defensa de Madrid no acuden y la Primera Medalla se la lleva José Caballero, ilustrador de la Revista Vértice, de la Falange en plena Guerra Civil, con un espléndido dibujo surrealista. Parecía que una posible apertura permitía nuevamente la vanguardia en el dibujo con el recuerdo de las deformaciones picassianas. Pero no fue así. El año 50 fueron rechazadas todas las obras de vanguardia. Incluyendo dos dibujos de Trujillo Marín.

En el año 48, un dibujo de Trujillo Marín, Homenaje a Picasso, figura en el Salón de Otoño. También un Paisaje de Manuel Conde. Antes de terminar el año comienzan las reuniones de los diversos grupos de amigos, todos nacidos a partir del año 24, lo recordamos una vez más, y se celebran las primeras Tertulias de Teatro en Gambrinus, para leer y comentar, los sábados por la tarde las obras “existencialistas” de Camus y Sartre. El grupo de teatro publica en 1949, una obra titulada, Teatro de vanguardia. Sus principales componentes fueron: Alfonso Sastre, Medardo Fraile, Alfonso Paso, Carlos José Costas, Jesús Fernández Santos y José María de Quinto.

De la Tertulia de Teatro, y a instancias de Francisco Soler, se constituye la Tertulia Filosófica de Gambrinus, que duró varios años. Recordemos algunos nombres de los que integraron ambas tertulias, además de los ya citados del grupo de teatro: Ignacio Aldecoa, José López Rueda, Francisco Pérez Navarro, Rafael Sánchez Ferlosio, Francisco Trujillo Marín, José Benito Diez-Canseco, Paulino Rodrigo Díaz, Juan Ángel Segura, Luis Quintanilla, Miguel Martín, Luis Martín Santos, Juan Benet, Víctor Sánchez Zavala, Josefina Rodríguez, Carmen Martín Gaite, Miguel Cordero, Emilio Lledó, Pilar Vázquez Cuesta, José Vidal Beneyto, Julio Cerón, Tomás Ducai, y algunos más. Todos nacidos entre 1924 y 1929. Primera Generación de la Posguerra.

Tertulia Filosófica de Gambrinus. Fue muy reducida por la densidad de la obra que se leía y comentaba. Era de Jean Paul Sartre y su título, L’etre et le neant. Luis Martín Santos y Juan Benet se unieron a ella una vez iniciada, y Alfonso Sastre pronto la abandonó. Después del año 50 asisten, Josefina Aldecoa, Pilar Vázquez Cuesta y Carmen Martín Gaite. Entre los que la constituyen desde el principio al final están: Francisco Pérez Navarro, Víctor Sánchez Zavala, Francisco Soler, Luis Quintanilla, Francisco Trujillo Marín y Miguel Cordero. No hay duda que el “ser para sí” y el “ser en sí”, la “mala fe”, y el “mundo de los posibles”, marcó las bases de un pensamiento filosófico en nuestro país, que sería marginado, junto a Husserl y Heidegger, de la Filosofía oficial y académica, estrechamente aferrada a la “escolástica” y al “tomismo”. Dándose el caso diferencial que la mayoría de los contertulios de filosofía provenía del estudio de las matemáticas y el dibujo para el ingreso en las Escuelas Especiales de Ingeniería y Arquitectura, aunque Juan Benet, Víctor Sánchez Zavala y Miguel Cordero continuaran con sus estudios de Ingeniería y no del Latín, que era lo que definía a los “tomistas”. Todo ello antes de terminar el Medio Siglo.

Así como los “tomistas” se encontraban respaldados por el Régimen político reinante, las Tertulias de Gambrinus nunca fueron “políticas” sino de vanguardia cultural de base universal, algo entonces no comprendido por los poderes públicos y radicalmente marginado. Lo que obligó a varios integrantes de estos grupos a emigrar a América en busca de un puesto de trabajo. Condiciones que influyeron en la Diáspora que se comienza a producirse en el año 51, mal llamado de la “apertura”, por los políticos que cambiaban de rostro y antifaz. Gambrinus está en el plano de la “revolución cultural”; muchos años después repetida como palabra pero no con los hechos. La esencia del fundamento, como diría Heidegger, estaba en la Vivencias, desde Husserl, hasta Sartre, y la actitud de Vanguardia desde el Impresionismo, hasta el Graphismo avanzado de los Carteles y Dibujos de la Guerra Civil, con Desmarvil, Desiderio Marín Villaseca, y Ramón Puyol, a la cabeza. Y no podíamos dejar de mencionar a Luis Cernuda y Manuel Altolaguirre, que mantenían correspondencia con Trujillo Marín. En aquel entonces las cosas estaban claras. A partir de la segunda mitad de siglo comienzan a oscurecerse y coincide con la Diáspora, ya mencionada, de manera que los nombres mencionados deben ser ubicados en el Trienio 48-50. Posteriormente las directrices serán puramente personales y en muchos casos contrapuestas.

La Tercera Tertulia de Gambrinus fue organizada por Trujillo Marín, ayudado por Manuel Conde y José Luis Arias Franc. En ella se fundó el Vivencialismo. Además de los anteriores son fundadores, Agustín Ubeda, Máximo de Pablo, Alberto de la Puente, Paulino Rodrigo Díaz, Rafael Valcárcel, Tomás Barro, y así hasta mas de treinta filósofos, artistas y poetas. Y no era solo Trujillo Marín el que había unido con su presencia las tres tertulias de Gambrinus y al final haber creado el Vivencialismo, si no hubiera habido en todos los asistentes una base generacional común. Y sobre todo una especial actitud que ya de por sí misma fundamentaba toda una posición. Todos habían nacido en el sexenio 24-29, y casi todos habían estudiado las más variadas disciplinas. Eran conscientes de la transformación que se había llevado, primero en nuestro País, y después en todo el Planeta, adquisiciones culturales, filosóficas y vivenciales, que no tenían que sufrir tan de raíz el peso de la violencia. Porque todos los vencedores deseaban cambiar la imagen del mundo con imposiciones y no con la penetrante mano de las convicciones. Lo vio Orwell en su 1984 y lo vieron también los más jóvenes. Se veía venir un nuevo Tiempo de Silencio, como después acertadamente vaticinaría con el título de su novela Luis Martín Santos. Era el silencio del individuo frente a consignas y métodos educativos de carácter global. Por eso mismo la única posición de vanguardia posible tenía que trascender los canales clásicos ya del arte o la literatura, para integrar tanto la filosofía como las matemáticas, y eso fue en resumen lo que hicieron algunos de los grupos que se integraron en el Café Gambrinus desde el año 1948 al 51. Aunque la Tertulia filosófica duro algunos años más.

A partir del año 45, todo el mundo esperaba el nuevo Orden Universal, que llenaría el vacío que las guerras habían dejado en el campo de la Cultura. El Vivencialismo, según expuso Trujillo Marín antes de la elección de presidente, se encontraba por encima de todas estas esperas. Cada uno tenía que fundamentar sus Vivencias en sí mismas. Rastrear dentro de cada uno las voces de las llamadas internas y transformarlas en ideas y obras de arte, sin tener en cuentas las modas y las imposiciones del exterior. No habría, por tanto, un estilo común, como suele haber en los grupos. Ni una corriente común que no sea postura estrictamente individual, y que, seguramente, quedaría aislada de cualquier contaminación que viniera imponiéndose después. Frente al mundo si fuera necesario se tendría que mantener la persistencia en la individualidad, que podría penetrar hasta los confines del inconsciente colectivo, entonces de moda entre algunos de los contertulios. Porque los poderes públicos, que posteriormente serían los mediáticos, tratarían de marginar todo lo que ellos no impongan, y así desaparecerían del mapa cualquier actitud no impuesta por ellos, que manejarían hasta, gran contradicción, las nuevas corrientes de las vanguardias. Con lo que el individuo tendería a desaparecer.

El Vivencialismo se fundó en el año 50 y ya en el 51 supo como sería recibido por aquellos poderes que él a su vez le rodeaba. Los políticos no comprenden la grandeza de la Cultura, tal como entonces se entendía esta palabra. Tampoco comprendieron que una guerra incivil puede convertir en maduros a niños que comienzan en ese momento la adolescencia. Tampoco comprenden que la Cultura hace revivir el pasado, lo actualiza en los grandes creadores y en las grandes obras si se saben ver o leer, con ojos especiales y profundos. Que aunque la copia sea buena nunca superará o eclipsará al original. Y sobre todo, que un canal establecido, con sus asignaturas, escalafones y forcejeos, no podrá suplantar a quien integra matemáticas, arte y filosofía, sustentado con un fondo abiertamente poético. Ahora en el 2000 se realizan antologías de las Ramas Establecidas pero se sigue sin visualizar el Tronco de donde procede la sabia creadora. Y esto actualiza al Vivencialismo medio siglo después de su creación.

Como fueron más de treinta los fundadores aunque uno solo el creador, no es de extrañar que se produjeran los primeros escapes hacia el exterior. Así fueron invitados a seguir agrandando las nuevas ideas a un chalet de las afueras del entonces Madrid, más específicamente en los entornos de la prolongación de la Moncloa, y allí se reunieron los vivencialistas para presentar algunas de sus obras. El local resulto ser de miembros del entonces poco conocido Opus Dei, que se enteraron de la fuerza inédita con que irrumpía la nueva y joven generación en el terreno del arte y las ideas. Conviene citar, puntualizando la cuestión, el nombre del pintor R...., como punto esencial para la susodicha reunión. Pues aunque el Vivencialismo nada tuvo que ver con la política y sí con la juventud, existía una fuerte propensión a educar según sus ideas de los vencedores de la Guerra Civil. Sobre todo cuando en la primera parte de la Segunda guerra Mundial les eran favorable en ciertos puntos básicos y en tendencias similares. Educar es conducir y no se podía consentir que fueran los jóvenes independientes los que condujeran a los mayores y sin embargo así fue como ocurrió. Las ideas y tendencias de los vivencialistas fueron apropiadas, pero silenciadas, por quienes tenían más poder de difusión. Pero ya en la segunda mitad de siglo. Por eso, nosotros, nos atenemos al último trienio de las primera mitad, donde ellos, llamémosles así, estaban en otra parte y mirando su esplendoroso porvenir que nos llevaría al siglo XIII con Santo Tomas.

II
Vivencialismo 2000

En el año 2000 se cumplió el Medio siglo del Vivencialismo. Ya es Historia. Convenía dar algunos datos para que fuera conocido en el nuevo mundo digital. Se dice que la Historia la escriben los vencedores y yo creo que los vencidos también la escriben a su manera. ¿Pero que pasa con los independientes? Nadie los apadrina. No se quiere reconocer que el mundo de la creación artística, literaria o filosófica tiene su propio ámbito y que no tiene que ajustarse a los mismos baremos que privan en el mundo social y político, por no decir económico. De aquí que si los poderes establecidos pretenden remodelar la cultura a su estilo no deseen que pasado el tiempo esto sea conocido por los que ellos ocultaron, pero diríamos como el dramaturgo: Los muertos que vos matasteis gozan de buena salud.

La Generación del silencio, la de los denominados “niños de la guerra”, también tiene su Historia. Nosotros hemos dado a conocer algunos de sus puntos significativos en internet. Nacieron a partir del año 1924, y a nuestro parecer puede extenderse la generación hasta el año 1936. Son doce años que cuadran muy bien con el Sistema sexagesimal, a pesar de la discrepancia de los orteguianos.

Una generación que conoció el antes y el después de la Guerra Civil, y que pudo valorar el descenso “grafista” que experimenta el Comic al pasar del flash Gordon del año 35 al manido y monótono Flechas y Pelayos. Y con esto resaltamos algo que es fundamental. La importancia que cobra en esta generación la Imagen y el Dibujo, que terminan antecediendo por su aspecto concreto a las mismas palabras.

Si a esto se suma la intención humanística que latía en muchos de sus miembros no nos podemos extrañar que integren lo que después los estudios académicos han desintegrado definitivamente, y que las imágenes hablen y tengan su propio lenguaje.

Durante la guerra civil el dibujo en los carteles y álbumes superó y casi anuló la función de la Pintura, obra única difícilmente reproducible. Y que Madrid fuese el foco principal de una actitud de vanguardia, que después sería ocultada por los promotores de las exposiciones que se llevaron a cabo a partir de la Transición. Como el tema es importante conviene dar mayor precisión.

2000 - https://filosofia23.tripod.com

Noesis (primera edición sin corregir)

Era el año 1959, último del ciclo sexagesimal del Calendario Chino, que se mide por docenas, y que por tanto era la puerta del 1960, año Inicial por muchos motivos que iremos viendo paulatinamente. Dentro del Ciclo de Saros, que comenzó el 1924, los años iniciales serían, 1936, Guerra Civil, 1948, brota la Primera Vanguardia Arte-Filosofía de la nueva Generación, y 1960.

Reúno como siempre a un grupo de amigos y les doy cuenta de lo que sería lanzar una revista internacional de Arte y Filosofía de carácter “estrictamente” particular. Se llamaría Noesis.

Ya en 1958 habíamos estado viendo a Jean Wahl en su casa y tratando de que colaborara con lo que no era sino un proyecto. En nuestro país la filosofía, con la dictadura de la escolástica, suplementada por el tomismo, tenía el débil encéfalo prácticamente plano.

Nos envió a ver al matrimonio Marcel Brion-Liliane Guerry, máximos entendidos en la relaciones arte-filosofía pasando por la Geometría del espacio. Después publicarían: Cezanne y la expresión del espacio, que me lo enviaría en la ediciín francesa. La traducción española fue debida a Alfredo Terzaga Cabral, hermano de mi gran amigo Emilio.

Bastaba enlazar con Chain Perelman, presidente del Congreso mundial de la Filosofía de la Ciencia. Con A. J. Ayer, cabeza del Positivismo lógico inglés. Con Maurice Nedoncelle, decano de la Facultad en Estrasburgo, Michele F. Sciacca, primer filósofo del momento en Italia, Gillo Dorfles, crítico de arte italiano y gran escritor sobre temas de Arte, y así sucesivamente hasta rellenar un panorama del momento internacional.

Noesis publicó todos los trabajos de estas personalidades amigas, y rellenó todo el tiempo de la denominada Década prodigiosa, 1960-70. Noesis fue posible por los contactos que mantuvimos mi mujer, María Teresa Rodríguez Pérez-Dueño, secretaria de Noesis, y yo mismo, que era el director. Así Umberto Eco, ayudante de la Cátedra de Pareyson, con quien manteníamos correspondencia, nos envió su tesis doctoral sobre la filosofía de Santo Tomás.

Pero realmente fue posible por la colaboración de Jean Wahl, abriéndose un Eje Madrid-París. Y sin embargo las condiciones ambientales no podían ser más opuestas. Hoy en día que se pretende nivelar los planos ambientales de todos los países que constituyen la Unión Europea un nuevo eje tendría que aclarar donde se encontraba el pensamiento y el arte en el año 1960 y qué podemos decir de la esfera que rodea a todos los intereses económicos que subyacen en unos proyectos donde sólo se mueven nombres de políticos rellenando todos los medios.

En consecuencia las personas han sido eclipsadas por las “entidades”, instituciones, y enrarecida malla de intereses. Es nuestro parecer y quizás la causa de que el pasado se haya vuelto hacia la cara posterior de la cuartilla donde el mundo juega a no se sabe qué. Pero la Historia tienes más facetas ocultas que lo que suele creerse, y, realmente, algo se está moviendo en un alejamiento entre lo que nos presentan y lo que deseamos dar.

28 enero 2005 - http://29ene.blogspot.com/2005/01/noesis.html

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